Fuera de la enfermería...

Adara entró en el gran salón escoltada por la jefa de su casa, la profesora Dalton; su ex, el profesor Rogers; y la actual pareja de éste, la millonaria Miss Walkers. Con ellos venía también uno de los alumnos de la nueva casa, que estaba en bastante mejores condiciones que ella.

Addie había tenido oportunidad de summonear algunas de sus ropas y cambiarse antes de ser 'dada de alta' porque necesitaban las camas en la enfermería. Se había puesto un sweater de lana blanca con apliques de cuero marrón claro y un cuello alto acorsetado con tiritas de cuero. Debajo, tenía una pollera de lana cyan que le llegaba hasta los talones y tenía dos flores de pétalos rosas bordadas cerca de la base, como si fuera el borde inferior de un kimono.

Entró caminando algo acartonadamente, con paso lento, porque todavía le dolían las heridas a pesar de las pociones que le habían metido. La jefa de su casa la acompañó hasta la punta de la mesa de Gryffindor y le recordó por lo bajo que tenía prohibido mencionar nada de lo sucedido al resto de sus compañeros. Cuando algunos intentaron acercársele, más por curiosidad que por otra cosa, la profesora los mandó a sentarse nuevamente, con su habitual voz de mando.

Inmediatamente, buscó a Gavrila con la mirada, al final de la mesa de los Quelchyquibbs, que de momento servía para acomodar a los invitados dado que estaba tan vacía.

Addie no tenía muchos amigos, menos en su casa, así que se quedó sentada sola y en silencio en la punta de la mesa de Gryffindor, que ni siquiera era la parte en que ella solía sentarse. El ambiente en el gran salón era tenso y, por más que las mesas estaban cubiertas por los manjares habituales, muy poca gente estaba comiendo. Ella estaba particularmente inapetente.

Gavrila, como muchos otros estudiantes, se volteó a ver por qué se habían abierto las puertas del Gran Salón donde los habían mandado a atrincherarse con algunos de los profesores mientras que otros habían salido corriendo por los terrenos. La mayoría de los alumnos mayores intuía que la situación no podía ser buena y ella lo sabía first hand, así que había pasado las últimas horas en completa frustración. Estaba de un humor de perros porque no la habían dejado ir a ayudar a los Aurors, no le habían dado ni la más mínima oportunidad de escaparse y tampoco le habían permitido quedarse con Adara.

A diferencia de muchos otros curiosos, Gavrila no había pensado lo peor, porque estaba segura de que lo presentiría mucho antes de que se abrieran las puertas del comedor, pero miró de todas maneras a falta de algo mejor que hacer que conversar con sus compañeros, pretendiendo estar a oscuras sobre lo que estaba sucediendo. A ella también le habían prohibido hablar de lo que había visto, de modo que prefirió sentarse en silencio a fingir comer mientras daba vueltas la comida en su plato.

Al ver entrar a Adara abrió los ojos en sorpresa y hasta la boca se le quedó levemente entreabierta un instante. Enseguida, su expresión cambió a una de seriedad. No había demasiadas causas posibles que justificaran que ella estuviera ahí cuando habían prometido tenerla en la enfermería un par de días. O bien la seguridad del resto de la escuela estaba comprometida, o necesitaban las camas en la enfermería. La escolta que la traía, no daba lugar a dudas de que la situación era seria. Le sostuvo la mirada a través de todo el salón como buscando una respuesta. Su expresión al hacerlo era seria, preocupada pero por sobre todas las cosas llena de determinación. Ahora que había elegido un camino se sentía capaz de hacer cualquier cosa y la frustraba un poco que la tuvieran ahí encerrada.

Addie encontró la mirada de Gavrila al fondo de la mesa de los Squibbs y los extranjeros y le sostuvo la mirada mientras era conducida hasta la mesa. En su rostro había un poco de incomodidad porque había mucha gente mirándola y no le gustaba ser el centro de atención, la ponía nerviosa. También algo de dolor, a pesar del cual entrecerró los ojos de manera ínfima en una mirada cariñosa en cuanto sus ojos se encontraron con los de ella a través del comedor y una sonrisa levísima apareció en la comisura de sus labios.

