Ocupando tres mesas

Era un sábado por la tarde. La mayoría de los alumnos de la casa estaban afuera, disfrutando del tiempo libre y el poco habitual buen clima. Rose, sin embargo, se encontraba adentro, ocupando tres mesas enteras de trabajo con sus cosas de costura. En una tenía las telas que pensaba utilizar para el proyecto, en otra se desparramaban los moldes del vestido que intentaba descifrar inútilmente, y en la tercera había dejado la tarea de astronomía a medio hacer.

Tenía puesto un sweater negro de cuello alto y una pollera azul larga hasta las rodillas, debajo de la cual llevaba calzas negras y zapatos. En su muñeca, un gatito alfiletero estaba lleno de pinches por todos lados.

Estaba inclinada sobre la mesa con los moldes, intentando pinchar uno de ellos a un trozo de tela de manera apresurada. "AY!!" gritó a la vez que saltaba en su lugar sorprendida por el inesperado pinchazo que se acababa de dar. Instintivamente, apretó su dado lastimado entre otros dos y lamió la sangre con cara de corderito.

Sarah levantó los ojos de la página que recorrían, y miró a la muchacha sobre el borde del libro. Pensó que un simple pinchazo no ameritaba tal exabrupto. ¿Pero quién era ella para considerar la reacción justa que cada persona debía tener sobre cada dolor?

Trató de no expresan nada en particular en su mirada serena, y se acercó.

_¿Necesitas ayuda? Parece que estás haciendo un... un... -miró la tela con algo de confusión, ¿era una falda, un vestido, un almohadón...?-, un buen lío -concretó finalmente, con el poco tacto que la caracterizaba.

((Siendo que son las dos de la misma casa seguro se conocen. ¿Qué tipo de relación te parece que tienen?))

Después atender su pinchazo Ro continuó peleándose con el molde. Ciertamente era difícil saber si se trataba de un pantalón, una túnica o una pollera, pero era tan sólo un vestido rebuscado. La tela azul sobre la que colocaba los moldes tampoco ayudaba mucho.

Giró sobre sus talones cuando oyó una voz detrás de ella y sonrió al ver de quien se trataba. Sobre todo cuando le ofreció ayuda. Como que saltó un poquito en su lugar porque Ro siempre había sido de lo más hiperactiva. Soltó la risa al escuchar la parte del lío. "Ciertamente." Admitió con una sonrisa despreocupada. "Me vendría bien una mano. ¿Te das maña con la costura? ¡No sabía!" Saltó levemente en el lugar al decir eso con mucho entusiasmo, de manera casi infantil.

((Diría que de esas chicas que se conocen y está todo bien, pero que no tienen una relación íntima))

Sarah, conocida por todos como "Giselle la muchcachita sombría" asintió lentamente. No era una persona que se destacara por sus cualidades, mayormente las mantenía ocultas. En su familia extremadamente conservadora le habían enseñado a coser y bordar, porque le ayudaría a "conseguir un buen marido", y si bien Giselle ponía en duda varios de esos conceptos, había aprendido costura con extrema rapidez.

_Hago mi propia ropa -se limitó a decir-. Tu problema es que estás organizando mal las piezas. Te conviene unir eso con eso, antes de agregarle eso y eso -explicó señalando-. Y eso de pincharte tampoco te está ayudando.

((Perfecto. Es más o menos lo que me imaginaba.))

Se la quedó mirando como a la espera de que se explayara un poco más que ese asentimiento. "Genial! Eso debe ser increíble!" Comentó con entusiasmo infantil, tan hiperactiva como siempre. "Seguro que no necesitas del club de costura..." añadió después aún sonriéndole fascinada con la idea. Quedaba claro que le admiraba la habilidad.

Frunció levemente el ceño como quien no entiende algo y miró en dirección a las piezas nuevamente. En un principio no sabía qué parte de las piezas es que estaba organizando mal, pero cuando ella lo explicó miró su dedo e intentó seguir la explicación.

