A la salida de la oficina

Por un momento se quedó un poco intimidada por el argumento de él, hasta que se le ocurrió una manera tonta de contrarrestarlo. "Pues el café también le hubiera quitado el mal gusto al agua si se hubieran dignado a comerciar con sus colonias en el caribe antes que con oriente, que encima les cobraba precios exhorbitantes por las hojas de té." Dijo bastante conforme de la manera en que se había logrado defender.

Como para probar el punto, tomó su taza de café y bebió de ella, disfrutando del hecho de que no era té lo que estaba tomando.

Rió brevemente por el argumento de ella. Le resultaba gracioso que se tomara tan en serio eso de hundir a las costumbres británicas de cualquier manera posible. "Supongo que el hecho de que las colonias fueran muy posteriores al comercio con oriente debe haber tenido algo que ver con la decisión..." Observó con una sonrisa divertida y enorme en el rostro.

"¡Excusas, excusas!" Protestó ella también riendo un poco avergonzada al darse cuenta de la brutalidad que acababa de decir. Ella nunca había sido buena en las materias teóricas como historia y geografía, que para peor no le interesaban ni un poco. Su pasión eran las materias prácticas que tuvieran que ver con el desempeño físico. Le gustaba correr y ejercitar, los deportes y la vida al aire libre. Incluso el ser Auror le había llamado la atención por la enorme cantidad de tiempo que su padre pasaba fuera de la casa y lo duro que siempre entrenaba, comparado con su madre que se la pasaba sentada leyendo como una amarga.

En ese momento se acercó el mozo a preguntar si podía cobrarles. Ella no se había dado cuenta, abstraída en la conversación como había estado, pero mucha más gente había seguido entrando al café después que ellos y el lugar estaba bastante lleno. Tenía sentido que el tipo quisiera desocupar la mesa para permitir que otros clientes entraran al lugar. Por otra parte, tampoco quería ponerse pesada consumiendo todo el tiempo de Dave cuando él seguro quería llegar a la casa y descansar un poco. "Eh... si." Le respondió tórpemente, después de haberle lanzado a Dave una mirada insegura. La verdad era que no se quería ir, pero no sabía cómo decírselo al mozo sin quedar mal y no quería tener que pedir algo más que no tenía ganas de comer.

Sonrió divertido ante la ridícula salida de ella, que indicaba a todas luces que ya no se le ocurría nada más con qué seguirle peleando. -Score.- Pensó al ver que claramente había ganado la batalla verbal. -Y así los británicos se marcan otro tanto.- Bromeó con él mismo dentro de su cabeza.

Él también la miró a ella indeciso y se encontró con la misma expresión en ella, pero tampoco sabía cómo convencer al mozo. Siempre dejaba que la gente lo pasara por encima e hiciera su voluntad. No sabía ni cómo empezar a defender lo que quería o pensaba y en ese sentido siempre había sido muy inferior a ella. Finalmente suspiró y asintió a la vez que comenzaba a sacar la billetera para pagarle.

Se sintió algo decepcionada al ver que él se dejaba guiar por el mozo, pero se resignó. Estaba acostumbrada a que él jamás se esforzara por hacer imperar sus deseos, necesidades o puntos de vista y no le resultaba novedoso.

"I'll get it." Se apresuró a decir, girando para rebuscar ella también en el bolsillo de su tapado, con la esperanza de poder encontrar su billetera sin tener que descolgarlo del respaldo de la silla.

"No, no, I'll get it." Insistió él apresurándose a sacar el dinero antes que ella para poder pagarle al mozo. El tipo se alejó de la mesa y Dave se puso de pie resignado. Descolgó el abrigo del respaldo de su silla y se lo colocó deseando no haber tenido que irse tan rápido. No cuando la estaba pasando tan bien y ella parecía extrañamente cariñosa.

"No deberían permitirles echar a los clientes." Protestó por lo bajo. "Ni siquiera de manera discreta."

"Thanks." Le dijo cuando él le ganó de mano. Después de eso dejó de buscar directamente y tomó nota mental de invitar ella la próxima vez que salieran. Luego se puso de pie y también pasó a vestirse para no tener que salir al fresco de afuera estando desabrigada. Le molestaba mucho el tener que salir de un lugar calentito al frío de afuera, pero ya que no le quedaba remedio, por lo menos quería hacerlo lo más abrigada posible.

