Intentando en vano, pero intentando al fin.

El gruñido de Giselle la sorprendió. ¿Acaso había dicho algo malo?. No quiso preguntarle para no incomodarla.

"No, cantar canta casi cualquiera... Pero solo algunos nacen con esas voces que entonan notas inalcanzables sin haber estudiado y sin esfuerzo alguno. Una de esas me gustaría tener" Hizo una pausa "No es que la necesite para eso, pero cantar con una voz de rango más amplio, y poder entonar con ganas y sin esfuerzo me haría sentir..." Se detuvo por que no sabía bien como definir aquello. "Más libre... más plena... no se bien como explicar lo que me pasa cuando canto, con palabras." Confesó con una sonrisa, por que mientras intentaba definirlo había revivido aquella sensación.

"Es como si mi vida hiciera una pausa... es casi terapeútico para mí." Concluyó.

Vió el cambio de semblante de Giselle, y no pudo evitar preguntar.

"¿Estás bien?".

_Sí -respondió secamente. No había nada en su vida que hubiera cambiado en los últimos cinco minutos, entonces ¿por qué estaría mal? Además no tenía ganas de ponerse hablar de su crianza y su familia. Ya bastante esfuerzo había hecho para sacar el tema con Laz. Con Chloe tenía un entretenimientos espontáneo de mente ausente y no tenía ganas de estropear eso.

"Está bien" respondió escuetamente. No sabía que era lo que le pasaba, pero tampoco quería indagarla si Giselle no estaba predispuesta, y no era dificil darse cuenta de que no lo estaba. Al fin y al cabo lo que más la preocupaba era que su cara tuviera que ver con alguna secuela del golpe que había sufrido hacía un rato.

Posó la mirada en el cielo nuevamente, como para restarle importancia a esa situación extraña, y después de unos minutos de pacífico silencio, volvió a mirarla.

"¿Me convidarías otro cigarrillo? te lo devuelvo más tarde" Prometió.

_"¿Te lo devuelvo más tarde?" -se extrañó-. ¿Llevábamos la cuenta?

No terminaba de entender cómo era ese asunto de compartir algo con una amiga, pero nunca había convidado nada con pretensiones de que le fuera devuelto. Sacó nuevamente el atado y se lo extendió a Chloe, indiferentemente.

_No tienes que devolverme nada, no me importa -aclaró. Tenía varias cosas en la cabeza, y no quería sumar un conteo de cigarrillos.

"Fue una forma de decir, no hace falta que contemos" Soltó una risa descontracturada. "Gracias"

Encendió el cigarrillo y le dió una pitada. Solto la bocanada de humo mirando el cielo.

Giselle era muy rígida y a veces podía sonar hasta violenta cuando hablaba, pero había aprendido a no mal interpretar ese tipo de contestaciones. Chloe entendió que atrás de aquel gesto de ofrecerle sus cigarrillos había valores fuertes que elevaban aún más la estima que ya le tenía. Era una buena persona, y de fiar. No se encuentran muy amenudo amigos que se brinden así. Se alegraba de haberla conocido.

"Me gustan tus valores" La miró sonriendo. "Quiero que sepas que puedes contar conmigo" Le dijo.

Esperaba que no se lo tomara a mal o lo mal interpretaba, pero simplemente quiso decíscelo.

Giselle la escuchó con atención, pero no sabía si había entendido lo correcto. Es decir... ¿era una halago, con la finalidad de un halago? ¿O era simplemente una opinión? Chloe no parecía una persona estratega y de pensar ideas con una determinada finalidad. Era, o parecía, ser la pluma que lleva el viento en una tarde de primavera. Cuando decía algo, no parecía pensado o planeado. Parecía que era algo que había llegado a su mente segundos antes de ser dicho.

Alzó una ceja, confundida.

Pensó que Chloe tampoco le había dicho algo a ella. Había dicho que le gustaban sus valores. Sus valores eran suyos porque su familia lo había elegido así. No era, en realidad, algo propio de Giselle. Era algo propio de su pueblo y sus costumbres. Posiblemente a Chloe no le agradara ella, sino Juva.

