Haciendo Trámites

Jean se acababa de mudar a Inglaterra para poder estar más cerca de su hermana. Ella adoraba los estados unidos, pero no le quedaba otra. Liz había insistido en que no hacía ninguna falta que ella viniera y que tenía todo bajo control... lo cual quería decir que de seguro la situación era de lo más caótica. Por otra parte, le habían diagnosticado una enfermedad grave producto de una vieja maldición y no quería estar sola. Ahora de repente toda la gente que ella quería estaba del otro lado del charco salvo Gabe. O eso pensaba ella hasta que él pidió el pase un par de meses antes. 

Gabe había querido mudarse de vuelta a su país natal hacía rato. Ellos dos habían salido muchos años atrás, pero aún eran buenos amigos y muy cercanos. Algunas veces compartían el departamento, otras no se hablaban por meses, pero siempre eran cercanos. Sin él allí ya no le quedaba excusa para quedarse en USA y tal vez pudiera conseguir un mejor tratamiento en la cuna de la magia. 

Estaba en el ministerio con su CV tratando de conseguir trabajo en una fila muy frustrante que ya había hecho tres veces y cada vez le habían dado indicaciones distintas sobre qué pasos seguir. Tenía pensado montar un escándalo si la cosa no se solucionaba pronto.

Liz estaba a punto de tramitar una licencia para poder ocuparse de su hijo mayor, el cual acababa de llegar al país para vivir con ella y con Dave después de la muerte de sus padres adoptivos, por lo que había bajado a la parte burocrática. 

Se detuvo un momento en la sección de Aurismo para dejar unos papeles que Nash le había pedido que bajara como favor para no tener que ir él siendo que ella ya estaba de camino cuando se vio en un espejo... que no estaba allí... usando ropa que no llevaba. Otra persona se hubiera shockeado más, pero ella sabía que tenía una gemela. Salvo que esperaba encontrarla del otro lado del charco.

"Jeannie!? What da fuck!?" Preguntó con una sonrisa enorme, llendo hacia ella con los brazos extendidos. Y le importó tres cuernos que hubiera una fila larga de gente mirándolas.

Ella tenía pensado buscar a su hermana en algún momento de la mañana, pero después de la segunda vuelta con el trámita, se olvidó del mundo y solo se concentró en que odiaba a todo y a todos, porque estaba de mal humor. La voz de Liz la sacó de su ensimismamiento. 

"Oh, Lizzy! Hey!" Se salió de la fila para abrazarla. "Guess who moved back to England?" Le preguntó cuando finalmente la dejó ir. "You didn't answer any of my calls..." Le pasó factura.

"I knew about Gabe, but I'm guessing you too. What are you doing here, down in paperland?" Preguntó de automático buen humor. "When did you land? Where are you crashing?"

Jean rió. "Una cosa por vez. A ver. Intentaba conseguir trabajo, bastante inefectivamente si he de decirlo." Explicó arrugando el ceño. A ella tampoco le gustaba UK. Le recordaba a su madre. "Debo haber hecho esta cola quince veces y siempre me han mandado a llenar formularios distintos. Es insnano!"

"Llegué hace un par de horas pero no tenía sueño... Tu sabes... diferencia horaria, jet lag. Esas cosas y la verdad es que todavía no he solucionado el tema locación. Esperaba que mi hermanita del alma me diera una mano con eso."

Liz levantó una ceja. "¿Y te viniste a hacer la cola aquí con todos los mortales?" Se rió de lo absurdo de la situación. "Deberías haberme venido a ver directamente. Aquí te van a tener dando vueltas todo el día!" Explicó.

"¿Yo? ¡Ahora tienes toda una enorme familia extendida para que te ayude! No me cargues todo encima a mi." Bromeó. "Ven. Déjame deshacerme de ésto" dijo mostrando un bibliorato lleno de papeles. "y nos ocuparemos del tema laboral."