Deseó dirigirse entre las mesas hasta donde se encontraba ella, aprovechando la confusión general y el estado de ánimo algo lúgubre de los 'comensales', pero en vista de que Miss Campbell no parecía dispuesta a dejarla ir a donde quisiera en su condición, se tuvo que limitar a sentarse en la punta de la mesa. Justo antes de hacerlo, le dedicó una expresión de disculpa a Gavrila a través del salón y luego se concentró en el plato que le pusieron en frente, del cual no comió casi nada.

Esa noche, los profesores los hicieron acampar en el Gran Salón. Aparecieron cientos de bolsas de dormir donde ubicaron a todos los alumnos, aunque a Gavrila le costó mucho trabajo dormirse. Se pasó gran parte de la noche reviviendo las escenas de la tarde anterior en el bosque con Adara, tejiendo ilusiones para el futuro a pesar suyo.

Al otro día, se despertó muy temprano y se quedó mirando el techo cambiar de color hasta que se hizo de día. Después, cuando algunos de sus compañeros empezaron a despertarse, se mantuvo encerrada en sí misma hasta que aparecieron las mesas y sirvieron el desayuno.

Como casi no había cenado la noche anterior, estaba famélica y comió bastante más de lo habitual, aunque sin dejar los modales de lado. Había dirigido algunas miradas furtivas en la dirección de Adara, pero no se atrevió a levantarse todavía. Recién cuando les dieron permiso para relajarse, convocar algunos objetos personales para entretenerse como libros y radios, se tomó la libertad de abandonar la mesa que ocupaba y caminar hacia ella.

Aún vestía su ropa deportiva con la que había ido al bosque la tarde anterior después de la práctica, pero no le importó demasiado. Estaba principalmente preocupada por Adara y por la situación afuera de las paredes del Gran Salón. Se detuvo junto a ella, del lado que ya se terminaba la mesa y la observó con ojo crítico como evaluando sus heridas y su estado en general. "How do you feel?" Le preguntó con cierta seriedad, que por culpa de sus facciones nórdicas, siempre la hacía parecer como molesta o irritada, o con cara de pocos amigos. Su voz era más grave de lo normal, pero no la impostaba. Era naturalmente rasposa y poco delicada, pero siempre había sido así y no le importaba demasiado.

Ella no pasó muy buena noche tampoco. Sus heridas le hacían imposible encontrar una posición cómoda para dormirse, incluso boca abajo, y su rebeldía de no haber querido cenar la atormentó gran parte de la noche. El hambre y el dolor se alternaban para impedirle dormir bien y, cuando finalmente sentía que estaba por empezar a descansar, la jefa de su casa venía a administrarle una nueva dosis de las pociones varias que la enfermera le había entregado para continuar con el tratamiento.

Como consecuencia, se levantó a la mañana cansada, adolorida y de bastante mal humor. Cuando finalmente habían terminado las pociones, ya era hora de levantarse. Al igual que Gavrila, desayunó más de lo normal sin hablar con nadie. No se llevaba con los alumnos sentados a su alrededor porque no era su lugar habitual de la mesa y, a demás, tenía la necesidad de estar sola. En parte, porque estaba de mal humor y, en parte, porque aprovechó el desayuno para revivir en su cabeza ella también los eventos de la noche anterior. Un par de veces giró la cabeza con disimulo para mirar en la dirección de Gavrila, pero su mirada no se cruzó con la de ella, de pura casualidad, y pensó que tal vez ya la habría olvidado, que habría perdido la resolución y determinación de la noche anterior al haber sido restringida al comedor con el resto de los alumnos, como si eso le recordara cuál era su verdadero lugar.

Ese pensamiento la desanimó un poco, por lo que intentó pensar en otra cosa. En cuanto tuvo permiso, apareció uno de sus libros de poesía y se puso a leer con ánimo masoquista. Si había algo que no necesitaba para curarse el mal de amores era poesía, pero ella era así, le gustaba regodearse en su propio dolor... pero de manera que pareciera que no lo estaba haciendo, para poder excusarse con ella misma diciendo que no era masoquista, que había dejado de pensar en Gavrila y que sólo estaba leyendo inocentemente.