Al margen de eso, ¿qué se suponía que hiciera? ¿Halagar el lugar de nacimiento y crianza de Chloe? ¿Y dónde era eso?

Por otro lado, repasando la actitud de Chloe, lo había dicho entre risas. Eso se suponía que implicaba un gesto amigable. ¿Era simplemente una declaración de amistad? ¿Y cómo había ocurrido eso, exactamente?

No sabía qué responder. Al no ser buena con las palabras habladas, decidió hacer exactamente lo que había hecho con Gipsy y parecía haber funcionado.

Se quitó un anillo que llevaba puesto. Era una pequeña rosa plateada con espinas. Era el tallo espinoso lo que rodeaba el dedo. Pero tan delicado, que no lastimaba. A Giselle le habían encantado las espinas, pero de alguna manera supo o pensó, que a Chloe le gustaría la flor.

Se lo extendió, sin decir nada.

En el breve silencio que se hizo Loe se imaginó que en la cabeza de Giselle los pensamientos se entrelazaban a gran velocidad.

Se sorprendió cuando le extendió el anillo. Lo tomó con los ojos bien abiertos y se lo puso en su mano derecha. Era simplemente hermoso. Miró a Giselle con una amplia sonrisa.

"Gracias" Dijo.

Sabía que a Giselle le costaban mucho las palabras, pero aquel gesto decía mucho. Se puso el cigarrillo en la boca, se corrió el pelo para un costado y comenzó a foercejear con una cadenita que colgaba de su cuello.

Era una cadena mediana de color plateado, bastante larga que tenía como único dije una cruz. Se había enamorado de ella en una vitrina de un centro comercial cercano a su casa cuando chica y había ahorrado durante meses para poner tenerla.

Una vez en sus manos se la Extendió a Giselle.

"No pienses que te la estoy dando para compensar que tengo un anillo tuyo, como si fueran cigarrillos que nos prestamos y devolvemos contandolos, esta cadenita es importante para mí y me gustaría que la tuvieras" Le dijo sonriendo como para que no se confundiera, algo que sabía que podía pasar.

Para Loe de alguna manera, no sabía como había pasado ni por que, pero estaban sellando una amistad.

((Me estoy dando cuenta de que tu avatar tiene una teta extraña. Ahora que lo sé no puedo dejar de mirarlo.))

Agradeció el gesto, pero no lo exteriorizó. Se preguntaba si a pesar de sus obvias diferencias, Chloe era capaz de entender lo que pasaba por su cabeza sin necesidad de que se lo explique. Si podía, contra todas las apariencias, debía ser un maldito genio. Era, según Giselle, poco probable. Al menos en lo que llevaba de vida, nadie había sido capaz de eso.

Le gustaban los crucifijos. Se lo colocó y lo miró colgar de sus cuello durante unos segundos.

Poco después de eso, como el aire levemente meloso la estaba sofocando, se puso de pie y dijo:

_Creo que esa escoba está muy aburrida.

((Viste?, si te la paso se la arreglás a la pobre deforme?))

No esperaba reacción alguna viniendo de ella, pero que lo hubiera aceptado era una buena señal. Le quedaba muy lindo puesto.

Le dió una pitada al cigarrillo mientras Giselle hablaba. ¿Acaso quería montar de vuelta?.

"Si querés la podemos llevar de juerga, digo, como para que se divierta un poco." Bromeó.

_¿Juerga? -inquirió. Qué palabra extraña.

Giselle no quería montar. Pero sabia que tarde o temprano tendrían que hacerlo. Además la tarde estaba declinando. Se acercó a la escoba y la miró con detenimiento. ¿Cómo podía ser tan difícil? Tantos jugadores de Quidditch lo hacían con facilidad...

La tomó por el palo y la siguió examinando. ¿Cuál era el secreto?

La colocó entra sus piernas, y la sos tuvo con firmeza. Ella no tenía que obedecer a una escoba. Era la escoba la que tenía que obedecerla a ella. El problema era que la mejor indicación de Giselle sería que no volvieran a verse nunca.

Al la una, a la dos y a las...

Pateó el suelo con más énfasis del que hubiera querido. La escoba se levanto casi verticalmente y de inmediato volteó y la tumbó. Por suerte no había ganado altura.