Sonrió contenta de que él pensara como ella y fue andando hacia la salida del local. "Absolutamente. Es de mal gusto." Concordó con él. Abrió la puerta y cerró los ojos de mal humor al salir al frío, que la golpeó en la cara de una manera que ella encontraba bastante desagradable. "Brrr..." se quejó por lo bajo, más para ella que otra cosa.

"No es nada." Le aseguró él con una sonrisa. Luego la siguió hacia afuera, al frío de la calle. A él no le molestaba tanto como a ella y, por otra parte, no le parecía que el clima estival, por inusualmente fresco que estuviera, pudiera calificar de frío, pero él se había criado en Inglaterra, de modo que no contaba como válido.

"Mucho frío?" Le preguntó divertido de que ella fuera tan friolenta cuando para él apenas si estaba fresquito. Ni siquiera tenía mucho abrigo debajo del tapado y no lo sentía molesto. Comenzó a caminar de manera automática hacia el punto en el que habitualmente se desapparaban, lamentando el tener que separarse de ella.

"Más del que quisiera." Admitió ella con esa mueca ladeada de descontento que le aparecía siempre en la cara cuando hablaba del clima frío. Ella era californiana y en Los Ángeles nunca había tenido que soportar temperaturas tan extremas y, si fuera por ella, jamás hubiera salido de esas latitudes.

Lo siguió hasta el callejón en que habitualmente se separaban y se detuvo en cuanto estuvo segura de que allí nadie los vería desaparecer. Entonces se volvió hacia él como para saludarlo. No quería irse a su casa sola a deprimirse y le lanzó una mirada suplicante, pero sabía que con eso no lograría nada y juntó coraje. -Es como si estuvieras por ir en una misión especialmente complicada. Respirá y todo va a estar bien.- Se dijo a sí misma.

Respiró profundo y se estiró a robarle un beso. Sus labios rozaron los de él durante apenas un momento y luego se separó para mirarlo a los ojos con cara de perro mojado. "I miss you." Confesó mostrándose inusitadamente vulnerable, en una manera que odiaba verse y que en general asociaba con mujeres débiles y patéticas como su madre. Era algo que jamás le había dicho, a él porque habían pasado la mayor parte de los últimos quince años juntos y, a otras personas, porque nunca nadie se había merecido su cariño como para que ella lo extrañara.

Sonrió de manera cariñosa y le frotó la espalda con fuerza para ayudarla a entrar en calor. Luego la siguió hacia la callecita lateral en silencio.

Se detuvo en el punto seguro desde el que se marchaban a menudo y la miró como para despedirse, pero la encontró mirándolo con una expresión suplicante. Se tomó un segundo para pensar si debía sugerir volver a juntarse pronto o si estaría muy de mas invitarla a su casa, aunque más no fuera a jugar videojuegos, pero no se le ocurrió ningún título nuevo que tuviera como para sacar el tema de la nada y tener una excusa para invitarla.

En eso ella le ganó de mano y lo besó. Después de todos los hints que ella le había tirado esa tarde, debería haberlo visto venir, pero no fue así y lo tomó un poco por sorpresa. Su pulso se aceleró inmediatamente y se puso un poco nervioso. Recién cuando volvió a tener los ojos verdes de ella enfrente reaccionó. Parecía tan perdida, tan vulnerable. Nunca la había visto así antes por algo que no fuera la muerte de su hijo y tampoco la había oído decirle a nadie que lo había extrañado, ni siquiera a su prima, con la que Liz había sido muy cercana. Ella siempre había sido una mujer de hierro, su roca. El verla así le movió toda la estantería y le hizo quererla incluso más, si es que eso era posible. Por otra parte, la deseaba tanto. Quería encerrarse con ella una semana y...


La miró un momento y sonrió de manera cariñosa. "I miss you too, love." Le dijo en tono afectuoso y luego se acercó a ella para volver a besarla. La atrajo hacia él pero la besó con suavidad, como temiendo que fuera a resistirse.

Cuando él le frotó la espalda para hacerla entrar en calor, le dedicó una mirada cariñosa, pero no dijo nada.

Se acurrucó contra Dave cuando él la atrajo hacia su cuerpo y enseguida sintió esa sensación tibia que le generaba el desodorante de él cuando lo olía. Sintió que el corazón se le aceleraba aún más de lo que había comenzado a correr cuando se había estirado a robarle ese beso.