En eso notó que alguien se le había parado al lado, pero en un principio no le prestó demasiada atención porque pensó que se trataría de alguien que querría preguntarle algo sobre la noche anterior y por qué había entrado después que el resto o por qué le habían dado pociones o lo que fuera. Por eso, escuchar la voz de Gavrila la sorprendió... en el mejor de los sentidos.

Sonrió para sí, contenta de que se hubiera preocupado por ella lo suficiente como para acercársele y dirigirle la palabra encima frente a todo el colegio. Dejó el libro cerrado sobre la mesa, sin molestarse en marcar la página. Lo había leído varias veces y realmente no le interesaba mucho en ese momento. "I've had better nights." Admitió levantando el rostro hacia ella con una sonrisa leve. "Thanks for asking." Añadió bajando la mirada algo avergonzada al recordar todas las cosas que le había confesado la tarde anterior. Era un milagro que todavía le dirigiera la palabra, aunque más no fuera en agradecimiento por protegerla.

Desde donde estaba, pudo ver que Adara sonreía ante su pregunta y le pareció una sonrisa hermosa, que le iluminaba el rostro. Se alegró de que no la estuviera mirando en ese momento, mientras pensaba eso, por las dudas que se le notara en el rostro. Para cuando ella levantó la mirada, ya se había recompuesto y volvía a aparecer con cara de amarga orgullosa... que era su expresión neutra.

La respuesta le hizo cierta gracia, pero reprimió una sonrisa irónica para fingir sorpresa. "I can't imagine why." Ironizó para después sonreír un poco, de lado. Había un dejo de complicidad en su voz, pero era bastante leve como para que pasara por familiaridad.

Volvió a ponerse seria. "I should be thanking you, actually." Dijo sin siquiera el más mínimo vestigio de hilaridad en su rostro. "I owe you for what you did for me yesterday." Dijo tal vez de manera demasiado ceremoniosa y seria, pero le estaba costando mucho trabajo hablar con lo nerviosa que estaba como para mostrarse de otra forma.

Después del desayuno, cuando ya no había restricciones, Gipsy se dispuso a ir a ver a Adara para ver cómo se encontraba y averiguar qué había sucedido la noche anterior para que llegara más tarde. Se levantó de la mesa de Hufflepuff, pero se detuvo a mitad de camino, cuando, para su sorpresa, la vio conversando con Gavrila. Decidió no molestar y se volvió.

Ni notó a Gipsy. Sólo tenía ojos para Gavrila, aunque parecía bastante relajada en su compañía o, al menos, no tenía cara de tonta embobada al mirarla. Giggleó al oír la respuesta de Gavrila, que le había parecido imaginativa y divertida, aunque no encontró nada para responder.

Ella también se enserieció cuando el ambiente entre ellas cambió de manera notoria. Sus facciones delicadas se volvieron tristes al oírla decir eso. No quería que le tuviera lástima o que se sintiera obligada a hablar con ella por lo que había pasado. Nada más quería que le prestara atención por quien era y no lo que había hecho.

"I don't want your pity." Le dijo con seriedad, el ceño levemente fruncido en indignación. "I didn't do that for you." Le aclaró hablando con lentitud, todavía levemente molesta. "I did it for myself; because I'm too selfish to let you go." Explicó con calma, midiendo sus palabras y observando a Gavrila para medir su efecto.

Ella menos, y eso que estaba técnicamente de frente hacia la dirección de la que Gipsy había venido. Creo que podría haber sido el Papa y ella tampoco se hubiera inmutado.

Notó el cambio de ánimo en Adara y supo que había metido la pata con lo que había dicho, pero se mantuvo impasible, con esa cara de nada que le daba aspecto arrogante. Apretó la mandíbula al oír su respuesta, frustrada de ver lo que había conseguido. Asintió una vez, con seriedad, como si estuvieran tratando un asunto de estado.

