Con cara de fastidio

Addie había ido al baile por los mismos motivos que todas las quinceañeras lo hacían: esperaba pasar una noche mágica, bailar y encontrar al amor de su vida. A esos efectos, se había producido más que de costumbre. Tenía puesto un vestido strapless de gaza en tonos verde y celeste pasteles, con una cinta marcándole la cintura y la parte superior adornada por cientos de brillantes piedrecillas verdiazules. Llevaba un maquillaje al tono y un par de aros en forma de lágrima haciendo juego que obviamente no eran bijuterie sino diamantes tanto tradicionales como de esos raros que a veces tienen colores.

En contraposición con lo impresionante que se veía, tenía una cara de traste capaz de hacer que Napoleón Bonaparte saliera corriendo buscando a su mamá. Estaba en un rincón y tenía los brazos cruzados de modo poco amistoso, si bien eso hacía que sus precarias dotes femeninas parecieran más abundantes. Incluso la posición en la que estaba parada parecía defensiva, como si fuera a lanzarle un hechizo al primer ser humano que se atreviera a acercársele o dirigirle la palabra.

En sí, no era algo extraño. La abuela de Adara tenía mucho dinero y ella siempre parecía demasiado tímida o demasiado engreída como para juntarse con los demás, salvo una selecta minoría a quienes había aceptado en su círculo íntimo. Lo difícil, generalmente, era intentar discernir si se trataba de timidez o de egolatría, aunque en este caso el aura de mal humor quedaba bastante clara como para dar lugar a cualquier duda.

Monet Había ido al baile con su amigo Del, una de las pocas personas que conocía en ese castillo y de la cual intentaba no separarse en la medida de lo posible. Llevaba puesta la típica dressrobe negra cerrada adelante y con unas solapas de negró más brillantes cerca del cuello, pero otherwise quite plain.

Su compañera Maelie lo había peresguido toda la semana insistiéndole que fueran juntos al baile, pero sinceramente, por más que ella fuera de su misma escuela, prefería ser visto solo con cara de perdido que en compañía de alguien claramente inestable mentalmente hablando. Buscó inútilmente a Del con la mirada pero cuando lo encontró, estaba enfrascado hablando con un grupo de gente. No le hubiera molestado interrumpir de no ser por que reconoció a la ex de él y la mirada que tan bien conocía en ojos de su amigo. No. Sería mejor no entrometerse.

Buscó entonces a Bastien. La otra persona que conocía, pero en su lugar se encontró con Adara, una verdadera sirena en ese mar de gente. Se le acercó con su actitud ganadora de siempre y su mejor sonrisa. Apoyó su brazo estirado en una mesa cercana y su peso en éste antes de saludarla con un fuerte acento francés. "¿Por qué tan sola, corazón? Una chica tan linda no tendría que estar en un rincón haciendo esa cara en una noche como esta."

Ella lo había visto llegar desde el principio. Enfurruñada como estaba, había estado escrutando el salón en busca de las personas que le caían bien y las había encontrado fácilmente, mas parecían estar muy entretenidas conversando con alguien más. Gipsy ni la había saludado. Había llegado con un peludo y lo había colgado por otras dos chicas que le eran desconocidas; George intentando mantener una conversación con Liam sin dejar traslucir su interés y Gavrila estaba hablando con la gente de su escuela, aunque ni soñaba con conseguir su atención. En otras palabras: la fiesta era un desastre y estaba a punto de convertirse en algo aún peor.

Intensificó su mala cara lo más posible al ver venir a Monet y cruzó los brazos con más fuerza, como si con ese acto pudiera espantar al demonio, pero él siguió avanzando y hasta se le plantó en frente el muy descarado.

"¿Perdón?" Dijo con ese aire de superioridad que tienen a veces las mujeres, en especial las adineradas, dedicándole una mirada que esperaba, le diera a entender que en su ranking de preferencias, él estaba debajo de un insecto aplastado. Era un comentario estúpido, pensó irritada. "¿Quieres decir que no tengo derecho a buscar reclusión del tumulto por ser bella o acaso insinúas que todas las chicas feas deberían esconderse en las sombras donde no estorben?" Le preguntó irritada.

Monet no se hizo grandes problemas por la reacción de Adara. Conocía muchas chicas con la misma reticencia que habían acabado ablandándose después de un poco de trabajo. Por otra parte, su confianza en sí mismo era la suficiente como para continuar intacta incluso si ella lo rechazaba. En otras palabras: no tenía miedo, porque sentía que no tenía nada que perder.

El enfoque intelectual que ella le dio a su respuesta sí lo tomó un poco por sorpresa, pero sólo logró desestabilizarlo por un par de segundos antes de que recuperara la compostura y su sonrisa confiada. Se tomó unos segundos para analizar la situación. Seguramente, quien decía algo así, no soportaría una respuesta superficial como que las feas sí debían quedarse en sus rincones, lejos de la vista de la gente decente.

"Ninguna de las dos." Declaró con total tranquilidad. "Nada más quería llamar tu atención y veo que lo he conseguido." Sonrió satisfecho.

Addie enarcó una ceja muy bien depilada y lo miró inquisitivamente, sin dejar de exhudar desconfianza por ese francesito que se creía la gran cosa hasta donde ella podía ver, sin motivo.

