Cantando como desquiciada

Kat siempre tenía esa tendencia a parecer una loca, en especial cuando estaba emocionada. Tal era el caso en ese momento, en que estaba de pie frente a una radio cantando a todo pulmón los temas que sonaban a duo con el cantante de turno y su amiga, mientras que bailaba coreografías inventadas por ella como si tal cosa. Claramente no era una persona que tuviera mucha vergüenza.

Ro se estaba acostumbrando un poco a su nueva vida como persona que podía oír solo de un oído y había insistido en escuchar música todas las tardes para acostumbrarse a eso de que la información le llegara de un solo lado. A demás de que adoraba cantar, así que no pensaba dejar que ese contratiempo menor la retrasara en su sueño de ser una estrella del pop.

Usando una pluma como micrófono, cantaba y bailaba como su amiga al ritmo de la música que pasaba en la radio, dando grititos de alegría cuando sonaba algún muchacho que a ambas les gustaba como persona a demás de como cantante y parecía bastante animada y de buen humor a pesar de todo lo que le había pasado últimamente. Estaba de vuelta siendo la persona hiperactiva y despreocupada que era, esa que se retroalimentaba con Kat y su entusiasmo hasta que las dos estaban saltando de arriba para abajo como locas... como en ese momento en que se tiró en un sofá en un momento en que la música la había entusiasmado mucho y se había puesto a saltar en uno de los almohadones mientras cantaba al rítmo de la música.

Kat también cantaba al ritmo de la música y bailaba y saltaba entre el sofá donde estaba Rose y la mesa ratona en que tenían la radio. Se las arreglaba bastante bien a pesar del poco espacio y parecía estar disfrutando lo que hacía.

Despúes de un par de temas, sin embargo, terminó tan cansada de tanto ejercicio que se puso el dorso de una mano sobre la frente de una manera teatral y se dejó caer en el sofá de espaldas, ocupando los dos cuerpos que Rose no estaba usando.

"Ay..." Suspiró agotada, con una enorme sonrisa en los labios. "Ese tema me agotó." Rió brevemente. "¡Pero adoro a Uriel!" Exclamó entusiasmada, como la fangirl que era. Claramente, la música que escuchaban era toda pop y al menos Kat, tenía preferencia por las canciones de moda. Cuanto más populares y tontas mejor.

Chloe entró en la sala común y se sentó en una mesita, con algunos libros para revisar los apuntes que había tomado en una de sus clases. Ingresó tan ensimismada que jamás se percató de que Kat y Rose estaban tiradas en los sillones detrás de ella.

Se sentó, y abrió uno de esos libros, pero la música que sonaba de fondo la desconcentraba.

Era algo que le pasaba siempre. Ella amaba cantar, era como un cable a tierra, lo hacía cuando ordenaba su cuarto, o cuando estaba de mal humor por que eso siempre le renovaba los ánimos, pero sola. Por lo general era desvergonzada, pero había dos cosas que la ponían realmente nerviosa: hablar con los chicos que le parecían lindos, y, a pesar de que sabía que no desafinaba, cantar en público.

Era algo que disfrutaba tanto que se lo reservaba solo para ella y a veces lo compartía con alguna amiga que quería mucho, cantaba a dúo, pero nada más.

Por más que intentaba concentrarse no había caso. Leía una y otra vez el primer párrafo sin éxito. Comenzó a tararear el tema y de a poco empezó a subir la voz, hasta cantarlo en un tono bastante audible.

Ro también estaba demasiado absorta en la música como para ver quién más estaba en la sala común. Sobre todo porque con dos de sus exes en su misma casa y año, intentaba ignorar a la gente a su alrededor para poder tener la ilusión de tranquilidad y privacidad.

Rió cuando Kat se "desmayó" en el sofá. "Qué payasa." Observó con una sonrisa enorme en los labios que demostraba que estaba disfrutando ese momento como si fuera el único que importara en su vida. Ella había aprendido a no mortificarse por el pasado (salvo que tuviera que ver con Ed) y no preocuparse por el futuro, a vivir en el presente y se le notaba que agradecía por cada día, por cada segundo. No era de esas chicas que desvaloraban el tiempo que pasaban con sus amigas porque no eran el amor de sus vidas. Ella vivía life at its fullest.

