Fin de semana en familia

Como todos los domingos, Matthew se apparó en Godric Hollow, frente a la casa de sus padres. Miró la fachada sin nada de nostalgia. Había pasado una niñez horrible allí dentro y si continuaba regresando a almorzar con la madre que siempre lo había censurado y el padre que lo golpeaba cada vez que tomaba de más, era para ver a sus sobrinitas.

Se dirigió a la puerta, tocó el timbre y esperó. Le abrió la puerta su madre, a quien saludó con una sonrisa y un beso y entró en la casa. A pesar de todas las dificultades que había tenido con sus padres y su hermana, siempre intentaba poner su mejor cara y la mejor onda cuando iba de visita y ese día no era la excepción. A pesar de lo que sea que le pasara por dentro, Matt llegó aparentando tan buen humor que costaba creer que en realidad odiara aquél lugar.

"Hmmm eso huele muy bien, Má." Le dijo a su madre con una sonrisa cómplice. Colgó su abrigo detrás de la puerta y se dirigió a la cocina a chusmear qué era lo que estaban cocinando.

Estaba cocinando y conversando con su hija sobre la economía del país cuando sonó el timbre. "Annie, ¿podrías ocuparte de esto un momento, querida?" Le pidió a Anne antes de secarse las manos en un repasador e ir a abrir la puerta. Estaba seguro de que debía ser Matthew y quería saludarlo personalmente, como correspondía. Adoraba a su hijo, siempre había sido su preferido y no se perdía ninguna oportunidad de demostrarlo. Sabía que para Cell el mejor había sido Michael, pero a ella no le importaba la opinión de su marido hacía ya muchos años.

Abrió la puerta con una sonrisa enorme llena de orgullo de leona que sabe que domina todo el territorio a su alrededor y besó a su hijo de manera sonora, pero sin apoyarle los labios pintadotes en la mejilla. Traía puesto un vestido negro y largo con un escote en V bastante acuciado que dejaba a la vista su busto aún bastante vistoso a pesar de la edad y las pecas. Se negaba a dejar de vestirse bien por más que hubieran tenido que vender la antigua mansión de su familia. "Gracias, bebé. ¿Cómo te encuentras?" Le preguntó siguiéndolo a la cocina de cerca. Quería verle la expresión para asegurarse de que estaba realmente bien. Últimamente lo había notado medio desanimado y no lograba conseguir sacarle por qué es que andaba triste. El no saber algo le molestaba mucho así que estaba dispuesta a mostrarse agradable o agresiva según hiciera falta para averiguarlo.

Anne había llegado mucho antes que su hermano, poco después del desayuno. Anne sabía que no era la hija preferida y que siempre vendría después de sus hermanos, mucho después, pero aún así intentaba muy duro para ganarse la aprobación de su madre. Incluso se había unido al grupo de mortífagos con el que sus padres se juntaban los sábados por la noche para discutir política y economía a falta de un Dark Lord al que servir. Claro que jamás había matado a nadie en su vida. Su maldad siempre se había limitado a molestar a su hermano y a abusarse de los alumnos menores que ella en la escuela, así como también a seducir a hombre tras hombre con la intención de que le compraran regalos para después dejarlos. No era realmente mala, pero estaba de acuerdo con la visión de sus padres, solo que era demasiado vaga como para hacer algo al respecto. Sin embargo, con tal de ganar la aprobación de sus padres estaba casi dispuesta a intentarlo. Después de todo, matar a alguien no debía ser tan difícil, ¿verdad?

"Sure, no problem" Dijo con todo esto en la cabeza, Anne continuó aderezando las papas que su madre acababa de sacar del horno, sin pensar demasiado en lo que estaba haciendo. Mientras tanto, tenía una oreja parada para escuchar si las niñas se peleaban o tenían algún accidente. No era una muy buena madre. En realidad, no era muy buena en nada.