"Felicitaciones." Le dijo en un tono carente de toda emoción, si bien su rostro aún demostraba animosidad en su contra. Cambió el peso de su cuerpo de un pie al otro, todavía con los brazos cruzados. "¿Qué es lo que quieres de mí?" Le preguntó sin ningún interés en oír la respuesta. Sólo quería encontrar la manera más rápida de deshacerse de él.

Monet seguía impermeable a la mala onda de Adara, todavía sonriendo con confianza en sí mismo. "¿Qué pasó, corazón? ¿Te dejaron plantada?" Preguntó intentando sonar comprensivo, pero sin cambiar la actitud de ganador que indicaba que a él también le importaba bien poco lo que ella le fuera a responder.

"¿Por eso estás tan enojada? ¿Te falló tu novio?" Muchas veces, dejarlas descargar su ira contra la persona de turno las hacía más receptivas.

Los ojos de Adara se abrieron infinitesimalmente más de lo que habían estado hasta ese momento, en respuesta al descaro de ese chico. ¿Cómo se atrevía a decirle algo así? ¿Quién podría dejarla parada? Parecería tímida, pero no era insegura, y sabía lo que valía. Que si alguien la llegaba a conocer por quien era, no la dejaría ir tan fácilmente.

Sintió una necesidad instintiva de mirar en dirección a Gavrila, pero se forzó a mantener la mirada en el irritante mono que tenía frente a sí. No quería decirle simplemente que no era asunto suyo y darle lugar a pensar que era el caso, porque era orgullosa, sobre todo orgullosa de su sexualidad.

"No. Tengo un mono en frente que me está dando la lata." Le respondió icily.

Monet pensó que ella era buena, que jugaba el juego bastante bien para ser que él era él, con todo lo que eso implicaba en su cabeza engreída.

"¿Y antes de que yo llegara?" Insistió ignorando el insulto.

Caitlin estaba ahí, como Nicole, para ver qué pescaba. De momento, tenía los ojos puestos en Delacroix, quien la había estado instruyendo en francés a cambio de ayuda en pociones, pero era consciente de que el muchacho no le prestaba ni un poco de atención. No de ese tipo de atención al menos. Como alumno, había resultado ser bastante bueno, como era esperable de un Ravenclaw.

Por ende, ella también estaba en un rincón con cara de pocos amigos. Pero Caitlin siempre estaba en un rincón con cara de que se desayunaría al primero que se le cruzara, así que en su caso no era noticia, sino el estado normal de las cosas.

Se había puesto la única ropa de gala que tenía: un vestido de raso verde con escote en V y breteles gruesos que se convertían en el sostén, debajo del cual la tela abrazaba su cuerpo algo más arriba de la cintura antes de caer de manera lisa y poco ampulosa al suelo. Era un vestido barato, hecho de una tela barata, pero el diseño era decente y le quedaba relativamente bien, así que no tenía queja.

De puro aburrida, se había puesto a contar la cantidad de otras chicas que estaban solas en algunas partes del salón, alrededor de la pista de baile. Así fue como se encontró con Adara y Monet, y una situación que podía haber reconocido a kilómetros de distancia.

Para matar el tedio y ver si podía crear algo de problema o al menos solucionar uno y hacer la buena acción del año, se acercó a la pareja y fue directamente hacia Adara, como si tuviera con ella toda la confianza del mundo cuando la verdad es que apenas si habían hablado en una oportunidad durante un trabajo práctico con el que las habían castigado a ambas.

La abrazó por la cintura con familiaridad y miró a Monet de mala manera. "Who the hell do you think you are to be talking to my girlfriend!?" Lo increpó irritada. No le costaba fingir esa parte. No le gustaban los franceses y detestaba los hombres engreídos. Había escuchado suficiente de la conversación mientras se acercaba para saber que él lo era. "Leave my girl alone, you poof!" Lo espantó antes de plantarle a Adara un beso en la boca sin previo aviso.

Caitlin no era lesbiana. Ni siquiera era bi. En realidad, le gustaban los chicos casi tanto como a cualquier otra zorra de su edad, pero estaba segura de que el francés, que era de intercambio, no lo sabía. Habiendo besado a medio colegio, no le cambiaba un pequeño besito con una perfecta desconocida.

((Avisá si me fui muy al carajo))

((O_o OK. I see where you're going, but... really? ¿Hacía falta revivir la anécdota esa en el mundo virtual también?))

Por la posición en que Addie estaba, de fente al salón, vio a su compañera de año dirigirse hacia ellos con una seguridad que le erizó el cabello de la nuca, debajo del complejo peinado que tenía hecho, con rizos saliendo de una especie de rodete.

Se preguntó qué querría ella, si sería la novia del chico y vendría a llevárselo de la oreja o qué. Cuando la vio acercarse directamente hacia ella se asombró aún más, pero no protestó porque estaba tan soprendida por un lado, y tan harta del muchacho ese, que vio la excusa de dejarlos hablando entre sí y desaparecer haciendo mutis por el foro.

Lo que no se esperaba ni en sus fantasías más locas es que Buckingham la abrazara con tanta confianza, como nadie en su vida lo había hecho salvo tal vez su abuela, cuando ella era pequeña, y encaró al desarado mono con una actitud que le resultó envidiable.