"¿Y quién no adora a Uriel? ¡Es perfecto!" Saltó un par de veces más en el sofá donde estaba sentada, básicamente, rebotando sobre su trasero.

En eso escuchó a Chloe cantando el tema que sonaba ahora en la radio y sonrió nuevamente, cuando la sonrisa anterior se le estaba desinflando un poco. Se giró para arrodillarse en donde había estado sentada y apoyó las manos en el respaldo del sofá para asomarse. "¡Ey, Chlo! ¡Deja ese libro y ven a cantar con nosotras!" La invitó con su buen humor habitual y una sonrisa enorme en los labios mientras que su cabeza se movía a los lados siguiendo el tempo de la canción.

Rió por el comentario de Ro como la colegiala que era y sonrió ante todas las cosas que se le ocurría hacerle al dichoso cantante... en su caso, ponerle moñitos en el pelo y vestiditos tiernos... porque era demasiado vergonzosa como para atreverse a pensar lo que realmente le haría.

Le sacó la lengua a su amiga con el ceño fruncido. "¡Tu eres payasa!" Le dijo fingiendo estar enojada, cruzándose de brazos así acostada como estaba y todo.

Levantó las cejas con curiosidad cuando Rose se levantó del sofá y la siguió con la mirada, esperando que dijera algo que aclarara la situación. Cuando la escuchó decir eso, puso cara de que entendía todavía menos. Ella había pensado instintivamente en Chloe Riverdale, no en O'Brian y le pareció que si Rose le estuviera pidiendo a un árbol que cantara, tendría más resultados.

Se sentó en el sofá y giró la cabeza hacia Chloe de manera inquisitiva, pero al ver de quién se trataba, puso cara de "ah, ya entendí". Le hizo señas con la mano de que se acercara a cantar con ellas.

Chloe escuchó la voz de Rose y se calló instantáneamente. Volteó y las vió, tenían la mirada fija en ella.

"Eh... No, en realidad tengo apuntes que revisar, y son para mañana..."

Puso una excusa. No se sentía avergonzada como le había sucedido otras veces. Por momentos tenía la sensación de que había empezado a restarle stress e importancia a cosas que no la tenían tanto y eso la hacía sentir mejor. Así y todo había rechazado la oferta.

La decepción en su cara era evidente y casi exagerada, como todas sus expresiones. "¡Solo un ratito!" Pidió de manera infantil. No le parecía que un par de canciones fueran a hacer tanta diferencia en su repaso.

Entonces se le ocurrió una idea. "¿Qué materia es?" Preguntó enseguida. Tal vez pudiera ayudarla después para que ahora pudiera pasar tiempo con ellas y despreocuparse por eso.

Chloe vió la cara de sus compañeras y se sintió un poco mal por haberse negado a participar, sobretodo por que en el fondo sabía que cuando subiera a su cuarto lo primero que iba a hacer era poner música y cantar a grito pelado.

"Es historia de la magia, no es difícil, pero es bastante aburrido" Dijo después de suspirar.

Kat también se mostró decepcionada por la respuesta de Chloe, pero no se atrevió a llevarla por el mal camino si ella decidía que quería estudiar. Era tan loca como Rose pero respetaba mucho más la voluntad ajena. A lo sumo, Kat podía llegar a manipular a la gente de manera simpática y encantadora, pero insistir abiertamente no era lo suyo, salvo que hubiera mucha confianza y la situación se prestara.

"Ro tiene buena memoria." Comentó lanzándole una mirada cómplice a su amiga, porque sabía que era bastante más que sólo buena memoria lo que tenía su amiga. "Jamás se olvida una fecha." La acusó con una risita. "Ya sabes de quién copiarte." Añadió totalmente en broma, volviendo a reír.

Le gustó que las chicas la invitaran a cantar y a la vez se mostraran preocupadas por su tarea, un poco de ayuda no le vendría mal para los exámenes venideros.

"Es bueno saber al lado de quien sentarse por las dudas" Le dijo a Kat sonriendo y agregó "De todos modos, no hay de que preocuparse, siempre llevo mis machetes personales como para no andar molestando a nadie, pero no prometo no codearte durante el exámen" esta vez la miró a Rose y volvió a sonreir..

((Me RE perdí. ¿Cómo es el orden al final? Kat-Chlo-yo?))

