Ocupando tres mesas

((Naaa, no te preocupes. Escribí lo que te plazca, pero de última adjuntame un señalador (?) ))

Giselle escuchó con atención, pero no fue capaz de entender varias cosas. Eran temas demasiado nuevos.

_No comprendo. A ver... tú estabas enamorada del francés, pero luego te enamoraste de otro. ¿Puede pasar? ¿Es posible enamorarse de dos personas al mismo tiempo? ¿O el francés había dejado de gustarte porque pasado el problema que los única, que en ese caso era la tristeza, lo que quedó no era enamoramiento sincero?

((¿Algo más? ¿Un cafecito? ¿Una grande de muzza?))

Rose se sintió un poco acusada cuando le preguntó si podía pasar, se puso levemente a la defensiva con su body language al menos. Lo último que dijo ella la hizo abrir los ojos bien grandes, porque en algún lugar de su cabeza, una vocecita le decía que ése era el caso, pero otra más fuerte se alzó para decir que no con firmeza. Frunció un poco el ceño ante la idea de que escuchar voces no solía ser una buena señal.

"Yo... no lo sé." Admitió derrota, bajando la cabeza. "Nos hacíamos buena compañía, nos divertíamos juntos... a veces peleábamos feo, pero creo que es normal..." Comentó dando las últimas puntadas de esa parte y rematando. "Hablábamos mucho de su hermana y de poesía. Nos enseñábamos idioma... pero Ed es muy..." No supo cómo explicarlo. Tanta inteligencia y memoria de palabras para trabarse por los sentimientos, qué ironía.

"Ed es fáclimente manipulable y de repente me di cuenta de que podía hacer lo que quisisera con él... que era fácil, que tenía el poder... y creo..." suspiró bastante avergonzada de ella. Se sentía una pésima persona pero por eso se obligó a seguir hablando de eso que detestaba recordar, porque creía que merecía castigo. "Creo que el poder me cegó y quise ver hasta dónde podía tenerlo haciendo lo que quería... y después apareció Ronald ((Everest, de Sly)) y no sé... parecía tan seguro de sí mismo, tan, tan... perfecto, que pensé... bueno, me pareció mucho mejor en ese momento." Intentó explicarse.

((Te diría que no, pero no sabés lo mucho que quiero una grande de muzza en este momento. Sí, a las diez de la mañana, ¿y?))

Giselle comprendía la situación, no desde un lado emocional, pero sí desde uno racional. Con lo cual le daba la sensación de que Rose estaba intentando justificar o explicar cosas demasiado humanas como para que requieran explicación. Interpretó eso como una persona sensible, con una conciencia, y que sentiría demasiada culpa en caso de convivir sólo con el pensamiento "quise más el poder de lo que lo quise a él, a pesar de todo lo que vivimos juntos".

Y si necesitaba completar con tanta excusa esa realidad, era porque era una buena persona que había cometido un error. Sólo eso.

_Es difícil para cualquiera salir de la importancia de uno. Pero creo que hiciste lo que sentías, de algún modo. De no ser así te habrías engañado a ti, a él, y a la larga no te hubiera causado ningún tipo de regocijo. Tampoco a ellos -analizó-. Ahora, sabes que hubo dolor, pero estoy segura de que aprendiste muchísimo de ti misma.

((JAJAJAJAJAA sos de las mías! Toda la primaria desayunando sopa knorr y toda la secundaria con las papas al horno del bar!))

Ro también sentía eso pero después de que Giselle le hubiera hecho es pregunta, la necesidad de explicarse había sido tan grande, que no se le había ocurrido resistirla siquiera.

Suspiró pesadamente, dejando la aguja pinchada en el almohadón a su lado de una manera que parecía que había intentado acuchillar el almohadón hasta la muerte. Después de eso atrajo con la varita lo que había entendido que era la siguiente pieza a coser y comenzó a acomodarla junto con la que ya tenía, mientras pensaba en las palabras de Giselle.