Sonrió feliz de ver a su madre. Podía detestar esa casa en la que había crecido y a su padre, pero tenía una debilidad tremenda con su mamá, aunque siempre le diera órdenes, intentara manipularlo y lo sacara totalmente de quicio en más de un sentido. "Bien, bien. Cansado... como siempre." Dijo con una sonrisa mientras caminaba hacia la cocina. Hacía rato que notaba que su madre estaba queriendo sacarle información, pero la verdad no tenía ganas de ponerse a hablar sobre lo que había pasado con Jewel con ella. Sabía que el consejo materno iba a ir por las líneas de que se olvidara de la perra esa seguido de la pregunta de si quería que ella se encargara del asunto... lo que quería decir matarla y la verdad que prefería mantener a Jewel al margen de su familia lo más posible. Sabía que era algo difícil de lograr. Ya a él le costaba mantenerse al márgen...

"Uhh papas al horno. ¡Sos una genia!" Le dijo a su madre al entrar en la cocina y ver las papas al horno. Acto seguido vio a su hermana, pero la sonrisa enorme que le había causado la visión de la comida no fue arruinada por la cara de una de las mujeres que más detestaba en el universo. Había aprendido a que no lo alterara la estupidez de Anne. "Hey putita. ¿Cómo te va?" Le preguntó con una sonrisa enorme y jactanciosa, del tipo que usaba para impresionar a las mujeres. "Raro verte en la cocina. ¡Se va a caer el cielo!" Acotó al pasar, buscando a su padre con la mirada. Le pareció raro no encontrarlo y tampoco había visto a su cuñado o sus sobrinas y se preocupó un poco. "¿Dónde están mis princesas?" Preguntó volviéndose hacia su madre, que era la fuente confiable de información... a pesar de ser una tremenda mentirosa.

Le lanzó una mirada ceñuda de advertencia a su hija para que prestara atención y no arruinara la comida y se fue a abrir la puerta.

Frunció un poco más el ceño al oír la respuesta de Matt, con una mueca de desaprobación teñida de cierta preocupación. "Eso es porque continuas insistiendo en trabajar de profesor cuando podrías dedicarte a la empresa de tiempo completo." Lo regañó utilizando su típica expresión de desaprobación maternal. Law no aprobaba que él estuviera de profesor en Hogwarts. Lo consideraba un trabajo sucio para gente inferior a ellos, que aún sin dinero eran una familia antigua y de renombre. No quería ver su apellido involucrado en trabajos sucios cuando él podía simplemente dedicarse a atender la empresa de su difunta esposa y dejarse de joder. "Te he dicho miles de veces que tu estás muy por encima de ese tipo de trabajos campechaños, baby." Le dijo todavía en el mismo tono.

Volvió a sonreír al oír el halago de su hijo, una sonrisa engreída y orgullosa pero feliz. Luego volvió a sonreír con orgullo al ver la manera en que Matt trataba a su hermana, pero no dijo nada, se limitó a mirarlo con cariño cuando él no la veía. No quería que la descubrieran sintiéndose orgullosa o dejarían de esforzarse. En ese momento se fijó en lo que Anne estaba haciendo y se acercó rápidamente hacia ella a pesar de los tacos que llevaba. "No, no no. ¿¡Qué estás haciendo, niña!?" Preguntó quitándole el especiero de la mano y comenzando a arreglar el desastre que había sobre las pobres papas. "Tantos años de casada y aún no comprendes cómo cocinar los platos más básicos!" Se quejó malhumorada. "Todavía no entiendo cómo ese marido tuyo no te echó de una patada en el culo!"

"Nate las llevó al parque un rato. Estaban muy entusiasmadas con probar sus nuevas escobas." Explicó con una expresión repentinamente seria, los labios apretados y algo parecido a la tristeza se dibujó en su rostro. No quería admitir que ella, la mujer de hierro, tenía miedo, pero estaba asustada. Después de lo que le había sucedido a Michael, no quería tener que pasar por lo mismo con sus nietas, pero tras una discusión acaloradísima con su yerno, donde éste la había puesto en su lugar, no le había quedado más opción que aceptar que él tenía la última palabra y dejarlos marcharse.