Rió bastante animada por el comentario de Kat pero sobre todo por la respuesta de Chloe. "Lo que digo siempre. Mientras no la comprometas a la otra persona ¿qué mál puede hacer?" Dijo con una sonrisa divertida todavía en el rostro.

Mientras tanto estaba sonando un tema no tan divertido de el famoso Uriel. Era uno más tranquilo, más balada, así que Ro no sintió el impulso loco de ponerse a saltar right away.

((Sip. Ahora me toca a mí y después a Chlo.))

"¿Qué parte es la que tenés que repasar, Chlo?" Le preguntó con curiosidad, ya bastante más tranquila de la histeria que la música había generado en ella. "Tal vez podríamos pedir permiso e ir al salón del tiempo." Propuso con una sonrisa divertida. Nunca había logrado juntar suficiente gente como para que la profesora les abriera la puerta con su llave.

Chloe se quedó unos segundos en silencio evaluando la propuesta de Kat. Era una buena idea y era más divertido que quedarse allí sentada leyendo en silencio.

"Podría ser... ¿Creés que nos daran permiso?" Se detuvo un momento "Auqneu ahora que lo pienso estoy estudiando un enfrentamiento entre dos fracciones de gigantes, no se hasta que punto sea seguro"

Dejó salir una risita mientras se imaginaba aquella situación.

El rostro de Rose se iluminó ante la idea de ir al salón del tiempo. Recordaba que había ido muchas veces en su cuarto año con Ed a estudiar historia y distraerse de los problemas que tenía cada uno. No sería lo más romántico del mundo, pero a ellos les gustaba. Sintió una puntada de nostalgia en el pecho y bajó la mirada un momento.

Levantó la vista al oír la voz de Chloe y rió un poco por su comentario. "No te preocupes. No pueden tocarte." Le aseguró. "Son como... fantasmas. Por así decirlo." Era difícil de explicar, incluso para ella. "Las huellas termales y electromagnéticas de la gente del pasado." Dijo citando literalmente del libro. Las ventajas de su memoria eidética.

"Supongo que era más fácil cuando la profesora Varanen daba Historia..." admitió volviendo a bajar la mirada. "Ella siempre nos dejaba usar el salón del tiempo y nos explicaba cosas a Ed y a mí. Era bastante entretenido y creo que a ella también le gustaba." Comentó ahora algo más animada aunque todavía levemente triste. "Creo que no tiene muchos amigos..." añadió en voz baja, como si fuera un secreto. No quería ser atrapada hablando de la tía de Giselle en la sala común.

Kar se mostró abiertamente sorprendida de escuchar eso y miró a su amiga con los ojos abiertos y un poco de indignación en el rostro. "Y nunca me lo dijiste!?" La increpó algo ofendida. "Por qué no me invitaste?" Le preguntó con tono lastimero, porque realmente le rompía el corazoncito de balancita hipersensible que la hubiera dejado de lado de esa manera. Se moría de celos por saber con quién había ido. ¿Chloe Riverdale? ¿Margaret?

"Ya deja de presumir, cerebrito." Dijo de manera bastante menos simpática de lo que venía hablando antes, casi de mala gana aunque en otro momento lo hubiera dicho como chiste.

Cuando se dio cuenta de que se refería a ella y a Ed, Kat se calmó bastante y se sintió mal por haberse enojado y miró a su amiga con expresión de arrepentida. "Lo siento. No sabía que se trataba de Ed. No dije nada." Le pidió enseguida, sintiéndose como una idiota.

El último comentario le sacó una sonrisa de costado. "¿Estás bromeando? No sé si lo has notado, pero creo que absolutamente todo el castillo parece odiar a la profe de historia. De seguro estará contenta de tener un grupo de alumnas interesadas en su materia." Opinó como si eso fuera algo bueno porque a ellas les convenía. "A demás, no creo que los vampiros sean tan malos como los pintan. McFarland parece bastante normal... casi aburrida."

Escuchó con atención lo que le decían las chicas. Nunca había ido al salón del tiempo y parecía ser divertido, sin contar con que de seguro las imagenes la ayudarían a retener mejor la información de los textos que debía estudiar.

"Es una buena idea, ¿Dónde queda ese salón?"