"Después de eso salí con un par de chicos, pero la verdad es que..." Volvió a suspirar, irritada. No lograba acomodar bien las telas juntas. "La verdad es que dejar a un chico dulce que me trataba como a una reina y me escribía poesías por un par de machotes populares incapaces de ver más allá de sus propias narices y de mantener una relación con una sola persona por vez; fue lo más estúpido que podía haber hecho." Confesó mortificada, aunque parecía a punto de tirar la tela al piso y darle una patada justo cuando finalmente logró acomodarla bien como para empezar a coserla.

((Estoy en la universidad, y todavía son las papas del bar, pero con una buena birra. Cursar a la noche propensa ir a clase ebria.))

Meditó un poco sus palabras antes de responder. Le resultaba curioso que siempre había creído que el amor era lo que uno sentía por otra persona, pero en palabras de Ro, le parecía que el amor era lo que sentía con ella misma cuando la otra persona la amaba. No había dicho "dejar a un chico dulce que me trataba como a una reina y me escribía poesías" y no "dejar a un chico respetuoso y romántico". De algún modo parecía ser que en la cabeza de Rose no importaban las cualidades de la otra persona, sino como esas repercutían en ella.

Había cosas del amor que no podría entender hasta que no le ocurriera. Se preguntaba cómo podía preguntar eso sin que suene como una acusación. Como no encontró el modo, decidió ir por otro camino:

_Supongo que de algún modo habla bien de ti. Si no tuvieras cierto grado de madurez o profundidad mental, esos "machotes populares" y huecos habrían sido suficiente para ti. Yo creo que si quieres estar tranquila, lo primero que tienes que hacer es perdonarte tú misma el error que cometiste.

((JAJAJAJA buenísimo. Cerveza en el desayuno. Una Misato cualquiera! Qué genial!))

Rose, que podía ser todo lo analítica que quisiera cuando se trataba de los demás, era una perdida total en lo concerniente a sus propios asuntos. No era algo habitual en ella el ponerse a pensar en cómo funcionaba su propia personalidad o su cerebro, pero incluso cuando intentaba hacerlo, cuando quería, éste se resistía a ser analizado. Tal vez por eso no se daba cuenta de lo que para Giselle y tal vez para tanta otra gente, fuera lógico y casi hasta evidente.

"No va a pasar." Dijo con la boca torcida en una mueca de determinación. "Si me perdono y me olvido puede volver a pasar." Explicó algo menos vehementemente para no sonar agresiva de manera innecesaria. "Pero realmente creo que él la pasaría mejor con alguien como él... quiero decir como yo, y no como la ex premio anual." Se alegró mentalmente de que Giselle no la conociera, porque ahora que lo pensaba, tenían mucho en común. La seriedad, la madurez, la falta de comunicación. Salvo que en el caso de Agatha, estaba segura de que se trataba de cero ganas de interactuar con los demás, no de una incapacidad.

((Te digo que me sobran ganas de tener el pelo violeta #MisatoRocks))

_Perdonar y olvidar no van siempre justos. Puedes perdonarte tu error, pero eso no quita que el aprendizaje quede para siempre. El dolor sabe dejar buenas marcas -añadió bastante sombría, como si estuviera recordando algo-. Lo que estás haciendo, tal vez, es prolongar ese dolor trayéndolo constantemente al presente. Es decir...

Calló repentinamente. Escuchándose hablar se oyó mandona y grandilocuente. ¡Cómo hacía la gente para sonar amable? Rose, particularmente, tenía un modo de hablar que se le había musical. Como si cada frase acompañada de cada movimiento, fueran la coreografía de una canción alegre que sólo ella podía escuchar. No quería sonar amarga, menos delante de Ro.

((Go for it!! Está bueno. Yo lo tuve violeta un tiempo. Era una masa.))

Suspiró de manera algo agobiada, como una nena a la que le dicen que falta como un mes para la siguiente vez que va a ir a la juguetería. Para ella esas cosas iban de la mano. "Lo sé, pero yo recuerdo todo de manera tan vívida, que es como si no hubiera pasado el tiempo." Explicó intentando transmitir más que sólo conceptos, sus propios sentimientos de frustración, de querer algo inalcanzable e intentarlo con todo su ser pero no ser capaz de lograrlo a pesar de todo. "Y por eso no puedo perdonar... me acuerdo todo el tiempo... la cara que tenía cuando le dije que no podíamos seguir saliendo... la manera en que se quedó después de eso..." Intentó explicarlo mortificada.