A esas alturas ya había comprendido lo que estaba sucediendo, si bien no entendía por qué lo hacía. Evidentemente esperaría que le pagara el favor, ya fuera en efectivo o en especias. Bueno. Un problema por vez, pensó y su mirada se deslizó hacia Gavrila aprovechando la distracción. La encontró tan enfrascada en la conversación con sus amigos como había estado antes. Incluso Gipsy, a quien ubicó de casualidad, seguía sumergida en su propio mundo. -Thank god- Pensó teniendo su fama en mente.

Cuando la besaron, hizo un esfuerzo consciente por relajar su cuerpo, tenso como una tabla. No quería arruinar su oportunidad de quitarse al pesado de encima, incluso si eso quería decir perderse su primer beso por tener la mente en otra parte.

"I was starting to wonder where you had disappeared to." Admitió con una sonrisa leve y una seguridad que no sentía. Lo dijo apenas terminó el beso, con esa compostura que sólo la gente de plata puede mantener incluso en los peores momentos. Por dentro, estaba toda shaken. El corazón le palpitaba rápidamente y sentía las rodillas flojas, pero era más por la desesperación de haber perdido su primer beso a manos de una extraña, que porque lo hubiera disfrutado tanto como para quedar en ese estado. Intentó pensar en si le había gustado o no, y no logró saberlo. Había estado demasiado concentrada en el francesito. O sería acaso que si uno no quería a la persona no sentía nada?

En todo caso, se giró hacia el muchacho y apenas lo vio volvió a fruncir el ceño. "Would you leave now, please?" Le pidió en tono de orden.

Monet también fue tomado por sorpresa por la chica que acababa de llegar y como eso distrajo su atención de Adara, no notó si ésta también tenía cara de sorprendida o no. Lo único que registró es que dos chicas acababan de darse un beso y vagamente antes de eso, tenía el recuerdo de haber sido echado.

En su cabeza, estaba tan contento, que podría haber saltado por todos lados del entusiasmo. No sabía si correr a contarle a su mejor amigo o correr a tocarse.

Finalmente, se decidió por hacer ambas cosas, y, tras insultar a las muchachas, se fue hacia los baños con una sonrisa enorme en la cara. Ya más tarde tendría tiempo de buscar a Delacroix y contarle lo sucedido.

La había soltado apenas se había marchado el muchacho, pero había permanecido muy cerca de ella, dentro de su espacio personal.

Un par de semanas antes, Caitlin había agarrado a Lex en un pasillo cuando venía hablando con Lazarus, y le había pedido que la besara. La otra chica se le rió en la cara y la mandó a mudar. Ahora, tal vez inconscientemente, había encontrado una oportunidad de poder hacer eso que le daba tanta curiosidad, de poder sacarse esa duda que la carcomía. ¿Qué pasa si me gustan las mujeres? ¿Cómo sé que mi obsesión con apretarme a cuanto tipo se me cruce es realmente lo que quiero para mi vida?

Así que ella sí le prestó atención al beso más que a si había o no un tipito ahí atrás de ella mirándolas como si nunca hubiera visto nada mejor en el mundo. Llegó a la conclusión de que no había sentido nada. Nada distinto de lo que era besar a un hombre cualquiera totalmente de la nada en una situación similar.

Al menos se habían deshecho del irritante francés, pensó en optimista. y ahora la otra chica le debía un favor. Era un comienzo.

Hablando de la otra chica, apenas el francés se marchó, la miró como si le prestara atención por primera vez. Luego sonrió de manera engreída, autosatisfecha. "De nada." Dijo sin esperar siquiera a que le dieran las gracias.

Apenas consiguió recuperar el control de sí misma, la sonrisa que había esbozado antes se le desinfló y volvió a fruncir el ceño, aunque no parecía tan irritada como antes, sino más bien a penas indignada.

"Really? Top of our class and you couldn't find a better way to help me?" Le preguntó irónica, pero no antagónicamente. Más bien como si hubiera esperado más de ella y la hubiera decepcionado. No se le ocurrió que alguien tan famosa por ser fácil, pudiera tener interés en ella o dudas sobre su sexualidad.

"Why would you do that?" Le preguntó aún algo molesta, pero en un tono cansado, como de queja.

La desconcercó la reacción de Adara, pero al igual que el francés, ella tenía suficiente amor propio para que le importara un bledo.

"Oh, I could. I just wanted to kiss you." Le dijo con una sonrisa descarada. Claramente se estaba burlando de ella.

"I don't know. You're fit? Dashing in that dress, actually." Se corrigió hablando con el mismo tono neutro y de desinterés que si estuviera hablando de un insecto cuya ala tuviera bajo el microscopio. "Perhaps I wanted to know if I felt something different kissing a girl after snogging half the school... who knows, really?" Continuó con el monólogo con un aire self-important, como si le gustara oír el sonido de su propia voz. Mientras hablaba, había paseado la mirada por los adornos detrás de Adara y la mesa cerca de ella, todo de manera casual, como una suegra que va a la casa de su hijo a supervisar las habilidades de orden y limpieza de su nueva nuera.

