Con cara de fastidio

Gav no había mirado en dirección a Adara en toda la noche, pero sus amigos le habían mencionado en más de una oportunidad que había una chica en un rincón que no paraba de mirarla. Le había bastado la breve descripción de labios de uno de sus compañeros para reconocer de quien se tratara. Sin embargo, continuó ignorándola en cuanto el grupo perdió interés al ver a un muchacho acercarse. Ella había perdido la poca confianza que había juntado y desistió de la idea de ir a hablarle.

Llevaba puesto un vestido blanco hecho de varias capas de gaza y con un aire marcadamente griego. Por más que no tuviera nada que ver con su ascendencia, le gustaba ese tipo de vestidos y los prefería ante modelos más coloridos o elaborados. Tampoco era una persona muy patriótica, por lo que le había resultado irónico ser elegida como candidata al torneo.

Spoiler:

A medida que sus amigos se habían ido aburriendo de ella y habían encontrado otras chicas más dispuestas a bailar o irse con ellos a lugares más tranquilos, el gran salón se fue vaciando y Gavvie comenzó a sentir el mismo tipo de frustración y aburrimiento que Adara había demostrado en un principio, si bien estaba acostumbrada a esconder bien ese tipo de emociones como la celebridad que era.

A falta de algo mejor para hacer, se había conformado con pararse más o menos en el rincón desde donde Adara la había observado a ella toda la noche, aunque con la espalda bien contra la pared. El frío de la piedra contra su piel que el enorme escote trasero de su vestido dejaba al descubierto, la reanimaba dentro del calor que era el gran salón para una nórdica particularmente calurosa. Era tonto, pero ahí parada, se había ido a parar ahí para sentirse más cerca de ella, que probablemente estaba con alguien en algún lugar de los terrenos. Se sentía estúpida, pero no tenía ganas de volver a su cama tan temprano.

Hubiera sido patético que alguien como ella se fuera del baile temprano, por más que quisiera estar en cualquier otra parte, y no había nadie más allí que le interesara como para buscar su compañía. Incluso sus fans parecían ahora más entretenid@s con sus parejas de turno como para recordarla.

En eso, algo sucedió que cambió su noche. Adara regresó y se detuvo delante de ella. La escuchó suspirar pesadamente y se preguntó qué le habría pasado para causarle la emoción que fuese que le estaba robando tremendo suspiro. Quiso sentirse más cerca de ella, poder conocerla, saber qué pensaba, cuáles eran sus gustos, sus hobbies... y antes de darse cuenta, ya no estaba más apoyada contra la pared, sino de pie detrás de ella, un poco hacia el costado. Se detuvo bastante cerca, segura de que de lo contrario tendría que gritar para hacerse oír por sobre el vals que sonaba de fondo.

"¿Todavía practicando cómo echar el mal de ojo?" Sonaba despreocupada y tenía una sonrisa en el rostro.

Addie no se había molestado en mirar mucho su rincón, había entrado y se había ido para ese lado por costumbre. En realidad, nada más quería ubicar a Gavrila para poder ir a su cama a mortificarse tranquila pensando en que jamás la vería como ella la veía, porque obviamente, era una chica famosa, talentosa y popular, y ella simplemente tenía dinero y una abuela sobeexigente. El que la muchacha hubiera accedido a trabajar con ella no quería decir que fueran a ser más que compañeras de trabajo, de investigación, de lucha si se quiere, pero a veces las cosas que decía o las miradas que tenía, hacían que ella se ilusionara vanamente, como solo las adolescentes pueden hacerlo.

Se sobresaltó levemente al oír la voz de la persona en quien estaba pensando aparecer detrás suyo, casi a su lado, como si la hubiera convocado con el pensamiento. Se preguntó cuánto tiempo llevaría en ese rincón y si la habría visto conversando con Buckingham. Por un momento sintió pánico, pero después hizo memoria y recordó que no había nadie en esa zona cuando ella había llegado al gran salón y que la había tenido en su campo de visión hasta que hubieran desaparecido escaleras arriba con Caitlin. No. No podía haber visto ni adivinado nada de eso que a ella le resultaba tan bochornoso que quería olvidarlo.