Rose puso cara de pobre perro cuando Kat empezó a maltratarla. "Es que..." intentó explicarse sin quedar mal, pero no se le ocurría manera de decir que era porque había querido pasar tiempo a solas con su novio sin que eso sonara del todo mal, como que la dejaba de lado o algo así. No quería que Kat la retara por preferir estar con un chico antes que ella, porque sabía que Kat la asexual nunca lo entendería. Se limitó a mirarla con cara de tristeza, como si estuviera por ponerse a llorar y estuviera luchando para contenerse.

Se mostró dolida de que Kat la tratara de cerebrito cuando ella justamente odiaba presumir y la gente que lo hacía. Solo que no tenía tacto como para darse cuenta de cuando algo podía llegar a sonar engreído. Incluso después de que Kat se disculpara por haber malentendido el tema con Ed, Rose se mostró tristecita y desanimada. No bastaba con disculparse ahora que ya le había ladrado así, pero Ro no iba a montar una escena. Siempre se tragaba todo y dejaba que la pisotearan de lo lindo. Asintió con expresión desanimada, aceptando la disculpa, pero siguió viéndose desinflada.

"Tienes razón." Admitió aún desinflada cuando Kat dijo que la profe nueva de historia seguro estaría contenta de tener algo de atención. Recién el comentario sobre McFarland logró animarla un poco más y sacarle media sonrisa. "Se pasa el día encerrada en una mazmorra dando clase de historia cuando tiene la eternidad por delante: obvio que se está pegando el embole de su vida. Me pregunto por qué habrá aceptado el puesto?"

"En las mazmorras. Cerca del aula de historia." Explicó a Chloe con una sonrisa algo más animada. "¿Vamos?" Propuso con intención de distraerse con algo.

Kat en un principio no se sintió muy mal por las caras de Rose, solo un poco, pero lo justificó diciendo que era lo que se merecía por dejarla de lado. Después de todo, hacía muchos años que eran amigas y esperaba más de ella que dejarla fuera de una actividad que sabía le gustaba.

Después de enterarse de que Edward estaba involucrado, Kat se sintió bastante culpable y fue ella quien le puso cara de pobre cosa a Rose y la miró con esperanza de conseguir su perdón. Cierto era que ella no aprobaba a las amigas que dejaban a sus amigas de lado por una pareja, pero también sabía todo lo que Ed significaba para Rose y entendió que en ese contexto tenía bastante sentido y fue más comprensiva porque aparentemente en lo demás no la había dejado tan de lado en esa época para reprocharselo salvo por el tema de la sala del tiempo.

Se sintió un poco ofendida de que Kat no se olvidara enseguida del asunto después de su disculpa. "Tendríamos que llevar pergamino y lapiz para tomar notas." Sugirió para que no se encontraran allá con que no tenían cómo tomar apuntes.

Se sintió algo incómoda al presenciar aquella escena. Le pareció un poco exagerado todo alquel planteo de Kat, sobretodo por lo enérgico del tono. Ni no la había invitado a ir, seguramente tendría sus razones. Tampoco es necesario estar las 24 horas endosada a tu amiga, solo por el hecho de serlo.

-A parte de ser amiga, nos la tenemos que arreglar para repartir el tiempo para ser hijas, hermanas, primas, alumnas, novias...- Pensó para sus adentros.

Cuando el entredicho caducó con las disculpas de Kat, le restó importancia al asunto.

Tomó unos pergaminos y un lápiz de la mesa, y se levantó.

"Yo llevo, ¿Vamos?" Dijo sonriendo con entusiasmo.

Si a Chloe le había parecido un planteo ridículo, a Rose que pensaba totalmente distinto de Kat, se lo había parecido aún más, pero había aprendido a no discutir cuestiones inútiles si podía evitarlo. Prefería mantener el buen ambiente y la paz. Tampoco era una persona muy rencorosa como para que le cambiara la vida, a decir verdad. Al ratito seguro ya no se acordaba, porque no podía mantenerse molesta con la gente mucho rato.

"Genial." Le dijo a Chloe por lo del anotador. Se puso de pie y juntó un par de sus cosas que estaban desparramadas por el sofá y las encantó para que se fueran volando al dormitorio. Después de eso, miró por sobre su hombro para ver si la seguían las otras dos, y se dirigió a la salida de la sala común. La idea de ir hasta las mazmorras la entusiasmaba. Le gustaba caminar por todos lados y le costaba estarse quieta mucho rato.