Frunció el ceño al oír el saludo de su hermano, pero después se volteó para verlo y al notar la sonrisota en su rostro le respondió con otra igual, cómplice. "Bien, ¿y vos? manicero." Le devolvió ella la cortesía con una sonrisa de lado. -De momento todo bien.- Pensó. -Habrá que ver cuánto dura esta paz...- Se dijo a sí misma. Su relación con su hermano no era lo mejor del mundo. Toda la vida habían peleado mucho, incluso de grandes, puesto que sus visiones sobre básicamente todo en el universo eran diametralmente opuestas y eso generaba bastante más que unos simples roces. Por otra parte, desde que había nacido Berenice Matt había mejorado su actitud para con ella, aunque estaba segura de que era sólo por el bien de las niñas. De todas maneras, se aprovechaba de la paz relativa cuando la había. "Ja." Dijo con una sonrisa ladeada. "Si supieras las cosas que puedo hacer sobre la mesa cuando las chicas no están..." Le dijo en tono engreído, con una sonrisa algo perversa. Sabía que le irritaba imaginarla desnuda y solía molestarlo con eso.

Le dedicó una reverenda cara de culo a su madre y bufó cuando le sacó el tarrito de los condimentos. "Si no te gusta cómo cocino ¿para qué me pides ayuda?" Le preguntó molesta. Aquello parecía un desastre pero era un típico ejemplo de una reunión familiar entre ellos y estaba más que acostumbrada.

"Bueno... no es mi culpa que hoy en día este tipo de problemas se resuelvan con magia!" Protestó cuando la acusó de no saber cocinar. Luego sonrió de manera perversa al oír hablar de su marido. "No precisamente por mis habilidades culinarias..." Dijo con una mueca satisfecha de sí misma. Estaba a punto de hacer un comentario sobre que si ella hubiera aprendido a hacerlo como correspondía su padre no tendría una amante, pero prefirió no hacerlo. Aún recordaba la última bofetada que ese tipo de comentarios le había valido.

"Ay sí, se estuvo quejando de eso toda la mañana." Le dijo a Matthew, buscando que la apoyara contra la obsesión de su madre con la seguridad de las niñas. "Son escobas de juguete, ni que fuera tan grave!" Protestó sentándose en la mesa y apoyando un codo en ésta y el mentón en la mano.

Sonrió de lado ante la respuesta de su hermana, que le pareció poco creativa, para variar. "Ja. Ya quisieras... todas las brujas se pelean por ésta. Lo que te pasa es que estás celosa porque te va el incesto y no lo quieres admitir." Le dijo con una sonrisa engreída, cruzándose de brazos y apoyándose contra la mesada. Frunció el ceño al oírla decir eso. "Qué desubicada... donde comen las nenas..." Le dijo con mala cara. Era muy cierto que no le gustaba tener que imaginarse a su hermana en bolas o haciendo cosas con su marido o con quien sea. Lo ponía nervioso. "¿A ver cuándo te pega un poco la edad a vos...?" Dijo más bien para sí mismo.

Matt suspiró y revoleó los ojos. -Aquí vamos de nuevo...- pensó. Era la milésima vez que tenían esa conversación y ya estaba bastante podrido de ese tipo de reproches. -No le des bola... Dejala que hable y después cambiá de tema.- Se recomendó a sí mismo. Cuando oyó la siguiente frase de ella, su convicción se fue al demonio y saltó a responderle irritado. "Sí, pero resulta ser que me gusta dar clases, mamá, y me importa tres cuernos lo que el resto de la comunidad mágica vaya a pensar de mí o de mi apellido. Ser un empresario me mata de embole. Lo hago porque es la empresa de Steph y después de lo que le hicieron tus amigos, es lo último que me queda de ella." Le reprochó ceñudo.