Bufó. "Eeeeen fiiiiin... Por ahí la próxima." Dijo con una sonrisa que era un punto medio entre la esperanza y la resignación. Su fuerza de voluntad haciéndola seguir adelante y pensar en las cosas buenas que tenía. "Esto va con ésto. ¿Verdad?" Preguntó medio de la nada, no porque no quisiera hablar más del tema, sino porque no quería desperdiciar el tiempo quejándose cuando podía ocuparse de esa ropa que tal vez le diera una mano. Al decir eso le mostró las dos partes que ya tenía unidas (las que ella le había mandado a coser antes) y la que ella pensaba que iba con ésas.

_Sí, pero recuerda que esa parte se coser del revés para que quede al derecho cuando la demos vuelta -le recordó, hablando maquinalmente.

La historia que Rose acababa de contarle daba vueltas por su cabeza. ¿Qué se sentiría esta enamorada? ¿Cómo debía sentirse que una pasión inmensa arrastre así todos vestigio de razón? El relato le había despertado infinita curiosidad. Pero Giselle no estaba del todo segura de "estar capacitada" para vivir algo así. Había pasado demasiado tiempo aislada de otras personas, de esas vivencias... ¿Cómo saber si era o no capaz de enamorarse? A veces simplemente sabía que "esas cosas" eran para "otras personas"

Suspiró con resignación, y continuó cosiendo.

"Ah, sí sí. Ya veo." Dijo dándole vueltas a las telas en sus manos mientras que intentaba que tuvieran sentido. "Con razón no me quedaba alienado." Pensó en voz alta, sus palabras deformadas por el hecho de tener la aguja enhebrada sujeta entre sus dientes.

Ro empezó a coser las dos partes con más entusiasmo que antes ahora que parecía ir por el buen camino. La idea la animaba y sonreía conforme a pesar de su concentración.

El suspiro de Giselle la hizo levantar la vista de su labor. "¿Sucede algo?" Le preguntó con interés y un poco de preocupación.

Se dio cuenta de que tenía la aguja sobre la tela, pero no estaba cosiendo. Al captar la mirada de Rose se percató de que su intriga la había dejado en evidencia.

_No, nada -dijo, acostumbrada a siempre negar sus pesares.

Dio dos o tres puntadas, mientras continuaba pensando en ello. Después pensó que últimamente estaba haciendo muchas cosas que no acostumbraba a hacer. Mismo, estar ahí cosiendo un vestido con una chica que apenas conocía... y esas cosas no parecían estar yendo mal. Tal vez, si se animaba a compartir sus sentimientos descubriría que otras personas pueden ayudar.

Y Ro le caía bien, parecía positiva y empática. Tal vez la comprendería.

¿Pero y si la miraba raro al saber que con 17 años nunca había experimentado esas cosas? ¿Que nunca se había besado siquiera con un chico?

Al diablo. Si la miraba mal, no le hablaría nunca más y eso arreglaba todo.

_Bueno, en realidad -comenzó. Era difícil hablar-, es sólo que... lo que pasa es que...

No encontraba las palabras exactas para lo que sentía.

_...te envidio, un poco -no había sonado amigable, necesitaba esclarecer-. Es decir, tú has pasado por todas esas cosas, has... sentido. Yo... bueno, nunca he sentido nada especial por ningún chico. Y a veces me pregunto si... habrá algo malo en mi. Es decir... ¿Cómo sé que puedo enamorarme si hasta ahora no ocurrió?

Antes de escuchar cualquier respuesta, ya se sentía aliviada de haber exteriorizado ese pesar. Fue ahí cuando se dio cuenta de lo mucho que eso la afligía.

Ro no presionó para no ponerla incómoda. Havía veces en que ella no quería hablar de las cosas que le pasaban, sobre todo con cierta gente, por lo que respetó su privacidad. Ante la respuesta de Giselle, simplemente bajó la mirada y siguió cosiendo en silencio. Ya se le ocurriría un tema más seguro sobre el que hablar.