A ella le parecía un asunto de lo más serio, pero como en esa ocasión en particular había metido ella la pata, prefirió mantener un perfil bajo de momento y se apagó un poco comparado con la chica hiperactiva que era generalmente.

"Vamos." Repitió poniéndose de pie ella también. Mientras Rose ordenaba, se acercó a apagar la radio, mirando primero a ver si había alguien escuchándola como para no apagársela de manera desconsiderada.

Después de eso, siguió a Rose fuera de la sala común y comenzó a bajar las escaleras caracol que descendían de la torre. "Me pregunto cuándo inventarán las escaleras mecánicas..." Protestó. A ella, la idea de ir hasta las mazmorras le daba mucha fiaca porque era de lo más vaga, pero por entretenerse un rato, era capaz de bajarse los diez pisos.

Al ver que las chicas se ponían en acción no dudó en seguirlas. Estaba segura de que las discusiones habían terminado, y eso la dejaba más tranquila.

Estaba indudablemente ansiosa por conocer aquel salón, si era como esperaba el estudiar historia de ahí en adelante dejaría de ser tan tedioso.

Ante el comentario de Kat asintió con la cabeza, estaba muy de acuerdo.

"Deberíamos poner un traslador entre la sala común las mazmorras" Bromeó.

Sonrió por el comentario de Chloe y se acordó de algo que la hizo mostrarse más animada. "Ah, hay un pasadizo bastante rápido acá a la vuelta... si no les molesta terminar llenas de telarañas y polvo." Informó con una sonrisa levemente traviesa. A ella pocas cosas le importaban menos que estar presentable. Le gustaba arreglarse cada tanto como a cualquier chica, pero no tenía miedo de ensuciarse las manos para pasarla bien o para trabajar.

"Es bastante divertido: un tobogán." Sonrió como si se estuviera acordando de alguna otra aventurilla que había tenido alguna vez involucrando dicho pasadizo y soltó una risita.

Kat la miró con una cara de asco importante cuando mencionó 'arañas'. Que hubiera solo telas involucradas era un detalle y el polvo tampoco le hacía demasiada gracia, pero no dijo nada para no quedar mal. No quería escuchar las típicas cargadas de que era una delicada o aburrida o cosas similares. Haría lo que el grupo decidiera, como siempre.

A Chloe le pareció sumamente divertido el atajo en forma de tobogán, pero para nada tentador el hecho de tener que ensuciarse y mucho menos sumarle arañas a aquella mugre. Se le dificultaba tomar una postura acerca de ello. Tal vez no estaba tan sucio como Rose decía, y por otro lado si había un atajo de esos prefería conocerlo.

"Si no hay tantas telas de araña podemos ir... no lo conozco y me encantaría ver de que se trata" Sugirió.

((Perdón estuve todo el verano con la cabeza en otro lado, ya estoy de vuelta =) ))

((Siempre pasa en verano.))

La reacción de Kat la previó antes de que sus ojos la confirmaran, pero como siempre se quejaba de todo, no le dio mucha importancia. Miró a Chloe con más expectativa, incluso con un poco de entusiasmo que esperaba se le contagiara pronto.

Levantó las cejas. "Bueno... no sé exactamente qué cantidad de telas hay ni cuantos gramos de polvo, pero si se van a poner tan en quisquillosas, podemos tomar las escaleras." Dijo simplemente, con un encogimiento de hombros. No las resentía. Rose era muy low drama en casi todo sentido.

Se sintió irritada de que Rose le dijera quisquillosa y midiera el polvo en kilos, como si se considerara superior. La miró mal pero se mantuvo en silencio unos segundos.

"¿Acaso no te sabes ningún hechizo de limpieza?" Preguntó dándose cuenta un segundo demasiado tarde de que había metido la pata. La madre de Rose se había visto obligada a limpiar casas de familia y a veces a vender su cuerpo para mantener a la familia desde que el padre (que siempre había tenido una familia paralela) había caído en desgracia y los había abandonado.

Claro que estaba molesta, pero no había sido su intención devolverle el "golpe" había sido un tremendo acto fallido. Demasiado tarde para arreglarlo. Rose jamás le creería que había sido sin querer.

Chloe lo meditó un momento. No le gustaba ensuciarse la ropa, pero aquel asunto del tobogán le llamaba poderosamente la atención.