Sonrió al ver la pequeña discusión que su hermana y su madre estaban teniendo. Cuando alguien que no era él se tomaba la molestia de discutir con cualquiera de las dos, él disfrutaba sin tener que hacer el trabajo sucio. -Ya empezamos de vuelta...- Pensó para sus adentros. Bastaba que las niñas no estuvieran alrededor para que todo el mundo comenzara a llevarse como perros y gatos. -Hablando de perros...- pensó mirando alrededor para ver si encontraba al Crup de su padre, que no había ido a saludarlos. -Debe estar en el parque con las chicas.- Se dijo finalmente. Al gato de su madre ni se molestó en buscarlo. De seguro estaba frente al hogar, como siempre. -Estos vagos son todos iguales...- pensó recordando a sus dos siameses. Por un momento, temió que Anne fuera a salir con la amante de su padre, pero al final se sintió aliviado de ver que no era así. Nadie le pegaba a su hermana en su presencia y no quería tener que intervenir y ganarse el odio de su madre.

Se alarmó por el comentario de Laurel y la miró preocupada, intentando leerle el rostro. Conocía demasiado bien esa expresión de desaprobación, pero había mucho más ahí y Matt sabía exactamente qué. Al ver la preocupación en la cara de la mujer de hierro que era su mamá, se volvió hacia Anne irritado, en especial después del comentario que hizo la mocosa. "¿Pero vos sos pelotuda o solamente retrasada?" Le preguntó agarrándola del brazo que había puesto en la mesa, para llamar su atención de manera más directa. "¿Cómo le vas a comprar escobas a las nenas? ¿¡Querés que se maten!?" Le espetó totalmente sacado, entre preocupado y molesto. Que le hiciera pasar esos malos ratos a su mamá no lo soportaba. Él siempre se había esforzado para ser buen hijo y no darle problemas para que viniera ella a causarlos.

Entonces se volvió hacia su madre. "¿Y vos por qué no los detuviste? ¿¡Por qué no le decís algo!?" Se volvió hacia su madre, indignado. Le extrañaba que la mujer dictatorial que era ella no hubiera impuesto su voluntad a la fuerza si era necesario.

"¡Anne Marie!" Protestó escandalizada. "¿Por qué no escuchas un poco más a tu hermano?" La increpó mostrando su decepción con una cara de desprecio y asco. "¡La mesa no es lugar para tener sexo!" Protestó con tono autoritario. "¡Que no me entere que has vuelto a ensuciar la mesa sobre la que comen mis nietas!" La amenazó moviendo la mano como si estuviera analizando la posibilidad de sacar la varita y castigarla. -De verdad... a ver cuándo crece.- Pensó irritada. Estaba harta de tener que lidiar con su hija desde hacía tantos años y ver que nunca se arreglaba.

Apretó los labios cuando Matt salió en defensa de su deshonroso hobby con lo que él probablemente consideraba un argumento válido. Le frunció el ceño un momento y lo fulminó con la mirada antes de hablar. "Somos una de las pocas familias de sangre pura que aún quedan de pie." Le dijo indignada, levantando la cabeza con orgullo. "Debería darte vergüenza el romperte el lomo trabajando cuando los Rogers nacieron para mandar." Insistió pensando que ese día sus dos hijos parecían determinados a hacerla pasar un mal rato desde temprano... como si no hubiera bastado con lo sucedido a la mañana para hacerle subir la presión. "Y si tú no te hubieras metido con una sucia squibb mis 'amigos', como tú los llamas, no hubieran tenido que ir tras de ella." Le recordó aún molesta, pero bajando un poco el tono porque sabía que era un tema sensible para Matt y si bien quería encaminarlo, tampoco quería meter el dedo en la llaga per se, especialmente ahora que la sangre sucia estaba fuera de la mesa para siempre. Era de la idea de que era el momento de dejar el pasado atrás y conseguirle a su hijo una mujer nueva. Una que fuera presentable, en la medida de lo posible, aunque sabía que había poco para elegir, de lo contrario jamás hubiera consentido a que Anne se casara con un hombre tan mayor que ella.