Pronto quedó claro que se había perdido en algún momento. "Eh... Cómo cómo cómo cómo?" Quiso saber mirándola con cara de que le estaba hablando en chino. Se volvió hacia la tela nuevamente. "Primero uno éste con éste..." dijo insegura señalando las dos primeras piezas que Sarah había indicado y dejando eso colgando en el aire como dándole pie a que lo volviera a repetir. Rió divertida, de manera nasal, por el comentario del dedo, pero no acotó nada.

Sarah sonrió forzadamente. No de mal talante, sino que su verdadera sonrisa siempre quedaba sublevada a la incomodidad que sentía cuando hablaba con personas con las que no tenía mucha relación. Se dio cuenta de que no había sido muy explicativa, señalar un par de piezas no era precisamente ayudar.

_Tienes tres piezas, ¿verdad? Pero estas dos las estas uniendo del lado que irán, pero esta otra se une del revés para que luego quede oculta la costura. Tú la uniste al derecho, como a las otras dos, de modo que al darlo vuelta no está encajando con todo lo demás. Te convendría descoser estas tres partes, dar vuelta esta, y unirlo todo nuevamente.

Terminó de hablar y se quedó completamente inmóvil, aguardando respuesta.

Ro no se pus a analizar demasiado el comportamiento de Giselle. La había visto manejarse en la sala común de Ravenclaw el suficiente tiempo como para pensar que ya el hecho de que se decidiera a dirigirle la palabra era todo un honor. Giró un poco el rostro para ponerle la oreja de la que no estaba sorda. Había perdido la audición del oído derecho en un accidente durante la última clase de Alquimia.

Asintió. Miró las piezas y escuchó el resto de la explicación. Se le cayó el alma a los pies de manera evidente al escuchar todo el trabajo que tenía por delante. "Ay no..." Dijo con una mueca infantil. Le daba fiaca de sólo escucharlo y quería tirar todo a la goma y depués patearlo. ¿Por qué tenía que ser tan inútil?

"Sí, sí. Entiendo." Se apresuró a decir. "Como un forro, ¿no?" Preguntó con una sonrisa algo ladeada que expresaba su decepción. Suspiró de manera pesada. Quería un vestido lindo para llamar la atención de Edward, pero al paso que iba, con suerte lo tendría listo para la gala de fin de año. Y tampoco se sentía a la altura de poder hacerle competencia a su noviecita la ex premio anual. "Supongo que tendré que tomarme el trabajo de descoser todo más tarde." Concluyó desanimada ante la perspectiva. "Gracias por explicarme." Dijo sonriendo todavía algo triste.

"¿Eso es todo?" Pensó Sarah repentinamente desanimada. Le costaba mucho trabajo decidir hablar con alguien, y más aún pensar ella cómo iniciar la conversación. Cuando las cosas finalmente resultaban ser muy simples y cortas, se sentía un poco frustrada. Pensó que no era lo mejor que podía decir en ese momento, así que intentó:

_Yo... estoy libre, es decir, puedo ayudarte si quieres. De a dos terminaríamos más rápido, es decir -comenzó a murmurar en voz un poco más baja-, sinoteimporta quealguien, quierodecirque... yo... situnotienesproblema...

La miró confundida un momento, como si no supiera cómo interpretar lo que había dicho. En realidad estaba dividida entre querer terminar su vestido y no querer hinchas las pelotas.

"¿¡En serio!?" Preguntó cambiando de un segundo al otro de desinflada a casi hiperactiva de nuevo. Ella siendo ella en todo su esplendor de ciclotímica. "¿No te molestaría?" Preguntó con incredulidad evidente. "Porque sé que todos tenemos un montón de tarea y todo. No quisiera molestar..." estaba demasiado metida en sus propias inseguridades como para notar las ajenas.

"¿De verdad podrías ayudarme? No sé hacerlo con magia... y el estilo muggle es tan complicado..." Protestó con una mueca des desagrado.

