The Leathherby household

Se sentó sobre sus talones que se encontraban sobre el piso, al igual que el resto de sus piernas y se sentó derecha con una mano sobre su falda. Inspiró alzando la caja torácica y exhaló algo sonoramente sin dejar de hacerle viento con la mano derecha. -Si, lo sé- le respondió algo despreocupadamente a Jewel. -Sin las escamas, probablemente, te habrías desmayado del dolor. Vas a tener que seguirla masticando. Si sientes que te descompones vas a tener que tirarla, no antes-  dijo esto último ahora con la seriedad y rigidez de un médico.

Intentó ser la menor carga posible para las dos mujeres que lo estaban moviendo y después se acomodó como pudo en el sofá para que su brazo no sufriera más. 

Sonrió de lado por lo de desmayarse. Estaba bastante seguro de que hubiera preferido eso a tener que estar despierto todo el proceso, pero no iba a decirlo. Si su amigo se enteraba lo gastaría hasta el día del juicio final... y si Jay lo sabía, él lo sabría de seguro. 

—A veces me hace sangrar la nariz... ¿En ese caso también la tiro? —Nunca le habían dado demasiadas indicaciones al respecto. Nash, el médico del departamento de Aurors, generalmente era escueto en ese sentido porque no era ni mujer ni enfermera, era médico de trincheras.

Jewel se había vuelto a sentar sobre la mesa ratona y observaba sin decir nada. 

La pregunta de su hermano la hizo dudar y prefirió que contestara la enfermera. En los animales, dependiendo de cual se tratara, podía ser muy inofensivo o mortal. A lo sumo, estaba por enterarse.

Se sonrió levemente, el hecho de que estuviera teniendo una charla indicaba que aunque el dolor era fuerte estaba consiente y estable, más allá de que los hechizos no lo habían dañado más de lo superficial. Mentalmente calculó el peso del mago. -No...- dijo en un tono tranquilizador. -A excepción de que sea una hemorragia significativa sigue mascando- Vas a preferir eso antes que sentir el dolor del brazo, créeme. Pensó preocupándose por su paciente. De todas maneras sabía que era un "chico grande", iba a poder manejar la situación.

—Si, doctora —se burló con una mueca de dolor. Al menos el buen humor todavía no se lo había quitado el dolor. Era más probable que se le esfumara a causa de su hermana que de algo físico en su caso.

Entonces miró a su hermana. —Me duele el brazo... ¿Me vas a ceder algunos... de los chocolates... que te trajo Jens? —rogó abusándose de la situación, como buen hermanito menor.

Se rió al ver la respuesta de Nathan -Bueno, parece que estás bien entonces- dijo algo divertida.

Volvió la vista hacia Jewel con una enorme sonrisa divertida y se paró del piso donde estaba sentada.

—Bueno saberlo... —pensó en voz alta. Luego se dirigió a la enfermera. —Con los animales varía según la especie. Pero este espécimen es tan raro que no lo abarcan en ninguna materia.
Se refería a su hermano. Incluso hizo un gesto con la mano para que no quedara duda.

Le puso cara de orto. —Sos un tarado. Tan mal no te debés sentir si andás mangueando dulces. ¡Ni que tuvieras cinco años! —Lo regañó más que nada porque habían discutido ya tres veces por los condenados dulces y tenía las tetas la paciencia por el piso con el tema.

—Estaría mejor con chocolates —djio al pasar, más bien para su hermana que para Cora. Para ésta, añadió. —... me ayudarían a soportar estar de licencia cuando todo el mundo está haciendo dobles turnos con todo este tema de la marca tenebrosa.

Eso era cierto. Le rompía mucho las bolas no poder ir a trabajar, enfermo del laburo como era, y si se quedaba en la casa, se iba a quedar hinchando las bolas a más no poder hasta que alguien tuviera piedad y le diera el alta. Ya le costaba cuando había calma, pero ahora que el departamento de Aurors entero estaba revolucionado... Hasta había encontrado la terquedad para decir toda esa frase sin sentir que se desmayaba de solo pensar en trabajar, así de enfermito del laburo era.

—¿Hay algo más... que pueda hacer para... que me den de alta cuanto antes? —Preguntó esperanzado a Cora que adivinó tendría mejores cosas que hacer que estar ahí.

Ignoró a su hermano y se dirigió directamente a la enfermera —¡Uf! ¡Sí! ¡Por Dios! —Concordó con él. —¡Si lo tengo que tener así un mes en casa voy presa por asesinato doloso! —Protestó en medio de un bufido.

Se dio cuenta como la tensión aumentaba en esa casa y en particular entre el espacio que dividía a los hermanos. No creía que fuera para tanto el tema de los chocolates pero quizá Jewel estuviera soportando el tema hacía mucho o habían más cosas de fondo que ella ignoraba. De todos modos no pensaba meterse a juzgar la relación compleja de los hermanos, había gente que era así simplemente.

Apretó los labios y negó con la cabeza -Nop, sorry- dijo de manera corta. -Y probablemente esto tarde más de un mes. Todo lo que puedes hacer es dejar el brazo quieto durante las primeras 2 semanas y luego comenzar a moverlo con delicadeza- volvió hacia Jewel que era la más entendida en la habitación -Primero deben reestablecerse las conexiones nerviosas, eso va a generar bastante molestia. Estamos reconstruyendo los nervios y el tejido. En cuanto los nervios estén más firmemente afianzados va a tener que retomar la actividad en la zona, pero con delicadeza, para evitar que vuelvan a romperse las uniones, eso ocasionaría problemas en la recuperación y tardaría más.- volvió hacia Nathan -De nuevo, no muevas para nada la mano. En 15 días tienes que hacerte una nueva revisasión medimaga para chequear que todo esté bajo control y empieces a mover la mano y los dedos. Cualquier duda que tengas puedes escribirme una lechuza, ¿si?- dijo cambiando el tono firme por uno más delicado con la última palabra.

Jewel se sobresaltó levemente al recordar que se había comido todo protocolo y había quedado como una pelotuda importante.

"Lo siento tanto. Con todo esto de Nate olvidé mis modales." Se excusó como pudo, poniéndose borgoña de vergüenza. Mi nombre es Jewel. Mucho gusto."