Miró mal a su hija. "Pues porque necesito ayuda y uno pensaría que eres capaz de hacer algo tan simple como condimentar la comida, pero está más que claro que me equivoqué." Dijo tajante. "Pero si nadie te pide que lo hagas sin magia, niña. ¡Sólo pretendo que lo hagas bien, por Dios!" Protestó ante la defensa de ella.

De no haber estado tan afectada por los recuerdos que le traía el tema, hubiera sonreído con orgullo al ver que Matt hablaba con sensatez y retaba a su hermana. Sin embargo, se limitó a estar de acuerdo con él en su cabeza. "Yo ya le dije que esas escobas son una receta para desastre..." Le informó a Matt con tono aspaventoso, una mano en el pecho y cara de víctima, cuando él preguntó si quería que las niñas se mataran. "Pero no me hace caso... ¡Nunca me hace caso y después tengo que andar limpiando atrás de ella!" Protestó mortificada, en esa posición de víctima en que los capricornianos saben ponerse tan bien.

Le extrañó un poco que Matt la acusara a ella, pero igual se sintió orgullosa de saber que al menos uno de sus hijos tenía la cabeza bien puesta. "No, si yo le dije a Nate que era una mala idea, pero me salió con que él era el hombre de su casa y que yo no tenía autoridad para decidir sobre la vida de las niñas... ¡Me amenazó con la varita!" Protestó. "Dijo que se iba a hacer como él decía y se las llevó al parque." Le comentó a Matt indignadísima, en esa postura entre enojada y de víctima que las mujeres mayores manejan tan bien cuando no se les da el gusto.

((Y yo que pensaba que MI familia era disfuncional... =))

"¡Mamá! ¡Mirá lo que dice tu hijo!" Lo acusó irritada, como si tuviera cinco años. "¿¡Cómo me vas a decir una cosa así, Matthew!?" Protestó. "¡Incesto! Mira que tienes una mente retorcida para pensar en algo así, ¿eh? ¡Y pensar en que te dejo jugar con mis hijas!" Exclamó molesta. A la acusación de que era una inútil por lo que había pasado con las papas no respondió. Se limitó a apretar los labios y los puños.

"Porque habla puras cagadas..." Le respondió fastidiada a su madre. "¿No escuchaste lo que dijo recién?" Le preguntó ceñuda. Siempre le había molestado que su familia fuera tan estricta en todo sentido, pero especialmente que se pusieran en super religiosos cuando se trataba de sexo y los menores. "Ay, mamá!!" Se quejó exasperada. -¡Como si no fuera una parte natural de la vida!- Protestó en su cabeza. "¿Me vas a decir que tú y papá nunca lo hicieron afuera del dormitorio mientras Matt y yo estábamos en Hogwarts?" Le preguntó con incredulidad.

"¡Otro más!" Exclamó molesta cuando Matt también le salió con eso de que las escobas eran peligrosas. "¿Qué problema tiene todo el mundo con las escobas que se ponen todos a gritar como unos posesos por una estupidez así?" Preguntó ya podrida de esa discusión que quería dejar atrás de una vez por todas y tener una tarde tranquila. Después de haber tenido un día más o menos calmo en Dalton Manor el día anterior, lo menos que esperaba era algo similar para el domingo, para cerrar bien el fin de semana. Miró a su hermano y a su madre conversar y se le antojó que había algo que se estaba perdiendo de la conversación porque nada tenía sentido.