"Lo hubiera hecho si te hubieras dignado a atender el teléfono. No sé para qué lo tienes... para jugar al candy crush nomás!" Le dió un caderazo con su cadera de manera juguetona. 

"Antes que mudarme con la vieja chupa sangre prefiero dormir en la plaza. Gracias." Le dijo con cara de asco. "Aunque me dejaste pensando con el tema de la tía... ¿cómo es eso de que nos clonó? ¿A tí o amí? ¿Cómo sabemos si hay dos Lizzies o dos Jeannies?" La siguió.

"Ah si. Se me rompió y no me he molestado en comprar otro. Mucha magia en el aire y de todas maneras aquí la gente se maneja por lechuza." Se encogió de hombros como quien dice 've tu a saber'. "Dave tiene una así que es suficiente."

El tema la enserieció. "En realidad no es tan terrible ahora que no tiene poder sobre nosotras. Si se pone pesada la mandas a mudar y listo." Dijo haciéndose la superada aunque en su momento le había costado mucho aceptar todo el asunto. 

Rió por los chistes de Jean. "Pues no tengo idea, pero que es idéntica, es idéntica! Me cae muy bien. Deberías conocerla."

"Ajjjj. ¿Que estamos en mil doscientos!?" Protestó revoleando los ojos. "Me vas a decir que la gente vuela en escoba también!"

"Tu di lo que quieras. Yo no quiero tener nada que ver." Insistió ella cruzándose de brazos. 

"No sé si recuerdas que no soy la persona más sociable del mundo, Liz."

Liz rió por lo bajo. "También, aunque la mayoría de los adultos se desaparecen. Es más conveniente."

Se encogió de hombros. "Estoy segura de que eso no la detendrá a la hora de visitarte, pero lo que tu digas." 

"¡Pero es tu hermana!"

"¿Nada de autos? ¿Cómo llevan las cosas de un lugar a otro? Debe ser de lo más inconveniente!"

"Pobre de ella si se le da por... ¡y a ti ni se te ocurra decirle que estoy en Inglaterra!" Le advirtió seriamente. 

"¡Tu eres mi hermana! Ella es un clon... en el mejor de los casos." Dijo con desagrado.

"Nop. Escuché que hay un club de motocicletas, pero ni idea. Supongo que usan la magia." En eso hizo un gesto a Jean de que la esperara, se metió en una oficina y regresó sin los papeles unos cinco minutos despuése. "Listo. Ya podemos regresar arriba." Explicó tomándola del brazo para conducirla a los ascensores con la idea de meterla en uno. 

Rió por lo bajo. "¡Eres tan cómica! Extrañaba esto." Admitió. "No te preocupes. Yo no pienso meterme." Le aseguró. "Pero debes prometerme que no la delatarás con las autoridades." Añadió por lo bajo. 

"Eso mismo pensaba yo al principio... pero después la conocí. Es tan simpática. Realmente deberías al menos hablar con ella una vez." Insistió.

"Esto es peor que el antiguo egipto. Al menos ellos tenían la excusa de ser antiguos!" Esperó fuera de la oficina hasta que su hermana regresó y le devolvió la sonrisa. Luego la siguió a los ascensores. "Yo te sigo."

Jean puso mala cara pero le dio un apretoncito al brazo de su hermana. "Yo también. Es bueno verte.

"Qué!? En qué clase de problemas está metida!?" Inquirió enojada. Esa mujer la ponía de malas.

"Si tu insistes." Concedió sin entusiasmo.

Se metió con ella en uno de los ascensores y apretó el piso indicado. Luego bajó cuando llegaron y la condujo a la derecha por un pasillo. 

"No tengo idea pero es cuestión de vida o muerte según tengo entendido..." Su expresión daba a entender que la idea mucho no le gustaba a ella tampoco. 

"Insisto. Arreglaré una cena y te lo haré saber... salvo que quieras quedarte en casa y compartir el cuarto con ella. Estamos un poco apretados desde que Mike se mudó con nosotros..."

Se dejó llevar tratando de recordar las vueltas que estaban dando para no perderse en el futuro. 