Sarah no quiso especificar el por qué, pero lo cierto es que como no tenía amigos con los cuales distraerse, siempre tenía sus estudios al día. Le pareció demasiado patético como para confesarlo, así que directamente prosiguió:

_No tenía pensado estudiar ahora, así que estoy libre -miró el vestido dubitativa, y luego sugirió-. No tienes que adoptar necesariamente uno de los dos métodos. Yo uso el muggle, o el mágico dependiendo lo que tengo que hacer. Podemos ir alternándolos.

Dicho eso, tomó tímidamente las partes del vestido para asimilar la forma de cada una, y poder armar en su cabeza un esbozo de lo que Rose quería lograr.

La miró fijamente durante un momento, con apariencia de sorprendida, pero enseguida sonrió. "Tienes razón." Su sonrisa se amplió mucho más al pensar en eso. "No se me había ocurrido. Es una excelente idea." Comentó nuevamente al borde de ponerse a saltar en el lugar del entusiasmo.

El vestido en cuestión tenía varias partes que se unían para formar la falda. Unas tiras gruesas que hacían un cinto de un palmo de alto en la cintura, el pecho y espalda como de camisa y las mangas abultadas.

"Será mejor que empiece a descoser este caos..." Dijo torciendo la nariz con desagrado mientras tomaba de la mesa el desastre que había cosido donde no era. Parecía menos desanimada que antes. "I think the magazine with the picture of the finished dress is over there..." comentó señalando con la cabeza la tercer mesa.

Sarah descubrió la revista rápidamente, y la apartó de la vista. Su institutriz había hecho eso con ella todo el tiempo que estudió costura.

_Tienes que aprender a tener el vestido armado en la cabeza. Cuanto más te vales del dibujo, menos necesitas comprenderlo, y por ende, más necesitas la explicación. Trata de visualizar todas las piezas y sus uniones en tu propia mente. La manera en que las unas con la imaginación, te dará la pauta de cómo debes comenzar -se esforzó por sonar más amena que su institutriz, quien no solo le apartaba el dibujo, sino que además, le pegaba en la mano con una regla de costura hecha de madera-. Solo úsalo en casos de extrema urgencia. ¿Qué parte quieres que comience yo?

Arqueó las cejas sorprendida, pero no acotó nada hasta que Sarah no le explicó eso.

"Eidetic memory." Dijo con una sonrisa torcida para un costado en una mueca de resignación y los hombros encogidos de manera sutil. "And still don't get it. I must be stupid or something." Comentó con un dejo de frustración.

"¡Todo esto sería tanto más fácil si no tuviera el estúpido forro ese por dentro!" Protestó de manera casi infantil, sentándose en uno de los sofás cercanos con las piezas a descoser en una mano y la tijera en la otra.

Levantó la vista cuando ella le dijo eso. "Hmm... supongo que podrías revisar las mangas. Me parece que las corté mal... pero todavía tengo más tela..." señaló a la otra mesa, la que tenía las telas, con otro movimiento vago de la cabeza.

Sarah se quedó repentinamente tiesa. A menudo veía a las personas categorizarse de estúpidas unas a otras, pero jamás entendía los motivos de que lo hicieran. A veces le preocupaba creer que tal vez ella parecía estúpida a los ojos de los demás, y ese pensamiento regía increíblemente su comportamiento. Solía sentirse de repente incómoda ante la sola mención de la palabra.

_Ninguno de nosotros es bueno en todo. Que nos cueste algo, no nos hace estúpidos -gruñó sin siquiera darse cuenta de que estaba siendo cortante y actuando a la defensiva-. Lo que puedes hacer -añadió un poco más relajada-, es alterar un poco el modelo original. Si tu obstáculo es el forro que va por dentro, lo que puedes hacer, es transformarlo en un vestido de dos piezas superpuestas. Hacemos el forro como si fuera un vestido simple, y luego hacemos la parte externa. Total, al finalizarlas las podemos unir con magia con un hechizo adherente. De esa manera no necesitarías coser estas piezas al revés, para que te queden al derecho cuando demos vuelta el forro...

