A la salida de la oficina

Dave salió del Ministerio y se quedó esperando a Elizabeth en una calle lateral. Solían encontrarse ahí para evitar que sus compañeros de oficina hablaran de ellos a sus espaldas cuando decidían encontrase. Por eso solían elegir un bar muggle, donde sabían que no serían molestados.

Últimamente las cosas habían estado muy tranquilas en el departamento de Aurismo y el trabajo comenzaba a parecer un trabajo de escritorio. A él no le molestaba. Lo que realmente quería ser en la vida era actor, de manera que andar por la calle cazando magos oscuros o en la oficina ordenando papeles e investigando casos viejos que nunca habían sido resueltos le daba lo mismo. Ninguno tenía nada que ver con la actuación y, de todas maneras, los disfrutaba lo suficiente como para hacerlo a gusto.

Ella llegó un par de minutos después. Se había quedado un momento después de hora porque su jefe había querido hablar con ella sobre un posible caso para asignarle. Venía como de costumbre, más abrigada de lo que iban el resto de las personas. El clima de Inglaterra le parecía atroz y debajo de su tapado de cuero negro tenía un sweater, un buzo y una remera de mangas largas debajo de ambos.

"Aquí estoy." Dijo con tono cansado, caminando hacia él con una sonrisa. "Perdón por hacerte esperar. El jefe quería hablar.. ya sabes cómo se pone." Comentó al pasar. En general era una adicta al trabajo, pero cuando se trataba de Dave, prefería no hablar de trabajo. Tenían muchas cosas en común con las que entretenerse como para hablar de esas cosas. Sin embargo, era un buen rompehielos.

"Hey!" La saludó de buen humor. "No es problema." Le dijo sin darle demasiada importancia. "Uh... tuviste suerte de poder escaparte hoy, entonces. Cuando empieza..." Se quejó despreocupadamente.

"¿Qué quería?" Preguntó con curiosidad. Sabía que el tipo había estado llamando a varios de sus compañeros pero a él no lo había llamado y le daba un poco de curiosidad saber de qué se trataba. Sabía que él no le ponía tantas ganas al trabajo como ella, que era conocida por su adicción al trabajo, pero igual se sintió algo mal de que no lo llamarana pesar de que siempre se esforzaba dentro de lo posible.

Lizzy sonrió divertida por la veracidad de su acusación y soltó una risita nasal mientras asentía. "Totalmente." Concordó. A ella también le parecía pesado el jefe cuando se ponía en quisquilloso detallista y pretendía arreglar todos los problemas del mundo mandando a sus empleados a distintos lugares, a rastrear pistas que hacía rato que habían pasado a ser cold cases.

"Nada del otro mundo, para variar." Le dijo ya no tan entusiasmada. La perspectiva de hablar de trabajo después de salir de haber estado ahí encerrada todo el día no le interesaba. Comenzó a caminar hacia el cafecito de manera automática, por costumbre. "Sugirió uno de los viejos expedientes para que investigara. Anda muy perseguido con que de seguro algunos los Death Eaters que se presumen muertos o desaparecidos están en realidad escondidos y actuando desde las sombras, esperando el momento adecuado para volver a tomar el poder..." Dijo con una expresión elocuente, que daba a entender que a ella eso le parecían una sarta de idioteces paranoicas.

La explicación de ella lo tranquilizó. Por un momento había creído que de seguro había algo importante going on y lo estaban dejando a él fuera del asunto por ser menos eficiente que los demás. Él también tenía una buena dosis de paranoia. A él no le importaba hablar de trabajo mientras pudiera hablar con ella.

Cuando ella comenzó a caminar él hizo lo mismo, andando lentamente mientras conversaban. Sonrió al ver la expresión de ella. Dave era de la misma opinión que Elizabeth en ese sentido. "Bueno, supongo que tiene que justificar su puesto, no? Tal vez lo están apurando de arriba y tiene que hacer ver que trabaja." Opinó intentando explicar el comportamiento del jefe.

Sonrió al oír su teoría y soltó una risita breve. "Sí, puede ser." Comentó para luego enseriecerse un poco. "Tiene sentido en realidad." Agregó después de pensarlo un momento. "De todas formas será mejor que te prepares. Mañana quiere verte a ti para ver cómo puedes contribuir a su nuevo hobby de desenterrar muertos." Dijo aludiendo a lo de revolver casos viejos a falta de trabajo nuevo, para ver si llevaban a algún lado.