Cuando volvió a escuchar la voz de su compañera, dejó de coser por un momento y levantó la vista. Por un momento quedó incluso con el brazo medio levantado al haber estado estirando el hilo de la aguja después de una puntada, pero unos segundos después se dio cuenta de que era ridículo y bajó la mano ligeramente ruborizada. "No hace falta que me cuentes si no quieres." Le dijo con una sonrisa amigable.

La confesión la tomó totalmente por sorpresa y la dejó mirándola fijamente, con los ojos bastante abiertos. No supo qué responder, así que no dijo nada y eso le dio tiempo a Giselle de seguir hablando. La idea de que una chica tan correcta y perfecta como Giselle envidiara a la hija de una prostituta que no sabía ni hacerse su propia ropa cuando todas las demás chicas hasta tocaban instrumentos y demás cosas copadas, no le entraba en la cabeza.

Frunció el ceño sin entender qué cosas había pasado. ¿Que la habían maltratado toda su vida porque su padre había perdido la licencia de medimago y su madre se vendía por dinero? ¿Que había metido la pata terriblemente mal con su ex y después se había metido con un idiota atrás de otro? No entendía la parte envidiable, pero no estaba ofendida, simplemente confundida.

Al terminar de escuchar el resto de la explicación de Giselle pareció menos confusa y se tomó unos momentos para pensar en algo lógico para decirle. "Bueno... no te veo hablando con muchos chicos. ¿Cómo vas a saber si alguno es de tu agrado si no los conoces?" Preguntó con su característica falta de tacto, pero con una sonrisa enorme y agradable. "Hay gente que cree en el amor a primera vista, sí, pero para eso mínimo habría que mirar a la otra persona. Tu estás siempre en tu propio mundo. ¿No?" Explicó lo que pensaba. "No digo que esté mal..." se apresuró a agregar, temiendo que Giselle se lo tomara mal. "Digo que tiene sentido." Concluyó.

_Creo que es un círculo de retroalimentación negativa. Como no me interesan no les hablo, como no les hablo no me interesan. Supongo que en mi cabeza creía que iba a materializarse un chico delante de mis ojos, me empezaría a hablar y simplemente me despertaría interés... sin que yo tuviera que hacer nada, y...

Calló repentinamente. Estaba pensando cuán estúpido era ese pensamiento, cuando recordó la tarde que pasó con Laz. El, a fin de cuentas, simplemente había aparecido, le había hablado, y había despertado su interés. Sintió como poco a poco sus mejillas enrojecían, y sintió algo extraño en el vientre cuando se acordó de él diciendo "o camisas mojadas", refiriéndose a ella.

_Y...

Se quedó sin palabras.

Escuchó con atenció y asintió al oír la teoría de Giselle. "Tienes razón. Suena lógico." Admitió pensativa. Luego se la quedó mirando de manera inquisitiva cuando se cortó a la mitad de lo que decía "¿y?" continuó diciendo por ella. Tenía cara de no entender nada, porque no se le ocurría qué le podía haber pasado por la cabeza para colgarse. "Tierra a Giselle!" Bromeó agitando una mano frente a los ojos de ella.

Cuando escuchó "Tierra a Giselle" la miró, pero tardó un par de segundos en volver a hablar. Necesitaba organizar un poco sus pensamientos si se quería dar a entender.

_Y supongo que no funciona de esa manera. O eso creía, pero la verdad no se. El otro día hablé con un chico que me parece muy interesante. Mucho más que cualquier otro chico de este colegio. ¿Eso quiere decir que me gusta? ¿Cómo sabré darme cuenta de si me gusta o no alguien?

Sabía que esas debían ser preguntas estúpidas para cualquier chica de su edad, pero realmente necesitaba hacerlas, y generalmente no tenía a quién. Rose le parecía apasionada por la vida, y algo impulsiva. Seguramente era la persona indicada para responder.

Rió nuevamente por la colgadez de Giselle. O estaba descubriendo una nueva teoría sociológica o se había acordado de algo. En cualquier caso, era gracioso.