Hizo una pausa.

_Claro que es sólo una sugerencia, si quieres mantenerlo de esta manera, lo podemos hacer también.

Después de escuchar la respuesta de Giselle, Ro también se quedó tiesa, con los ojos algo abiertos de más y los labios también entreaviertos como cuando un niño es retado y alcanza a comprender del todo qué es lo que hizo mal. "Ok. Lo que tú digas." Concordó bajando la mirada de inmediato.

Rose podía ser de lo más hiperactiva, pero bastaba la menor presión o confrontación para conseguir que se doblara como una reposera de playa. Nadie excepto tal vez su ex Ed, parecía entender el enorme esfuerzo que era para ella el intentar sentirse normal y a la altura de los demás cuando su familia era una vergüenza. Después de que su padre perdiera la licencia de medimago por malapráxis y su madre comenzara a posar en bikini para las revistas, muy pocas cosas podían hacerla sentir que valía la pena como persona, en especial frente a gente inteligente, refinada y de apariencia madura como ella.

Asintió varias veces con la cabeza de manera leve. Todavía contrita. En un principio no pareció comprender, pero a la mención de un hechizo adherente todo cobró sentido para ella. "Claro. Sí. Tiene mucho sentido." Dijo desinflada. "No, no. Es una idea brillante. Me gusta." Concluyó con una sonrisa que de todas maneras seguía pareciendo de pobre cosita.

Mientras había escuchado eso había empezado a descoser la tela y de repente se le ocurrió algo y dejó la tijera de lado. Tomó la punta suelta de la hilacha y la tiró con los ojos cerrados, concentrándose. Al momento siguiente tenía la gran mayoría del hilo en su mano. Sonrió levemente más animada.

Sarah ladeó la cabeza observando. Había notado el cambio de ánimo en Rose, pero no había entendido por qué. Repasó lo que había dicho. Ro había mencionado que se creía estúpida por no entender algo, y ella le había contestado que no entender algo no hace estúpido a nadie. Después de eso, le había dado una idea de costura que según Rose era apropiada. Entonces, ¿por qué el cambio de ánimo?

Pensó en preguntarle, pero se sintió avergonzada de sólo imaginar una situación donde ella decía "¿Dije algo que te molestó?". No, si lo preguntaba, entonces sería obvio que no lo había entendido sola. Abrió la boca para decir algo, pero la cerró nuevamente sin decir una sola palabra.

Levantó la cabeza hacia Giselle. "Entonces sería simplemente como hacer dos vestidos?" Preguntó medio de repente, como si estuviera diciendo en voz alta el resultado de un largo hilo de pensamiento que había ido dentro de su cabeza por un rato.

"Porque ésto ya lo descosí. Hice una magia..." dijo primero en el sentido muggle de la frase y al darse cuenta del juego de palabras, no pudo evitar una risita que le levantó un poco el ánimo. Después de todo, ese vestido estaba destinado a hacerla verse bien y ayudarla a recuperar a su ex, tenía que ser motivo de alegría. "¿Ahora cómo sigue?" preguntó algo menos amilanada que antes.

Sarah se había concentrado durante varios segundos. Al escucharla hablar, dio un pequeño respingo. Lo primero que dijo fue:

_El forro es como el esqueleto, la estructura del vestido. Si no se ve bien, el vestido no podrá arreglar eso. Tenemos que comenzar por el forro, y te lo probarás para que nos aseguremos de que queda perfecto. Una vez hecho eso, iremos formando el resto. Necesitaría que me digas las medidas que tomaste, así las comparo con las de los moldes, y me aseguro que no haya ningún error de cálculos que nos esté ocasionando algún defecto...