"La mente de nosotros las serpientecitas funciona de maneras misteriosas e incomprensibles. ¿No es eso lo que todo el mundo dice?" Le preguntó ahora volviendo a fijar sus ojos en Adara.

Realmente era a sight to be seen, así vestida y maquillada, usando solo lo mejor de lo mejor. Sonrió para sí. Al menos había elegido un sujeto de prueba que valía la pena. Mucho mejor que si Lex le hubiera concedido su deseo unos días antes.

Aunque había conseguido fácilmente no perder la compostura con el muchacho, las palabras de Buckingham la desestabilizaron a varios niveles. Primero, porque le dijo que había querido besarla y eso no se lo esperaba. Le gustaban las chicas, pero nunca había experimentado con ninguna y mucho menos con la pinta de damita recatada que tenía, le había pasado que alguien le dijera algo así de fuerte. O al menos para ella era fuerte. En sí, el comentario no era tan grave si uno lo ve desde la perspectiva de un adulto, casi cómico.

Por más que pareciera estarse burlando de ella, Caitlin siempre parecía estarse burlando de la gente y ella jamás la había visto hacer una broma. Lo que le había dado la pauta de que estaba tal vez hablando en serio y la había desestabilizado era que le dijera que estaba buena y que se veía despampanante en ese vestido.

Se quedó helada, mirándola fijamente, incapaz de apartar la mirada, como si jamás le hubieran hablado de esa manera. Era precisamente el caso.

La explicación lógica llegó enseguida. Comprendía bien que a veces la gente tenía dudas y quería sacárselas e imaginó que esa era la verdadera causa de lo que había pasado. Sin embargo, no podía evitar sentirse un poco usada.

"Do I look like the kind of person who cares about what others say?" Le preguntó seriamente. Ahora ella también la estaba estudiando. No se sentía inclinada a confiar en ella, pero then again, Adara nunca se sentía inclinada a confiar en nadie. Ella sólo quería saber qué se traía Caitlin entre manos, porque si no se conocían y la chica no era del tipo que andaba por la vida ayudando a otros, algún plan debía tener en mente.

"So, now I owe you." Puso las cartas sobre la mesa, all businesslike, a pesar de que todavía se sentía débil y confusa. Odiaría dar imagen de debilidad. "Is this how you expect me to repay you? ¿En especias?" Le preguntó. La idea la hacía sentirse comparada con una prostituta común y corriente, pero siendo que era adolescente hormonal como el resto y tenía curiosidad y sobre todo tenía HAMBRE, y dado que Gavrila flirteaba y flirteaba pero no concretaba y, de momento parecía entretenida con sus amiguitas, su parte más baja pensó 'a la mierda con todo' y decidió que si era lo que Caitlin le proponía, lo aceptaría.

Las reacciones de Dawkins no le generaron nada. Ni sorpresa, ni sensación de triunfo, ni eran algo que se esperara tampoco. No solía interesarle demasiado lo que le sucediera a los demás si no le incumbía a ella directamente Y se trataba de algo importante. Tenían que darse las dos cosas. Ella se hacía cargo de sus propios problemas y sentimientos, que los demás hicieran lo mismo, pensaba siempre.

A pesar de eso, la pregunta le robó una media sonrisa. Le caía mejor la gente con actitud y, hasta esa noche en que la había visto enfrentarse al francés, siempre le había parecido una patética mosquita muerta con delirios de grandeza. Objetivamente, a cualquier persona con aires de superioridad le importa bien poco lo que piensen de ellos. "I like you!" Le dijo con vehemencia, como si se sorprendiera de sí misma, en un tono que daba a entender que le estaba elogiando la personalidad, no confesando su amor eterno.

En realidad, Caitlin no esperaba llegar de manera tan directa a pedirle el favor que le debía, pensaba acorralarla, amenazarla, lo habitual. Que pusiera las cartas sobre la mesa de entrada, la sorprendió visiblemente. Se tomó un momento para pensarlo. Asking the other girl for money was beneath her, pero tampoco estaba cómoda con la idea de pedirle algo que ni sabía si quería. Decidió que era hora de un poquito de sinceridad.

"Can we discuss this somewhere else?" Preguntó con seriedad, mirando alrededor, como si temiera ser vista.

La declaración le robó una media sonrisa equivalente a la de Caitlin. Le sostuvo la mirada, pero no respondió. No podía decir lo mismo de ella, y tampoco quería darle el típico "good for you", y no se sentía con ánimo para agradecerle todavía. En ese lugar de la conversación le sonaba bastante descolgado.

Se sorprendió del pedido, pero sus propios ojos habían venido escrutando el salón para asegurarse de que nadie las hubiera estado mirando, como para no acceder de inmediato. "Sure." Dijo con seriedad, por lo bajo. Su tono era de negocios y se deslizó por la puerta del gran salón que tenía apenas metro y medio a su derecha. Anduvo unos pasos hacia la doble escalera, pero se detuvo a los pies de la misma y giró para ver si la seguían.

Apoyó su espalda en el final de la balaustrada de mármol blanco y volvió a cruzar sus brazos en actitud desafiante, si bien tenía el rostro impasible. "I'm listening."