Levantó las cejas al oír hablar de un chico y enseguida sonrió de manera cómplice. Como toda muchacha, adoraba las charlas de chicos. Ella también hizo una pausa para organizar sus pensamientos. "Al menos tiene potencial." Comenzó todavía entusiasmada con el tema. Había adoptado un aire conspiratorio y hasta husmeado alrededor de ellas para asegurarse de que no las estuvieran escuchando. Era lo rutinario en esos casos. Al ver que no estaban atrayendo mucha atención volvió a centrar la suya en Giselle. "Salvo que sea un aparato y te interese como objeto de estudio..." bromeó un poco y después se puso más seria, dispuesta a responder las preguntas de la otra chica.

"Bueno... supongo que cuando no puedes dejar de pensar en esa persona, qué estará haciendo, qué pensará de ti... y no quieres que te vea con buenos ojos, te pones nerviosa de tenerlo en frente por miedo a hacer alguna tontería... ¡¡y justamente por los nervios no paras de hacer estupideces!!" Se rió otro poco por algún recuerdo. "También..." volvió a reír con un rubor marcado en las mejillas. "También se te ocurren ideas... como que quieres tenerlo cerca todo el tiempo y besarlo..." le agarró otro ataque de risa nerviosa tal que dejó de hablar. "¡Mira las cosas que me haces decir!"

Sarah pareció aun más confundida. Primero porque la primera parte de la descripción de Rose, le pasaba con absolutamente todos los que la rodeaban. Pensaba todo el tiempo en ellos, en que la vieran con buenos ojos, se ponía nerviosa e incómoda y tenía miedo de hacer tonterías. Además de que por todo eso terminaba diciendo algo incorrecto. Claro, era entonces mucho más difícil de lo que pensaba en darse cuenta de la diferencia.

Cuando Rose agregó el tema de besarse, supo que tenía que descartar complemente la idea de que le gustara Laz. Le incomodaba la idea de tenerlo cerca todo el tiempo, y estar sometida de manera prolongada a tanto nerviosismo, y además, entraba en pánico de solo pensar que quisiera besarla, porque... ¿Cómo se besaba a una persona? ¿Cómo sabría el modo de hacerlo bien? ¿Y qué pasaba si lo hacía mal?

Abrió la boca para hablar, no supo qué decir, y la cerró nuevamente.

((Altos problemitas tenía la pobre.))

Después de que se le pasó un poco el ataque de vergüenza, se calmó lo suficiente como para volver a pensar en lo que Giselle había preguntado. Era muy colgada como para darse cuenta de que estaba callada porque estaba pensando y no porque esperara a que se le pasara la estupidez a ella para seguir hablando.

"No lo sé... supongo que es cuando ves a esa persona por encima de todas las demás, cuando te parece muy superior a cualquier otra persona y te entretiene y te hace reír." Comentó ahora más seria, intentando responderle desde un lugar más maduro que el de una nena de dos años. "Cuando quieres hacerlo feliz... incluso si eso te hace infeliz..." Intentó explicar algo que era imposible de describir. "¿Tiene algo de sentido?" Preguntó insegura de que eso hubiera sonado bien fuera de su cabeza.

((Después de crear este personaje, me di cuenta de que me iba a hacer la vida puta imposible. Es inmanejable la loca. La mandaría a terapia 4 años, y después intentaría rolear de nuevo))

Comprendió un poco más con el segundo intento de explicación de Rose. Aunque eso le pareció un poco más avanzado de lo que a ella le estaba pasando. Pensó que tal vez Laz simplemente le gustaba como chico, pero que no estaba enamorada de él ni sentía algo tan profundo como lo que Rose había vivido.

_Creo que comienzo a entender -comentó para dejar a su compañera tranquila de que se había explicado correctamente.

((Me morí de risa con eso. Pero sí. Tiene una personalidad difícil para punta de lanza. En un jugador sin experiencia hubiera sido un KO))

"Es imposible de explicar, realmente. No es igual para todo el mundo tampoco." Añadió con una sonrisa de disculpa por no poder ser de más utilidad. "Probablemente te des cuenta si pasa algo así." Pensó en voz alta. Le resultaba difícil creer que alguien no fuera a darse cuenta de que le gustaba otra persona. Ella era bastante volátil y cambiaba de interés con facilidad, pero siempre se daba cuenta. Eso le recordó algo. "También está esa sensación de nervios... como de vértigo en el estómago cuando estás con esa persona."