Lo miró de lado un momento, como dubitativa. En realidad, estaba evaluando si él se enojaría o no si ella le decía lo que tenía en mente. Finalmente decidió que probablemente no fuera a enfadarse demasiado y le dijo "En realidad, me tomé la libertad de sugerirte como compañero para la misión que me asignó en Godric's Hollow..." Le dijo mirándolo fugazmente para ver si reaccionaba mal. "Espero que no te importe..." se apresuró a decir. "No es que crea que la pista realmente valga la pena, pero he oído rumores de que ha habido ataques en la zona y es algo que me gustaría comprobar..." Se excusó enseguida, hablando rápidamente y un poco avergonzada.

Levantó las cejas cuando le dijo que se preparara. -Bueno, al parecer sí van a llamarme después de todo.- Se dijo a sí mismo levemente satisfecho. "Y yo que pensé que iba a zafar..." Bromeó de buena gana, con una sonrisa.

Le sorprendió enormemente que ella lo hubiera sugerido como compañero. Sabía que ella últimamente trabajaba más con Nash para evitar que los problemas personales que ellos dos podían llegar a tener interfirieran en el trabajo. Se preguntó por qué habría cambiado de opinión tan drásticamente, pero no le molestaba la idea de trabajar con ella. De hecho, lo entusiasmó. En especial dado que ella parecía avergonzada, lo que lo hizo pensar que para ella la conversación no debía ser estrictamente profesional o hubiera dejado de lado cualquier sentimiento personal que tuviera. Él no podía ser tan práctico y admiraba esa cualidad en ella.

"No me molesta, pero la verdad me sorprende bastante." Confesó honestamente, observándola de reojo mientras caminaban y preguntándose qué motivos habría tenido para querer volver a trabajar directamente con él después de tanto tiempo. "¿Y el jefe qué dijo?" Quiso saber con curiosidad, para no hacerse ilusiones antes de tiempo.

"Para variar, tomando la iniciativa..." dijo en broma. Otra cosa que él admiraba en ella era esa intuición que tenía que la hacía sospechar de algo y querer investigarlo. Él no era malo en su trabajo, pero era demasiado obediente y no hacía cosas por motivación propia si no se le ordenaba pensar fuera de la caja de manera específica. No como ella que le estaba mintiendo a su jefe para poder investigar algo que a ella le parecía que valía la pena ser estudiado de cerca.

La miró con cierto orgullo y admiración durante unos momentos, luego no quiso quedar muy en evidencia y se apresuró a hablar. "Ehh... ¿de qué tipo de rumores estamos hablando?" Preguntó con curiosidad.

Sonrió divertida y soltó un par de 'je's nasales. Notó que estaba demostrándose demasiado risueña y de buen humor, pero de momento no le importó cómo él pudiera interpretarlo o tomárselo. Estaba segura de que sería capaz de manejar cualquier situación que se le presentara.

Se sintió un poco incómoda y avergonzada cuando él le dijo aquello de manera tan abierta y evitó su mirada deseando no haber dicho nada al respecto y que se enterara por el jefe. Estaba a punto de salir en su propia defensa con algo como '¿por qué si hacemos buen equipo?' cuando él le hizo otra pregunta. Ella aprovechó a responder esa para zafar de la primera. "Le expliqué de los rumores y le pareció una buena idea que fuéramos a investigar la zona. Él cree que ambas cosas podrían estar relacionadas, aunque yo seriamente lo dudo." Le dijo siendo honesta. A ella sólo le interesaba investigar los rumores. Los cold cases la aburrían mortalmente.

Sonrió de lado cuando él la acusó de esa manera. "That's me!" Concedió aún sonriendo.

Había notado que él la estaba mirando, pero no pensaba decir nada al respecto. No quería quemarlo o incomodarlo y apreció que él sacara algún tema de conversación para que la cosa no se pusiera incómoda. "No estoy segura, pero creo que podría tratarse de un vampiro." Dijo por lo bajo, mirándolo con seriedad un momento antes de entrar al café. Buscó una mesa con la mirada y encontró la que ellos solían ocupar, vacía, de modo que se dirigió allí de manera instintiva y se sentó en su asiento de siempre tras sacarse el saco. Se acomodó en la silla y puso el tapado contra el respaldo de la misma.