Soltó una risa cuando Giselle le cuestionó su vocabulario.

"Perdón, parece que mi madre me hubiera poseído y hubiera hablado a través de mi" Se justificó entre risas. "¿Llevarla de fiesta te parece mejor?" Bromeó.

Por unos segundos se imaginó entrando a un boliche en Londres, vestida provocativamente, con Giselle vestida como siempre y sin expresión en el rostro, y la escoba en medio de ambas, con un bonete de colores sobre la paja que venía a ser su cabeza, un moño gigante y multicolor y unos collares tipo hawaianos, dignos de carnaval carioca en el "cuello".

En otro flash se los imaginó a los tres en la barra del lugar, ella le volcaba un trago sobre el sector de paja que venía a ser su "boca" al grito de "¡FONDO, FONDO, FONDO!", mientras Giselle los miraba con una ceja levantada.

Al volver de su ausencia, rió con ganas.

"Me acabo de imaginar exactamente como sería eso, podríamos hacerlo algún día, sería divertido." Sugierió en tono de broma.

Chloe se levantó cuando vió que su amiga se disponía a intentarlo nuevamente con la escoba, temía que volviera a caerse y quería estar lista para ayudarla.

Sus sospechas se hicieron realidad, y aunque atinó a atajarla, no lo logró.

"No hay caso con esta escoba." Le dijo mientras le extendía una manos para que se aferrara y pudiera levantarse.

No comprendió la imaginación de Chloe. No entendía, en realidad, cómo una persona podía abstraerse a al punto de imaginar algo ta hilarante. Esa característica de su amiga le despertó curiosidad.

Tomó las manos que le ofrecía para levantarse.

_Decir que no hay caso, es una excusa para pasar de tu turno -sentenció-. No funciona conmigo.

Y le alcanzó el mango de la escoba.

Chloe le dirigió una fingida cara de odio, de esas que vienen acompañadas con una mueca de sonrisa.

Tomó la escoba por el mango, y la miró unos segundos. Finalmente la montó a desgano, le habría gustado que Giselle desistiera a la par de ella, pero también era cierto que saber montar una escoba era muy útil.

Si bien su corazón comenzó a palpitar más rápido, esta vez ya no estaba tan asustada como la primera. Pateó el suelo, se elevó algo inestable, pero fué logarndo recuperar el equilibrió.

Se dispuso a dar una vuela tranquila, experimental. Primero fué en línea recta, hasta sentirse firme, y luego se animó a zigzaguear suavemente.

Consideró que eso era suficiente para ella, y se dispuso a volver a donde estaba Giselle. Se fué acercando al suelo hasta alcanzarlo parcialmente con uno de sus pies. Tropezó y dió una vuelta en el cesped.

"Bueno, me faltaría aprender a estacionar." Bromeó con el pelo y la tónica llena de pasto.

_Sería bueno, sí.

Se alegró de que Chloe lo hubiera logrado, pero la perspectiva de estar en posición de "ir perdiendo" no le gustó. Fracasar en grupo le era más fácil. No quería parecer inútil o poco hábil. Pero obviamente, después de lo que le había dicho a Chloe no podría salvarse de su turno. Comenzó a sacarse un pasto de un mechón de pelo, en lo que hacía tiempo suficiente para elucubrar alguna artimaña.

Chloe se paró y comenzó a sacudir el cabello cabeza abajo, para deshacerse del pasto, algo que no funcionó del todo. Mientras se sacaba todo el cesped que podía de su ropa se dió cuenta de que se había raspado una de sus manos al caer, pero no le dió importancia.

Se agachó y tomó la escoba.

"Es tu turno." Le dijo a su amiga, al fín y al cabo ella había querido retomar aquella actividad.

_Lo sé, pero me duele un poco el tobillo. Tal vez deberíamos seguir mañana -propuso con toda la amabilidad que le fue posible-. Además, esas nubes no van a saber qué forma tienen, si no se lo decimos -divagó.

Chloe se alegró en algún punto de que Giselle desistiera de volar, por que la verdad que aunque le había ido bastante bien en el aire, no quería volver a caerse de la escoba al fracasar aterrizando y llenarse de cesped la ropa.

