Domingo por la tarde

La hora del almuerzo apenas había terminado. Matt había dejado a las niñas y a Revan en casa de su madre para el almuerzo familiar y se había escapado con una excusa de negocios. Tras la conversación que había tenido con Steph la noche anterior, no se sentía en condiciones de pasar tiempo con su familia. Ella había sido el principal motivo por el que se había vuelto a alejar de ellos después de la reconciliación de su padre que siguió a los largos años de odio durante la secundaria. La inocencia de Steph y el hecho de que fuera una squibb lo habían mantenido honesto y caminando un camino más virtuoso del que hubiera accedido a andar de encontrarse únicamente bajo la dictatorial influencia de su madre.

Ahora, replanteándose lo que Steph había dicho años atrás tras la refrescada de memoria que le había hecho, Matt dudaba sobre si sus decisiones deperdonar y  manerner los lazos familiares a pesar de todo habían sido acertadas. Por eso, quería tiempo para él.

Sin embargo, su idea de pasar la tarde a solas se diluyó por completo cuando vio a su ex saliendo del gran salón por la puerta de los profesores. Venía hablando con Tarja, pero no le importó acercarse a ellas.

—Disculpa. ¿Tienes un momento? —Le preguntó abiertamente, como si tuviera algún asunto que tratar con ella. No lo tenía pero la quería para sí, incluso si no había habido tiempo para que ninguno de los dos pudiera pensar en todo lo dicho y sucedido la noche anterior.

Ella se había dormido aún con mente de niña y se había despertado esa mañana con los recuerdos de la noche anterior, lamentando no haber podido aprovechar las últimas horas para el análisis. 

Temía bajar a desayunar, pero no encontró a Matt allí después de juntar coraje. Pasó gran parte de la mañana conversando con Tarja sobre el asunto de lo que había pasado la noche anterior y, después del almuerzo, se preparaba para regresar a la torre a matar el rato con su amiga, ya más tranquila después de la charla.

Se sorprendió de oír a Matt, pero le dio una mirada significativa a Tarja que tenía bastante de complicidad y luego se volvió hacia su ex para asentir. Temía lo que pudiera tener para decirle, pero se alegraba de tener una excusa para hablar con él. 

Tarja se alejó feliz de ver que a alguien le cerraba un poco mejor su vida personal, por más que no fuera ella. Tarja tenía una capacidad enorme de alegrarse por los demás ((escrito con permiso de ella))

Matt sabía que debía pensar rápidamente en alguna excusa para hablar con ella, pero no estaba preocupado. Era excelente mentiroso y muy creativo a la hora de poner excusas, así que de seguro algo se le ocurriría... o tal vez podría optar por la verdad, ponerse su mejor sonrisa seductora y decirle que en realidad solo quería pasar tiempo con ella. Eso era lo suficientemente dulce como para comprar a cualquier mujer de todas maneras. 

Casi que había esperado que ella tuviera algún comentario propio para hacerle o que le diera charla superficial para ganar tiempo pero al ver que no sucedía, tuvo que ponerse creativo, porque no tenía pie ni para decir la verdad. En todo caso, observó a Tarja marcharse hasta que estuvo a cierta distancia, como si tuviera algo para decir que no quisiera que ella oyera. Era otra excusa.

La relativa calma que Fanny había logrado alcanzar a pesar de su temor ante lo que Matt pudiera decirle se fue desgastando al ver que él esperaba obviamente a que Tarja se marchara. ¿Qué podía tener para decirle que ameritara asegurarse de que no hubiera testigos? Las múltiples posibilidades le aceleraron el pulso, pero su magia estaba bajo control. 

Ella también observó a Tarja marcharse y luego dirigió sus ojos hacia Matt con cierto temor reflejado en ellos. Tragó saliva y se preparó para lo que fuera, tensando el cuerpo de manera inconsciente. 


—Te escucho —dijo logrando ocultar sus inseguridades en cuanto a la voz aunque su rostro la delatara. 

Era el momento de la verdad. Matt se volvió hacia Steph, intentando decidir si inventar alguna excusa o ir con la verdad. En todo caso, agradecía que ella hubiera sido quien hablara primero. Su truco de esperar a que se marchara la otra profesora había dado resultado.

Se le ocurrió hacer referencia al hecho de que no había "cortado" con su amiga de poca monta para preservar su buen nombre, pero sabía que no era la mejor manera de ganarse los favores de nadie y lo dejó de lado.

—Gracias —Le sonrió. —Venía a decirte que quería verte y no se me ocurrió ninguna excusa para pasar tiempo contigo —confesó de manera galante, en ese tono que solía poner a las mujeres a su merced. —Pensé que tal vez tu podrías inventar alguna. 

Sonrió divertida y halagada de que él le dijera algo así de descarado. Al mismo tiempo, rió por lo bajo y se sonrojó profundamente, pero ese día no estaba en tímida y mostró algo de complicidad en su sonrisa a pesar de que apartó la mirada. Había habido partes de la noche anterior que habían sido desagradables como conversación, pero ella solía quedarse con lo bueno de las cosas, no lo negativo. También cabía agregar que esa sonrisa a ella también la derretía.

—No se me ocurre ninguna —admitió con sinceridad, abiertamente avergonzada. Aún evitaba mirarlo, pero no podía parar de sonreír como maníaca feliz—, pero ya tienes mi atención. ¿Qué tenías en mente?

"Oh, tu sabes... tal vez un paseo por los terrenos, tomar el té en el pueblo... nada en particular." Le dijo aún de esa manera galante en que le venía hablando. Con esa sonrisa confiada que hacía que las estudiantes se le derritieran en los asientos. 

Le ofreció el brazo y comenzó a caminar en dirección de la puerta de salida. A donde sea que fueran, necesitarían salir del castillo primero. 

((Preguntá por Revan jajaja ))

((Ok maniática XD))

Steph se había atrevido a levantar la mirada hacia él, pero volvió a bajarla ante las galanterías que su ex le estaba dedicando. Una sonrisa tímida floreció en sus labios. 

"Gracias por no tomarme por una inválida. Hubiera odiado quedarme todo el día en la cama." Admitió en tono de confidencia tomándole el brazo con la mirada en el piso por vergüenza. A veces le tiraba los perros, a veces estaba tímida como ahora y otras veces se ponía en agresiva. Todo por sus desórdenes mentales.

((Por si alguien se perdió el capítulo anterior jajaja))

"¿Cómo está el bebé más lindo del mundo?" Preguntó por cambiar a un tema menos avergonzante.