Asintió más seriamente, ahora all business. "Ya veo." Intentó no pensar en el hecho de que ella repentinamente quisiera trabajar con él. "Un fiambre y rumores... parece que la época dorada de los Aurors quedó bastante atrás, eh?" Bromeó como para amenizar.

Le devolvió la sonrisa de manera más comedida y cruzó la calle para entrar detrás de ella en el café. Se sorprendió al oír la palabra 'vampiro', puesto que es algo que no abundaba en la Inglaterra mágica cuando ellos no podían hacer magia y los muggles eran presas más fáciles. Esperó a estar adentro y sentados para preguntarle. Mientras tanto, ubicó la mesa de siempre con la vista y sonrió al encontrarla vacía.

Siguió a Elizabeth hasta la mecita redonda para dos y se sentó frente a ella, quitándose también el saco de cuero antes de hacerlo. Se inclinó un poco hacia adelante, para no tener que levantar tanto la voz. Parecía demasiado enorme para esa mesa chiquita, pero no le importó demasiado. "¿Qué te hace pensar en vampiros?" Preguntó por lo bajo. No era que dudara el criterio de ella, que consideraba superior al propio, pero le parecía algo muy inverosímil como para darle crédito sin oír primero algo de lógica a favor de la teoría. Sabía que convencer al jefe de cualquier cosa era fácil, pero él no era tan paranoico como para dejarse llevar por simples rumores.

Elizabeth no pudo menos que reír por el chiste de él, que la tomó desprevenida, ya que había sido un cambio radical de tema.

En ese momento notó que el abrigo de él no era el mismo que ella le había regalado hacía años y, en cierto modo, le dolió un poco que lo hubiera cambiado, por más que ella supiera que el anterior ya estaba hecho mierda ((todo según lo que Dave posteó en el thread con Albert, no mi poder sobrenatural)). "Ohh, fancy coat." Lo halagó con una sonrisa cómplice y los ojos levemente entrecerrados. No era propensa a dejar entrever ese tipo de emociones que ella consideraba 'de mujer débil y patética'.

Ella también se acercó un poco, inclinándose sobre la mesa para no correr riesgo de ser oídos. Estaba seria, puesto que tenía la mentalidad de trabajo puesta. "Algo que oí en el ascensor. Alguien del departamento de misterios estaba diciéndole a un tipo calvo que su hija había vuelto muy tarde a la casa el otro día y que poco antes de que ella entrara él había escuchado golpes en la puerta. El tipo dijo que cuando la había interrogado para castigarla, la muchacha se había excusado diciendo que se había tardado porque un tipo muy pálido y con un fuerte acento extranjero había intentado convencerla por todos los medios de pedir una habitación en la posada. El Unspeakable dijo que cuando ella se negó y salió corriendo, él la persiguió todo el camino y casi logra atraparla en la puerta del domicilio, pero que al ver el crucifijo que ella llevaba al cuello había acabado por salir corriendo y se había perdido en la noche."

Dave sonrió aunque en sus ojos había algo más. Él no podía adivinar lo que ella sentía detrás de la máscara que se había puesto, pero sí sabía que él no se hubiera desprendido de su viejo tapado si no hubiera estadotodo roto y la verdad aún le daba pena el haber tenido que cambiarlo.
"Sehh, tuve que cambiar el otro porque recibió un par de esas maldiciones irreparables... tu sabes." Le dijo con un movimiento de cabeza refiriéndose a las que le habían costado a él su brazo y a ella su mama. "Pero la verdad me gustaba más el otro." Admitió si bien éste estaba bastante lindo y era parecido. Simplemente no se lo había regalado ella.

Oyó la historia de ella con interés y cierto escepticismo. No le parecía suficiente prueba y no le parecía que ella fuera del tipo de persona que saltara a conclusiones apresuradas. "Suenamuy de libro." Opinó. "Tranquilamente puede haber sido una mentira paraeludir el castigo de su padre." Dijo intentando verlo de manera objetiva.

Ella notó que había algo detrás de su sonrisa, pero no supo discernir qué. Sabía que él tendía a agarrarse de las cosas materiales, pero no se le había ocurrido hacer la conexión en ese momento y, de todas maneras, lo siguiente que él dijo acaparó su atención y ya no recordó nada más.