"No podré dormir si no le digo a esa pobre nube que tiene forma de botella" Dijo mientras se recostaba nuevamente en el pasto.

"¿Segura que no quieres que te acompañe a la enfermería a que te vean ese tobillo?" Insistió. Esperaba que ese dolor no fuera nada, pero no lo sabían con certeza.

Le parecía innecesario ir a la enfermería por un dolor de mentira. Negó con la cabeza, mientras mentalmente agradecía que Chloe no insistiera en el asunto. Definitivamente era una persona simple y sin demasiadas complicaciones. Eso le gustaba. Podía apreciar su compañía sin necesidad de desentrañarla.

_Deberíamos pensar alguna otra cosa para hacer. Algo que... no nos mate, por ejemplo.

Rió ante el comentario de Giselle. La inexpresión en el rostro de su amiga a la hora de decir algunas cosas lograban un contraste delicioso que la hacían reir.

La observó unos breves segundos. Tenía dudas de si era graciosa adrede o simplemente le había salido, por que parecía ser bastante rígida como para soltar un chiste intencional.

Fuera como fuera, lo cierto era que disfrutaba de compartir con ella. A pesar de ser tan distintas no parecía que se estuvieran esforzando por agradarse o pasarla bien. Las cosas entre ellas por alguna razón fluían.

Intentó imaginarse alguna actividad que pudieran llevar a cabo juntas y que no fuera tan nociva para ambas.

"Mmm... ¿Alguna sugerencia?".

Se le ocurrían algunas cosas para proponer, pero tratándose de Giselle, le costaba visualizar algo que la convenciera de que podía gustarle y no quería sugerir algo que la hiciera sentir incómoda en alguna forma.

Creyó más oportuno que su amiga propusiera, No era una persona con muchos límites en la cabeza, y lo más probable era que se pudiera adaptar.

Giselle pensó unos instantes. Le ocurría lo mismo que con Laz. No tenía suficientes conocimientos de actividades a desarrollarse en grupo. Cuando ella tenía tiempo libre, tocaba el violín, leía, escribía o dibujaba. Ninguna de esas cosas podían hacerse con Chloe. Se había divertido mucho con Laz jugando a un juego extraño con galletitas de animales, pero no tenía ninguna en ese momento.

Miró alrededor. No se le ocurría nada, y además, no tanían allí nada más que las escobas.

_Aquí no -se sinceró-. Tal vez tendríamos que ir a la Sala Común, o a los cuartos. Algo se nos ocurrirá en el camino.

Y estirar el tiempo con una evasión, se le daba mejor que quedar como una ignorante.

Chloe soltó una risita. Que Giselle se quedara pensando le había parecido divertido, porque se notaba que no sabía mucho del tema. Seguramente era demasiado tímida. Desde que se habían conocido, la muchachita pasaba muchísimo tiempo en silencio, lo cual era desconcertante en una adolescente. No podía imaginársela en situaciones como fiestas de cumpleaños o pijamadas.

Propuso:

_¿Por qué mejor no vamos a caminar por los terrenos? El día está lindo, y si no los vamos a recorrer volando, por ahí caminar es buena idea. ¿Qué dices? -la alentó.

Le pareció excelente. Era buena caminando. De hecho, desde que estaba en Hogwarts, lo hacía bastante.

Su antiguo colegio tenía los terrenos muchísimo más grandes y un castillo más pequeño. Giselle, que a menudo tenía problemas con algunas compañeras que la molestaban, encontraba mucha clama en la soledad de sus caminatas, lejos de todo aquel que pudiera molestarla o herirla.

Claro que nunca había caminado en compañía de nadie, y no sabía si sería lo mismo. Particularmente, había notado que Chloe no era buena con el silencio y de a ratos le incomodaba un poco la falta de palabras. ¿Podrían tener una caminata relajada sin charlas tensas?

Al menos tenía sus cigarrillos en el bolsillo, y podía fumar para justificar los silencios ocasionados por las secas.

Se levantó y se sacudió el pasto, sin darse cuenta de que no había respondido.