Como padre e hijo

Matt llegó temprano a su encuentro con Marduk. Había estado haciendo negocios en Diagon Alley y simplemente tomó una mesa en la cantina para esperarlo cerveza en mano. Como todo empresario, Rogers era un tipo ocupado, pero a pesar de ésto, siempre estaba dispuesto a hacer lugar en su apretada agenda para el ex-director de Hogwarts. Habían sido cercanos desde que comenzara su carrera como docente, e incluso, antes de eso, el viejo había sabido guiarlo y aconsejarlo paternalmente allí donde su jefe de casa había fallado. Para él, Marduk era una mezcla entre padre, amigo y modelo a seguir, por quien sentía muchísimo más afecto del que jamás podría llegar a expresar por su real progenitor.

Estaba vestido de manera formal, como era su costumbre, pero su sonrisa perenne no se encontraba en su rostro ese mediodía. En su lugar, una mueca de preocupación y un ceño fruncido dominaban el rostro del joven profesor que vaciaba su cerveza con sorprendente rapidez.

Marduk llegó algo tarde. Sus deberes en el Ministerio lo retuvieron bastante después de hora y él, que pretendía llegar el primero, acabó por hacer esperar a su amigo. La palabra le quedaba rara, pensó mientras entraba al bar y se acercaba a la mesa donde Matt ya esperaba.

El joven era mucho más que simplemente uno de sus ex profesores a cargo, pero la relación tampoco podía definirse como simple amistad. Siempre había estado la diferencia de edad y de rango de por medio. Para Marduk, Matt era como el hijo que hubiera querido tener en lugar del dragqueen que le había tocado en suerte y con el cual no se hablaba desde que lo hubiera pateado de la casa a los dieciocho.

El ex director era totalmente consciente de la moral dudosa que su protegido, esa palabra sí que le venía como anillo al dedo, pero también lo conocía lo suficiente como para saber que el chico que había rescatado a esos dos gatitos de una muerte segura todavía estaba encerrado ahí dentro en alguna parte y que como todos somos humanos y tenemos fallos, los de él podían ser perdonados en consideración a sus múltiples si bien escondidas virtudes.

"Top of the morning to you, Lad" Sonrió su sonrisa cansada y paternal cuando se acercó a la mesa y se sentó frente a Matthew. -Cerveza? A esta hora? Con el estómago vacío?- Se preguntó y supo que algo andaba mal, por lo que su sonrisa se esfumo. Fijó sus ojos azules en los grises de su protegido y le sostuvo la mirada como buscando la fuente de su preocupación. Era consciente del circo mediático a su alrededor. Como buen hombre importante, leía los periódicos, pero creía a Matt hecho de un material mucho más duro como para quebrarse ante ese tipo de presión. Se sentó preocupado y colgó su capa de viaje llena de nieve en el respaldo de su silla.

Cuando el mozo se acercó, pidió dos almuerzos platos del día sin siquiera consultarlo con Matt.

Perdido en sus problemas como estaba, Matt ni notó cuándo llegó su mentor, pero levantó la cabeza ante el saludo y le sonrió con aprecio. 

—Buenos días para usted también. ¿Cómo lo trata el Wizengamot? —Saludó con su despreocupado humor habitual, aunque era un acto que seguramente no engañaría a alguien que lo conocía bien.

Sintió que Marduk estaba pidiendo comida a modo de reproche por encontrarlo bebiendo tan temprano, para que no acabara ebrio. ¡Si el viejo supiera el aguante que él tenía para el alcohol!