Se mostró impresionada. "¿En serio? No me hubiera imaginado que era algo tan importante." Dijo sinceramente. "Pensé que se usaba para esconder las hilachas." Comentó con una risita leve, como riéndose de su propia estupidez.

"Hmm, sí." Dijo pensativa. Le parecía una buena idea. Por un segundo estuvo a punto de decirle las medidas que se había tomado, porque no las había anotado. Se las acordaba. Pero después recordó algo que Ed una vez le había dicho sobre cómo la gente solía tomarse ese tipo de actitudes inocentes de su parte y cómo la hacían quedar, y eligió anotarlas.

Dejó en el sillón lo que acababa de descoser y se puso de pie. Fue hacia la mesa, buscó pergamino y lápiz y anotó las medidas para después dárselas a Giselle. "Here." Le dijo con una sonrisa. "And thanks again for the help." Añadió al darse cuenta de que ella seguramente debía tener mejores cosas que hacer con su tiempo.

((Es gracioso cuando el personaje sabe más de costura que yo. Es genial. Leo y parece que supiera de lo que estoy hablando XD))

_No es problema, me relajan las actividades manuales... -tomó el pergamino, lo miró y fue uno a uno mirando los moldes-. Este conviene hacerlo de nuevo, porque cuando esto lo doblemos, va a comer un centímetro. Es mejor darle ese margen -continuó mirando los moldes-. Los demás están bien. Lo bueno de hacer el forro por separado, es que luego puedes usarlo con otro vestido -le sonrió, le gustaban mucho las cosas prácticas-. Yo empezaría por la parte del torso, si estás de acuerdo -agregó poniendo los moldes en el orden que convenía coserlos, y acercando los retazos de tela que correspondían a cada uno.

((Cuaaaaak. Buenísimo. Entré como un caballito. XD A veces los 'hijos' nos superan... ;))

Le sonrió durante un momento y después volvió a mirar las telas. No estaba muy segura de lo que decía de los centímetros pero no era ni por cerca lo flaca que Giselle, y sabía que cuando se ponía nerviosa y comía subía todavía un poquito más, así que prefirió hacerle caso a todo lo que tuviera que ver con que no faltara tela. No quería tomarse semejante trabajo para hacer un vestido y después no poder usarlo.

"Ah, ¿encima se puede reutilizar? ¡Buenísimo!" Le devolvió la sonrisa con entusiasmo. La idea de hacer otro forro para cualquier otro vestido la enfermaba y cualquier cosa que le ahorrara trabajo era genial. No se le daba bien pero no podía pagar ropa nueva. Precisamente por eso había querido aprender a coser.

"Sí. Supongo que una vez que está eso hecho es más fácil descubrir cómo cornos van las partes de la falda." Comentó con una risita leve.

Sarah asintió.

_Además las piezas del torso son las más complicadas. Cuando hago cosas con pinzas o presillas, que tengo muchas piezas pequeñas, prefiero volverme loca con eso primero y después se siente como si lo demás saliera solo.

Hizo una pausa mientras acomodaba el resto de las cosas. Juntó coraje como para hacer la labor más peligrosa del mundo, y logró formular la pregunta que tanta curiosidad le daba:

_¿Para qué ocasión es el vestido?

"Ya veo. Sí. Tiene mucho sentido." Admitió bastante más tranquila de enfrentar el proyecto con alguien más, alguien que supiera lo que estaba haciendo.

Ante la pregunta, apartó la mirada enseguida y se ruborizó un poco. "Estee..." echó una mirada alrededor suyo para asegurarse de que Ed, James y Kat no se encontraran por ahí. Los primeros porque podían llegar a reaccionar mal y la segunda porque a pesar de ser su amiga, jamás podía mantener la boca cerrada.