Abrió los ojos un poco de más, preocupada, y lo observó como buscando dónde se había roto ahora, pero no encontró nada que le pareciera fuera de lo normal en él. Eso tampoco era ninguna tranquilidad. Ella sabía de su prostético, pero con sólo mirarlo nadie hubiera podido identificarlo. "¿Estás bien? ¿Dónde te pegó?" Le preguntó aún mirándolo preocupada.

"Lo sé, pero ¿me dejas terminar?" Le pidió al ver que él se anticipaba a los hechos. En ese momento llegó el mozo a tomarles el pedido y ella lo miró un momento antes de volver a mirar a Dave.

Le pareció tierno que ella se preocupara cuando evidentemente él estaba bien. Hizo lo posible por reprimir la sonrisa que le había generado el saber que ella todavía se preocupaba por él. Lo logró a medias, por lo que se puso a hablar para que no se notara. "Por suerte lo absorbió el cuero." Explicó. "Como también es piel... pero después de eso quedó prácticamente inutilizable." Dijo levemente apenado. Sabía que no tenía que ser tan aferrado a los objetos materiales, pero era más fuerte que él. Simplemente no podía dejar de asignarle valor sentimental a ciertas cosas.

Se sintió un poco tonto por haber pensado que ella ya había terminado de hablar y asintió de manera seria. "Perdón." Dijo simplemente.

En eso llegó el mozo. Él pensaba esperar a que ella pidiera, pero en vista de que lo miró a él, se volvió hacia el mozo y pidió lo que habitualmente tomaba cada uno, que en el caso de él se traducía a una taza enorme de café fuerte. Luego volvió a concentrarse en ella, como pidiéndole con la mirada que continuara hablando.

Elizabeth captó la pseudo sonrisa de Dave, puesto que para el flirting sí tenía la cabeza bien afilada. Con mucho más autocontrol, ella reprimió a su vez una sonrisa complacida.

Recién después de oír la explicación de él se había quedado más tranquila. Sabía que el cuero solía absorber esa clase de hechizos, pero no se le había dado por pensarlo en el momento en que él había hablado del hechizo y el tapado. Las telas, sin embargo, sintéticas o naturales, podían ser atravesadas fácilmente por las maldiciones de ese tipo como ambos habían aprendido del modo duro. "Me imagino..." dijo seriamente. Ella había quedado hecha un bloody mess después de que la golpeara la maldición y le había dado mucho trabajo a los medimagos durante horas.

Tras una pausa de un par de segundos, le clavó la mirada y sonrió de lado. "Ahora, hazme un favor y cuando llegues a casa tira ese trapo viejo a la basura, Dave." Le dijo en broma, ahora sí recordando repentinamente su manía de guardar cosas viejas.

Sonrió al verlo pedir por ambos sin siquiera preguntarle. Indicaba que la conocía bien y eso la hizo sentir una sensación cálida por dentro. Algo que una mujer 'dura' como ella jamás admitiría en voz alta. Notó que ese día se sentía especialmente atraída hacia Dave y era algo que le venía sucediendo hacía ya algunas semanas, desde que comenzara a sentirse mejor anímicamente.

Hizo un gesto con el rostro para indicarle que no importaba y se dispuso a continuar, su expresión nuevamente seria. "Mientras el tipo hablaba, el pelado fue palideciendo cada vez más y, cuando terminó su historia, lo miró preocupado." Dijo mientras iba viendo todo en su cabeza como una película. "Entonces el tipo le dice: me pareció que debías saberlo. Después de lo que le sucedió a tu mujer... supongo que en este momento debe sentirse bien saber que alguien te cree." Terminó de relatarle lo sucedido.

Dave rió con ganas ante el pedido de ella, que en un principio había pensado sería algo en serio. "Sal de mi cabeza!" Protestó también en broma. Sabía que ella lo conocía lo suficiente como para saber eso que nadie más hubiera adivinado sin leerle la mente o revisarle el placard. Después de todo, esa era la primera vez en
quince años que estaban viviendo separados.

Intentó concentrarse en lo que ella le decía y olvidar que acababa de quedar como un tonto, pero la historia de ella, que comenzaba a tener más sentido, no hacía más que dejarlo peor parado. De todas formas, sabía que ella no era de reírse de la gente y probablemente estuviera pensando sólo en el trabajo en ese momento.