La seguridad con la que esa chica, que ella siempre había tomado por tímida, se estaba manejando la puso nerviosa cuando le pidió que lo discutieran en privado. De repente, ya no se sentía en condiciones de dar voz a sus pensamientos e inseguridades. Hacerlo frente a una persona más insegura y maleable, no era lo mismo que abrirse a alguien que podía devolverle la media sonrisa y sostenerle la mirada.

La siguió fuera del gran salón y, para cuando la encontró así parada contra la barandilla, sus facciones traicionaban el miedo que le había agarrado. Pero aquella tal vez fuera la única oportunidad que tuviera de quitarse la duda. Sobre todo después de la manera en que Lex prácticamente se le había reído en la cara frente a ese chico insoportáblemente engreído de Hufflepuff.

Tragó saliva e intentó poner su mejor cara de seriedad. Sólo consiguió parecer algo irritada y lo estaba, con sí misma por dejarse intimidar. Se le acercó como para que no las oyeran si alguien tenía la ocurrencia de pasar por ahí. La música del gran salón aún sonaba fuerte allí donde estaban, pero ella prefería ser precavida.

"I, ah..." De repente se trabó. No supo qué decir. Toda esa confianza se esfumó in thin air. La chica que se llevaba el mundo por delante y se encaraba a los muchachos con facilidad, de repente no era capaz de llevar una conversación con una mosquita muerta. El terror se registró en su rostro al darse cuenta de que no iba a poder hablar, de que estaba haciendo el ridículo y que no sabía cómo escapar de esa situación sin literalmente salir corriendo.

Adara, que la estaba mirando fijamente, registró todos los cambios por los que pasó el rostro de Buckingham. No pudo evitar sentir cierto placer al ver que la otra había perdido su coraje por el camino. Después de todo, las serpientecitas no eran como los de su casa y siendo que ella le había robado su primer beso, un poquito de venganza no le pareció fuera de lugar.

Sin embargo, ella era una buena persona en el fondo y el torturar gente por placer no era su costumbre, así que se apiadó de ella. Su rostro se ablandó y le sonrió con cierta comprensión no exenta de superioridad, porque tampoco podía ser perfecta y obviar el hecho de que la Slytherin se había tenido que comer su orgullo frente a ella. "You want to know if you like girls." Le recordó ya que parecía haberlo olvidado.

"Well, you stole my first kiss and you're not my favorite person in the world by large, so I'm not feeling particularly sypmathetic towards you right now." Le dejó saber para que las cosas estuvieran claras. "But at least I do know as a fact that I like girls and the struggle that comes with that realization." Le dijo abiertamente, aún con ese aire de superioridad típico de la gente adinerada, si bien al final se mostró más compasiva. Hizo una pausa, considerando las opciones. Podía volver dentro del salón a mirar a todo el mundo con mala cara para demostrar lo infeliz que la indiferencia de Gavrila la hacía, o podía conseguir un poco de experiencia, por más que fuera con alguien por quien no sentía más que un leve desprecio.

"However. I would be stupid to say no to a lovely girl like you if you still feel like finding out." Añadió con una sonrisa misteriosa que parecía bastante más accesible y amistosa que como la había estado mirando hasta ese momento.

Caitlin estaba empezando a considerar seriamente la posibilidad de salir corriendo por las escaleras que daban a las mazmorras y dejarla ahí plantada, cuando Dawkins volvió a hablar. Había dado en el clavo. Ella misma le había facilitado la respuesta unos minutos antes.

Asintió. Fue lo único que atinó a hacer. Se sintió idiota de no poder tener una reacción más digna no sólo de una Slytherin, sino de ella misma. ¿Dónde estaba la chica que se llevaba el mundo por delante? Había salido corriendo.

No tuvo mucho tiempo para sentirse mal. La chica continuó hablando en seguida y se quedó tan absorta en lo que le estaba diciendo, que afortunadamente se olvidó de mortificarse. Al menos hasta que le dijo que no se sentía muy comprensiva para con ella. "How could I have known!?" Fue su defensa, aunque había sonado más bien irritada.

Se sorprendió de su buena suerte, aunque después de escuchar un rechazo tan rotundo, no estaba segura de querer seguir adelante con eso. Pero ¿qué otras opciones tenía si quería sacarse las dudas? Lex ya la había mandado a mudar. No conocía otras chicas con esos gustos y estaba segura de que la ex de Moxley estaría aún menos dispuesta a experimentar con ella, por más que al menos no se le fuera a reír en la cara.

She gave a curt nod, demasiado abrumada por toda la conversación como para sentirse halagada. No sabía cómo preguntarle cómo quería hacer eso y tampoco estaba segura de querer probar ahora. Con todos los nervios, tenía el estómago todo revuelto. Nada más quería estar en su habitación y esconderse tras las cortinas de su camita adoselada. En vista de que la otra chica parecía tener todo bajo control y que su propio cerebro no conseguía decir nada lógico, la miró expectante. Ya que había perdido el honor, que le dijera de paso qué hacer.

El estar en control de la situación le daba una sensación de poder que le agradó, a la cual no estaba acostumbrada. Así que eso sentían los que se andaban abusando de los más débiles por ahí. Con razón la tentación parecía ser tan fuerte. Era tan fácil abusarse al tener a alguien tan a la merced de uno...