Se acercó un poco a Giselle con actitud secretiva. "A decir verdad, estoy tratando de impresionar a un chico." Confesó. Al decirlo, notó que en realidad era una excusa bastante tonta y se sintió de repente superficial y estúpida. Es que de todas formas ni el vestido ni nada podían solucionar su otro problema en la vida y decirle a QUÉ debía dedicarse después de la escuela.

Sarah enarcó las cejas algo sorprendida. Para ella un vestido se hacía para una ocasión en específico. Pero al escuchar esa respuesta, pensó que en todo evento que requiera un vestido, hay gente. Y que uno, a fin de cuentas, se viste correspondientemente para "encajar" con ese contexto. Lo que Rose estaba haciendo no era muy diferente de eso.

_No creo que lo necesites -aguardó, algo insegura-. Eres bonita -se sinceró-. Además tienes un histrionismo bastante simpático. Si yo fuera un chico me fijaría mucho más en eso que en un vestido -le dedicó una media sonrisa.

Ro se la quedó mirando un momento, como sorprendida. Después sonrió y rió de manera nasal al llegar la parte del histrionismo. "No sé si será simpático, pero es cierto." Admitió levemente ruborizada. Como tenía algunos kilitos de más tenía la costumbre de no sentirse muy atractiva.

"Es que a este chico... bueno. Le gustan las muchachas seriotas y maduras." Una sonrisa torcida y algo triste apareció en su cara. "Pero después de todo se fijó en mi una vez... quien dice que no pueda pasar de nuevo. ¿Verdad?" La miró algo insegura. Pensaba que si pudiera ser más seria y compuesta como ella tal vez él volvería a salir con ella.

_No creo que pase por si puede o no fijarse en ti nuevamente. Creo que pasa por cómo te sentirías teniendo que ser de un determinado modo. suena práctico para una conquista de una noche. Pero no sé si es trasladable a una relación -meditó un momento, ¿qué podía saber al respecto si nunca había tenido un novio? Es más... si nunca se habían fijado en ella, ni siquiera se había enamorado. Tal vez estando enamorada, hacer eso tendría sentido. No quiso meterse en eso, y prefirió regresar a sus bases lógicas-. Si yo cambiara para gustarle a alguien, estaría poniendo a ese alguien por sobre lo que yo misma soy como persona.

Giselle tenía muchísimos problemas de autoestima. Que ningún chico se hubiera fijado en ella, tampoco ayudaba. Toda su adolescencia se había enfocado en nutrir su mente, con la cual se sentía muy a gusto. No sería bonita, pero al menos podía decir cosas interesantes. Su plan resultaría mejor si tuviera facilidad para hablar.

Gracias a todo el tiempo que pasaba pensando, podía decir cosas lógicas basadas en lo que escuchaba o leía, independientemente de que de verdad lo sintiera de ese modo. En ese momento, entendía a la perfección el esfuerzo de Rose en que un chico se fije en ella y emocionalmente intuía como se sentía. Pero no, no lo diría, apelaría a la fría y comprobable lógica.

La escuchó con atención. Fue poniendo más cara de pobre perrito a medida que avanzaba la descripción pero sabía que tenía mucha razón en lo que decía. "Tienes razón." Admitió cabizbaja. "No estoy tan desesperada para tomarme todo este trabajo para que dure solo una noche." Admitió. Aunque en un principio le había parecido una buena idea, ahora tenía que reconocer que era algo bastante tonto, pero estaba tan desesperada que ya no sabía qué probar. Cuando se trataba de afecto, sus capacidades deductivas se iban al cuerno y estaba claro que estaba en Ravenclaw porque era inteligente, no porque fuera analítica en extremo.

"Pero de todas maneras quisiera terminar el vestido. En vista de que se postergó el baile de inicio de curso, al menos voy a poder tener algo decente para ponerme... así vaya sola." Dijo con cierta determinación aunque todavía medio desanimada.

_Nunca dije que no lo terminaras -explicó Giselle, no quería que se malentiendan sus intenciones-. Coser nunca es mala idea. Además no soy muy buena en cuestiones de amor, nunca he tenido novio -admitió para aliviar el peso que pensó que había puesto en Rose.