Se hubiera detenido a disfrutar de su perfume por un rato, pero prefirió disfrutar del beso que hacía tanto venía deseando. Era como agua después de una larga sequía y sin embargo, no sentía apuro. No tenía necesidad de besarlo como una posesa, prefería poder sentir sus labios en los de ella y sus brazos alrededor de su cuerpo.

Después del beso, se lo quedó mirando un momento, aún con esa mirada vulnerable que no parecía conseguir quitarse de encima. Se odió un poco por ello, pero si eso le devolvía a Dave, supuso que valía la pena y que sólo por una vez no la convertiría en una mujer tan débil. "I was wrong, Dave. I'm sorry I didn't see it sooner..." Murmuró mortificada. Estaba tan nerviosa que sentía que iba a ponerse a temblar como una hoja en cualquier momento, o tal vez fuera que sentía asco de ella misma por parecerse a su madre en ese momento, rogando a su padre para que la quisiera. "You were right, we can't do this alone..." Admitió apartando la mirada. "I can't..." Se corrigió pensando que tal vez él sí pudiera.

Él le sostuvo la mirada y se sintió más y más atraído hacia ella por verla tan perdida. Hubiera querido decirle algo que la tranquilizara, reassurearla, pero la verdad es que estaba muy de acuerdo con ella. Él había sabido desde el principio que no podían superar esa crisis por separado y que tenían que buscar la manera de hacer que las cosas funcionaran estando juntos. Sin embargo, tenía que admitir que el tiempo que habían pasado separados les había servido para poder valorarse más después de tantos años de estar pegoteados pero discutiendo como perros y gatos y para apreciar lo que compartían.

La abrazó un poco más estrechamente y le acarició la espalda en un intento por hacerla sentir mejor sin mentirle. No que no pudiera hacerlo, puesto que él era incluso mejor mentiroso que ella por ser más hipócrita, pero en ese momento quería que ella supiera la verdad y la tuviera bien en cuenta para que no volviera a tener ideas raras como eso de separarse.

Edit: A falta de algo para decirle, se la quedó mirando expectante, esperando que ella continuara lo que estaba diciendo. Por un lado, parecía que ella necesitaba decirlo, pero por otra parte, él necesitaba mucho más oírlo que otra cosa. Quería que ella dijera las palabras que tanto había querido escuchar.

"I can't do it without you." Admitió mirándolo mortificada. "Every day is such a struggle..." dijo entrecerrando los ojos que se le estaban llenando de lágrimas. "I sometimes spend the afternoons locked up in the University Library up until midnight to stay clean..." confesó justo antes de que una lágrima le rodara por la cara de cada lado. Pestañeó y apartó la vista un momento. "Because, you know... there's no way any of those bookworms can get me a fix." Explicó en caso de que él no entendiera lo que le quería decir. Hablaba lentamente, como si cada palabra le costara un esfuerzo sobrehumano. Para alguien orgulloso como ella, esa confesión era una de las cosas más difíciles que le había tocado decir en toda su vida.

Se pasó una mano por la cara, soltándola de él para hacer eso, pero luego la devolvió al pecho de Dave y lo miró a los ojos de manera suplicante. "Cuando vamos al cine o nos juntamos a tomar o a jugar videojuegos no siento tanto la necesidad... de... you know..." Le dijo volviendo a apartar la vista al final. Otro par de lágrimas se le deslizó por el rostro. "I've been clean for like two months now, but it's so difficult... I can't do this without you, Dave." Le rogó volviendo a limpiarse las lágrimas con la mano como si fueran algo odioso.

El verla llorar de esa manera le rompió el corazón. Quería arreglar el mundo y hacerlo un lugar donde ella pudiera ser feliz, pero sabía que eso no estaba dentro de sus posibilidades. Él no era del tipo expresivo o super cariñoso, y tampoco estaba acostumbrado a que ella llorara, de manera que no se le ocurrió hacer nada como ofrecerle un pañuelo o secarle las lágrimas con las manos. También sabía que alguien orgulloso como ella, seguramente apreciaría más el gesto de que hiciera de cuenta que no se daba cuenta de que estaba llorando más que cualquier otra cosa. No es que no la hubiera visto llorar, porque recordaba lo que había sido el funeral de Gabe, pero eso tenía sentido, no era el tipo de lágrimas que ella siempre condenaba en otras mujeres, como ahora.

