Practicando

Laz saliò a los terrenos del castillo el sàbado a la tarde. Llevaba su escoba al hombro y una snitch apretada en la mano que no la sostenìa. No se habìa molestado en cambiarse la camisa victoriana, los pantalones de cuero, ni los borcegos con plataforma para ir a entrenar. Incluso tenìa todos sus colgantes y pinchos. Detestaba que le dijeran còmo vestir para hacer deporte y como no habìa nadie ahì para mandonearlo como la capitana en los entrenamientos, harìa lo que quisiera.

Al llegar a un descampado considerable soltò la snitch. Le dio algo de ventaja y luego acomodò la escoba y se dispuso a montarse en ella.

Sarah estaba recostada contra el tronco de un árbol, en un descampado alejado del castillo. Se había cansado de las miradas inquisitivas de quienes la rodeaban. Casi podía leer en sus ojos la frase "Esa chica extraña que siempre está sola". Había dibujado y escrito hasta el hartazgo, y sólo conocía un modo en que podía despegarse casi completamente de todo aquello que le molestaba: la música.

Mientras la melancolía de no tener su violín, le ataba un nudo en la garganta, puso a su varita a reproducir música y cerró los ojos dejándose llevar por la naturaleza y el desapego de la sociedad. Disfrutando de eso estaba cuando alguien más llegó al descampado, soltando una Snitch dorada y cargando una escoba de Quidditch.

(Gracias)

Laz se subió a la escoba de un salto cuidadosamente practicado. Había algo de arrogante en su forma de manejarse. No sólo cuando se subió a la escoba, sino que también al caminar. Miró hacia el cielo como chequeando el clima y despues se lanzó a volar buscando la snitch, cuando consideró que le había dado la suficiente ventaja.

Enseguida la vio pasar junto a un árbol y se lanzó en esa dirección a toda velocidad. A medida que se acercaba al árbol, o mejor dicho, al rango de la música, aminoró la velocidad con expesión pasmada y miró en dirección a Sarah. Fijó la vista en ella un momento y acabó por desmontar de la escoba cuando ésta venía volando muy cerca del piso. Lo hizo cuando aún estaba andando, manteniéndola sujeta por el mango como uno hace con las bicicletas.

Se acercó unos pasos hacia ella con aspecto impresionado y una sonrisa aprobatoria en los labios. "Odin's eye, ¿eh? Buen disco." Opinó con cierto orgullo en la voz y en el porte.

Sarah salió de su ensimismamiento con gran brusquedad, pero no fue notoria por su gran mural de indiferencia. Se incorporó y corrió su cortina de pelo negro para observar a quien había hablado. Pasando por alto el atuendo del muchacho, que era familiar incluso entre lo que ella misma usaba fuera de Hogwarts, clavó la mirada directo en aquellos ojos. No supo que decir. Era un cumplido a la música, pero el disco no lo había hecho ella y por lo tanto no correspondía agradecer. ¿Qué se hacía en esos casos? Se sintió frustrada al darse cuenta de que cada vez que sentía que estaba aprendiendo a relacionarse con la gente, tropezaba con una estructura de diálogo que desconocía.

Ladeó un poco la cabeza pensativa. Optó por expresar una opinión.

_Tiene una buena combinación de melodías, porque en las sutilezas se notan las influencias de la banda. Le da a la música una profundidad bastante particular. Muestra que realmente son capaces de hacer lo que se les antoje con su talento musical. Sin embargo se nota demasiado que el Bonus Track fue un capricho de la disquera. Me cuesta creer que decidieran meter esa canción adicional en un disco, cuando todas las anteriores son infinitamente mejores. Un Bonus Track tiene que revolucionar el concepto del CD, o no existir. Si no es como una excelente saga de libros, con un pésimo final.

Sentenció con seguridad.

Esperó con cierta curiosidad sobre lo que ella pudiera decirle. Ya el haber encontrado una chica escuchando ese tipo de música era un hallazgo raro. Como un gato al que le gustara la natación.

Alzó las cejas impresionado con la explicación que se iba desarollando, al tiempo que asentía en aprobación. La parte de los bonus track, le robó una sonrisa en un principio y luego una risa leve. "Veo que me he topado con una verdadera conocedora." La snitch, como indignada, se había acercado a revolotearles cerca.

