La excusa era caminar

((Justin me gustó porque apesta. Gracias))

Laz rió brevemente por el comentario. Cada día le caía mejor Giselle. No entendía por que el resto de la gente no podía verlo, así como tampoco entendía por qué nadie más pensaba como él. En resumen, todo eso junto tenía sentido.

Se quedó pensando en las palabras de Selle un rato. "No sé hacer hechizos desilusionadores, pero nos vendrían como anillo al dedo." Pensó en voz alta. "Y salvo cuando hay visita a Hogsmeade, la clientela habitual es muy poca para pasar inadvertidos." Suspiró. "Tal vez ese pasadizo en particular no sea la mejor opción después de todo."

Miró el mapa largamente, siguiendo con la vista las distintas opciones hasta sus salidas. "Por cabeza de puerco no podemos salir. El Premio Anual tiene ocupado el salón del requerimiento y no dice con qué." Si no lo sabía él que era bastante cercano al chico, no lo sabía nadie. De repente, levantó la cabeza hacia ella y la miró de manera inquisitiva. "¿La casa de los gritos?" ((¿Se decía así?))

((Así pero con mayúsculas (?) ))

Giselle le sonrió sinceramente, con aprobación.

_Sí, eso suena mucho mejor. Si no está embrujada, podremos salir tranquila,ente, y si lo está... será un placer morir contigo.

Revisó varias veces el mapa de guardias. Para ir por ese lado les costaría un poco más evitar a los profesores, pero ese riesgo era mucho menor que quedarse encerrados en Honeydukes.

_La primera banda soporte toca a las diez de la noche según las entradas, con lo cual... a las once de la noche con suerte estarán empezando. Ya sabes como es esto -comentó con desgano sutil, sabiendo que no hacía falta explicarle a Laz cómo ocurrían los recitales. De hecho, sentía que no era necesario explicarle absolutamente nada-. Tenemos que ver cuánto tiempo nos toma realizar esta ruta, y Aparecernos, para saber a qué hora tendríamos que salir, y por lo tanto, con qué profesores nos cruzaríamos a esa hora en ese camino... ¿o no?

((Gracias. Perdón que haya tardado. Las estrellas se confabulan en mi contra hoy y quería mandarte ese resumen, el cual, tras releerlo, me parece más confuso que otra cosa. Si te llegara a servir, podría hacer otro sobre el "Light Side". Sentite libre de pasárselo a Chloe y ver si a ella le esclarece algo. Muchas de las bios todavía no fueron actualizadas porque uno las va copiando del backup cuando van haciendo falta y como no había motivo para jugarlos...))

El comentario le robó una risa sincera y despreocupada. "No te preocupes. Sé de buena fuente que este fin de semana no va a estar embrujada." Estaba bastante seguro de que el grandulón no abusaba de aquél lugar cuando no era luna llena. Menos ahora que andaba meneándole el rabo a la gitana.

Asitnió. Sabía exactamente cómo era eso. "¿Estás sugiriendo un ensayo?" Parecía a punto de volver a reírse.

_Si dices "ensayo" suena tonto. Preferiría "Coordinación de resguardo", o "Movimiento de precaución"... algo así. Que suene más a plan macabro. Pero sí, básicamente -respondió con simpleza.

En realidad, Laz había tenido otra palabra en la punta de la lengua que se había negado a salir. Se quedó un momento más pensando, buscándola en su cabeza hasta que se le encendió la lamparita. "Simulacro. La palabra que tenía en mente era simulacro. No podía acordarme." Explicó.

"Supongo que coordinación de resguardo suena mejor." Admitió con una sonrisa. "¿Esta noche?" Su voz tenía la misma complicidad que había mostrado en su encuentro anterior durante varios momentos.

_Esta noche -y le devolvió la sonrisa.

Permaneció unos segundos mirándolo, recorriendo sus facciones. No, definitivamente nunca había visto a nadie como él. Era diferente. Al sentir un repentino calor en sus mejillas, apartó la mirada.