La escuchó con interés. Los problemas de adicción que ambos habían desarrollado después de la muerte de su hijo era algo de lo que no se habían sentado a hablar hasta ese momento. Tal vez había habido alguna referencia indirecta por parte de alguno hacia el problema del otro, pero la línea de la privacidad era algo que habían intentado no traspasar durante su separación.

Por un momento no había comprendido lo de la biblioteca, pero después de la explicación de ella le pareció no sólo lógico, sino una muy buena idea de parte de ella. Supuso que hubiera funcionado mejor si a Liz le hubiera gustado leer, aunque el que le hubiera servido a pesar de que no le gustaba, le pareció impresionante. "That's really smart, you know?" Le dijo de manera amable, con una pequeña sonrisa en los labios.

Se sintió enormemente halagado y a la vez aliviado de saber que cuando estaban juntos ella no estaba queriendo meterse basura todo el tiempo. Le hacía pensar que si volvían a estar juntos, tenían esperanza de que ella dejara el mal hábito de manera definitiva. "Neither do I..." Admitió él, que siempre había tenido una cierta tendencia hacia la bebida y problemas para hablar de ello, dos cosas que habían empeorado desde que raptaran a su hijo.

"I'm sorry for not being able to admit it before." Le dijo ahora que estaba inspirado por la valentía de ella y se atrevía a dar la cara. Antes había estado demasiado preocupado temiendo que ella fuera a pensar mal de él y a dejarlo como para admitirlo abiertamente. "But you were right. I do have a problem with alcohol." Esta vez fue su turno de apartar la mirada, aunque fue sólo por un momento.

"I know just how difficult it is to struggle... and I'm so proud of you, Lizzy." Le dijo seriamente, mirándola a los ojos con cariño. La vio secarse los ojos de esa manera tan graciosa que tenía ella y sonrió levemente. "¿Entonces qué quieres hacer?" Le preguntó aunque fuera obvio, más que nada porque él necesitaba escucharlo al margen de que las acciones hablaran más fuerte que las palabras.

Sonrió un poco cuando él la halagó por ser inteligente, una de esas sonrisas húmedas de cuando uno está llorando y le dicen algo lindo.

Ella no se sorprendió de oírlo decir eso. Se imaginaba que debía de ser así por la manera en que se comportaba cuando estaban juntos. Por otra parte, ella siempre intentaba pensar lo mejor de la gente, en especial sobre él.

Liz asintió cuando él admitió eso. Ella lo sabía desde hacía mucho tiempo y era la razón por la que discutían seguido, la razón que la había empujado a las drogas. Ella había quedado devastada después de la muerte de Gabe y en lugar de tener el apoyo de Dave para reponerse, había tenido que estar viéndolo destruirse la vida con la bebida. Para peor, ni siquiera había querido admitir que tenía un problema y la cosa había ido escalando hasta que ella había buscado la única salida que había encontrado. Después de lo que había hecho su madre, el suicidio no le parecía una opción viable. Nunca.

Apoyó una mano en la mejilla de él y le hizo una caricia con el dedo pulgar. "It's OK, love. I understand." Le dijo justo antes de pasar a explicarle que hacía dos meses que estaba limpia y demás. La pregunta de él la descolocó un poco. No quería tener que hablar de eso tan abiertamente y pensó que él debía entender qué era lo que quería dado todo lo que acababa de suceder. No se le ocurrió que tal vez él necesitaba escucharlo de ella para creerlo o algo así. En ese sentido no era tan aguda.

Se sintió un poco tonta por tener que decir eso, pero sentía que no tenía otra opción si quería estar con él. "I..." ¿Cómo decirlo sin sonar como una idiota?   "I want to be with you, Dave. I love you. I want to be with you and only you for the rest of my life." Le dijo mirándolo a los ojos mientras que dos lágrimas más le resbalaban por el rostro. "I want to get through all this crap and to be able to be happy... like we used to."

Cerró los ojos y asintió cuando ella le dijo eso. Se sentía tan estúpido por haber perdido el control de su propia vida, por habérsela arruinado a ambos y por encima de todo, por perderla a ella, que era todo lo que más quería en el mundo. "I'm such a fool." Dijo sintiéndose exactamente así: como un idiota. No había podido pensar con claridad, había hecho simplemente lo primero que se le había ocurrido, la salida más fácil, como le había sucedido a ella. Se sentía culpable por haberlo arruinado todo y era por eso que no la resentía a ella por todas las cosas que había hecho en los últimos meses, porque le parecía que si él hubiera sido más fuerte en lugar de emborracharse todo el tiempo, ella no lo hubiera dejado y si no lo hubiera dejado, no se hubiera metido con otros hombres.