Al siguiente segundo, giró el rostro hacia ella con curiosidad, intentando hacer lo posible por no esperanzarse. Todavía tenía los brazos cruzados, pero su lenguaje corporal cambió al reconocer la voz. Sus hombros se acomodaron en una posición menos defensiva y lo mismo sucedió con sus pies. "Ah... Gavrila!" Fue lo único que atinó a decir por la sorpresa de encontrarla allí. -Me asustaste!- Pensó, mas no lo dijo. Era demasiado orgullosa.

El vestido que ella llevaba la dejó sin habla. Era demasiado bello y le sentaba a la perfección, creando un balance entre las partes masculinas y femeninas de la personalidad de la jugadora de Quidditch que la dejó sin palabras y la hizo ruborizarse a pesar de que llevaban unos cuantos días hablándose periódicamente de lo que habían encontrado en el bosque.

Sus facciones se recompusieron en una sonrisa divertida por la broma de ella, pero volvió a mirar al frente. Así que la había atrapado mirándola fijamente toda la noche. ¿Cómo podía ser? Ella no le había quitado la vista de encima y no había mirado en su dirección ni siquiera una vez. Sus amigos debían haberle dicho. Recordaba que algunos de ellos sí se habían fijado en su personita irritada. "Not really. I was just bored." Se excusó. No podía decirle la verdad. Miraba el salón delante de ellas sin verlo realmente, con la concentración puesta en el perfil de Gavrila que se reflejaba en su visión periférica.

"School balls are depressing." Opinó con calma tras una pausa. Hizo un gesto abarcativo con una mano, que mostraba la pista de baile frente a ellas, casi vacía, y las mesas llenas de gente con cara larga. Luego volvió a cruzarse de brazos. "Everyone expects too much, then they get disappointed and go somewhere to cry." Explicó en un tono que la ubicaba por encima de problemas tan mundanos. Se notaba que las chicas querían bailar y los chicos apretar, como siempre. Y que al final nadie la pasaba bien, salvo los pocos suertudos que ya se habían marchado a lugares más recluidos. Pero siempre eran los menos.

Notó que se trataba de una excusa. No podía ser otra cosa más que un berrinche de celos. ¿Por qué si no estaría mirándola fijamente toda la noche con lo que sus amigos habían descrito como una expresión que daba miedo, pero seguía ahí a pesar de todo en lugar de irse a hacer algo mejor con su tiempo si los bailes la aburrían tanto? La idea la complació. Quería tener la atención de ella, que siempre parecía demasiado distante pensando en cosas importantes como para prestarle atención a los mortales a su alrededor. Se le hacía que debía sentirse tan aislada como ella, aunque por motivos distintos. Había algo muy solitario en estar siempre rodeado de gente determinada a complacerlo a uno.

"Why did you come, then?" Le preguntó con desenfado, de modo casual, en el tono que lo hubiera hecho un chico. Buscaba satisfacer al menos una partecita de la curiosidad que sentía por Adara. Tal vez su respuesta le diera alguna idea de cómo pensaba ella, qué cosas la motivaban o enojaban, o aburrían.

Levantó las cejas, sorprendida por el análisis que había hecho del evento. Si lo pensaba un poco, era cierto por lo poco que había visto, pero no se le hubiera ocurrido prestarle atención si nadie se lo mencionaba. Había estado muy ocupada charloteando con sus amigotes. "Is that what happened to you a while ago?" Preguntó con más seriedad, tan por encima de lo que ocurría alrededor de ellas como Adara. El tono había sido casual, pero por dentro se moría por saber y hasta dejó de respirar en anticipación a la respuesta que ella pudiera darle. La idea de que hubiera estado llorando le desagradaba. Quería que fuera feliz.

La miró de reojo un segundo, con expresión seria. "Because I wanted to see you you see, girls love any excuse to dress up in pretty clothes and I happen to be one." Explicó con tono serio pero con una risita leve al final, que no dejaba terminar de discernir si estaba hablándole en serio o en broma.

Esta vez fue el turno de Addie de sorprenderse, pero su cara mostro otro tipo de sorpresa, del tipo -no puedo creer que fui tan idiota como para decir algo que dio lugar a que pensara eso de mi-, del tipo en que uno se siente tarado.

Se recuperó enseguida y giró su rostro hacia ella con una media sonrisa. "No." Respondió con confianza, el mentón en alto. "I just spent twenty minutes giving romantic advice to a complete stranger." Le dijo con tono divertido y un leve aire de superioridad. Que ella pensara lo que quisiera de eso, se dijo contenta con la respuesta que había logrado encontrar para salir del paso.