Escuchó a Kat hablar sobre hechizos de limpieza, y recordó que conocía uno, pero no lo había practicado en años, por que su madre era muggle, y en su casa la mayoría de las tareas del hogas se hacían "a mano".

"Yo conozco uno... no lo he conjurado en mucho tiempo, pero puedo intentarlo." Propuso.

Como Kat había previsto, el golpe al punto débil de Rose, sí surtió efecto a pesar de que ella fuera una persona tranquila y poco enojósica. La miró ceñuda, casi indignada, con el mentón en alto. "Disculpa, pero el hecho de que mi madre trabaje haciendo la limpieza no quiere decir que yo tenga que saberme todos sus hechizos... ni que comparta ninguna otra de sus habilidades." Medio que le ladró. Era sabido que la madre de Rose se vendía por dinero para mantener a la familia, porque con el sueldo de limpiar El Caldero Chorreante no le alcanzaba.

Había esperado más de una de sus mejores amigas. Y sí, estaba molesta, pero a los veinte minutos seguramente ya se habría olvidado. Si había algo que no era, es rencorosa. El enojo se le pasaba enseguida, por más que en el momento reaccionara muy mal.

Su atención se desvió a Loe en el momento justo y logró distraerla de su enfurruñamiento. "Genial, entonces. Vamos." Dijo en un tono que no daba lugar a discusión. Era raro en ella eso de tomar el liderazgo de esa manera, pero Kat había dicho que no tenía muchas ganas de usar el tobogán, así que ahora ella sí tenía ganas de hacerlo, incluso si venía sin arañas. Era una actitud infantil, pero no le importó tenerla.

Comenzó a caminar en dirección al pasadizo, que no estaba demasiado lejos. Apenas un poco antes del final del pasillo.

Kat se sentía mortificada. Rose era su amiga y en general hacía lo posible por llevarse bien con ella. No tenía motivo de queja como para querer enojarla. Eso había sucedido sin querer. Tal vez en algún lugar de su mente, su inconsciente le había jugado una mala pasada, haciéndola decir algo que sabía, enojaría a su amiga.

Se mordió el labio inferior y bajó la mirada en actitud de sumisión mientras ella le ladraba. "Lo siento. No quise... No me dí cuenta..." farfarulló nerviosamente. Sabía que a Rose no le duraban los enojos, pero a ella sí le duraban las culpas y era algo de lo que quería sentirse liberada cuanto antes posible.

Se estremeció ligeramente al pensar en la idea de tener que mandarse por un pasadizo oscuro, sucio y lleno de telas de araña, porque no le tenía demasiada confianza al hechizo limpiador de Loe, pero prefirió no decir nada y seguirlas por el pasillo. El darle el gusto a Rose la haría expiar parte de la culpa que sentía por haber metido la pata.

Chloe abrió ligeramente los ojos con sorpresa al escucharlas. No tenía la menor idea de lo que estaban hablando pero de repente el aire podía cortarse con cuchillo.

Ante aquella tensión no pudo hacer más que quedarse en silencio, y dejar que de alguna manera resolvieran aquel asunto.

Cuando Rose comenzó a caminar, la siguió sin emitir palabra, era obvio que se había enojado y que las disculpas de Kat por lo que fuera que hubiera hecho no le eran suficientes.

De todos modos, le pareció que era de esas peleas entre amigas que se disipan rapidamente, seguro después de todo aquello, cuando llegaran a la sala común y tuvieran tiempo a solas, hablarían al respecto.

"Whatever." Le dijo todavía irritada. Le parecía que alguien con tanto tacto como Kat, que se la pasaba quejándose de que los demás abrían la boca y hablaban sin pensar y decían cosas que hacían sentir mal a los demás, no tenía derecho a meter la pata. Era un pensamiento infantil, pero todavía no había madurado más allá de eso. En muchos sentidos, Rose era tan pendeja como Kat y tal vez por eso se llevaban bien.

Sabía que al rato se le pasaría el enojo, pero de momento estaba molesta. No le hubiera costado nada, pensaba, el cerrar la boca y no meter la pata.

Cuando llegaron al final del pasillo se deslizó por el espacio entre una estatua de un brujo muy engreído que se miraba al espejo, y la pared del nicho en que ésta estaba emplazada. Entonces soltó una risita y le metió un dedo en el trasero al brujo, mirando a sus amigas por encima de su hombro con una media sonrisa. Lo había dicho mil veces, pero lo repitió. "Todavía me pregunto quién fue el gracioso." Una de las paredes traseras del nicho se deslizó hacia un lado, dejando ver un hueco cuadrado, oscuro y que olía a moho.