"Me too." Le dijo antes de acercarse a besarla un momento nada más. "Let's go home, shall we?" Propuso mirándola a los ojos. Se veían tan lindos cuando estaban así húmedos.

"You're not." Le dijo mirándolo con cariño, volviendo a acariciarle la mejilla suavemente. -We both are.- Pensó para sus adentros.

Se sorprendió de que él le dijera eso. Había esperado que estuviera molesto con ella, que quisiera tomarse las cosas con calma y demás. Lo miró un momento a los ojos antes de asentir, pero sin soltarlo. No tenía idea de qué iba a suceder a continuación, si tendría que canelar el alquiler del lugar donde estaba viviendo y volver a mudarse con él o qué, pero tampoco quería pensar en eso, por lo que intentó borrar esas ideas de su cabeza y concentrarse en lo bueno.

Volvió a enjugarse los ojos esta vez determinada a no llorar más por estupideces.

El oír eso no lo dejó más tranquilo, pero sí lo hizo sentir bien el oírlo de labios de ella. Al menos le daba la pauta de que lo entendía en lugar de resentirlo por haber arruinado todo entre ellos.

Le sonrió y asintió él también. Acto seguido, metió una mano en su bolsillo y tocó su varita para poder canalizar la suficiente magia como para appararlos en el medio de Hogsmeade. Un momento después, estaban de pie en medio de la calle principal de Hogsmeade, junto a la fuente que estaba funcionando y hacía ruidito a agua cayendo.

"Let's go home." Repitió con una sonrisa cálida en el rostro. Él tampoco tenía ganas de ponerse a pensar o hablar sobre qué hacer con el departamento que ella tenía alquilado, aunque había sentido el impulso de decirle que lo cancelara, pero prefirió dejar que las cosas se calmaran un poco primero. Por las dudas.

Después de mucho tiempo pensando en el asunto, Fanny había decidido dar una vuelta por Hogsmeade para ver si de casualidad podía conseguir echarle un vistazo a su esposo e hija. Esperaba que no se hubiera casado, aunque en su corazón esperaba que fuera feliz sin ella. Se preguntó cómo habría crecido Jade, pero no se atrevió a imaginarlo.

Había llegado caminando a través de la nieve durante una hora y media sólo para tener una posibilidad remota de poder echarles un vistazo, pero era a lo más que se atrevía. No quería ponerlos en riesgo ni ser una carga para ellos a pesar de que los extrañaba muchísimo.

Llevaba cerca de una hora en el pueblo y lo había recorrido de punta a punta de la manera más discreta que pudo, pero no consiguió ver ni a uno ni a la otra y, desanimada, decidió sentarse en la fuente. En eso andaba, juntando ánimo para emprender la caminata de regreso, cuando dos figuras se appararon frente a ella. Enseguida reconoció a su prima Elizabeth y su marido David. Deseó salir corriendo para no delatarse, pero a pesar suyo no pudo más que quedarse ahí sentada, observándolos. Parecían tan enamorados como la última vez que los había visto cinco años atrás y se imaginó que su hijo debía estar enorme.

Sintió esa extraña sensación en el estómago que caracterizaba el hecho de desappararse y se aferró a Dave, deduciendo lo que estaba sucediendo. Le pareció algo peligroso que los desapparara sin avisarle, porque podía dar lugar a accidentes poco agradables, pero lo dejó pasar porque estaba demasiado entusiasmada ante la perspectiva de estar de vuelta con él.

"I'd love to." Le dijo tomada de su brazo, estirándose para besarlo un momento antes de sonreír y ponerse a caminar hacia la casa de Dave, que había sido de sus padres antes de él.

Elizabeth notó que había alguien en la fuente mirándolos, pero asumió que sería la vendedora de libros esa que se parecía tanto tanto a su prima. La que Matt tenía en la mira, recordó. Siempre que la veía sentía algo de tristeza por su prima, pero se había acostumbrado a verla seguido y ya no le sorprendía tanto.