Rió levemente por el comentario tan cierto de Adara. "Es verdad." Concordó. Después de todo, ella también estaba ahí, ¿no?

Nuevamente, las cejas de la nórdica se dispararon hacia arriba en una expresión azorada. Le picó la curiosidad y quiso preguntarle mil cosas. ¿Por qué ayudaba a un perfecto desconocido en temas románticos cuando ella siempre era tan fría y se mantenía distante del resto de la clase? ¿Qué tipo de consejo le había dado y qué experiencias la habían llevado a darlo? ¿Quien habría tenido el coraje de acercarse a pedirle consejo con la cara asesina que había tenido toda la noche? ¿Por qué la cara larga? Las preguntas no tenían fin, pero en lugar de eso, se limitó a decir. "Ya veo." Con tono tan críptico como el de Adara. Y que ella también lo interpretara como mejor pudiera.

Se quedó en silencio observando la pista unos momentos, pensando aún en todo lo que quería saber y en el hecho de que no lo preguntaría. Luego se volvió hacia ella con una sonrisa amable. "Would you like to dance?" Le preguntó recordando repentinamente a la chica desvalida que en el bosque le había dicho que quería ir con ella a pasear en escoba. Jamás hubiera imaginado que la muchacha que la prefecto había intentado presentarle pudiera ser tan intrigante en todo sentido. Le ofreció una mano.

Que Gavrila no preguntara nada más, la hizo sentirse un poco desanimada, pero no lo demostró. Hubiera querido que ella demostrara más interés en su persona, por más improbable que sabía que era algo así. La gente famosa no mostraba más interés por los mortales comunes del que era estrictamente necesario para mantener las apariencias y mantenerlos contentos. Ella no era una de sus fans en el sentido literal de la palabra, así que ambas sabían que la jugadora de Quidditch no debía esforzarse en absoluto para mantener su lealtad o interés, por así decirlo. Sabía que no tenía derecho a esperar nada y sin embargo se sentía decepcionada.

Entonces Gavrila la invitó a bailar y ella no supo ni qué pensar y se quedó dura durante un segundo, incapaz de encontrar su voz. La miró desde abajo, entre las pestañas, apenas si atreviéndose a levantar la mirada. Tenía todo el rostro tomate de repente.

Asintió. Tomó la mano de ella y se dejó guiar a donde quisiera llevarla. "No me gusta la música moderna que estaban pasando antes." Dijo en un intento por distraerse y no parecer tan tímida.

Sun sonrisa se amplió y se hizo levemente juguetona al ver la reacción de Adara. La hacía sentirse más tranquila, más segra de sí, el saber que obtenía lo que ella interpretaba como buenas señales de su parte. Tranquilamente podía estar avergonzada de que le propusiera algo preposterous y demasiado intimidada por su fama para rechazar la propuesta, pero considerando lo que le había dicho en el bosque, dudaba que la estuviera leyendo de manera equivocada.

-Eso explica la cara y el aburrimiento- pensó. Si ella no hubiera tenido amigos a mano y fama que cuidar, también hubiera estado mirando a la gente desde el rincón con cara asesina. "A mí tampoco." Confesó. La idea de tener eso en común con ella le agradó.

La guió de la mano hasta la pista de baile, donde unas pocas parejas hacían un intento triste por seguir los pasos del vals que sonaba de fondo. Tomó una de las manos de ella y apoyó la otra en su cintura con naturalidad, como si hubiera bailado mil veces. Comenzó a moverse al ritmo de la música, guiándola a ella como lo hubiera hecho un muchacho; uno que tuviera idea de lo que hacía.

"¿Y qué tipo de música te gusta?" Le preguntó en vista de que el pop ruidoso que sus compañeras adoraban no estaba en la lista. Hablaba casualmente, como si todo eso fuera lo más natural del mundo y no hubiera tensión ni incomodidades entre ellas, como si Adara no la hubiera salvado para después confesar su atracción hacia ella en el bosque. Gavrila era excelente en el juego de evitar hablar del elefante en la habitación.

Esa sonrisa la hizo bajar la vista un momento antes de poder volver a sostenerle la mirada por debajo de sus pestañas maquilladas. Estaba intimidada, pero no por la fama ni por que hubiera gente. El hecho de poder estar a punto de bailar con la persona que era más importante para ella en todo el universo le resultaba suficientemente intimidante de por sí.