Le agradó ver que Rose se esforzaba en ser clara. Era agradable sentir que a la otra persona le interesaba la conversación. Se sentía un poco meas cómoda, y no se arrepentía de haberse animado a hablar, que era lo que ocurría en la mayoría de sus intentos de interacción.

_Gracias por el esclarecimiento -dijo casi en un susurro.

Recordó que a todo esto, ambas estaba cosiendo. Miró lo que hacía Rose, pero no llegaba a ver bien.

_¿Estás segura de que eso va ahí? -preguntó para cerciorarse de que las cosas fueran bien.

"Oh. No hay problema. Disculpa que no pueda ser de más ayuda..." Le dijo de la misma manera, algo avergonzada. "Supongo que es algo muy personal como para que alguien de afuera te pueda decir exactamente de qué se trata con lujo de detalles." Explicó en su defensa.

Ro había dejado de coser durante su ataque de risa para no pincharse, pero después había resumido la actividad. Entró un poco en pánico al escuchar las palabras de Giselle y la miró con miedo un momento antes de volver a mirar su costura. "No lo sé... a estas alturas no estoy segura de nada..." Observó el trabajo nerviosa y entonces volvió a mirar a su amiga. "Lo estoy cosiendo como me dijiste... así que creo que si." Opinó en su defensa y después estiró la tela frente a ella, como cortina, para que su amiga pudiera verla mejor.

_Ah sí, va así -aprobó Giselle, una vez que pudo ver los pliegos de tela. Como cosía bastante más rápido, tomo otras piezas para continuar el ensamble, mientras meditaba las últimas palabras de Rose-. Supongo que tienes razón y que es algo muy personal. Calculo que me daré cuenta si es que algún día me sucede.

En esa ocasión Giselle no se dio cuenta de que nuevamente sonaba como una anciana llena de amargura.

"¡Ay! ¡Menos mal!" Exclamó aliviada, relajando todo el cuerpo que había tensado hasta ese momento. "Ya me estaba asustando que iba a tener que descoser todo de nuevo..." Comentó con una risita nerviosa.

"Seguro que sí." Aseguró con despreocupación y una sonrisa enorme. "Dudo que alguien pueda pasar por alto todo el terremoto de emociones que te hace sentir." Dijo mientras seguía cosiendo.

Giselle asintió callada. Todavía tenía la cabeza llena de dudas, pero no quería seguir atormentando a Rose con tantas preguntas. Había sido bastante amable en responder todo pacientemente, continuar sería abuso. Prefirió volver a las bases fuertes y sólidas de su educación, y habló de costura.

_Si te animas y quieres, podemos hacerle algún detalle en otro color, o en en mismo color pero de otra tela. Se forrar botones. Puedo enseñarte a hacerlo.

Rose jamás se hubiera imaginado que Giselle pensaba así. De haberlo sabido, tal vez se hubiera reído. Con un padre ex-médico dejado casi en la calle por malapraxis y una madre que cada dos por tres se sacaba la ropa para poder llegar a fin de mes, si había algo que le importaba bien poco era el decoro y los modales. Prefería ser sincera y abierta y decir lo que pensaba y hacer lo que sentía. Lo demás le parecía hipocresía innecesaria.

Después de clarificada su duda, Rose volvió a coser con más tranquilidad y bastante entusiasmo aunque no tenía la práctica de Giselle ni podía ir a su velocidad. "No tengo muchas más telas." Confesó avergonzada. Comprar esa le había costado tener que vender un libro viejo a una chica de Hufflepuff, porque se le escapaba del presupuesto que ya tenía armado que incluía solo materiales para el club de costura. "Es lo que podía pagar." Explicó todavía avergonzada.