"Cada vez que veo a Jewel, la chica de la librería, es tan incómodo." Le dijo a Dave por lo bajo, echando una última mirada a la muchacha. "Me hace acordar mucho a Fanny y es medio freaky." Confesó feliz de poder decírselo a alguien finalmente.

Él también sabía que era peligroso lo que estaba haciendo porque ella podría no haberse dado cuenta y haber acabado dispersa por distintos lugares, pero estaba tan entusiasmado que no se había puesto a pensar en el peligro, algo raro en él que se vivía preocupando por todo.

Sonrió al ver que ella se estiraba, adivinando que lo besaría. Se quedó con ganas de besarla más largo, pero asumió que ya tendría tiempo de sobra cuando llegaran a la casa. Después de todo no tenían apuro ni ninguna otra cosa para hacer de momento.

Dave había visto a la chica de la librería sentada en la fuente, pero no le dio demasiada importancia. A él también le daba un poco de impresión, por lo que intentaba no verla mucho o ir a alguna de las otras dos librerías del pueblo. Recién se volvió a verla de manera discreta cuando Elizabeth le habló de ella. Le pareció que había algo raro en el rostro de la muchacha ese día, pero no le dio importancia. "Lo sé." Le dijo él también por lo bajo. "A mi también me da impresión." Confesó.

Ella se quedó petrificada observándolos, como quien mira algo que le aterra pero que no puede dejar de mirar de todas maneras. Le aterraba la posibilidad de encontrarse cara a cara con ellos y tener que dar explicaciones de lo que había estado haciendo durante los últimos cinco años, pero al mismo tiempo se moría por volver a hablar con su prima, que siempre había sido su mejor y única amiga. La había extrañado horrores durante esos años, incluso más que a Matthew, porque con ella había compartido también toda la infancia desde mucho antes que él siquiera entrara a su vida. Para ella había sido como perder a su hermana al mismo tiempo que al resto de su familia.

Por alguna razón, le dio la impresión de que estaban hablando de ella, pero eso no le extrañó tanto como el hecho de que no la reconocieran. Cuando ella vivía ahí con Matt, la librería había estado atendida por los padres adoptivos de su doppleganger y ella jamás hubiera podido hacer la conexión. Por otra parte, no había salido mucho de su casa como para poder ubicarla de cuando iba a ayudar o a saludar. Siempre había sido una de esas amas de casa que se la pasan encerradas. Agradeció mentalmente al destino de que no la reconocieran o lo que fuera y se puso de pie, dispuesta a marcharse antes de que cambiaran de opinión o descubrieran que ella era ella.

El que él se sintiera de la misma forma la dejó más tranquila. Ella quería ser super fuerte y una super auror y el que alguien le diera impresión por parecerse a su difunta prima siempre la había hecho sentir débil, algo que no le gustaba ni un poco.

Caminó del brazo de Dave en dirección a la casa, que dentro de todo era bastante céntrica teniendo en cuenta el tamaño del pueblo. -Mira que hay que tener una fijación para ir a meterte con una mina que exáctamente igual que tu esposa muerta- pensó en referencia a Matt y de repente le pareció enfermo. "Es que es muy raro... aunque hablé con ella un par de veces y la verdad que de personalidad no se parecen ni un poco, pero igual es raro." Insistió por conversar.

Él venía escuchando lo que ella decía y asintiendo con la cabeza cuando de repente vio pasar a la verdadera chica de la librería por otra calle lateral y se quedó duro en el lugar. Quiso decirle de qué se trataba, pero no atinó a hacerlo y finalmente se limitó a señalar con la cabeza en la dirección en que la había visto pasar.

Su mente buscó primero la explicación más lógica, pero no se le ocurría ninguna. Uno podría pensar que la muchacha podía haber corrido a la otra punta del pueblo o se podía haber apparado, pero que se hubiera cambiado el peinado y la ropa en el proceso, sólo para volverlos locos a ellos dos, era algo que no se le antojaba plausible. De hecho, le parecía bastante traído de los pelos como para tomarlo en serio.

Elizabeth no la notó cuando Dave la vio, pero sí notó la manera en que él se había quedado helado y el hecho de que había dejado de caminar, por lo que ella también se detuvo y buscó con la mirada aquello que él estaba viendo. Recién ahí vio a la chica de la librería yendo por una lateral y sintió cómo un escalofrío le bajaba por toda la espalda. Se puso pálida de repente y el corazón le empezó a latir a mil por hora mientras que le agarró una ola de frío repentino. -What the fuck?- Pensó inmediatamente.