Sintió que debía decir algo pero no supo qué. Pensó en decirle que respetaba eso, que no le tenía lástima, que igual le estaba agradecida, pero ninguna de esas cosas pareció del todo correcta. No quería volver a molestarla y que se irritase todavía más con ella. No quería quedar como una idiota frente a todo el colegio. Decidió que su asentimiento era suficiente respuesta y dijo lo único que le vino a la mente, porque en realidad no la conocía y no tenía idea de qué podía hablarle para cambiar de tema de una manera que sonara natural y no forzada, que no la hiciera ver como una colgada total o como alguien que está overstaying her welcome con conversación que no viene al caso para nada.

"Do you still want to go for a ride sometime?" Le preguntó de la manera más casual que pudo, haciendo su mejor esfuerzo por sonar como un tipo canchero, que estaba en control de la situación y para nada nervioso. Exactamente el opuesto de cómo se sentía.

Esperó un par de segundos a que Gavrila le dijera algo. Quería escuchar una respuesta que la hiciera sentirse reassured, pero esa respuesta no llegó. En lugar de eso hubo otra pregunta, una que dicha con ese tono desinteresado no supo cómo interpretar. ¿Le estaba preguntando eso por cortesía? ¿En agradecimiento? ¿Por lástima? ¿Por obligación? Se quería lo suficientemente poco como para sentirse segura de que no se debía a interés en su patética persona.

No supo qué responder durante un segundo que pareció una eternidad. Por un lado, era obvio que ésa era la oportunidad de su vida y no quería dejarla pasar, porque no había nada que quisiera más en el mundo que poder volar con ella junto al mar. Por otra parte, era lo suficientemente orgullosa como para no querer dar el brazo a torcer y acceder a algo que después la terminaría lastimando cuando se diera cuenta de que sólo se lo estaba ofreciendo para poder estar a mano y deshacerse de esa deuda. Porque estaba segura de que Gavrila era el tipo de persona que detestaba deberle cosas a la gente.

Asintió un par de veces con la cabeza, nerviosa aunque seria, evitando la mirada de ella a toda costa.

Esta vez fue su turno de esperar con ansia una respuesta que no llegaba. No supo cómo interpretar el asentimiento de ella, pero le pareció una respuesta tan leve, casi dada a desgano, que no supo si no la estaba diciendo por compromiso. Dudaba que fuera por vergüenza porque no le había parecido una chica vergonzosa. Claro que se equivocaba.

Ella también asintió con seriedad una vez, sin saber qué hacer o decir y, como no encontró nada más de lo que hablarle puesto que la respuesta de ella había sido de lo menos incitadora a la conversación, se preparó para marcharse. "See you around, then." Le dijo de la manera más segura de sí misma que logró conseguir y hasta se obligó a sonreír de manera casi engreída, sintiendo que debía verse como una tonta.

Se alejó antes de que pudiera hacer más estupideces que pudieran arruinar públicamente su imagen.

Como buena chusma curiosa que era, Gizzy no pudo apartar la mirada de ambas muchachas después de que regresó a la mesa de Hufflepuff, aunque lo hizo de la manera más discreta que pudo. Se moría por saber de qué tanto estaban hablando esas dos y realmente esperaba que Gavrila hubiera recapitular y se hubiera arrepentido de la manera en que le había hablado. Deseaba sinceramente que estuviera disculpándose aunque, a juzgar por la expresión arrogante que le veía en la cara, dudaba mucho que se tratara de algo así. Se preguntó si no le estaría advirtiendo que no volviera a acercársele.

Cuando la curiosidad le ganó, volvió a levantarse de la mesa y se acercó a Addie por el otro lado. "Morning." La saludó con una sonrisa radiante. Estaba de buen humor al ver que nadie había muerto y que al menos su pequeña protegida había estado hablando con el objeto de su amor. "Just saw you talking to Rozsa. What did she want!?" Le preguntó con ese entusiasmo cómplice que tienen las chicas adolescentes cuando hablan de los muchachos o actores que les gustan. Sin embargo, había intentado no levantar demasiado la voz por las dudas.

A pesar de que no entendía del todo la motivación de Gavrila detrás de su pregunta, no pudo evitar sentirse esperanzada cuando se despidió de ella de esa manera, que dejaba abierta la puerta para volver a hablarle tal vez en otro momento. Estaba tan sorprendida y contenta de que no le dijera 'que tengas una buena vida', que no supo qué responder y después ya no le dio la cara para hacerlo y simplemente la dejó marcharse.