"Tienes razón, no podías saberlo." Concordó con ella, aún con un toque de condescendencia en su voz. "And that's why I don't hold it against you." Explicó el por qué le estaba dando una oportunidad a pesar de todo.

((Acelero un toque. Sé que las dos tenemos otros planes con otras gentes para esta noche. Si te molesta, avisá.))

"Let's go to the music classroom." Propuso tomándola de la mano para conducirla por entre los pasillos y escaleras hasta el salón de música. Abrió la puerta con la mano libre y la cerró detrás de ellas, pero no se alejó demasiado de ésta. En su lugar, se volvió hacia Caitlin y, copiando lo que había visto hacer a tantos muchachos, pero que no era para nada su estilo, apoyó una mano contra la pared al costado de la cabeza de ella, para mantenerse. Lo hizo de manera quizás algo torpe, pero no tenía experiencia en eso y estaba jugando una parte que no iba para nada con su personalidad, a pesar de lo cual, se sentía excitada y nerviosa.

((Gracias. No sabía cómo hacerlo))

El que la prefecto le dijera aquello le sacó un peso de encima. Culpa por lo sucedido, no tenía. Tampoco se arrepentía, pero no quería tener que pagar las consecuencias. Odiaba tener que pagar cualquier tipo de consecuencia, porque se creía por encima de cosas tan triviales como la justicia. Después de todo, era linda y los chicos hacían lo que ella quería, ¿por qué tendrían que aplicar a ella las mismas reglas con las que los demás jugaban el juego de la vida?

Logró sonreír de lado ante la propuesta. Reconoció de inmediato que era una idea óptima. ¿Quién querría estar en el salón de música durante un baile? Nadie. Y la mayoría de sus compañeros eran lo suficientemente estúpidos como para conformarse con encontrar un aula vacía y ser atrapados más tarde con las manos en la masa. El salón de música, en cambio, no sólo tenía alfombras por todos lados, tenía un par de camarinos tras bambalinas para las obras de teatro del colegio y en éstos había un par de sillones y divanes relativamente más cómodos que la escalera de mármol, donde hubieran estado muy expuestas.

Caitlin se dejó guiar por los pasillos y escaleras con el corazón latiéndole desbocado. Al entrar en el aula, pensó que irían a los camerinos, por lo que se quedó mirándola azorada cuando Dawkins se le paró de esa manera tan dominante, atrapándola entre ella y la pared. El sentirse atrapada la hizo sentir un instinto de fight or flight y esta vez consiguió sacar lo mejor de sí. Acorralada como estaba, no tenía lugar para arrepentirse y tampoco quería volver a quedar como una idiota, de manera que estiró el rostro hacia ella con decisión y la besó con la misma fiereza con la que generalmente besaba a los chicos. Intentó, durante los primeros segundos, imaginarse que estaba besando uno de éstos, como para darse coraje, pero la sensación de labios suaves y maleables en los suyos era muy distinta al tipo de labio más rígido y musculoso que tenían sus anteriores parejas y no tardó en notar que era una sensación totalmente distinta.

Ahí bajó el rítmo del beso, pero no se atrevió a romperlo. No le había bastado para darse cuenta de si le estaba gustando o no, apenas si había logrado decidir que era distinto.

((YW))

Ella había estado tocando de oído, por lo que recién cuando vio la media sonrisa de Buckingham supo que había manejado la situación de la mejor manera posible. Si no estaba escuchando comentarios sobre lo idiotas que eran los Dorkies, debía ser que había hecho las cosas bien, pensó. Por afuera, nada de toda esa breve inseguridad se notó mientras que ella guiaba a su compañera por los pasillos hasta el aula de música, donde cada semana pasaba tantas horas practicando.

El beso no la tomó por sorpresa, pero el repentino cambio de actitud de ella sí y la comparó en su mente con un animal acorralado, tal como ella se había sentido. Imaginó que a pesar de su lapsus anterior, la chica debía tener algo de valentía en ella para demostrar semejante ferocidad repentina.

Le gustó la actitud de Caitlin, si bien todavía estaba muy nerviosa como para concentrarse en el hecho de que finalmente estaba besando a otra chica. Como que la ficha tardaría en caerle tal vez algunas horas o algunos días incluso. Era una persona bastante mental, pero en las pocas ocasiones en que se dejaba llevar, era un desastre.

Instintivamente, porque no sabía lo que estaba haciendo, se acercó más a Caitlin con todo su cuerpo y respondió a su beso de la manera que mejor le pareció, dejando que ella la guiara puesto que era la que tenía más experiencia. Se sentía mojada pero al mismo tiempo nerviosa más allá de lo imaginable y no estaba segura de lo que sentía.

Claramente, a su cuerpo le estaba gustando lo que sentía, pero su mente no podía evitar pensar en Gavrila, varios pisos más abajo, riendo con sus compañeros de colegio en un rincón de la pista de baile. Cómo hubiera querido que los labios que acariciaban los suyos fueran los de ella y no los de una zorra insegura de sus gustos.