"Fanny..." murmuró soltando el brazo de Dave para volver sobre sus pasos rápidamente en dirección a la fuente. Aún podía ver la figura de su prima marchándose fuera del pueblo. Una nueva ola de escalofríos la sacudió justo antes de que se lanzara a la carrera detrás de ella. "Fanny!" Gritó para llamar su atención.

Stephanie ya se iba perdida en sus pensamientos sobre qué sería de la vida de su prima y del resto de sus conocidos, cuando sintió que Elizabeth la llamaba. Volteó para verla y al ver que venía corriendo se echó a correr ella también. Sabía que no tenía ni la menor posibilidad de ganarle a Liz, que siempre había sido la deportiva cuando ella no se levantaba nunca del sofá pero igual lo intentó.

Comenzó a sentirse desesperada al ver que eventualmente su prima iba a alcanzarla y ella no tenía manera de escaparse porque no podía hacer magia sin correr el riesgo de lastimar a alguien. Appararse era algo que obviamente nunca había aprendido, ya que no podía siquiera hacer cosas mucho más simples como los hechizos convocadores.

Se sorprendió cuando ella lo soltó para salir corriendo en la dirección de la que acababan de venir y le tomó un par de segundos el reaccionar y salir corriendo detrás de ella, pero finalmente lo hizo. Unos momentos después, pudo ver la silueta de la otra mujer saliendo del pueblo y se impresionó al igual que Elizabeth, puesto que se esperaba no encontrarla allí después de haberla visto a dos cuadras.

"Lizzy!" La llamó él al ver que la mujer rubia comenzaba a correr, aparentemente sin ganas de ser atrapada. Si la mujer no quería ser alcanzada, debía haber una buena razón para ello y él siempre tenía que estar recordándole a ella que a veces la gente tenía derecho a su privacidad, por más que uno tuviera toda la curiosidad del mundo. "Lizzy, let her go!" Le dijo corriendo más rápido para alcanzarla.

Elizabeth también corrió más rápido al ver que su prima comenzaba a correr e intentó empujar su físico más allá de lo posible al ver que comenzaba a acortar la distancia entre ambas. La curiosidad de saber si realmente era su prima y, en ese caso, de averiguar cómo había logrado sobrevivir, era demasiado grande y la hacía tener la adrenalina necesaria para correr a su máxima velocidad posible.

"Fanny!" Volvió a llamarla a los gritos cuando la tenía a tan solo un par de metros de distancia.

Fanny también intentó correr más allá de donde le daban las fuerzas, pero ella no tenía el estado físico de Elizabeth y no tardó en perder distancia. Ahora podía oír los pasos de su prima detrás de ella y un miedo irracional la envolvió por completo. Si su prima que era Auror descubría lo que ella le había hecho a esos hombres... si se daba cuenta del peligro que era para la sociedad podía o bien mandarla de por vida a Azkaban, o bien encerrarla en St. Mungo de manera permanente. Ninguna de las dos opciones le parecían atrayentes ahora que había empezado a superar su problema y a dejar atrás la culpa para empezar una nueva vida.

Al borde de un ataque de nervios, su magia se liberó transportándola al callejoncito que quedaba a la vuelta del departamento muggle que estaba alquilando. ((Tiro para ver qué tanto collateral hubo dif7?))

El miembro 'Stephanie Dalton' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Al ver que Elizabeth no le estaba dando nada de bola, corrió para intentar alcanzarla, para ver si lograba disuadirla de una manera más física, pero enseguida se dio cuenta de que no iba a llegar a detenerla antes de que ésta alcanzara a su prima y simplemente dejó de correr, desacelerando de a poco para no ponerse un palo.

Un par de transeúntes los estaban mirando con curiosidad, pero aunque eso lo hizo sentir un poco tonto, intentó no prestarle atención. Le resultó fácil dado que tenía a una muerta pareciendo muy muy viva unos metros más adelante y se limitó a observar qué sucedía, con mucha mucha curiosidad.

Stephanie desapareció de la nada con un loud 'crack' que sonó más bien como una explosión que cuando un mago se desaparece. Incluso dejó una pequeña onda expansiva detrás de ella cuando se desmaterializó de manera inconsciente, sólo porque deseó con toda su fuerza desaparecer de allí y la magia que el estrés había liberado hizo el resto.