Asintió con expresión grave. "Empieza a tener más sentido." Admitió. "Habría que ver si el tipo pelado hizo una denuncia a la policía mágica y ver qué dice en el expediente." Opinó. En general, lo normal hubiera sido interrogar a la mujer del tipo, pero en vista de que aquella no era una investigación oficial sobre el tema de los vampiros, sino algo que el jefe le había dado permiso a ella de investigar porque pensaba que podía estar conectado con otra cosa, no estaba seguro de que pudieran conseguir permiso para hacerlo.

"¡No puedo! Una vez que algo entra en tu mente es imposible salir." Ella también rió, pero de la broma de él y luego se lo quedó mirando con cariño un momento, como si fuera la primera vez en mucho tiempo que realmente lo observaba con atención. Desvió la mirada antes de llegar a cuatro mississippis como para no quedar tan mal.

Asintió seria. "Si el jefe no fuera tan obtuso, por lo menos podríamos interrogar a la mujer." Protestó ella ceñuda, porque necesitaba quejarse, no porque pensara que él no lo sabía. "Pero estoy segura de que sólo me dejó investigar esto porque cree que tiene relación con lo que sucedió hace seis años... de seguro te hará llegar el expediente mañana." Dijo para no tener que entrar en detalles engorrosos.

"Supongo que si pudiéramos identificarlo podríamos preguntarle a James por la denuncia. Aún nos debe un par de favores." Dijo al pasar. Algunas veces sus métodos de investigación no eran del todo legales, pero siempre apuntaban a hacer cumplir la ley.

Volvió a reír por el chiste de ella. "Está bien, está bien. Ya entendí: soy una urraca." Se rindió. "Cuando llegue lo tiro." Prometió con una sonrisa leve, aunque sabía que probablemente no fuera a cumplir con su palabra.

"Si después de investigar el área aparece alguna pista que permita llevar la investigación para ese lado, de seguro será fácil conseguir el permiso." Pensó en voz alta.

"Eso es verdad." Concordó con ella. "¿Puedes recordar cómo era?" Preguntó aunque sabía que había pocas posibilidades de que justo se tratara de alguien que él conocía.

"¡Lo eres!" Le dio la razón, aún divertida. Tenía que admitir que había extrañado poder molestarlo todos los días con estupideces como esa. "Yeah, right..." Dijo con una mueca de lado, no muy convencida.

Volvió a asentir. "Sería la idea. A ver si conseguimos algo de acción. Esto de hacer trabajo de escritorio va a matarme de aburrimiento..." Protestó revoleando los ojos, hastiada de sólo pensarlo. Negó con la cabeza. "No me acuerdo tanto. Estuvo de costado la mayor parte del tiempo." Se justificó y luego suspiró. "Pero bueno, suficiente con el trabajo. Hablemos de otra cosa... ¡de cualquier otra cosa!" Así como era de obsesiva con el trabajo, prefería pasar el tiempo que estuvieran juntos hablando de algo más relajado, más personal. Habitualmente hubiera evitado ese tipo de acercamiento pero ese día y por ser él, lo necesitaba.

Él también sonrió y le sostuvo la mirada cuando ella lo acusó, pensando que él también extrañaba verla todos los días al volver a casa y no sólo en la oficina a las corridas. Extrañaba las películas y los videojuegos compartidos y tantas otras cosas.

Rió brevemente y de manera nasal por el comentario. A él no le molestaba el trabajo de escritorio, pero sabía cuánto lo detestaba ella y se imaginó que no debía estarle resultando fácil adaptarse al cambio. Después de la batalla de Hogwarts, todo había quedado demasiado tranquilo en el Ministerio.

El que ella no quisiera hablar de trabajo le llamó la atención, pero no dijo nada. Ya era la segunda cosa extraña que hacía ese día. La primera había sido sugerirlo a él como compañero para esa investigación. "¿De qué quieres hablar?" Le preguntó antes de que ella dijera cualquier otra cosa, pensando que tal vez ella tenía algo en particular en mente.

Sonrió al oír su respuesta y se detuvo un momento a pensar si tenía algo para contarle. "El director de Hogwarts me ofreció un puesto en el castillo para el año que viene o tal vez antes, si se retira la profesora de transfiguración." Explicó con una sonrisa no tan complacida como lo sería si se tratara de una persona creída.

Después de un par de segundos, Lizzy apartó la mirada hacia abajo. En ese momento llegó el mozo con los dos cafés cargados y ella agradeció la excusa para no sentirse incómoda. A ella siempre le había importado bien poco lo que sintieran o pensaran los hombres con los que estaba, pero él siempre conseguía hacerla sentirse como una adolescente, aún quince años después.