Ahora que había olvidado su enojo y frustraciones por sentirse humillada, había cambiado el ritmo de su beso a un paso más tranquilo, casi como si fuera cariñoso, aunque en realidad no sentía ningún tipo de emoción por la Dorkie que tenía en frente. A menos que uno pudiera contar un poquito de respeto como emoción.

Intentó perderse en el beso y dejarse llevar por las sensaciones, besándola como lo hubiera hecho con un muchacho si hubiera encontrado alguien que le cayera bien durante su corta estancia en el baile. No era tan distinto, pero tampoco era lo mismo y no sentía nada. Ni le gustaba ni le disgustaba.

Todavía estaba nerviosa, pero se daba cuenta de que aquello no la estaba llevando a ningún lugar particularmente placentero. No le quitaba las dudas, no del todo. ¿No se suponía que tenía que darle asco si no le gustaba? ¿O esta indiferencia quería decir que después de todo solamente quería pij* en su vida? ¿Cómo saberlo?

Lentamente, terminó el beso y se separó de ella, escrutando su cara como si ahí fuera a encontrar las respuestas. Estaba casi tan perdida como una hora antes y a demás se sentía una idiota. ¿Cómo salía de esa situación y regresaba al baile ahora?

Ella notó el cambio de paso. Se preguntó a qué se debería. No tenía especulaciones. Dudaba que de repente Buckingham se hubiera descubierto a sí misma perdidamente enamorada de ella o algo por el estilo para ponerse tierna, si es que estaba interpretando bien lo que estaba pasando. No se le ocurrió que tal vez sólo estaba experimentando de manera distinta. O que todo lo que pensaba le restaba la concentración necesaria como para besarla más rápidamente.

En cualquier caso, Addie no tenía dudas. Sabía que lo había disfrutado, que le gustaban las mujeres, pero que esta en particular no le caía del todo bien. Era tan solo natural, así como al resto de las chicas no les daba lo mismo besarse con cualquier muchacho, se imaginó.

Se sintió algo aliviada cuando terminó el beso. Al menos ya no tendría que sentirse sucia por estar besando por curiosidad a alguien que no quería. Ella sentía que estaba por encima de eso, que no traicionaría jamás sus principios y supo que era algo que no quería volver a hacer. Si Gavrila le daba bola, bien, si no, mal para ella, pero no iba a meterse con la primera que se le cruzara sólo para no quedarse sola o por experimentar. -Bueno, parece que el experimento sí sirvió para algo después de todo- Se dijo a sí misma.

Notó la mirada perdida de Caitlin en su rostro y le sonrió con petulancia. "¿Y bien?" Le preguntó de modo burlón, separándose de ella para volver a su posición de brazos cruzados. "¿Gay o no gay?" Todo el asunto le había dado una cierta curiosidad.

Le irritó la posición de superioridad que la mosquita muerta había adoptado, pero considerando que ella había hecho el ridículo por motus propio, era lo menos que podía esperar. Al menos parecía lo suficientemente antisocial como para ir a contarle su humillación a todo el mundo. Obviamente, de haber sido alguien popular no se le hubiera ni acercado para empezar.

Era una excelente pregunta, se dijo. Se tomó un momento para pensarlo, y apartó la mirada del rostro de ella como para meterse bien dentro de sí misma y explorar sus propios sentimientos. "I don't know. I didn't feel anything." Decidió ser honesta a falta de algo mejor que decir. Con suerte, ella pudiera darle algún consejo, incluso si venía de manera condescendiente.

"Well, we've never talked before." Explicó como si fuera obvio.

"Do you even like me?" Preguntó de repente. Le estaba teniendo paciencia para ayudarla aunque no se lo mereciera. Tal vez porque ella era una buena persona que ayudaba a otros aunque éstos no fueran buena gente. "What do you feel when you kiss a bloke you don't care about?" Siguió con el interrogatorio retórico a ver si la hacía pensar un poco.

Exhaló con fuerza, como si fuera una risa, que no había llegado a serlo y un atisbo de sonrisa irónica le curvó las comisuras hacia arriba. "Good point." Tuvo que admitir.

No supo qué contestar a la primer pregunta y se sintió aliviada cuando oyó la segunda, que le proveía una salida más cómoda del primer brete. "Nothing, I guess..." Dijo después de una pausa larga, cuando finalmente procesó lo que ella le quería decir.

Le respondió con una media sonrisa levemente cómplice. Le caía mucho mejor cuando no era una perra engreída, pensó.

Asintió una vez cuando Buckingham finalmente llegó a la conclusión que ella esperaba. "There you go. Maybe you should try someone you like next time and see how that goes." Sugirió esta vez bastante más amistosamente que antes, pero sin llegar a mostrar interés del todo, como si la conversación la aburriera un poco.

Caitlin le devolvió la mueca. A ella también le caía mejor Dawkins cuando no era ni engreída ni una mosquita muerta. Pero tampoco era su persona favorita en el planeta.

Sobre todo porque apenas decía o hacía algo simpático, después lo arruinaba diciendo o haciendo alguna otra cosa. Era bastante irritante, pero necesitaba la información y se siguió diciendo a sí misma que ella la estaba usando, nada más.

"You said you'd never kissed anyone before. How do you know you're gay!?" Dijo a la defensiva. Se cruzó los brazos sobre el pecho.