"Lizzy..." Comenzó a protestar. 

Dudó. "No quisiera molestar. Ya encontraré algo. Tal vez vaya a golpearle la puerta a Gabe a ver si lo mato de un susto." Bromeó.

"Lo sé. A mí tampoco me gusta la idea, pero es nuestra madre. Incluso si es una perra, se lo debemos, Jean." Dijo seriamente. 

Rió por lo bajo. "Más que un susto va a estar como nene en juguetería! Creo que aún te quiere..."

Dudó, bufó, volvió a dudar y suspiró. "Está bien. Pero conste que lo hago por ti. No por ella. Porque tu me lo pediste. ¿Está claro?" 

"Entonces me temo que tendré que abusar de tu hospitalidad por un tiempo, conocer a mi sobrino y a mi nueva hermana..." Dijo de lo más animada.

"Si. Si. Lo que sea que te haga feliz. Mientras no abras la boca." Le dijo de lo más campante. Estaba de un excelente humor y volvió a girar a la derecha por un pasillo aún más estrecho.

"Aún no le has dicho, ¿huh? ¿Tienes pensado hacerlo at all?"

La siguió por el siguiente pasillo. Así que era a la derecha y de nuevo a la derecha después de los ascensores. Rogó que hubiera solo un set de éstos, que también le parecieron asquerosamente anticuados. 

La despreocupación que estaba fingiendo se esfumó cuando Liz fue al grano. Jean se ensombreció. "No lo sé, Liz. Cuanto más tiempo pasa, peor es... lo destruiría por completo. No quiero hacerle eso." Explicó con desánimo. 

"Pero cuéntame de Mikey. ¿Cómo es? ¿Qué le gusta hacer? ¡Es tan buena noticia que lo hayas recuperado!"

"Creo que subestimas su capacidad de perdonar y lo que siente por ti. Tiene derecho a saberlo, Jean. Es su hijo." Insistió con terquedad de centauro.

"Pues es hermoso. Está enorme. Ya tiene quince años. Está por comenzar las clases en Hogwarts la semana próxima así que has llegado justo a tiempo." Comentó con entusiasmo de madre babosa. "Está bastante desanimado por todo lo que sucedió así que no sé qué pensar. Se la pasa encerrado en la habitación, tirado en la cama escuchando música o los partidos de quidditch por la radio. Debe estar deprimido."

"Prefiero no hablar del tema." Dijo con determinación. 

"O tal vez solo tiene quince años, Liz!" Dijo divertida. "Es lo que hacen los adolescentes, ¿recuerdas? Comer, dormir, escuchar música y meterse en problemas. ¡Deberías agradecer que no está por ahí intentando levantarse muchachas!" La retó en broma. "Y hablando de problemas... lindo quilombo armaste con Fanny! Qué estabas pensando!?"

"Como gustes." Dijo tan secamente como Jean. 

Sonrió pero no llegó a reirse. Era un tema serio para ella. "Sus padres acaban de morir. Creo que sí lo recuerdo." Respondió aún algo secamente, pero ahora por el nuevo tema. 

"No lo sé, Jean. No estaba pensando. Ese es el problema. Y ahora no quiere hablarme..." Suspiró pesadamente. "Pero no tengo tiempo de preocuparme por eso. Me hablará cuando quiera hablarme y mientras tanto tengo miles de cosas en que pensar."

"Aquí." Indicó guiándola por una puerta que daba a un recinto enorme lleno de cubículos separados por medias paredes. Cada cubículo tenía un escritorio con los enseres de cada Auror sobre los casos en los que estaba trabajando y al final de aquél laberinto había una oficina, la del jefe.

Revoleó los ojos porque le parecía que Liz estaba siendo muy dramática, pero lo dejó pasar. Ella siempre había sido la más dura de las dos y su hermana la más hormonal. 

"Para que lo sepas, yo tampoco te hablaría si te metieras con mi chico." Bromeó aunque el tema no diera para bromas. "También podrías disculparte de nuevo... me envió una carta hace poco. Debe extrañarte."