Dio unas puntadas a un hilván para sujetar dos partes de tela, y luego cambió un poco el tema:

_Ultimamente me estoy dedicando a la corsetería. Los corsets son muy fáciles de hacer, pero son carísimos. Con lo cual es pura ganancia hacer los míos.

"Lo sé." La tranquilizó. Pareció sorprenderse durante un segundo apenas, pero enseguida sonrió de manera amplia. "Bueno, es mejor que haber salido con media docena de payasos que no valen ni un knut." Le dijo de manera cómplice. Era muy fácil levantarle el ánimo. Tan fácil como tirárselo abajo.

La miró como si le hubiera dicho que se dedicaba al cultivo de flores alienígenas porque eran más saludables que las terrestres. "Que son qué!?" Preguntó incrédula aunque visiblemente entusiasmada como nena. "Escuché muchas palabras para describir la corsetería, pero fácil ciertamente no es una de ellas." Le comentó todavía sonriendo divertida. Estaba entusiasmada de que tuviera tantas habilidades y las describiera de manera tan carismática. "Debes ser muy buena cosiendo para que te parezcan fáciles." Teorizó aún de manera cómplice.

Ladeó la cabeza, no había intentado presumir, pero tal vez había sonado de ese modo.

_Supongo que es cuestión de química. Pero desde el molde no es difícil. En principio, son simétricos, y en mayor parte va una pieza al lado de la otra. Eso lo hace mucho más fácil que un vestido, en el que tienes que pensar muchas piezas en simultáneo. Lo más difícil del corset es poner las ballenitas y que queden bien, pero es eso sólo cuestión de práctica. Una vez que tienes el esqueleto, lo decoras como te venga en gana... aunque esa parte ya es más como un arte, como pintar un lienzo. Puedo mostrarte luego los que tengo -levantó un trozo de tela-. Cose esto allí -y se lo dio.

La miró confundida. No había entendido lo de química, pero el resto la relajó lo suficiente como para sentirse tranquila de nuevo. Eso sí lo había entendido. "Bueeeeeno... visto desde ese punto de vista tiene como que un poquitito de sentido..." concedió medio a desgano, aunque en un tono que daba a entender que estaba hablando no del todo en serio.

"Mm. No tengo mucha aptitud para la pintura... o el dibujo... o el arte." Comentó bajando la mirada un momento. "Pero siempre puedo copiar algún modelo de otro lado. ¡Se viene haciendo hace siglos!" Dijo determinada a no rendirse.

"Sí. Gracias." Tomó las piezas que Giselle le pasaba y se dirigió con ellas hasta el sofá donde había dejado el costurero al descoser la otra parte del vestido. Se sentó ahí y comenzó a coser con cierta torpeza. "¿Así que tienes una colección de corsés?" Preguntó para hacer conversación mientras cosía, aunque le interesaba conocer más de ella, que parecía una caja de sorpresas. Asumió que si estaba mirando la costura le daría menos vergüenza o complejo hablar con ella que parecía tan perfecta.

_Me encantan. En realidad me hubiera gustado coser lencería. Es lo que me llamó siempre la atención. Pero mi madre me trató de prostituta y tuve que ceder. La corsetería, al menos elegantemente confeccionada, tiene otro status. Así que eso lo pude negociar. Tengo unos cuantos, pero otros tantos los vendí.

Mientras Rose cosía una parte, ella tomó otra y la cosió pacientemente.

_Tengo igualmente un álbum de colección de los que hice, si te interesa te lo puedo mostrar -dijo, tratando de disimular su repentino entusiasmo. No conocía a nadie a quien le interesara el tema.