Giselle meditó unos segundos. Si bien le habían faltado varias cosas en su vida, mayormente todas relacionadas con el afecto, nunca le había faltado dinero. De hecho, tenia bastante porque sus padres le daban una mesada que no tenía en qué gastar. Se la pasaba en su casa sola, y para la costura y la música, sus padres corrían con todos los gastos.

De hecho, en su casa tenía una caja llena de telas y retazos que le iban sobrando de sus corsets. No eran muy útiles allá... y ya que su madre tenía que enviarle su violín... tal vez podía pedirle también las telas.

_Yo tengo bastantes en casa. Sobras de otros atuendos. Mi mamá me mandará mi violín en unos días... le puedo pedir que me las envíe también... pero no sé si llegarán a tiempo.

La miró incrédula, con ese brillo en los ojos de quien quiere aceptar un ofrecimiento que sabe que la cortesía la obligaría a declinar. "¿A ti no te sirven? No quiero abusarme, pero me vendrían bien para practicar." Probablemente la gente refinada torcería la nariz, pero a ella nunca le había hecho problema tener ropa usada o cosas regaladas porque su situación fuera poco acomodada. Si a los demás no les servía y a ella sí, no veía el problema.

_Supongo que algunos sirven. Lo que suele sucederme es que los guardo creyendo que servirán para algo, y luego nunca los utilizo. Si quieres podemos echar un vistazo.

A Giselle realmente no le importaban las cosas materiales, porque jamás le había faltado nada. En ese momento le interesaba mucho más la posibilidad de compartir algo con alguien, que la de seguir juntando cosas que acumulen polvo en la solitaria y entristecida habitación de su casa.

Sonrió divertida por la descripción de la situación. Rose entendía que algo así debía sucederle, siendo que Gipsy se le quejaba siempre de lo mismo en el club de costura. Claro que su otra amiga compartía los retazos con su madre y no podía disponer de éstos libremente.

"Me encantaría." Admitió con una enorme y sincera sonrisa. "Al menos podría aprovechar los que a ti no te sirvan." Explicó contenta.

((¿Vamos cerrando?))

_Te avisaré entonces cuando los tenga -aseguró.

Terminó de coser ese tramo y miró las partes restantes. No estaban avanzando a buena velocidad, y Sarah recordaba que tenía algunos pendientes a solucionar ese día. No quería dejar sola a Rose, para quedarse tranquila de que el vestido había quedado bien... pero tampoco correspondía dejar sus cosas de lado. Le dirigió una mirada tímida, y le comentó:

_Tengo que devolver un libro a la biblioteca, hoy es el último día y no lo he terminado. Creo que me sentaré aquí a leer, y cualquier cosa que necesites, me puedes avisar... ¿te parece?

((OK. ¿Ya te aburrí?))

Asintió. "¡Gracias!" Dijo con efusividad y una sonrisa enorme. "Te agradezco mucho." Añadió aunque no hiciera falta. Estaba muy entusiasmada con la idea y agradecida por que quisiera compartir eso con ella.

"Oh, está bien. No es ningún problema." Le dijo rápidamente, algo avergonzada por haberla estado reteniendo ahí cuando ella tenía cosas para hacer. "Gracias por ayudarme con el vestido y... por todo lo demás." Le dijo sinceramente. "Creo que desde acá puedo terminarlo sola. En todo caso no tengo apuro... te molesto en otro momento, así lees tranquila." Se ofreció todavía algo culpable de haberse metido entre ella y la lectura.

((Jajaja, naaaa. Pero por ahí las quiero ver en otro contexto. Pero Giselle ya estaba necesitando un cambio de aire. No es la mina más sociable del mundo pero hizo lo que pudo. Sentite bien de que llegaste a las dos páginas, con Lyra no llegan a los 6 posteos))

Se le ocurrieron varias aclaraciones para que no se malentendiera su intención. Con Rose se había sentido todo lo a gusto que se sentía con otras personas, pero no tan a gusto como se sentía sola. Y eso, para Giselle, seguía siendo un problema. No era culpa de Rose ni de nadie, ella simplemente estaba demasiado acostumbrada a su vida de estructuras y encierros.

Le dedicó una tímida sonrisa tranquila, y sacando un libro de la mochila, se sentó en otra mesa de la Sala común e inició su lectura.