Estaba contenta de haber podido hablar con ella una vez más y ante la perspectiva de que dejara la puerta abierta como para llevarla de paseo en algún momento. Sin embargo, estaba dead set en no volver a hablarle salvo que ella lo hiciera primero, para asegurarse de no estarle imponiendo la conversación y no se sintiera en la obligación de llevarla a dar una vuelta en su escoba sólo porque se sentía en deuda.

"Oh, morning, Gipsy." La saludó con educación y una sonrisa delicada pero sincera, la cual se ensanchó a la mención de Gavrila, iluminándole el rostro. Entonces cayó en la cuenta de que no tenía una mentira preparada y, claramente, no podía decirle la verdad tampoco. "She wanted to know if I'd be able to attend the next training session." Mintió con bastante descaro y convicción. "Had an accident with a hipogrif last night." Dijo un segundo antes de darse cuenta de que eso no tenía sentido y si Gipsy abría la boca, podía dar lugar a muchas confusiones y poner a más de una persona en aprieto, así como generar rumores innecesariamente problemáticos. "Well, not a real hipogrif, of course... I just changed my bed into one when I was practicing and it attacked me... scratched my back." Explicó matter-of-facrly. Estaba un poco orgullosa de lo bien que había salido esa historia.

Le devolvió la sonrisa de manera animada. En medio de todo lo que había pasado, estaba animada de enterarse de algo bueno como que Adara estaba hablando con Gavrila. Si a ella no le iba bien en ese ámbito, que al menos a sus amigos les funcionara bien la cosa, la hacía sentirse mejor. No realizada, pero sí mejor, con más esperanzas para el futuro.

Abrió los ojos algo más de lo normal, con curiosidad, y levantó las cejas inquisitivamente, esperando que se explayara, porque no entendía un pomo. "A Hippogriff!?" Le preguntó levantando levemente la voz por la sorpresa y lo extraño de la historia, aunque no pensó que le estuviera mintiendo porque parecía una chica tan bien educada y sincera que no se lo hubiera visto venir. Era muy inocente en ese sentido, por eso siempre terminaba mal parada.

"Oh. I see." Comentó más tranquila. "I've always known you were great at Transfi, but that's brilliant!" Se admiró sinceramente. "Did it hurt you badly?" Le preguntó frunciendo el ceño con preocupación. "Will you be able to play the violin?" Preguntó sin pensar en lo que decía hasta que no hubo terminado la frase. Entonces se sintió una mala persona. Ella había pensado que Gavrila era una insensible por haberse preocupado por el quidditch y no por ella y lo primero que hacía era preguntar por las clases de música. -Estúpida estúpida estúpida!- Se insultó a sí misma mentalmente.

Después se dijo que no era lo mismo, que ella lo preguntaba porque sabía que ella estaría triste si le sucediera algo que le impidiera hacer música y pensaba que tal vez Addie se sintiera de la misma manera. "I mean... because you said you wanted to be a violinist... not because..." Se excusó torpemente, sintiéndose una idiota. "It's not as if all I care about are the lessons." Rectificó bastante colorada por su estupidez humana que, últimamente, no hacía más que meterla en problemas.

Mantuvo la compostura y siguió con su historia, rogando que su fama de correctita le diera la credibilidad que le pudiera faltar a los supuestos hechos. De todas maneras, era lo suficientemente buena en Transfiguración como para poder convertir una cama en un hipogrifo si le ponía ganas e intentaba varias veces, así que no era una mentira que la hiciera sentirse especialmente culpable.

Intentó que no se le notara el miedo que la pregunta de Gizzy le hizo sentir, pero no le salió del todo. "I'm gonna be fine. No tendrils were cut or damaged but I did hurt my arm a bit." Admitió tratando de sonar compuesta y en dominio de la situación. "I'll be at the music classroom tomorrow at the usual time..." Le prometió. "If they ever let us out of here." Añadió con cierto fastidio, mirando en dirección a la puerta cerrada de manera instintiva. No que esperara que la abrieran en ese momento ni nada.