Sonrió de manera tímida pero sincera. A ella también le gustaba que detestaran el mismo tipo de música.

La pregunta la tomó por sorpresa. No la imaginó interesada en alguien intrascendental como ella era. "Classic, mostly." Respondió algo más tranquila. El hecho de hablar hacía que no se pusiera a pensar en que la estaba mirando o en que le acababa de tomar la mano o de que la otra mano la había puesto en su cintura.

Apoyó su propia mano en el hombro de Gavrila y la dejó guiarla por la pista de baile. Adara no era mala bailarina, pero con una buena pareja resultaba mucho más fácil bailar aún mejor, de manera que pronto captaron la atención de la mayoría de las chicas aburridas que estaban sentadas en las mesas alrededor de la pista y de varios de los muchachos, algunos de los cuales habían sido rechazados para bailar con la jugadora, por lo que Addie había visto.

A pesar de su timidez, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja ante ese pensamiento. La había visto declinar invitaciones de baile toda la noche y ahora la estaba sacando a bailar a ella, justo después de preguntarle a dónde se había ido. ¿Tal vez había esperado a deshacerse de sus amigos para ir a buscarla? ¿Era eso posible? Por un rato se permitió creer que sí. De lo contrario sería incapaz de disfrutar la velada, que podía llegar a ser lo único que consiguiera de ella fuera del 'trabajo' que compartían.

Los miró de reojo un poquito mientras bailaban, pero después volvió a ver a su compañera con una sonrisita pícara. Ahora que había caído la ficha de todo eso, se sentía más confiada y se le había pasado bastante la vergüenza. Incluso se sentía con un poquito de esperanza. "I think the blokes you turned down for a dance earlier are trying to give us the evil eye." Bromeó con ligereza, sus ojos en la cara de la otra muchacha para no perderse su reacción.

"You play beautifully." Opinó recordando aquella noche en que la había escuchado tocar en el crucero. Parecía un elogio sincero, no algo dicho particularmente para halagarla. A demás, ella no se andaba con vueltas. Si pensara que tocaba mal, se lo hubiera dicho de entrada. "When is your next concert?" Quiso saber con interés. Tal vez podía escabullirse del castillo para ir a verla. Podía sonar raro pero le resultaba menos invasivo que intentar asistir a sus sesiones de práctica.

"Huh?" Por un momento no supo a qué se refería, hasta que miró alreadedor y sonrió de lado. "Heh. They couldn't dance to save their lives." Opinó en tono engreído. "I'd rather dance with a troll." Le tomó un segundo darse cuenta de la metida de pata, pero entonces fue ella quien se ruborizó profundamente. ¿Cómo iba a arreglar eso? Ella la ponía tan nerviosa que siempre terminaba diciendo estupideces.

El halago la tomó por sorpresa. Le sacó una sonrisa complacida y sincera. "Thanks." Le dijo mirándola por entre sus pestañas nuevamente. Le daba no sé qué mirarla de frente, sentía que se pondría toda roja si lo hacía, que no podría mantener una conversación decente, por más que sus sueños premonitorios le hubieran hecho saber que en sus vidas anteriores habían sido mucho más que amigas y de que estaba segura de que ella también tenía esos sueños.

Pensó un momento en su agenda, haciendo memoria. "Two saturdays from now. In a cruiser around Ivory Coast." La miró con curiosidad. "Why? Are you planning to come?" She teased.

Sonrió de lado, jacatanciosa y compartió la risa nasal con Gavrila. Luego levantó una ceja y soltó una risita al oír la metida de pata. "So, that would make me a troll, right?" Preguntó aún un poquito tentada, pero intentando pretender estar enojada.

Le respondió con una sonrisa cálida y ojos entrecerrados en una mirada que también transmitía cierto cariño. "You truly do." Añadió con seriedad, para que supiera que no era un halago vacío.

Pestañeó sin saber qué responder. No estaba acostumbrada a que le tiraran onda de manera tan directa. ¿Qué decirle? No haría promesas que no sabía si podría cumplir y tampoco quería perdérselo si había posibilidad de escaparse del castillo. Decidió decirle la verdad. "If I can find an excuse to escape this castle, yes." Le sonrió su media sonrisa confiada.