"Waahh no puedo ni imaginarte haciendo micro tangas!" Comentó con sincero entusiasmo y sorpresa. Giggleó avergonzada y volvió a bajar la mirada a su costura. El ver las puntadas desparejas que hacía le quitó toda sonrisa de la cara, pero se dijo que eso iba a ir por dentro y que no tenía que tirarse tan abajo cuando era el primer proyecto que encaraba por cuenta propia, sin que las chicas del club de costura le dijeran paso a paso cómo hacerlo, con dibujitos y todo.

"Pues, si a ti no te molesta que lo vea, me encanta todo lo que tiene que ver con ropa." Dijo pensando en que el hecho de que había ganado unos cuantos kilos en poco tiempo esos últimos meses tenía también bastante que ver en su interés por los corsés que, según tenía entendido, favorecían a las chicas con más carnecita.

"Sabes... nunca hice nada más complejo que un pijama, pero espero en algún momento poder llegar a coser tan bien como para que los corsés me parezcan fáciles." Dijo toda ruborizada.

_Si quieres cuando termines el vestido te enseño a hacer la base. Luego tú sabrás como quieres seguirlo. Posiblemente usaré uno de los que hice para el baile de inicio de curso.

Coser con Ro le resultaba entretenido. Era m¡voluntariosa y entusiasta, y cuando algo la desanimaba se reponía rápido. Eso le agradaba. Era fácil tratar con ella. Terminó rápidamente la parte que había empezado a coser, y siguió con otra.

_Y... -no le era fácil entrar en temas de chicas, pero decidió que haría el esfuerzo de entenderlos- ¿Qué fue exactamente lo que pasó con este chico? ¿Era tu novio o simplemente te gustaba?

Ro levantó la mirada entusiasmada al segundo que oyó eso y sonrió con toda la cara antes de ponerse a saltar en el sofá como un perrito. "¡Ay! ¿En serio?" Exclamó entusiasmada nuevamente. Siempre parecía tener una sobredosis de azúcar o café encima. Ambas en sus peores días. "¿Podrías?" Continuó con su hiperactividad. "A mí me encantaría, aunque no puedo prometer que no vaya a hacer un desastre cuando intente pasar tus patrones a algo concreto." Dijo con una media sonrisa, pero los ojos aún sonreían con entusiasmo y complicidad.

Volvió a concentrarse en la costura por un rato y logró casi terminar la parte que estaba cosiendo, al punto en que se sintió algo orgullosa de sí misma. "Ah, eso." Giggleó un poco, avergonzada. "Es una historia patética en realidad." Dijo con una sonrisa y un encogimiento de hombros. "Todo mi culpa." Le adelantó mientras pensaba cómo ordenar todos los recuerdos en su cabeza para que tuvieran sentido y no fueran sólo una ráfaga de información.

"Él es Francés." Comenzó a decir como si eso explicara todo. "El hijo de los embajadores mágicos de Francia para ser más precisa." Dijo con una mueca torcida que intentaba transmitir lo mucho que la diferencia de estatus no ayudaba. "Su familia se mudó a Inglaterra a principios de quinto, después de que los Mortífagos atacaran su escuela... y mataran a su hermanita." Comentó aún apenada porque toda la historia era bastante poco agradable. "Estaba bastante desanimado cuando llegó y no se hablaba con nadie. A la gente aquí no les gustan mucho los Franceses, ¿sabes? lo cual es una tontería. Son solo gente como todo el mundo." Cuando le agarraba por hablar rápido y a lo loco como en ese momento, no podía parar. ((Así que perdón por la verborragia. Si es mucho edito. Vos decime.))

"En todo caso, mis padres se estaban separando y... bueno, resulta que elegimos el mismo lugar para llorar." Rió con cierta tristeza, pero le resultaba cómico oírlo así. "Salimos casi todo ese año y aprendí bastante Francés" dijo con cierta picardía. "Pero a fines de Marzo me entusiasmé con otro chico... y la verdad es que lo destrocé para poder sacármelo de encima y poder salir con él." Torció la boca con asco. Ella misma se daba asco y había pagado muy caro por lo que había hecho.