Sonrió de lado con una mano en la cintura al ver el lugar. "Esto sí se parece más a una oficina." Opinó entusiasmada.

Nash estaba en su escritorio, peleánose con uno de los cold cases más ridículos que había visto, tratando de encontrarle el sentido para que el jefe no se quejara cuando percibió que alguien había entrado. Su cubículo estaba muy cerca de la puerta para que pudiera salir corriendo en caso de una emergencia médica. 

"Hey, Liz, ¿pudiste entregar los...?" Había comenzado a preguntar porque nadie más que ella había salido de la oficina y nadie más que los Aurors solía entrar en esa estancia generalmente. Al girar sobre sí para enfrentarse con su colega se encontró con Jane y por un momento no comprendió la incongruencia de la ropa... y por qué estaba viendo doble. "There's two of you?" Preguntó frunciendo el ceño.

Liz bufó. "No se me ocurriría! Ya te dije que no estaba pensando!" Insistió irritada. Ellas se llevaban genial cuando no estaban discutiendo por estupideces. "No soy el tipo de persona que se disculpa dos veces. Si no me quiere creer, mal por ella. Ya no tengo edad para andar corriendo detrás de sus caprichos. Estuve mal, pedí diculpas. Fin del tema."

"Tal vez porque es una oficina...?" Ironizó en broma. 

Rió por lo bajo por la reacción de Nash. "Pude. Doc, esta es mi hermana Jean." Explicó comenzando las presentaciones. "Jeannie, este es Doc Nash."

"Whatever." Dijo revoleando los ojos nuevamente. Se había desacostumbrado a tratar con mujeres. Incluso su hermana. 

"Hi." Saludó con la mano. Si había algo que ellas no eran, eso es tímidas. "Jean Dalton. Encantada." Le dio la mano de manear cordial pero profesional si bien por dentro estaba admirando al muchacho.

"Whoa, Liz. Nunca me dijiste que tenías una gemela. This is freaky!" Opinó divertido. 

"Chasen Nash. Encantado." Le reciprocó el saludo estrechando su mano. La mente de él era más creativa. Se ls imaginaba a las dos en un trío, pero eso le debía pasar a casi todos los hombres que las veían, así que en realidad tal vez no era nada creativo. 

"¿Estás de visita o viniste a quedarte?" Preguntó por hacer conversación. Total, no había nada de trabajo importante para hacer y las cosas importantes los tenían sin la menor de las pistas. No iba a perderse mucho el mundo porque él se distrajera cinco minutos.

Gabe venía por el pasillo entre los cubículos en su propio mundo, con el abrigo puesto y toda la intención de tomarse su descanso para almorzar. Tenía la cabeza puesta en lo que iba a pedir y en dónde iba a comer. En eso giró para un costado y vio a Jean al final del pasillo. Por un segundo pensó que otra vez se estaba confundiendo a Liz con ella, algo que le sucedía mucho en los tres meses que se había pasado en Inglaterra sin ella, a quien antes veía a diario. 

Pero luego notó que había dos de ellas. Indudablemente, una debía ser Jean, si bien él la hubiera podido reconocer bajo cualquier situación. Se acercó todavía demasiado sorprendido como para reacciona hasta que no las tuvo en frente... bloqueándole la salida. 

"Ginger?" Se le iluminó la cara cuando finalmente le cayó la ficha. "What are you doing here, girl!?" Se acercó a saludarla porque tenía suficiente confianza con ella como para besarle la mejlla. "You look skin and bones. Have you not been eating well!?" Fue lo primero que le salió al verla comparada con su hermana embarazada.

"I know. We get that a lot." Le dijo a Nash con una sonrisa pícara. "Generalmente la gente está de acuerdo en que una de nosotras es más que suficiente en el mundo." Bromeó. 