Se acercó un par de pasos más con la escoba al hombro como si fuera una extensión de su propio cuerpo. Apoyó la mano libre en el tronco del árbol para sostener el peso del cuerpo y la punta de su borcego derecho en el pasto, a la izquierda de su otro pie. "Casi que tengo miedo de preguntar tu opinión sobre la banda." Bromeó.

Sarah enarcó las cejas sorprendida.

_En tanto no lo hagas, supongo que no tengo nada más para decir -concluyó amablemente.

Se quedó callada recostada contra el tronco, con los ojos cerrados, apreciando el sonido de la música flotando en el silencio.

Rió otro poco por la desfachatez del comentario. "Muy bien."

Bajó la escoba de su hombro y apoyó la espalda contra el árbol en un solo movimiento fluido. Luego se dejó deslizar hacia abajo lentamente. Acabó con la escoba en el regazo sentado junto a ella. Estiró las piernas con cierta dificultad a causa de todas las presillas, trabas, ganchos y tachas que tenían sus botas de plataforma.

Siguió el ejemplo de ella y cerró los ojos así recostado contra el mismo tronco como estaba.

A pesar de que no lo mostró ni por un instante, tuvo que asimilar cierto grado de estupefacción. El comentario que le había hecho, era de los que solían alejar a la gente con facilidad. Y entre más decía lo que de verdad pensaba, más rechazo generaba en las personas.

Por el contrario, ese chico la había encontrado graciosa, y además se había recostado con ella a escuchar música. Eso era más extraño aún, ya que no había encontrado a nadie con sus mismos gustos musicales, ni dentro ni fuera de Hogwarts.

¿Qué debía hacer? ¿Debía hablar? No, interrumpiría la canción. Aunque por otro lado, él no se había hecho demasiado problema a la hora de interrumpirla en primera instancia... seguramente no le importaría.

Abrió un ojo y lo espió. Se lo veía sereno, con los ojos cerrados disfrutando de la canción. Por un momento le divirtió imaginarlos a ambos vistiendo con todas sus tachas y pinches, a ojos de los no-raros de Hogwarts. Sentirse rara en compañía de alguien más era curiosamente reconfortante.

Decidió no interrumpir la música, pero terminada la canción dijo:

_A veces suena un poco hilarante al lado de lo que es el guitarrista; pero si tengo que hacer honores a un miembro de la banda con elogios que nunca escuchará, creo que el bajista es digno de idolatrías.

Una de sus piernas intentaba por voluntad propia seguir el intenso ritmo de la música. Las plataformas se lo impedían en gran medida.

La snitch se acercó aún más, como ofendida por su indiferencia. Revoloteó cerca de su rostro con movimientos lentos, casi pidiendo ser atrapada. Laz entreabrió los ojos y frunció el ceño. "Vete a buscar a nemo." Murmuró muy bajo. La espantó con un gesto de la mano, como si no quisiera interrumpir él tampoco la música.

Volvió a cerrar los ojos hasta que ella habló. Entonces volvió su rostro en su dirección, a la espera que volviera a decir algo interesante.

Rió un poco. No era tanto lo que decía sino la combinación con la forma de expresarse que tenía. "Muy cierto. Guitarristas buenos hay por todos lados. Ya no sorprende." Sonreía con aprobación. Bajó la mirada a la escoba en su regazo y la hechizó para que se fuera volando. Al menos ésta no le hizo berrinche.

"'Cómo la estás pasando entre tanto popero y punk rocker?" Bromeó. De su expresión se entendía que los consideraba un incordio. Nunca se daba cuenta de que podía llegar a sonar algo soberbio.

_¡Nemo! -exclamó y soltó una melodiosa carcajada, a continuación, entonó:- Oh, how I wish for soothing rain, all I wish is to dream again. My loving heart lost in the dark. For hope I'd give my everything... -sonrió-. Que me sienta o no a gusto entre gente no necesariamente se relaciona con la música. La música es música a fin de cuentas, y yo respeto eso. Que tenga mis preferencias, es un tema a parte.

Explicó, sin siquiera percibir la soberbia del habla del desconocido.

Su primera reacción fue un shock leve. Hasta que pudo hacer la conexión entre su gato y la canción. Después rió junto con ella.

La observó con una sonris satisfecha, como la persona engreída que encuentra alquien que está a la altura de las circunstancias. "Whoa. Lady's got a voice." Comentó impresionado. "¿Tienes una banda?" La observó con curiosidad.