Asintió seriamente, todavía algo preocupada. "All right, but don't push yourself too hard. We can always postpone it for a few days until you're healed." Le dijo todavía en modo madre preocupona.

Al menos hasta que escuchó el comentario y rió levemente por la nariz de manera irónica, aunque su humor se puso aún más sombrío al recordar que afuera había peligros de los que ella no tenía ni idea. "What do you think is going on out there?" Le preguntó en voz baja, aunque de manera conversacional más que nada, para matar el rato. "The teachers seemed really worried..." Pensó en voz alta.

((A mi vieja la quiero pero la verdad que hoy la acogotaría, mirá... La tuya también te dice cómo vivir tu vida aunque no estés más viviendo en la puta casa?))

"Don't worry. I'll be fine." Le aseguró con una sonrisa levemente cálida porque se sentía agradecida de que se preocupara por ella.

Ella también se puso en modo irónico. No le parecía justo que mantuvieran a los alumnos desinformados. Que les impidieran actuar todavía, pero no tenían por qué tenerlos preocupados sin decirles qué pasaba. "Who knows..." Dijo sin atreverse a hacer ninguna conjetura por más inocente que fuera. No quería tener problemas con su jefa de casa. No lo dijo de mal modo, sino como si a ella también le frustrara la situación, lo que era totalmente cierto aunque no por las razones habituales. ¡Ella quería poder ir a ayudar!

"I just hope they're alive. If they're locking us up in here there's probably something nasty going on outside." Comentó con una mueca torcida, de desagrado, aunque se le ocurrió que no era lo más inteligente que le podía decir a su profe, que si bien era divina y mayor que ella, sabía que era una tremenda miedosa.

((Awww qué garrón que estés teniendo un mal día =( Ojalá las madres aprendieran a cerrar la boca alguna vez. La mía es igual.))

Asintió una vez, insegura de que fuera del todo cierto que estaría bien pero no quería contradecirla. Ella también entendía la necesidad de no parecer una debilucha.

Hizo una mueca de frustración, no por lo que Addie dijo, sino por la situación que era bastante irritante para ella también. "Nasty?" Preguntó con expresión de miedo. Era exactamente como Adara se la imaginaba: muy miedosa. "You don't think the Death Eaters are back, right?" Le preguntó preocupada. Como si ella no fuera la prefecto más vieja de las dos. "This are peaceful times, Right? It has to be something like a stray troll or something, right?" Le preguntó con miedo.

((Shiiii Ay, estaría tan bueno.))

Se maldijo mentalmente por haber metido la pata con la profe. Ahora seguramente la pobre no iba a poder dormir en toda la semana por no haber sabido cerrar la boca. Ya le había pasado antes una vez, de comentarle los sueños sobre el fin del mundo que tenía o algún libro macabro que andaba leyendo y después la otra no se podía dormir.

Sabía que los Death Eaters parecían estar de vuelta. Se lo había dicho esa Auror en la enfermería, pero estaba segura de que alguien como ella, que a todas luces pensaba permanecer como una civil, no necesitaba hacerse problema de momento. "Nahh. Why would they? After the way Harry Potter crushed them, I don't think anyone who agrees with that ideology would dare to even try something like that." Le dijo intentando tranquilizarla. Si se tenía que enterar de las malas noticias, al menos no quedaría en su conciencia la culpa de traerle las malas noticias.

"Probably something like that, but after all that's happened here in the past, I bet they'd better be safe than sorry, right?" Le dijo de la manera más animada que pudo.

((Y no sólo madres, ¿no? Hay cada uno que debería aprender a cerrar el pico =P ¿Mejor hoy?))

Las palabras de Adara la tranquilizaron un poco y acabó por sonreír. Parecía cansada. "You're right. Even if there were enough of them alive... without someone to lead them and after all that's happened... it's probably something else." Se dijo porque necesitaba escucharlo.

Rió brevemente de manera nasal. "You're right." Admitió levemente avergonzada. En ese momento pareció recordar algo de repente y levantó la cabeza como quien está por decir lo que le acaba de venir a la mente. "Oh, can I ask you something?"