Lo miró abiertamente impresionada. Aquello era algo importante. "Wow, Dave." Fue lo primero que atinó a decir, demasiado sorprendida como para reaccionar más allá. "That's... that's amazing!" Dijo entonces. Sabía que él amaba a Hogwarts, como todos los Ingleses, aunque no estaba segura de si pensaba trabajar como profesor o no. Para eso tendría que dejar su trabajo en el Ministerio y mudarse al castillo, aunque entendía por qué el dejar esa casa llena de recuerdos podía resultarle tentador a alguien sentimentaloso como él.

"Did you give him an answer yet?" Quiso saber con curiosidad, verdaderamente entusiasmada por él.

Dave nunca había tenido demasiado levante con las mujeres, y el tener ese efecto en ella de conseguir que apartara la mirada cuando siempre era una mina segura y le importaba todo tan poco, le inflaba bastante el ego.

Sonrió ampliamente al ver la reacción impresionada de ella. A los hombres siempre les gustó poder impresionar a las mujeres que querían y él no era excepción, de modo que disfrutó con la reacción de Lizzy y no se molestó en esconderlo. "It's a good opportunity." Admitió aún sonriendo un poco. "La paga es un poco menor pero son muchas menos horas y es un trabajo menos estresante... y sería volver a Hogwarts." Dijo pensándolo seriamente por primera vez. Hasta ese momento no había caído realmente como para poder considerar la oferta.

Negó con la cabeza, se enserieció un poco y levantó las cejas. "Aún no sé si quiero tomar la oferta." Le dijo sinceramente. "En realidad, ni siquiera me senté a pensarlo todavía." Admitió algo avergonzado. La idea de poder volver a Hogwarts era tentadora, pero el poder verla todos los días en la oficina ya que no la tenía en la casa, también lo era y, sobre todas las cosas, el sentir que estaba "cerca" para protegerla si le sucedía algo en alguna misión era su mayor obstáculo para aceptar esa propuesta.

Sonrió contenta de verlo entusiasmado con algo, puesto que ambos habían tenido problemas para encontrar motivación en la vida desde que hubieran asesinado a su hijo. Le parecía bueno que él tuviera oportunidades de trabajo que le resultaran más agradables que ser un Auror, algo que ella sabía, no había sido su primera opción.

Levantó las cejas sorprendida de escuchar eso, pero luego sonrió al oír su excusa. Le parecía entendible que él quisiera tomarse un tiempo para pensarlo. "Supongo que todavía tienes tiempo para pensarlo." Le dijo para que no se desanimara. "Este tipo de decisiones es mejor tomarlas con tiempo." Opinó.

Endulzó el café y miró el brebaje negro unos momentos como si allí fuera a encontrar la respuesta a todas sus dudas, luego levantó la mirada hacia ella. "No lo sé..." dijo refiriéndose a qué haría con el asunto, aunque ella no se lo hubiera preguntado. Era como si se estuviera respondiendo a él mismo. "Supongo que la idea de volver a Hogwarts me resulta interesante, aunque dudo que tenga el tipo de personalidad que se requiere para la docencia." Admitió siendo objetivo. Él sabía que si lo ponían frente a un montón de alumnos se dejaría pisotear en cuestión de minutos. Jamás había aprendido a defender lo que le correspondía y a menudo dejaba que la gente se aprovechara de él.

"Por otra parte, tendría que ir a vivir al castillo y tal vez el cambio de ambiente me siente bien... tu sabes, un lugar menos cargado de recuerdos... bah, recuerdos de otro tipo." Especificó cuando se dio cuenta de que lo que decía no era del todo cierto. Se había ensombrecido un poco al recordar a su hijo. "Pero el saber que el director me quiere allí es como una palmada en el hombro." Admitió intentando concentrarse en el lado positivo.

Notó que él tenía dudas y, al principio, le parecieron comprensibles, pero luego de oír lo último que él dijo se convenció de que tal vez él estuviera a punto de aceptar esa oferta por las razones equivocadas. Ya lo había visto forzado a tomar un trabajo que no lo hacía feliz por necesidad. No quería verlo cambiar de carrera hacia otra que tampoco lo hiciera feliz.