"No. Ah... I didn't mean that." Bajó la mirada deseando que la tragara la tierra, sin saber qué decir.

Le devolvió una sonrisa cálida, también con los ojos entrecerrados y durante unos segundos bailó con ella en silencio, sin agregar más nada. No era un silencio incómodo para ella, sentía que estaban disfrutándolo de alguna manera y la música que sonaba de fondo hacía que tampoco fuera un silencio literalmente hablando.

Sonrió de manera pícara al notar que había dejado a su pareja de baile sin habla, al menos por un momento. Era una pequeña victoria de la que se sentía orgullosa. "I trust you're creative enough for that." Se atrevió a decir con cierto descaro. Si había una posibilidad de verla y pasar tiempo con ella a solas, lejos del colegio y de todas las personas que las conocían, de las amigas de ella, las compañeras y fanáticos de Rozsa y en un ambiente relajado, quería hacer lo posible por reforzar las posiblidades. Tal vez si Gavrila sabía que ella quería que fuera hiciera más esfuerzo por escaparse, o se lo pensara más seriamente.

Rió por lo bajo, de manera femenina. "I don't mind being a mountain troll if it means I get to dance with you." Admitió con cierta timidez, pero decidida a no perderse la oportunidad de tirarle ese palo y ver cómo reaccionaba. Total, si no salía bien, en general lo que pasaba en un baile se quedaba en el baile.

Durante un segundo sintió la conexión entre ellas y una calidez la invadió por dentro. Se sentía viva, sentía que su vida ahora tenía sentido, que siempre había estado corriendo sin saber a dónde quería ir o qué estaba buscando y ahora finalmente lo había encontrado.

Le sonrió de lado, con complicidad. Eso era una invitación, asumió. Se aseguraría de ir. Después de la manera en que la había tratado en el último crucero, quería una oportunidad para redimirse.

Se sintió inmensamente avergonzada de que precisamente ella se le riera en la cara, pero lo que dijo a continuación alivianó un poco su carga. Al menos no se lo había tomado mal, pero ¿podía ser tan idiota como para decir algo que daba a entender que semejante belleza era tan desagradable criatura? Bajó la mirada. La señorita chispita que siempre tenía un comentario en la punta de la lengua no supo qué decirle después de tal metida de pata.

Continuó bailando con ella en silencio, aunque ahora lo sentía tenso, no como antes, que había sido algo disfrutable, lleno de complicidad, casi íntimo.

Ella también podía sentir la conexión y se sintió contenta. Si no las cosas entre ellas no llegaban a nada más que eso en su vida, moriría feliz de saber que al menos había bailado con ella en una noche en que había rechazado a todos los demás que se le habían acercado, y que seguirían trabajando juntas. Sería algo que atesoraría de por vida.


Continuó sonriéndole con cariño y complicidad cuando ella pareció aceptar si bien no la invitación, al menos el reto. Estaba bastante segura de que la vería en el crucero. No cien por ciento segura, pero lo suficiente como para pensar que al menos hasta que satisficiera su curiosidad y se aburriera de ella, tendría algo de atención por parte de la jugadora de Quidditch.

"I think I never got a chance to congratulate for getting selected as Champion." Le dijo con calma, más por hacer conversación que otra cosa. Su tono y mirada parecían dejar ver que había todo tipo de reclamos e insinuaciones debajo de esa simple frase de cortesía. 

Sin embargo, también sentía curiosidad al respecto. Ella no parecía mostrar el entusiasmo ni la adulación que el resto de las personas exhibían ante ese tipo de situación. Para ella, ese tipo de concursos era una ambición suicida por parte de los competidores y una pérdida de tiempo para los demás, obligados a presenciar las pruebas. No entendía cómo alguien como ella podía haberse postulado para la selección. No la conocía mucho pero tampoco la creía tan superficial y engreída como para que su ego necesitara la "gloria eterna".

El cambio de tema fue bienvenido por Gavrila a pesar de las obvias implicaciones que tenía el tono de Adara. Una leve sonrisa que parecía engreída, pero en realidad era divertida, apareció en su rostro. "You didn't." Corroboró. Su rostro se ensombreció lentamente, durante el breve silencio que siguió. "Please don't." Advirtió antes de que su compañera tuviera oportunidad de hacerlo. 