El comentario le robó una sonrisa irónica. "Ojalá te oyeran mis amigos." Pensó en voz alta con una risa nasal. "Es peor que hablar de política." Aclaró.

_No tengo ninguna banda -no aclaró el porqué, pero se sonrojó por el halago-. ¿Por qué no puedes hablar de política con tus amigos? ¿Acaso me topé con un anarquista? -le dedicó una media sonrisa.

"¿En serio?" Era una pregunta retórica. "Es un desperdicio de talento." Se encogió de hombros con una mueca ladeada.

Laz le devolvió una sonrisa ambigua pero llena de complicidad. Rió un poco. "No creo que sea tan simple."

"Así que Nightwish, ¿eh? ¿Te gusta la música muggle?" Parecía más relajado que antes.

_Me gusta la música -acotó con simpleza.

Se sonrió de lado. Ahora entendía por qué los países nórdicos tenían tan alta la calidad de vida. Si todos se hacían tan poco problema por todo, tenía sentido. "Buena respuesta." Se acomodó mejor cotra el árbol, quitando una piedrita de debajo de su pierna. La arrojó lejos tras dedicarle una mirada ofendida.

Sarah no había especificado su procedencia muggle, porque no lo creyó necesario. En sí, tenía la teoría que de ser de familia de sangre pura, también amaría la música por lo que era... pero era algo que no podría corroborar, y es por eso que no se lo planteaba muy a menudo.

Sí le gustaba ir a recitales de muggles. Encontraba todo tan mundano, tan simple, tan primitivo... un montón de jóvenes a los empujones cerna de un escenario, disfrutando la música y dejándose llevar. Era, a ojos de Sarah, una especia de magia.

_¿Tú? ¿Escuchas música de muggles? -preguntó enfatizando sin intenciones su postura acerca de que la música era una sola.

Laz no entendió qué era lo que parecía querer enfatizar cambiando la manera de decir las cosas, porque para él había sonado exactamente igual que antes. Asumió que si era lo suficientemente importante como para que ella se tomara el trabajo de parafrasear y hacer hincapié en que la música era música, era un tema delicado. Y él no quería hablar de temas delicados. Lo irritaba tener que andarse cuidando en qué decía y qué no.

"Entre otras cosas." Dijo rápidamente antes de cambiar de tema sin tomarse la molestia de disimular que no pensaba seguir hablando de música muggle, de muggles, por muggles o para muggles. "¿Siempre vienes a sentarte bajo este árbol o estabas esperando a alguien?"

Sarah enarcó las cejas, pero no hizo otro gesto.

_Ni una cosa, ni la otra. A veces sólo me fastidio de estar... entre gente. Cuando siento que ya no soporto ver caras de personas a mi alrededor, las mismas caras de todos los días... siento... -le costaba hablar-, siento que necesito un grito de soledad, no sé si me entiendes. Sólo alejarme un rato. No siempre vengo a este árbol, sólo voy a donde el cuerpo me lleve.

Aguardó en silencio luego de hablar.

"Entiendo." Hizo una pausa en la que miró el paisaje alrededor de ellos y pensó que aún había viento favorable para jugar Quidditch si ella lo echaba. "No sabía eso. Puedo dejarte tranquila si así lo deseas." Giró el rostro hacia ella para esperar la respuesta.

_Tu presencia por alguna razón no me incomoda -se apresuró a decir. Sabía que cabía la posibilidad de que él igualmente se fuera, para mostrarle que no estaba molesta con su interrupción, continuó conversando-. ¿De dónde eres?

"Bueno saberlo." Le sonrió un poco y después volvió a la contemplación del paisaje.

"Liverpool." Se encogió de hombros con desgano. No le parecía un lugar interesante y detestaba a Los Beatles. Hubiera preferido vivir en una comunidad mágica o mixta y tener padres magos, pero bueno. Dentro de todo los que le habían tocado no eran tan tan malos para ser muggles. Mejor eso que tener padres mágicos que lo maltrataran, pensó. "You?"

Le devolvió la sonrisa. Por alguna razón era fácil hablar con él. Casi sentía que no era necesario hacerlo, pero quería hacerlo.

_Soy de Kitee, un pueblo ínfimo y desconocido de Finlandia. No es muy interesante, pero desde que estoy aquí lo extraño mucho.

La mueca se amplió algo más al verla reflejada en ella, justo antes de que volviera a dedicarse a contemplar el paisaje.