La sonrisa de Laz se ensanchó al ver la de Giselle y un momento después encontró muy interesantes los caramelos grises en la cajita. Se entretuvo cerrando las aletitas de cartón en la parte de arriba antes de hacerla desaparecer con un movimiento de la mano en vista de que ya no iban a jugar.

"¿Está buena la banda?" Preguntó de repente. Tenía la mirada perdida en el estadio frente a él aunque no había ningún partido, pero todavía sonaba animado. "No la conozco."

Agradeció internamente el desvío de la conversación.

_Depende. Los he ido a ver una vez, pero tocaron Folk Metal. Esta va a ser muy distinto. Puede que sean buenos, o puede que resulten malísimos. Así que deberás llevar ánimos de estupefacción tanto como aires de crítica.

Giró el rostro hacia ella cuando comenzó a hablar. La observó con curiosidad. "Lo tendré en cuenta cuando haga el bolso." Bromeó. La forma de expresarse de Giselle le había resultado algo graciosa, le daba pie para ese tipo de bromas.

"¿Por qué distinto?" La curiosidad le ganó. No se imaginaba que fueran a abarcar tanta cantidad de géneros en una sola banda. Era algo que no solía darse y, cuando pasaba, no daba los mejores resultados, a su criterio. Lo que no quitaba que tenía toda la intención del mundo de ir a verlos. "¿Fue hace mucho?"

_No -respondió.

Pasados unos segundos se dio cuenta de que esa expresión no bastaba y agregó:

_Lo que pasa es que esa banda todavía no tiene una identidad propia. Es chica, desconocida, y para ganar público se la pasan haciendo covers. Tienen talento, pero muestran poco material propio. Tienen talento y en el recital de Folk se notó. Pero no tengo idea de qué harán cuando se larguen por su lado. Tal vez algún día sean grandes y famosos y digamos "y pensar que los vimos cuando no tenían personalidad..." o tal vez, nos riamos de esto. No sé.

La respuesta le pareció demasiado escueta, pero esperó a ver si con suerte era seguida de alguna otra clase de explicación. Su paciencia fue recompensada. "Ya veo..." Sonrió por las posibilidades que presentaba Giselle. "En ese caso, haríamos bien en pedirles un autógrafo por las dudas. Uno nunca sabe cuándo va a necesitar el dinero." Bromeó de buen humor.

"Aunque con suerte no me haga falta..." Continuó diciendo. Se había recostado en el asiento, apoyando la espalda contra el borde del que se encontraba en el escalón superior de la grada como si fuera cómodo y no una punta pinchuda incómoda de tener en la espalda. Había cruzado los brazos detrás de la cabeza y observaba las nubes en el cielo con placidez. "¿Tu ya sabes qué harás el año que viene?" Preguntó de repente, con el rostro vuelto hacia ella.

Ella soltó una risita incómoda. Todo el mundo hablaba de las carreras que seguiría o estudios complementarios. Giselle ya había desafiado bastos campos de conocimiento, y en ninguno encontraba verdadera satisfacción. Le gustaba la música, pero no como negocio.

Había una sola cosa de lo que se imaginaba trabajando, pero seguramente a Laz le haría mucha gracia:

_Diseño de ropa. Me gustaría tener mi propia línea.

Laz enarcó las cejas y sonrió conteniendo una risa que tenía más de sorpresa que de gracia en sí. "Vaya. Esa sí que no me la vi venir." Admitió. Volvió a mirar al frente con esa mueca divertida. Por dentro, entendía lo que era no encontrar ninguna de las carreras convencionales atractivas o interesantes. Por algo él quería ser jugador de quidditch.

"Creo que hace juego contigo." Aunque no la conocía hacía mucho, de algún modo tenía casi sentido al pensarlo seriamente. Iba con lo que veía de su personalidad. "Me imagino que sería una linea de lo más interesante..." La espió de reojo con cierta complicidad. Dudaba que alguien como ella se dedicara a hacer ropa para los Tíos Vernons y Tías Petunias del mundo.

