Primera Prueba de Rozsa

El día de la primera prueba había llegado. Unas tribunas construidas alrededor de una porción enorme del prado en los terrenos del castillo estaba a reventar con alumnos, padres y maestros que gritaban de entusiasmo y expectativa. Los más sensatos, temían por sus campeones, en especial las familias y allegados.

El prado no tenía límites en el sentido riguroso de la palabra, pero estaba limitado por un lado por el bosque prohibido, que se erguía como una pared entre medio de tanta llanura; por otro, por el lago negro, que con sus profundidades insondables marcaba otra diferencia de terreno y, al fondo, las murallas externas del castillo y las puertas que lo separaban del camino que llevaba a Hogsmeade. El cuarto límite era la tribuna misma, donde los colores de cada casa se mezclaban con los carteles de aliento a cada colegio en particular.

El terreno donde se conduciría la prueba, no tenía nada en particular si uno no contaba la snitch dorada suspendida en el aire cerca del centro (visible sólo con binoculares desde las tribunas), y un palenque solitario a unos pocos metros de la pelota. El Campeón, debía situarse en una pequeña cruz marcada con sal en el suelo, equidistante de ambos, de manera que los tres puntos formaran un triángulo equilátero.

Dentro de la carpa de los Campeones, a Gavrila se le había instruido sobre la prueba junto con los otros dos competidores.

"La primera prueba consiste en una tarea simple: deberán atrapar una snitch dorada. La dificultad estriba en que sus escobas están guardadas bajo llave en la oficina del director, así como todas las demás escobas del castillo. Quien conjure o convoque una, será descalificado del torneo. Se entregarán puntos por rapidez así como por desempeño y creatividad. Su prueba comenzará al sonar el cañón."

Poco después, Gavrila se encontró de pie en medio del prado esperando el cañón, que no tardó en sonar. Durante una fracción de segundo, pudo ver la snitch dorada, que había estado paralizada a unos metros de ella hasta ese momento, suspendida en el aire, recobrar el movimiento y salir disparada con su vuelo errático característico.

La prueba había comenzado.

Gav se emocionó brevemente durante los segundos entre que se enteró de la existencia de una snitch y el momento en que dijeron que cualquier participante que involucrara una escoba de cualquier manera sería descalificado. Sinceramente, el torneo le resultaba una carga molesta que hubiera preferido no tener encima, pero su madre, mánager y profesores habían insistido en que se insistido en que lo hiciera y ahora, ella que esperaba no salir elegida y poder seguir con su vida, estaba en medio de un campo entre una snitch y una estructura de madera demasiado enterrada en el suelo como para serle útil. Para peor, aparentemente, convertirlo en escoba no era una opción.

No llegó a idear ninguna estrategia antes que comenzara la prueba, únicamente a lamentarse de su suerte. Esperaba no dar un espectáculo patético para que Adara y sus fans no pensaran mal de ella. De lo contrario, su mánager jamás terminaría de reprochárselo. -Necesito una manera de volar.- Pensó instintivamente. Su mente de jugadora de quidditch no le permitía otras opciones a la hora de pensar en atrapar la pelotita que ya se había perdido en alguna parte del perímetro.

Eso la dejaba con los tres palos atados y una varita en la mano. Observó el objeto con atención. Si estaba ahí, debía ser por algo. No sabía cómo les había ido a los otros dos Campeones, pero ella estaba en cero.

A la distancia, parecían unos palos ordinarios y le recordaban vagamente a las barras para hacer gimnasia artística pero de manera mucho más rústica. Bueno, si tenía una especie de pata delantera y de pata trasera, tal vez pudiera transfigurar la estructura en un hipogrifo, por más rústico que fuera, y utilizarlo para volar detrás de la snitch. Era un hechizo muy complejo, que nunca había intentado antes, y ella tampoco era tan buena en transfiguración, pero le dio su mejor esfuerzo.

((Tiro a ver si lo puede hacer. Imagino que la dificultad para ella será enorme por lo arriba descrito.))

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'10 Caras' :

((Dificultad 9 iba a decir. Tenés dos éxitos. Puro culo.))

Entonces el palenque se convirtió en un hipogrifo bastante decente, con una especie de correa de cuero atada alrededor del estómago. Al otro extremo de ésta se encontarba... la nada. Pero era una nada que tiraba, piafaba y bufaba, como si la vida le fuera en ello. Aparentemente, se trataba de algún animal invisible al otro lado de la correa que se había hecho visible al mismo tiempo que la snitch y ahora éste se había pegado el susto de su vida al ver un hipogrifo aparecerle de la nada tan cerca.

El hipogrifo también comenzó a corcovear y chillar de miedo ante lo inesperado, tirando para soltarse de la correa que lo sujetaba, tanto como el otro animal lo hacía.

((Totalmente :S Mi estrategia contaba con fallar... puta madre XD))

Gavrila se asustó de ver la doble reacción inesperada y retrocedió un paso y medio, con la varita aún apuntándole a ambas criaturas, la visible y la invisible, pero incapaz de actuar. Sabía que debía evaluar la situación primero. Debía haber alguna otra clase de criatura allí que se suponía ella utilizara para atrapar la snitch. Tonta ella que no se le había ocurrido antes pensar para qué podía servir esa construcción de palos. Ahora lo entendía todo.

Intentó deshacerse del hipogrifo con el contrahechizo de destranformación, pero las manos le temblaban visiblemente, más por la sorpresa y el trabajar bajo presión que por miedo.

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'10 Caras' :

((Se nota que agoté toda mi buena suerte en la primer tirada.))

((Evidentemente XD Seguro que éste sí querías que funcionara.))

El hechizo le salió totalmente mal por haber sido conjurado con manos temblorosas y poca concentración, y pasó en medio de ambas criaturas, encabritándolas aún más, al punto en que comenzaron a tirar fuertemente de las bridas en ambas direcciones.

((Por supuesto XD))

Gvrila frunció el ceño con preocupación e intentó pensar en la manera más simple de solucionar aquello. Para empezar, le irritaba no saber contra qué tenía que vérselas, pero enseguida se le ocurrió cómo solucionar eso.

"Pingendi apparet!" Dijo apuntándole a la nada que sostenía las bridas por la parte opuesta al hipogrifo. Era un hechizo de pintura, destinado a tirar un chorro, o más bien una fina lluvia de pintura dorada en su caso, porque en ese color estaba pensando. Era su favorito.

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'10 Caras' :

Un chorro de pintura brotó de la varita de Rozsa y cubrió parte del Thestral que estaba frente a ella, el cual se encabritó y relinchó irritado, mirándola con sus ojos blanco lechoso.