"My manager and family made the decision for me, thought it would make good publicity." Se explicó con un dejo de mal humor. "I've more important things to worry about." Una mirada significativa hacia Adara intentó dejar en claro que no se refería al quidditch. Mientras hablaban, continuaba bailando lentamente al compás del vals de turno, de manera casi automática. Lo tenía lo suficientemente practicado como para no necesitar prestarle atención más que a la conversación que tenía lugar en ese momento. 

"Do you think there's an easy way to get me out of the Tournament?" Preguntó apelando a la inteligencia de su contraparte, la cual ya había tenido oportunidad de comprobar.

Se mostró complacida de oír esa respuesta. Ya le parecía que alguien como Gavrila no podría querer involucrarse en algo tan bajo y estúpido como ese torneo suicida. "Some friends, huh?" Bromeó con cierta ironía. 

"We both do." Pensó en voz alta. "And I'm glad you're aware of it." Dijo sinceramente, tal vez cruzando un poco la línea, porque ¿qué derecho tenía ella realmente de esperar cosas de alguien a quien apenas conocía? Por más que compartieran sueños de vidas pasadas, eso no quería decir nada en particular. Podían tomar otras decisiones y alejarse del camino que el destino intentaba marcarles para esta vida. 

Se enserieció y pareció pensar un momento. "I've no idea, but I'll help you as much as I can." Se ruborizó y sintió la necesidad de excusarse enseguilda. "Like you said, there's more important things to worry about." Y con eso quedaba libre de toda acusación amorosa, porque lo había dicho con una seriedad creíble. Cualquiera que la viera ahora, bailando con la campeona de Durmstrang, no pensaría que estaba muerta por ella, sino que tenían una conversación bastante seria e importante, tal vez una discusión sobre quidditch o algo así.

"Humpf. No tienes idea." Le aseguró revoleando los ojos y mordiéndose el labio inferior como si ya no pudiera tolerar más la estupidez humana. "El tipo de cosas que te obligan a hacer para congraciarte con la prensa y con el público..." Por un momento pareció estar pensando en voz alta, hablando con ella misma, pero repentinamente volvió a la tierra y miró a Adara con más atención. "Ya tendrás tiempo de enterarte en carne propia si los planes de tu abuela dan fruto." Opinó con una mueca de lástima. Sí, sentía lástima por ella. No quería que tuviera que vivir una vida de mentiras y actuaciones forzadas para mantener la imagen y vender más merchandising. Era una vida de lo más triste y solitaria. Especialmente para un adolescente. 

Asintió con sobriedad y no añadió nada más al tema. Estaba completamente de acuerdo. 

Notó el rubor en el rostro de su compañera de baile, pero actuó como si no lo hubiera visto. En cambio, le dedicó una sonrisa autosuficiente. "No necesito ayuda. Soy una excelente bruja. Puedo cuidarme sola. Incluso si dragones, esfinges, falanges y todo el infierno se desata sobre mí." Respondió orgullosa. Lo era demasiado para aceptar ayuda mientras estuviera consciente, menos que todo de ella, ante quien quería hacer un buen papel.

Adara la miró azorada. Pestañeó, intentó decir algo. ¿Tan observadora era esa muchacha? ¿Tanta atención había estado prestando para darse cuenta de que era todo un esquema de su abuela? ¿O acaso había hecho averiguaciones por su cuenta así como ella la venía siguiendo desde hacía ya un par de años?

Recuperó la compostura al siguiente segundo y sonrió una sonrisa de entendimiento. Ahora sabía con quién estaba tratando. Era una persona que claramente sabía lo que hacía, que averiguaba todo lo que había que saber sobre la otra persona antes de involucrarse: alguien como ella. Sintió que estaban hablando de igual a igual por primera vez. No que la jugadora de Quidditch la estuviera tratando como su igual, sino que realmente lo eran. Tal vez por eso Gavrila la estaba tratando como a una igual aunque ella lo hubiera hallado sorprendente al principio. Quizás valoraba lo que hacía como música, como estudiante o como lo que sea que fuera que hubiera pasado en el bosque, pero estaba segura de que era porque se había dado cuenta de que pensaban de la misma manera sobre la vida y cómo enfrentarla. 

"Esa actitud es la que consigue que los campeones acaben muertos." Respondió irritada, todo su pudor olvidado. "Si realmente creyeras que la misión es más importante que el torneo, te asegurarías de salir viva de él por cualquier medio, en lugar de ponerte en plan de heroína."