Rió nasalmente. "Me imagino. Debe ser un cambio de vida enorme." Opinó. "¿Viniste por el torneo?" Preguntó con el ceño fruncido de manera ínfima.

_¿Torneo? -se extrañó Sarah, no sabía nada al respecto... consecuencia de no hablar con nadie-. No. Soy estudiante de intercambio. Mis padres creyeron que estar un año en otro colegio, con otras personas, me iba a ayudar a adaptarme mejor. Yo lo dudo, sinceramente. Pero aquí está mi tía, la profesora Tarja Veranen. Así que...

No creyó necesario terminar la oración. Siguió mirando el paisaje, y reiteró la pregunta inicial:

_¿Habrá un Torneo? ¿De qué?

Sonrió divertido por lo perdida que debía estar como para no saber nada del Torneo de los Tres Magos con todo el bombo y platillo que se le estaba haciendo al evento. Realmente vivía en un frasco de mayonesa y eso, por alguna razón, le pareció simpático. La mayoría de las chicas de su año eran tan rápidas y astutas que lo hacían quedar como un pavo y a menudo lo irritaban.

"Ya me parecía que tenías un aire a la jefa de mi casa." Comentó despreocupado. "Aunque no sé cómo será como profesora, porque Adivinación no curso."

"El Torneo de los Tres Magos, donde un montón de gente de los tres colegios más prominentes de Europa se disputan el título de campeón y la gloria eterna enfrentándose a peligros usualmente mortales en tres pruebas." Explicó con un tono que medio remedaba la voz ceremoniosa del director.

_No aspiro a gloria eterna, y no me interesan los títulos ajenos. No, no participaré -hizo memoria-, pero ahora que lo dices, mi tía me ha mencionado que había un grupo de chicos de Dumtrang por aquí. ¿Tu vas a participar?

Le llamó la atención encontrar a alguien que no estuviera completamente fanatizado por el torneo. Puesto de esa manera, no haber salido seleccionado sonaba a buena noticia. Asintió. "Y también de Beauxbatons."

"No. Los tres campeones ya han sido seleccionados. Chloe Pavlathos, Gavrila Rozalia y Monet... algo." Los Ingleses y los Franceses no estaban en los mejores términos y el muchacho en cuestión le parecía bastante poco digno de mención.

Giselle hizo una mueca de desinterés.

_Supongo que será divertido verlos arriesgar su vida, o de hecho morir, por ganar una buena categorización en las mentes del resto de los mortales.

En ese momento se dio cuenta de que había demasiado silencio de fondo.

_Se terminó mi reproducción, ¿quieres elegir la próxima?

Venía oyéndola con cara de nada hasta que llegó a "el resto de los mortales" y rió un poco. "¿Siempre te consideras una categoría aparte o sólo cuando se trata de una recreación burda del circo romano?" Giró levemente el rostro hacia ella, aún divertido por el comentario.

Agitó su varita en el aire un par de veces y comenzó a sonar Dark Chest of Wonders. Luego volvió a desaparecer su varita en los pliegues de su ropa. "Ya que lo trajiste a colación." Explicó con una sonrisa leve. "¿Fuiste a verlos en vivo?"

_Me considero aparte, pero no sé si de un modo en que llega a ser una categoría -dijo, mientras sonreía ante el comiendo de la canción. Dark Chest Of Wonders era una de las canciones que la ponía de mejor humor, junto con Wishmaster y The kinslayer-. Sí he ido a verlos en vivo, varias veces de hecho. Por contactos de mi padre consigo entradas a recitales con facilidad. No sólo de Nightwish, sino de varias bandas. Algunas por ahí no las conozco, pero como tengo entradas termino yendo a conocerlas directamente al recital. Es interesante.

Enarcó una ceja y la observó con cierta curiosidad. Realmente era bastante diferente de la gente con la que estaba acostumbrado a tratar. Eso era algo bueno si uno tenía en cuenta que no solía llevarse del todo bien con la gente. Era sociable, sí, pero también era una persona con muchas opiniones y a la gente no solían gustarle.

"Así, cualquiera." Protestó medio en broma. "Los demás mortales tenemos que ahorrar por semanas para ir a un recital."

"¿Alguna banda interesante y poco conocida que hayas descubierto de la que me vendría bien enterarme?" Todavía parecía estar relajado, disfrutando la paz ahí bajo la sombra del árbol.