_No es más que una fantasía infantil. Seguramente terminaré siendo médica, o algo que sea... útil. Me invadirá cierto grado de culpa de saber que pudieron hacer algo que ayude, hago simplemente... ropa.

Miró al suelo pensativa. Cada vez que se escuchaba a sí misma, se oía decir una y otra vez que vivía más para otros que para sí. Se quedó pensando en eso, en silencio.

Laz frunció el ceño en desaprobación al escuchar sus palabras. Le parecía demasiado estricto como modo de pensar para una chica de su edad. Si la gente estaba destinada a volverse amarga con los años, entonces ¿qué iba a ser ella dentro de cuarenta años si así era ahora? ¿La vieja que cría gatos? Se incorporó en el asiento y la miró largamente antes de hablar.

"Hay distintas formas de ser útil. Todas son necesarias... cada hilo del tapiz del universo está ahí por una razón, para sostener a los que están a su alrededor." Podía ser un poco demasiado filosófico pero él tenía un mundo entero de filosofía adentro, nada más que no lo solía sacar a tomar aire. "Vestirse es una necesidad, hacer ropa es útil e incluso si no lo fuera. Se viene a este mundo a pasarla bien, a ser felices. Ya para tirar basura está la vida." Dijo con convicción. "Yo quiero ser jugador de quidditch porque sé cómo me hace sentir ver un buen partido y quiero poder hacer así de feliz a otra gente haciendo algo que me gusta. Con todas las muchachitas mantes de la moda que hay por todos lados, ¿vas a renunciar a cumplir tu sueño y hacerles felices para convertirte en un médico mediocre cuando alguien que realmente ame la profesión podría hacer un mucho mejor trabajo?" La increpó con seriedad. "Eso sí sería egoísta." Se volvió al frente y recostó otra vez su torso contra las gradas con los brazos detrás de la cabeza. No entendía por qué se sentía tan irritado.

Si manifestara sus sentimientos, seguramente se habría mostrado sorprendida. Pero no. Simplemente lo escuchó hablar mientras se le abarrotaban los pensamientos en la cabeza. No sabía cómo explicarle lo importante que era para ella la trascendencia. No irse del mundo y que su nombre simplemente se esfumara de la memoria de los pocos que la conocían.

Además ella no había dicho diseñadora de moda, sino de ropa. Y había sido muy específica. Ella quería hacer ropa gótica, o para gente con gustos como los suyos. No moda, no algo tan global.

A través de su mente, o de algo como medicina, de salvar la vida de uno o varios, sabría que al menos alguien la recordaría. Que para alguien sería importante.

Pero el exabrupto de Laz reprimió todas las reflexiones muy dentro de su ser, y no dijo una palabra. El nudo que sintió repentinamente en la garganta la distrajo del hecho de que tenía las manos muy apretadas de los nervios. Le costaba incluso respirar.

Después de su discurso sobre cómo salvar al mundo con trabajos simples y aparentemente sin relación, Laz se limitó a mirar las nubes en silencio tirado como estaba. Era una posición bastante incómoda, pero se negaba a abandonarla. Intentaba comprender por qué alguien podría ser tan masoquista como para querer hacer algo que no quería hacer... si es que eso tenía algo de sentido. Para él, no lo tenía en absoluto. Uno intentaba hacer lo que le gustaba y, si no podía, hacía algo que por lo menos no odiara. El concepto de que una persona pudiera dejarse a sí mismo tan de lado no le entraba en la cabeza cuadrada que tenía.

Le molestaba que alguien como ella, que valía la pena y tenía tanto potencial, fuera a desperdiciarlo siendo miserable no porque la vida lo quisiera y le hiciera las cosas difíciles, sino por decisión propia.