"That green eye shade you were wearing the other day..." Comenzó aún avergonzada, bajando la mirada. "¿De qué marca es? La he estado buscando por todos los catálogos y no la encuentro..." confesó sintiéndose algo idiota de estarle preguntando algo así. Es que el maquillaje de su compañera era siempre tan perfecto y delicado que la admiraba.

((Ciertamente. En respuesta a ambas preguntas.))

La conversación inocente de Gizzy le acababa de despabilar las neuronas y la hizo pensar seriamente en el incidente. A pesar de todo, tenía razón. Si estaban organizando un ataque tenía que haber un nuevo cabecilla, alguien que los estuviera liderando y no había demasiados candidatos a eso después de todas las medidas anti mortífagos que se habían tomado. Seguramente la lista podía reducirse a un puñado de gente. Tomó nota mental de eso mientras intentaba poner su expresión más inocente y asentía.

La pregunta la tomó algo desprevenida pero asintió enseguida, de manera amable. "Sure." Dijo con una sonrisa amistosa, la cual se ensanchó cuando se enteró de qué se trataba. Se sintió halagada de que preguntara por su maquillaje porque era uno de sus hobbies, coleccionarlo.

"Oh, you mean the teal shade I put on last Tuesday?" Preguntó casualmente. Para esas idioteces tenía toda la memoria del mundo. Le dio cosa que Gizzy se hubiera tomado el trabajo de buscarla. Era un maquillaje importado de primera marca mundial, super caro. Sabía que la hija de un granjero no podría pagarlo jamás y a su abuela le sobraban los millones. "You like it? That's great! I'll owl it to you. I'm allergic and it would be a shame if it went to waste." Mintió de la manera más inocente y convincente que pudo. El hacerse la damita delicada en peligro le salía a la perfección.

((Ay, ella. ¡La elocuente!))

Asintió con efusividad, entusiasmada ante la idea de finalmente enterarse de qué marca era la famosa sombra esa. "It's beautiful." Suspiró.

Puso cara de no entender nada cuando le dijo que era genial que le gustara y luego se sorprendió aún más. "¿Qué? No. No puedo aceptarla." Protestó enseguida, fiel a su costumbre. Puso cara de duda cuando le dijo que era alérgica, dividida entre aceptar la sombra con la que venía soñando hacía semanas, y sus modales y orgullo.

Las ganas de poder pintarse con ese tono tan maravilloso ganaron terreno y la miró mortificada. "¿Segura que no la vas a usar?" Le preguntó todavía con mucha 'cosa' encima porque no estaba acostumbrada a que le hicieran regalos las gentes... que no fueran Lex.

((Bueh... si vamos a empezar a bardear...))


Levantó las cejas inocentemente. No sería parte del club de teatro pero era una excelente actriz. "¿Por qué no? A mí me hincha la cara y tu dijiste varias veces que te puedes pintar con cualquier cosa sin problema." Arguyó con tranquilidad. "¿Realmente quieres desperdiciar un color que iría de maravilla con tus ojos verdes?" Preguntó mientras hacía un baile triunfal en su cabeza. Era un muy buen argumento, pensó.

Sonrió cuando Gizzy finalmente aflojó. "Por supuesto que no." Dijo de manera amistosa. -Mi abuela puede pagarme otra docena sin problema.- pensó. Sabía que ella tendría que ahorrar por meses para poder comprar ese tipo de maquillaje de alta gama y, sinceramente, tenía toda una valija llena de ese tipo de cosméticos. Uno menos en su colección no la mataría.

((No no, para nada. Te estaba jodiendo. Swear to god.))

Dudó un momento más antes de ceder a lo que se moría por aceptar, aunque lo hizo con una sonrisa avergonzada e incómoda, porque no le gustaba que le hicieran favores y no estaba acostumbrada a recibir regalos. "Está bien... supongo que sería una lástima desperdiciarlo si te da alergia." Admitió con timidez repentina.

"Gracias." Dijo levantando la mirada hacia ella de repente, cuando recordó sus modales a pesar de sus emciones.