"The boss is gonna love this." Pensó en voz alta al ver que Gabe venía por el camino y anticiparse a que la gente que estaba mirando por encima de los cubículos no tardaría en agruparse alrededor de ellas. Tal vez debería llevarla a la oficina cuanto antes. 

Se sintió incómoda en su cuerpo después del comentario de Gabe, si bien entendía que era lógico que ganara algo de peso. Estaba acostumbrada a ser atlética con todo el entrenamiento que hacía siempre y eso de take it easy le estaba costando mucho. Necesitaba entrenar.

"We do." Coreó ella y luego rió por lo bajo por el comentario de Liz. "I think so too." She teased. 

"Sorry for causing you trouble." Le dijo a Liz con una mirada de disculpa, pero aún sonriendo. Estaba de tan buen ánimo. Si bien amaba América, detestaba estar sola y allí ya no le quedaba nada. No ahora que Gabe vivía allí, igual que su hermana, su abuela, su hijo y todo el resto de la gente de su familia. 

"Hi Gabey." Lo saludó casualmente, con un smug smirk, como si lo hubiera visto el día anterior. Luego de besarle la mejilla se rió por el comentario. "Si, mamá. Estuve comiendo bien." She teased. 

"Got to see Lizzy's boss. Call you later?" Le preguntó con familiaridad, pero sin tirarle ningún tipo de insinuación. Simplemente se conocían hacía mucho. A demás ella quería sacarse de encima el tema del trabajo para no causarle problemas a Liz.

"Yeah... he'll absolutely love it." Le dijo a Liz con una mueca de compasión.

Enarcó una ceja cuando apareció Gabe y sucedió todo lo que siguió. "Oooh, Gabeeeee!" Se burló de él porque el sobrenombre le sonaba a nena. Y porque no era justo que conociera a esa sexyginger como para andarla besuqueando cuando todos lo tenían por tremendo mojigato santurrón. "Got an Oedipus complex going on there, Gabeeee!" Algunos de los colegas mirando la situación rieron de fondo.

"Very mature, Nash." Dijo revoleando los ojos. 

"Sure." Dijo sin pensarlo. "Uh... don't have reception here." Recordó a último momento. "Owl me?" Sugirió también a las apuradas. Se moría por poder ponerse al día con ella, pero no quería tener que soportar las burlas de sus nuevos colegas, que ya bastante lo hostigaban por ser nuevo. 

Luego esquivó a las hermanas y salió para ir a comer. Si es que lograba pasar bocado. Y eso que no sabía ni la mitad.

Hizo una mueca ante el comentario de Doc. Sabía que con todo el revuelo que estaba causando se metería en problemas. Aún así, a Jean le dijo que "don't sweat it." Como si estuviera todo bien.

Rió ante el intercambio de los dos chicos. "You won't be laughing when you see his score, Doc." Le dijo con sorna. "The man is a fucking killing machine. Highest accuracy I've ever seen... after her." Señaló a Jean con la cabeza. "US government is a lot more strict than the Prime Minister for Magic when it comes to training Aurors." Rió para si. 

"Come before I get fired." Le dijo a Jean tomándola del brazo para llevarla a la oficina del director.

La irritación fue patente en su cara. Esos bichos plumíferos eran ineficientes y antihigiénicos, pero si era la única manera... asintió una sola vez, de manera rápida. "See you around." Lo saludó lo más casualmente que pudo para no causar otra ronda de teasing, que estaba segura iba a pasar eventualmente. 

Jean secundó la risita de su hermana y sonrió complacida por el cumplido. 

"Yeah. Right. Sorry. Bye Nash." Saludó al muchacho que acababa de conocer y siguió a Liz hacia la oficina.

"You Yanks and your pride!" Se burló él que era todo amor a su Inglaterra. "We'll see when the scores come back!" Le aseguró aceptando amistaosamente el reto. Obviamente no tenía nada contra el nuevo. Simplemente era su estilo reirse de todo el mundo, todo el tiempo.

"Bye!" Saludó antes de regresar a su trabajo negando con la cabeza por lo reckles que era el escándalo que había armado Red.