((Me quedó cortito. Perdón))

((JAJAJAJA siempre hay alguien peor =))

Revoleó los ojos irritado al ver que su hermana lo acusaba como si fuera una niña y llegó a la conclusión de que si a esa edad seguía con semejantes pendejadas, lo más probable era que jamás fuera a mejorar. Suspiró cansado. "¡Era una broma, tarada!" Le dijo molesto, totalmente hastiado. "¿Qué no te das cuenta cuando alguien dice algo en broma!?" Le preguntó en el mismo tono. "Te guste o no, acá la retorcida que anda haciéndolo en cualquier parte eres tú." Le dijo seguro de que eso le cerraría la boca en lo que a las niñas se refería. Le había dolido la amenaza sutil de que en cualquier momento podía prohibirle ver a sus sobrinas, porque las adoraba. Eran como la hija que había perdido.

"¡Otra vez con eso!" Protestó cuando su madre le salió con lo de la sangre pura y el orgullo. Antes, él había sido como ellos, pero al conocer a Steph su visión del mundo había cambiado por completo. Iba a protestar, quería protestar con todo su ser y detestaba que llamara a Steph una sucia squbb, pero su amor y respeto para con su madre (y su nivel de pollerudismo) era superior a todo lo demás, así que se limitó a dedicarle una mirada furiosa y muy dolida antes de bajar la cabeza con la mandíbula apretada y aceptar que ella tenía razón, que de haber elegido otra mujer más aceptable probablemente no se hubiera quedado viudo.

Escuchó la historia de su madre con seriedad y preocupación creciente en sus ojos y decidió que como el hombre de la casa tenía que hacer algo al respecto. Tenía que ir a arreglar los problemas para que su madre no volviera a estar preocupada y sonriera de nuevo. Considerando que su padre era un borracho y su cuñado no era del todo de la familia, él se sentía el hombre de la casa y su madre en más de una oportunidad lo había puesto en esa posición, si bien no de derecho, de hecho. "No te hagas problema, Má. Yo me ocupo." Le dijo sosteniéndole la mirada con una seria determinación impresa en su rostro. "¿Dónde está papá?" Preguntó por las dudas. Para saber cómo organizarse.

Entonces se volvió hacia su hermana. "A ver, ¿ya te olvidaste de lo que le pasó a Michael, boluda?" Le preguntó mortalmente serio, acercándose a ella de modo amenazante. No le gustaba cuando la gente preocupaba, amenazaba, hacía llorar o lo que fuere a su madre.

"¡Ya deja de quejarte, que no tienes cinco años!" Le reprochó molesta, con el ceño fruncido. "¡Aprende a solucionar tus propios problemas de una vez que no sé qué vas a hacer el día que yo no esté!" Le espetó pensando en que cada vez se descarriaba más y más y no entendía qué había hecho ella mal para que Anne hubiera salido tan torcida. Asintió con aprobación cuando Matt le dijo a Anne que la retorcida era ella, pero no se metió.

Sabía que el golpe que le había dado a Matt le iba a doler, pero le parecía algo necesario para que se olvidara de esa mujer y volviera a encaminarse por el buen camino. Después de todo, aún era joven, todavía podía encontrar una mujer decente y darle más nietos de sangra pura. Sólo necesitaba ser aconsejado con mano dura y vuelto a poner en el camino correcto y ella se encargaría de que así fuera. Ella sabía que sus 'amigos' habían desaparecido la noche de la supuesta muerte de la mujer de Matthew, pero era algo que nunca le había dicho. No le importaba si la mujer estaba muerta o sólo desaparecida, mientras estuviera fuera de la vida de ellos era suficiente para ella. En especial si sus sospechas sobre lo que había sucedido esa noche eran ciertas. Una mujer con ese poder, disfrazada como squibb no podía traerse nada bueno entre manos y ella la quería bien lejos de su hijo.

"Gracias, cariño." Le dijo conmovida, apenas lagrimeando un poco pero demasiado orgullosa como para llorar. No pasaría de ahí. Toda la situación era muy complicada para ella, pero se mantenía fuerte en base a su determinación. "En el bar, seguro. Salió corriendo en medio de la discusión... hombre... bueno para nada..." Masculló la última parte entre dientes de modo que sólo se le entendían palabras sueltas. Al menos ahora había canalizado sus emociones hacia la ira a su marido y no la tristeza de haber perdido un hijo.

