Cantando como desquiciada

Rose también llegó a la parte de abajo muerta de risa, con la respiración agitada y el pulso acelerado latiendo en todo su cuerpo. Se había quitado de en medio y girado sobre sí para esperar probablemente a Loe, puesto que no veía a Kat yendo por ese túnel a menos que no le quedara otra opción... como quedarse sola arriba y enfrentarse a la posibilidad de ser descubierta frente al pasadizo abierto.

Estiró ambas manos hacia Loe con la intención de ayudarla a ponerse de pie. "Totalmente" Respondió de un humor mucho mejor que hacía minutos atrás a causa de la adrenalina. "Hace bien un poco de emoción en la vida." Y la de ella no había tenido demasiada. Había tenido varios dramas y penurias, pero de emociones "buenas", casi nada. 

Miró el hueco con curiosidad. No sabía si verían a Kat aparecer por éste en cualquier momento o si era mejor sentarse a esperar que bajara las escaleras desde la torre. No se atrevió a acercarse a preguntar por el túnel para no recibir una patada en la cara o algo peor si ella justo llegaba abajo.

Kat miró por el agujero después de que Rose se tirara. Al principio se tuvo que alejar para no escuchar los tumbos y ruidos y posibles gritos, pero después que todo se acalló se acercó y husmeó adentro.

Olía a moho y todavía se veía oscuro y lleno de mugre para su gusto de delicadita.

—Eh... no, vayan ustedes. Yo las alcanzo. Voy por las escaleras —gritó dentro del hueco y volvió a cerrarlo. Era fiaca pero antes que eso era asquerosita y antes que eso le tenía fobia a las arañas y sus telas. No señor, ella no entraría ahí.

Se mandó a correr escaleras abajo.

Tomó las manos que Rose le extendía y aceptó la ayuda para levantarse. Se acomodó la ropa tosiendo un poco por el polvo que salía de ella. Los ojos le brillaban de la emoción, y aún sonreía.

_Fue muy divertido, no entiendo por qué Kat no vino -comentó al pasar-. ¿Ahora hacia donde vamos? -agregó.

Estaba ansiosa. Minutos antes se había sentado delante de unos apuntes aburridos sobre historia de la magia, y ahora, de repente, estaba deslizándose por toboganes ocultos hacia salones desconocidos.

Le devolvió la mirada con complicidad y una sonrisa similar a la de Chloe, compartiendo la emoción de la locura que acababan de hacer. —Aracnofobia —resumió encogiéndose de hombros. Estaba acostumbrada. Conocía a Kat desde primero y eran amigas desde entonces. Habían hecho mil estupideces juntas y se habían reído de cada cantidad de estupideces que le perdonaba casi cualquier defecto, aunque a veces fuera muy bocona... pensó recordando el incidente de un ratito antes.

—Eh... —miró alrededor como para ubicarse. Hacía rato que no usaba ese pasadizo y no recordaba del todo a dónde desembocaba o cómo llegar a las mazmorras desde allí. —A las mazmorras —ofreció con la esperanza de que su amiga se ubicara mejor.

Entonces reconoció un tapete y sonrió. —Para la derecha. Kat seguro nos encontrará allá —asumió por lo que había gritado.

((Así que la salteamos hasta que lleguemos. Por cobarde =P ))

Chloe se había conformado con el hechizo de limpieza, como si nada malo ocurriera. Pero cuando Rose dijo "aracnofobía" un escalofrío le recorrió la espalda y supo que no volvería a tirarse por ahí. Ahora que el pensamiento había sido asociado con la imagen de las arañas, y el miedo a las arañas, era decisión irreversible.

_Chau, tubo... -dijo más para sí que para Rose.

Sabiendo ya que se dirigían a las mazmorras, Chloe adelantó el paso valientemente. Pero como era bastante despistada, dobló inmediatamente hacia la izquierda con paso acelerado y desde un poco más lejos, bromeó diciendo:

_Todo despejado, colega, podemos avanzar. Cambio.

Ro no terminó de entender. Apenas si había llegado a oía lo que Chloe había dicho porque la tenía del lado que no escuchaba. Lo que creyó que había escuchado, tenía dos interpretaciones posibles, y no comprendía ninguna, así que lo dejó pasar como rareza suya.

Enarcó una ceja al verla arrancar hacia el lado equivocado y reprimió una risita que acabó siendo nasal. —La otra izquierda, Loe... —comentó volviendo a reír por lo bajo.

El chiste muggle no lo había entendido por falta de competencia. Su madre era una bruja que se había convertido en la amante de su casado profesor de Hogwarts y los había tenido a ella y a su hermano poco después de salir del colegio y su padre un médimago que había ido preso por vender órganos de magos en el mercado negro muggle. Lo poquísimo que sabía sobre muggles era por la materia optativa que había elegido, y no había tenido el placer de cruzarse con walkie-talkies.

—¿Qué es eso de cambio? —preguntó con curiosidad. Ya dos incoherencias juntas no le iba a dejar pasar, pensó caminando con ella en la dirección correcta.