Rose arrugó la nariz, pero se mandó por el túnel como si nada. Se trataba de una especie de tobogán que duraba los siete pisos que las separaban de la planta baja. El mismo, daba vueltas y revueltas sobre sí mismo, girando a los lados y haciéndose más o menos empinado en distintas secciones. El lugar no era un tubo. Podían verse cañerías y parte de las paredes internas del castillo mientras se viajaba en la canaleta de paredes altas, que impedían que uno se cayera hacia una muerte segura.

Como siempre, Ro pegó el grito típico de montaña rusa apenas empezó a moverse y levantó las manos como acto reflejo, aunque las tuvo que bajar en varias secciones donde sabía que había caños que podían llegar a golpeárselas.

Al llegar abajo, se estaba riendo como si no se hubiera estado peleando con nadie un minuto antes y salió detrás de una estatua similar en la planta baja, bajo el techo de una de las galerías que rodeaban el patio interno. Se alejó para no ser golpeada por alguna de sus amigas y el momentum que trayeran, todavía riéndose.

Estaba despeinada y cubierta de pies a cabeza de polvo y telarañas pero no le importó. Creía que eso probaba que era valiente. Si Kat quería, que usara ELLA los hechizos de limpieza.

((Imagino que desaparezco por un turno si ustedes quieren usarlo.))

((Si. Gracias. Kat claramente no va a meterse en ese asco))

Kat se puso más contrita y cabizbaja después de la respuesta de Rose y siguió así el resto del camino, en silencio y sin buscar a ninguna de sus amigas con la mirada.

Cuando Ro se metió detrás de la estatua y les hizo ese chiste, no pudo menos que reír por lo bajo. Tenía que admitir que, enojada o no, era muy graciosa la ocurrencia del diseñador de aquél pasadizo en particular.

Ella arrugó la nariz de manera aún más exagerada que Rose y ni siquiera se acercó a la estatua. En lugar de eso, se volvió hacia Loe. "Em... acerca de esos hechizos limpiadores..." Comenzó a decir nerviosamente, con el griterío de Rose aún resonándole en los oídos a través del túnel abierto.

Chloe no se atrevíó a romper el silencio que había entre estas dos. Las siguió sin decir nada, y solo emitió sonido cuando rió por el chiste que hizo Rose.

Ya el aroma que salía del hueco era desagradable, a viejo, a encierro. Lanzarse por ahí sería seguramente asqueroso, pero esperaba que al menos fuera divertido. Aunque le recordó a un tobogán parecido al que se había subido en un parque acuático cuando era pequeña, en el que no la había pasado para nada bien. Estaba empezando a dudar que el atajo hubiera sido una buena idea, pero era demasiado tarde como para recular y bajar de forma regular.

Se acercó luego de ver a Rose desaparecer por ahí. No entendía como lo había hecho sin limpiarlo antes. Se veía sucio y eterno. Se había quedado con la mirada perdida en el interior del pasadizo, cuando Kat la sacó de su ensimismamiento.

"Eh... si..." Sacó su varita de unos de los bolsillos de su túnica, y apuntó al lugar sin decir nada, mientras intentaba recordar el hechizo.

Hizo una floritura y balbuceó unas palabras casi inaudibles. La avergonzaba no recordarlo bien.

Una nube de polvo se elevó desde el interior y la hizo toser un poco. Agitó su mano libre para disiparla, y se asomó para evaluar mejor sus resultados.

El olor estaba intacto, pero se veía un poco más limpio, aunque tampoco se trataba de una pulcritud extrema. Lo único que deseaba era que aquel hechizo hubiera terminado al menos con los bichos que había mencionado Rose más temprano.

"Bueno... hice lo que pude." Le advirtió Kat y sin pensarlo mucho más, como para no arrepentirse se lanzó por el tobogán con los ojos cerrados y gritando.

Al llegar al final del tunel, cayó de cola al suelo, y aunque le dolió un poco, largó una carcajada.

"Hay que hacerlo más seguido" Le dijo a Rose entre risas y se corrió de en medio lo más rápido que pudo, para que Kat no la golpeara al bajar.