Sarah se encontraba en una encrucijada. No quería estar ahí. Se sentía incómoda y nerviosa. Pero tampoco quería levantarse e irse, porque estaría "haciendo una escena". Con lo cual, lo único que podía hacer era quedarse ahí. Quieta. Con el nudo de su garganta y su respiración casi imperceptible. En una posición en la que fácilmente eludiría cualquier mirada que Laz intentara lanzarle.

Laz tampoco tenía ganas de estar ahí después de un intercambio tan desagradable pero, por los mismos motivos que Giselle, se negaba a marcharse. Miró las nubes un rato, intentando pensar en algo que decir, algún tema seguro al que se pudiera dirigir la conversación que no estaba teniendo lugar entre ellos, mas no tenía ganas de hablar. Las palabras que sí tenía ganas de decir se le agolpaban en la mente y no lo dejaban pensar en otra cosa, no le permitían dejar ir el asunto.

¿Cómo podía alguien elegir por voluntad propia no ser feliz? Al menos eso explicaba la poca emoción por la vida que mostraba. Laz quería dejar de pensar y no podía apagar el cerebro. Obviamente, la vida de Giselle era asunto de ella y de nadie más, pero el estar cerca de alguien que estaba tan claramente equivocado en su forma de pensar lo irritaba más allá de lo lógico.

Cinco o seis veces estuvo a punto de decir algo y volvió a cerrar la boca para no empezar a soltar todo el hilo de pensamientos que tenía en la mente. Otro par de veces estuvo a punto de levantarse e irse, pero tampoco se atrevió. Deseaba profundamente tener una piedra a mano para poder tirarla lo más lejos posible con toda su fuerza, pero no estaban cerca del lago sino en las gradas. Era tan facil como mandarla a mudar, decirle que era una estúpida por dejarse de lado a sí misma, pero no le salía. No se quería rendir con ella.

Finalmente, la excusa se le presentó sola delante de la vista. "Esa nube parece una acromántula." Si uno le ponía bastante ganas, podía ser.

Giselle pensaba que era sólo un exabrupto sin importancia y que se les pasaría. Que cuanta más importancia le daba, peor sería. Pero Laz era la última persona por la que quería sentirse regañada, y más allá del desengaño que acababa de tener, sentía una profunda vergüenza. El comentario de la acromántula la sorprendió. Pensaba que él no diría nada más y luego se iría. Es más, estaba esperando que él se fuera para no tener que hacerlo ella y cargar con esa responsabilidad cuando todo estaba saliendo tan bien.

_Sí, es cierto. Girando la cabeza un poco hacia el costado, está -dijo mientras se ponía de pie-. Debo irme. Lo pasé bien. Adiós.

Y comenzó a caminar hacia la salida de las gradas.

La fama de ser demasiado teatral que Laz tenía no era un cruel invento. Se la había ganado haciendo escenitas típicas de minitas histéricas durante años. Por eso se había enterquecido en quedarse. A esas alturas ya sabía cómo repercutían sus escándalos en las relaciones con las personas que lo rodeaban. Le había costado todo su autocontrol morderse la lengua para no meter peor la pata. Una vez en la vida que conocía una persona que le caía bien, no quería arruinarlo en la primer semana.

La miró de reojo al ver por el rabillo del mismo que Giselle se ponía de pie. Se preguntó si todavía seguía en pie lo de la noche, pero no se atrevió a preguntar. Giró un poco más el rostro y la miró marcharse. Estaba furioso con él mismo. Apareció su escoba enseguida y salió volando para despejar la mente.

((Como final me parere impecable... estás de acuerdo?))

((Estoy. Estaba escrito con la intención de darle como un cierre por cómo venía lo tuyo.))

((Lo que a mí tampoco me quedó claro es si siguen on para esa noche XD))

((Giselle lo tiene que hacer de todos modos porque el vaya o no, ella planea ir al recital. El tema es si Laz va a ir o no... creo que me toca a mí abrir el tema y ver qué pasa XD ))