_Que sigan siendo desconocidas, no. Pero por ejemplo, conocí Therion cuando pocos habían oído hablar de ellos. Había poca gente, así que los pude conocer en persona. Fue una buena noche. Sí conozco bandas todavía muy anónimas, porque en vacaciones voy a ver bandas a los bares. O como mi mamá les dice "antros de perdición"... tu probablemente les dirías "hogar dulce hogar".

Hizo una pausa, y meditó unos instantes. Había algo que quería decirle, algo que no le había dicho a nadie, porque generalmente no se sentía cómoda hablando con otras personas. Pero sabía que una vez que lo dijera, no había vuelta a atrás. Trató de sonar casual, para que no pareciera un discurso preparado.

_Cuando dije que "consigo entradas", me refiero a que las consigo de a dos. Siempre vendo una en la puerta porque no tengo con quien ir, pero si te interesa, puedes venir conmigo al próximo -finalizó.

Nunca había invitado a nadie a ningún lado, mucho menos a un muchacho. No se sintió incómoda, ni equivocada. De hecho, se sintió bien.

La observó mientras le contaba eso. Tenía el rostro un poco vuelto hacia ella y una de sus piernas aún intentaba seguir el ritmo de la música a pesar de los pinchos y hebillas que no le permitían demasiado movimiento.

Rió por la denominación. Le había parecido un comentario muy ingenioso. "Algo así." Le dio la razón. "Así que no hay mucho quorum en casa, ¿eh?" Era una pregunta retórica. "En la mía tampoco." Volvió a mirar al frente, al paisaje. "Debe haber sido genial poder conversar con los integrantes de Therion..." pensó en voz alta.

Volvió a mirarla al escuchar la propuesta. "¿En serio?" No sucedía seguido que alguien le hiciera una propuesta interesante. Ni recordaba la última vez que lo habían invitado a algún lugar que no fuera un bodrio. "Bueno. Te la compro entonces." Decidió resuelto. "Ir con alguien es siempre más divertido. En especial cuando empiezan las bandas soporte..." Su tono daba a entender que no siempre eran de su agrado.

Giselle rió.

_Amo las bandas de soporte. Algunas son tan malas que hacen que aprecies más a la banda que fuiste a ver -rió nuevamente-, cumplen una función muy importante en un recital. Y no hace falta que me compres las entradas, me las dan gratis así que para mí es lo mismo.

Hizo una pausa, echó sobre él una mirada de soslayo, y luego dijo:

_Aunque supongo que entenderás la importancia de comer una hamburguesa gigante a la salida de un recital, por lo cual no me ofendería si después de ver la banda, me invitas una hamburguesa. Tiene que ser también un lugar donde podamos "horrorizar señoras". De esas que te miran con susto por la ropa, y luego te huelen y se ponen peor -adoptó repentinamente una postura teatral, y añadió- "No, señora, no huelo siempre así... acabo de salir de un recital y tengo sobre mí muchas capas de sudor ajeno, por haberme abierto a los empujones entre hombres sudorosos, para llegar más cerca del escenario".

La observó con una sonrisa jocosa. "Justamente. ¿Dónde está la diversión si no tienes con quién criticarlas?" Para él era justamente esa actividad de comparar y criticar las bandas soportes la que hacía que después pudiera apreciar la banda que iba a ver. De lo contrario le faltaba algo a la salida. Se lo veía de un excelente humor, de esos que generalmente no se asociaban con él, que tenía fama de gruñón. Generalmente se la pasaba conversando con gente que lo decepcionaba a cada palabra y era tan inusual encontrar una persona que entendiera cómo pensaba, que no terminaba de salir de su asombro.

Laz parecía a punto de acotar algo cuando ella mencionó lo de la hamburguesa. Sonrió encantado y, después, rió por lo de 'horrorizar señoras'. La observó con una sonrisa que casi no le entraba en la cara. Recién ahí le cayó la ficha de lo mucho que extrañaba a sus amigos muggle y que probablemente la falta de gente con la que se entendiera en el castillo era lo que lo hacía estar siempre de malas. Simplemente no encajaba. Y no es que fuera un problema de él, porque con ella era tan fácil hablar, casi como respirar.

La actuación de ella le hizo soltar la risa. Era una imagen mental muy cómica y Laz adoraba la desfachatez. "¡Si les llegas a decir algo así a la cara, te invito hasta el postre!" Prometió.