Ella también se enserieció al oír la mención indirecta de Gabe. Estaba tan compenetrada en la conversación que se había olvidado por completo del café o por lo menos no le estaba prestando ninguna atención. "Dave..." le dijo suavemente, de manera comprensiva. "Esta oferta de trabajo es muy buena, y me alegra por ti, pero me dolería verte aceptarla por las razones equivocadas." Le dijo sinceramente. Ella no se andaba con vueltas y no sabía muy bien lo que era el tacto. "Si crees que la docencia te hará feliz, entonces creo que harías bien en aceptar el puesto, pero hacerlo por escapar... puede que a ti te funcione, pero yo lo probé y nunca me dio muy buenos resultados." Admitió bajando la mirada un momento, puesto que consideraba que ya lo había mirado bastante.

Le sostuvo la mirada con seriedad no exenta de preocupación mientras sopesaba sus palabras. Sabía que Elizabeth tenía razón y que lo conocía lo suficientemente bien como para darle un consejo que, como de costumbre, daba justo en la tecla. Le encantaba que ella siempre pudiera adivinar lo que quería decir detrás de las palabras que estaba diciendo. Lo hacía sentir seguro. Con otra mujer no se hubiera atrevido a hablar de sus inseguridades respecto del asunto y mucho menos con otro hombre.

Finalmente, asintió y esbozó una leve sonrisa. "Lo que dices es cierto." Admitió algo más tranquilo. "Supongo que me tomaré algo de tiempo para pensarlo de todas maneras, pero si tuviera que cambiar de trabajo, me gustaría que fuera hacia algo relacionado aunque sea remotamente con la actuación... aunque no es como si pudiera comprarme el viejo teatro de Hogsmeade y mandar todo al demonio." Bromeó al pasar.

Le tomó la mano por encima de la mesa mientras él pensaba mirándola y le dedicó una sonrisa. Estaba segura de que él luchaba todos los días por estar bien, al igual que ella lo hacía. Y estaba segura de que a veces debía sentirse tan desesperado como ella la mayoría de las noches.

"Es la mejor idea." Concordó con él. Luego rió de manera nasal por el comentario, aunque seguía algo triste por haber recordado a su hijo. "Bueno, como poder, de seguro que puedes, pero sería un poco preocupante." Admitió medio en broma, medio en serio.

En ese momento se acordó del café y bebió un sorbo sin darse cuenta de que no le había puesto azúcar. "Silly me." Hizo una mueca de disgusto al sentir el sabor amargo y se apresuró a endulzarlo a su gusto antes de volver a beber un sorbo, para quitarse el gusto amargo de la boca.

Por tercera vez en el día, Elizabeth lo sorprendió haciendo algo inesperado. Obviamente no le molestaba que le tomara la mano, pero no se lo hubiera visto venir. Ella no era el tipo demostrativo como para hacer esas cosas y no recordaba que alguna vez le hubiera hecho una caricia inocente en público estando sobria. Le clavó una mirada inquisitiva, preguntándose si Liz lo extrañaría tanto como él a ella como para ponerse a hacer todas esas cosas tan poco ella.

Rió brevemente. Ella tenía razón. Como poder, tenía el dinero como para comprarse el teatro, pero ¿por qué gastar en eso cuando podía guardarlo en una cuenta para cuando Michael creciera? Se preguntaba cada vez que la idea le cruzaba la mente.

Sonrió divertido al ver lo que acababa de suceder. "No le pusiste azúcar." Dijo aunque ella seguramente lo sabía mejor que él.

La mirada de Dave clavada en ella la hizo sentir incómoda y muy consciente de sí misma, pero no era una cobarde. Ya era muy tarde para echarse atrás y retirar la mano. Le sonrió de manera avergonzada pero cariñosa a la vez que le hizo una leve caricia en la mano con el dedo pulgar. Había intentado hacer su mejor esfuerzo por no verse incómoda, pero había fallado terriblemente y es probable que se le notara lo tonta que se sentía. 

Eso de las demostraciones físicas de afecto en público no eran algo con lo que se sintiera cómoda o a lo que estuviera acostumbrada. Sabía ser divertida, maternal, perra y obsesiva paranoica del trabajo, pero no tierna. Sin embargo, 
tenía la necesidad de sentirse cerca de él. Quería que Dave entendiera que lo extrañaba y que lo necesitaba y no se le ocurría ninguna mejor manera más que la habitual. Para alguien tan adepto a la honestidad brutal, se sentía muy poco inclinada a hablar del asunto en voz alta. Eso la hubiera hecho sentirse infinitamente más estúpida y no quería eso.