Cambió el peso de un pie a otro y le sonrió con superioridad, con los brazos aún cruzados sobre su pecho. "Men have always disgusted me." Dijo de entrada. Lisa y llanamente.

"And there's a girl I like..." añadió luego de manera algo más soñadora, pero tan leve que habría que haber estado prestando atención para notarlo.

"Anyone you like?" Le preguntó nuevamente por curiosidad. Era una chica rara. La había ignorado por años y ahora de repente venía a espantarle un francés molesto y a demandarle besos.

Ella bajó la mirada. A ella siempre le habían fascinado los hombres. Ahora que ya se había metido con todos los que había podido encontrar, ya no estaba tan segura. Tampoco sabía si era porque se había metido con cualquiera y para matar el rato, sin involucrarse realmente, o porque los tipos directamente no le interesaban. De hecho, no había nada que supiera con certeza en ese momento y la hacía sentirse frustrada, sola y triste. No dejó que se le notara. Al segundo siguiente volvía a mirarla a los ojos.

Levantó las cejas. Pensó en preguntar pero dudaba que le fuera a decir y no quería arriesgarse a ser humillada nuevamente por satisfacer su curiosidad en algo que no era importante realmente.

Volvió a bajar las cejas ante la última pregunta. Se tomó el tiempo de pensarlo. "Not particularly. No." Le dijo después de unos segundos. No sonaba demasiado animada. Recordó inmediatamente a Moxley riéndosele prácticamente en la cara cuando ella le había pedido que la besara y se preguntó si la había elegido porque le interesaba o porque sabía que era una lesbiana declarada y, por ende, una manera fácil y segura de saber cuáles eran sus propios gustos. No tenía idea. "But I don't like any particular bloke either." Aclaró a la defensiva.

Suspiró cansada de la conversación. Deseaba no haberse metido con ella desde un principio, porque ahora estaba atrapada como consejera sentimental cuando no tenía ni experiencia propia salvo lo que acababan de compartir y realmente quería volver al baile y encontrar a sus amigas... o al menos seguir espiando a Gavrila desde un rincón, con cara de ortex. "Have you every fancied anyone at all!?" Preguntó con vehemencia que rayaba la exasperación, mas no levantó el tono de voz.

¿Cómo podía ser que se hubiera comido a medio colegio pero no supiera ni cuáles eran sus sentimientos? Uno pensaría que al menos los conocería, pos más cambiantes que éstos fueran.

Negó con la cabeza. Detestaba estar de vestido. Hubiera preferido tener pantalones y su túnica, para poder meter las manos en los bolsillos como deseaba hacer. "Guess we'll never know, then." Dijo de manera misteriosa, poniendo su mejor cara. Sentía que necesitaba estar a solas y poder pensar en lo sucedido, poder ocuparse de sentirse mal por las cosas que la habían puesto mal, pero sin testigos. Nuevamente volvió a sentir ganas de salir corriendo.

"Well, thank you for the lesson." Ironizó revoleando un poco los ojos y se marchó del aula con paso controlado. Le había llevado mucho esfuerzo no salir corriendo, pero al recordar que estaba con tacos, se contuvo. Se limitó a salir caminando lo más rápido que los stilettos le permitían.

Se fue por un pasillo y dobló en el primer recodo. Entonces se sentó en las escaleras de costado. Nadie la molestaría ahí durante un baile, porque ésas no llevaban al gran salón. Tenía las rodillas flexionadas y la cara escondida entre éstas.

((Adieu))

Ladeó la cabeza levemente hacia un costado y le sonrió con un encogimiento ínfimo de hombros, como dándole la razón. "Anytime." Mintió descaradamente. Sabía que no volvería a experimentar con ella ni con nadie que no quisiera. Se sentía sucia y eso no le gustaba, pero ¿qué iba a hacer ahora?

Se encogió mentalmente de hombros y pensó en las posibilidades. Ir a bañarse sería ridículo. Su problema era mental. Tampoco quería ponerse a tocar el violín ahí cuando todo el mundo estaba abajo disfrutando del baile. Incluso si sus amistades la ignoraban, no quería perderse la oportunidad de saber si Gavrila había elegido a alguien o no para pasar tiempo a solas con esa persona esa noche en lugar de simplemente estar con todos sus amigotes como si fuera un día más en el gran salón.

Se quedó un rato pensando, dando vueltas por el salón de música y pasando las yemas de sus dedos por el terciopelo edl banquito del piano de cola cada vez que pasaba juntoa él. Suspiró pensando en la idea de que estuviera allí abajo bailando, conversando y riendo con otra chica. O peor, con otro chico, y se horrorizó. Volvería al baile.

Adara juntó coraje y volvió a bajar las escaleras y a entrar al gran salón que ya estaba medio vacío. Buscó a Gavrila con la mirada entre la multitud desde su rincón junto a la puerta, pero no la encontró. Hizo una mueca tipo puchero, sacando los labios y apretándolos juntos y suspiró profundamente. En lugar de pensar que tal vez se había aburrido y se había ido a dormir, pensó directamente que debía estar en los terrenos tranzándose a alguien, o tal vez en algún rincón que se le escapaba, oculto tras los grupitos de gente y parejas que aún quedaban allí dentro.