"Matthew, no." Le dijo algo tarde para frenarlo. Lo miró seria, casi compasiva dentro de lo que era ella y su carácter. "Ella no sabe... no se acuerda." Explicó. "Después del accidente... consideramos mejor borrarle la memoria para que no sufriera... era tan chiquita... no tenía por qué cargar con eso en la cabeza." Le dijo con tono de disculpas por no haberle contado antes. "No quería decirle, por eso fui a hablar con Nathan, pero parece que no hay más opción." Dijo rindiéndose, hablando de Anne como si ella no estuviera allí oyéndolos, ignorándola por completo.

Anne fulminó a su madre con la mirada y acabó por bajar la cabeza sin decir nada. En especial después de que Matt también comenzara a atacarla. Se le llenaron los ojos de lágrimas de furia contenida contra ellos que nunca la comprendían y siempre se complotaban en su contra. -Algún día...- Se prometió por lo bajo.

Siguió la conversación con curiosidad, intentando averiguar qué sería eso que se estaba perdiendo que no la dejaba comprender lo que estaba pasando. Su familia siempre había estado llena de secretos, así que no le sorprendía encontrarse con algo que no sabía, pero era una mujer muy curiosa y siempre quería averiguarlos todos en la medida de lo posible. Para ella era como un juego, puesto que como no estaba del todo metida o comprometida con la causa de sus padres más allá de la ideología, no se hacía problema si le ocultaban cosas. Estaba acostumbrada a que hicieran todo por ella y le resultaba cómodo.

-Ahí va San Perfecto a la carga a salvar el mundo...- Pensó con ironía y una mueca de desagrado cuando Matt se ofreció para ir a salvar el día. ¿Por qué siempre tenía que tener ese complejo de heroe de tener que ir a arreglarle los problemas a toda la gente? Le irritaba mucho que hiciera todo para llamar la atención y obtener aprobación de todo el mundo.

"Ay-Ahh! ¡Soltame pelotudo!" Le dijo cuando él le agarró el brazo y se zafo de su agarre. Cuando le hizo esa pregunta, Anne lo miró confundida, con los ojos levemente entrecerrados y el ceño fruncido. "¿Qué Michael?" Preguntó totalmente perdida en la conversación. No recordaba ningún Michael. Entonces miró a su madre cuando intentó callarlo y entendió menos. Siguió la converesación de ellos intentando ubicarse y poco a poco un escalofrío apareció y le recorrió el cuerpo al darse cuenta de que lo que le estaban ocultando esta vez era algo grande, si bien no llegaba a deducir de qué estaban hablando. Intentó recordar cuando era chica, pero no encontró ningún Michael y sólo consiguió que le doliera un poco la cabeza. "¿¡ALGUIEN QUIERE HACER EL FAVOR DE DECIRME QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO!?" Explotó finalmente. " Están hablando de mí como si no estuviera acá parada escuchándolos." Protestó malhumorada al ser dejada fuera de la conversación.

Matt se acercó a su madre y la abrazó con fuerza. "No te preocupes, Má. Va a estar todo bien." Le dijo al oído. Luego le besó la frente y la soltó. Era muy pollerudo de su vieja y más de una vez le habían calificado la relación de poco sana, pero a él no le importaba. Para él lo más importante era que su mamá estuviera bien.

Miró ceñudo a su hermana cuando se soltó de su grip, parecía a punto de decirle algo más cuando oyó la advertencia de su madre y se quedó de piedra. -What the fuck?- Pensó irritado. No estaba seguro de por qué estaba molesto pero era una mezcla entre la indignación de que se hubiera atrevido a borrarle la memoria a su propia hija y el hecho de que no hubiera tenido la decencia de hacer lo mismo con él para evitar que creciera con todos los traumas con los que había crecido. No se le ocurrió ponerse a pensar que él era más grande en esa época y encima el gemelo idéntico de Michael y que el borrar todo eso de su vida hubiera sido mucho más complicado cuando sacarle a ella el único año de consciencia que tenía en esa época hubiera bastado, ya que la amnesia natural de los niños de sus primeros años de vida había hecho el resto del trabajo.