Apareció en el callejoncito bastante confundida. Miró alrededor sin comprender bien lo que había sucedido hasta unos cuantos segundos más tarde. Al principio le había parecido demasiado inverosímil la posibilidad de que ella realmente se hubiera desaparecido de Hogsmeade para ir a parar al callejón a la vuelta de su casa, pero después de comprobar dónde estaba y sabiendo que no había soñado el encuentro con su prima, no le quedó otra alternativa más que aceptar eso como verdad.

Elizabeth había estado demasiado concentrada en su prima como para prestarle atención a los gritos de Dave. Con él tendría la oportunidad de hablar más tarde en el peor de los casos, pero si la dejaba escapar a ella, sentía que la ilusión desaparecería y jamás volvería a verla. Sabía que su prima no podía usar magia en el sentido convencional de la palabra, pero para justificar lo imposible, había pensado que aquello no era más que una ilusión que podía desaparecer en cualquier momento.

Como si el cielo hubiera oído sus miedos y los hubiera transformado en una pesadilla, Stephanie desapareció frente a sus ojos cuando ella se encontraba super cerca de atraparla. Apenas un par de metros más y la hubiera agarrado, pero había desaparecido y la onda expansiva la tiró hacia atrás, sentándola de traste en el suelo.

Por un momento Elizabeth no comprendió lo que acababa de suceder, hasta que la realidad se le asentó en el cerebro. O bien aquella no era su prima, o bien no estaba muerta como se suponía y tampoco era tan squibb como parecía. Lo primero era lo más plausible, se dijo a sí misma, su cabeza yendo a mil por hora. Lo que no entendía era por qué alguien querría hacerse pasar por su prima. Sabía que estaba el asunto del dinero, pero no le pareció que nadie fuera capaz de inventar algo lo suficientemente creíble como para conseguir parte del grupo empresarial de la familia.

En vista de que Fanny no volvería a aparecer porque no parecía tener interés alguno en hablar con ella, se levantó y se dirigió hacia Dave, con intención de discutir lo que acababa de suceder. Sabía que ella tenía que haberla reconocido porque había corrido más rápido al escuchar que la llamaba por su nombre, pero su prima jamás hubiera salido corriendo de ella... ¿o sí? Se sentía desanimada, como si acabara de perderla nuevamente.

Dave ya se había rendido e iba caminando lentamente hacia la dirección en que ambas mujeres corrían, sin ninguna esperanza de alcanzarlas, pero moviéndose con la inercia que le había sobrado de la corrida. De repente vio a Stephanie desaparecer frente a sus ojos, desmaterializarse como si se hubiera desapparado, pero de manera mucho más ruidosa y eso lo confundió aún más. Por un lado eso no sonaba del todo como un mago o una bruja y, por otra parte, él sabía que la prima de Liz era squibb y no hubiera podido ser capaz de hacer eso incluso si hubiera podido resucitar de alguna manera mágica.

Vio como Liz caía de espaldas y se apresuró a ir hacia ella, pero para cuando llegó, ya se había logrado poner de pie. "You OK?" Le preguntó mirándola con cierta preocupación a demás de lo sorprendido que estaba por lo que acababa de ver. La miró de arriba abajo como para asegurarse de que no tuviera ninguna lastimadura por el golpe o la magia o lo que fuera. "¿Era ella? ¿Pudiste verla de costado aunque sea?" Le preguntó tan shockeado como ella.

Liz se detuvo junto a Dave y lo miró a los ojos con toda la confusión de emociones y pensamientos que sentía, reflejado en su rostro. "Estoy bien." Le dijo claramente despreocupada acerca de ella misma, puesto que ni siquiera se había puesto a 'pensar' si le dolía alguna parte.

Negó con la cabeza. Aún tenía la respiración muy agitada por la corrida como para poder hablar tranquilamente. "No. Sólo le vi la espalda, pero estoy segura de que era ella..." Le dijo antes de morderse el labio inferior preocupada. "Pero no puede ser ella..." No terminó la frase porque él sabía todas las implicaciones que estaban involucradas sin necesidad de que ella se lo aclarara.

Comenzó a caminar lentamente de regreso, en la dirección que se encontraba la casa de Dave. Ya no pensaba poder alcanzarla a donde sea que se hubiera ido, incluso si hubiera existido una manera de predecir a dónde se apparaba la gente después de desappararse.