"Nope." Dijo con una sonrisa de lado. "Guess I was too caught up in the conversation." Admitió antes de soltarle la mano y beber otro trago de café.

Sonrió al ver la expresión en el rostro de ella y le apretó la mano antes de devolverle la caricia. Tal vez la relación de ellos aún tuviera algo de esperanza, pensó. Ahora que lo pensaba, por ahí ella había estado intentando ser cariñosa a su manera cuando había sugerido al jefe su nombre para trabajar juntos.

Dave asintió con una leve sonrisa comprensiva y probó él también su café, tomándose un momento para disfrutarlo. Le gustaba el café que hacían en ese lugar. "El café de aquí es excelente." Opinó distendido ahora que sentía que las cosas tal vez fueran a mejorar evidentemente. Al menos entre ellos. "Los magos del ministerio no saben lo que se pierden." Dijo con una sonrisa complacida.

El gesto de él la reassureó y la hizo sentirse menos tonta e insegura. Por lo menos no la había rechazado frente a toda esa gente. No que ella pensara que él la iba a rechazar, siendo que ella había sido siempre la que cada tanto se le daba por pirarse e irse a la mierda, pero igual, la duda siempre estaba ahí. En el fondo, sentía que no merecía el que él la siguiera queriendo a pesar de todo, sino que merecía que Dave la humillara y respreciara.

"Mhh, totalmente." Concordó ella que acababa de beber otro sorbo. Rió brevemente de manera nasal por el comentario de él, dedicándole una sonrisa cómplice. "Es cierto, pero dudo que pudieran apreciarlo si vinieran a tomar el té." Bromeó aludiendo a la costumbre británica de tomar té en lugar de café.

Rió brevemene por el chiste de ella. Sabía que Liz siempre se la agarraba con los británicos, pero a estas alturas ya estaba acostumbrado... lo que no quitaba que a veces quisiera desquitarse. El problema era que en ese momento no se le ocurría nada interesante para responderle, de modo que sólo negó con la cabeza mientras sonreía. Realmente había extrañado ese tipo de estupideces. "Tú y tu odio a los británicos..." Protestó con una expresión que más bien parecía que lo estaba disfrutando.

Ella también rió al oír la queja de él. "¡No odio a los británicos!" Protestó divertida, como siempre lo hacía. "Solamente resalto que tienen algunas costumbres que podrían ser mejores, pero que por alguna razón no lo son." Se excusó apenas pudiendo mantener la cara seria al decir eso. "No es lo mismo." Le dejó saber con una sonrisa divertida que no pudo contener.

"¿En serio?" Preguntó él divertido. "Porque sigue sonando como que sí." Insistió en su postura. "A ver, qué costumbres?" La increpó en broma. Siempre lo divertía escucharla quejarse de los británico cuando ella insistía en pasar tiempo con él que, después de todo, era británico.

Bebió parte de su café antes de que ella comenzara a hablar. No quería tentarse con el líquido en la boca y correr el riesgo de hacer un papelón.

Ella rió brevemente, disfrutando el juego que era tan viejo como la relación de ellos dos. "El té por ejemplo." Dijo porque era justo lo que ella acababa de mencionar y le servía de ejemplo para no tener que pensar en otras cosas. "Habiendo cosas como el café, el capuccino, el cacao y las malteadas ¿por qué alguien tomaría té? que es una de las bebidas más amargas y desabridas del universo!?" Preguntó con fingida incredulidad. "Encima si uno toma mucho favorece la anemia porque no sé qué corno le hace a los glóbulos blancos." Añadió al recordar eso que había leído en una revsita en la sala de espera del dentista una vez.

Sonrió al oír el argumento de ella, que le parecía totalmente Lizzy like. "Pues tal vez porque back in the day, el agua sabía tan mal incluso después de hervirla, que había que encontrar alguna manera de cambiarle el gusto para que no supiera a rayos y la gente estuviera dispuesta a beberla..." Le respondió haciendo gala de lo que había aprendido viendo un documental por la televisión muggle años atrás.

"A demás, tiene antioxidantes, teína, que es un estimulante como la cafeína y es mucho más saludable que las malteadas." Continuó arguyendo.