De cualquier forma, le pareció que Anne ya tenía edad para saber la verdad así que su queja le pareció legítima y pasó a explicarle. "Está pasando que yo tenía un hermano gemelo, Michael, que se cayó de una escoba y se murió cuando teníamos ocho años. Eso está pasando." Le dijo todavía de manera medio acalorada porque la cosa tenía pinta de discusión, pero seguía pensando que ella tenía derecho a saber y que su queja era válida.

Entonces se dirigió a su madre y la retó con la mirada por no haberle dicho antes a él que ella no sabía o a Anne la verdad. "Y ahora el imbécil de tu marido insiste en llevar a las niñas al parque a jugar con escobas... ¿Tenés idea de cómo nos hace sentir eso a todos, boluda?" Le preguntó ya sin gritar, pero serio y molesto, mirándola a los ojos. Después chasqueó la lengua y apartó la mirada de ella, frustrado de que ella fuera tan inmadura. "Tendrías que perder un hijo para saber cómo se siente... aunque con la perra sin corazón que eres, seguramente no vas a entenderlo. Te importaría tres cuernos mientras no interfiriera con tu manicura." Le dijo molesto, ahora hablando out of pain por haber perdido a Jade a demás de su hermano.

Law se abrazó a Matt un momento. Apenas lo suficiente como para recobrar las fuerzas. Luego asintió cuando él le dijo eso, a pesar de que probablemente Matt no pudiera verla. Estaba segura de que podría sentirla. Cerró los ojos un momento cuando él le besó la frente y luego le lanzó una mirada agradecida y algo vidriosa, aunque se estaba conteniendo muy bien de no llorar. Tenía que ser una mujer de hierro. El único problema era que todo lo que tuviera que ver con Michael era un tema delicado para ella.

Sabía que Matt la entendía perfectamente porque había pasado por algo similar y si bien ella no había sido muy partidaria de la esposa elegida por Matt, la hija de ellos la había comprado totalmente, aunque siempre serían sus favoritas las hijas de Anne por ser de sangre completamente pura. Pero lo importante es que sabía que Matt comprendía el sentimiento y se pondría siempre de su parte.

Hubiera querido que Matt no le hubiera dicho nada a Anne, pero en vista de que acababa de suceder, lo aceptó como la triste realidad y comenzó a planear qué paso tomar a continuación en función de eso, para arreglar la polémica que el tema de seguro iba a levantar conociendo a Anne.

"Ya es suficiente, Matt." Le dijo apoyando su mano en el antebrazo de él y dándole un apretoncito para que comprendiera que hablaba en serio. "Nada de esto es culpa de Anne. Ya nos encargaremos de Nathan cuando la cosa se calme." Le dijo refiriéndose no a matarlo sino a hablar con él, puesto que lo consideraba de la familia y alguien como ella no osaría jamás atentar contra la vida de otro mago de sangre limpia, porque sabía que eran muy escasos. En esos casos, creía que debía haber una manera de entenderse hablando y estaba dispuesta a probar. "Ahora concéntrate en traer a las niñas a casa sanas y salvas, ¿si?" Le dijo con expresión preocupada y bastante nerviosa. Cada segundo que pasaba era un momento en que ellas podían accidentarse. Eran pocas las oportunidades en que ella defendía a su hija, pero creía que en ese caso no era culpa de ella que sus padres hubieran decidido borrarle la memoria y estaba segura de que el proceso debía haber tocado algo más en el cerebro de ella para que hubiera quedado así de insoportable y rebelde. Prefería creer eso a que ella se había equivocado criándola.

Se quedó totalmente azorada al oír lo que su hermano acababa de decirle y lo miró con ojos enormes y confundidos un rato largo, varios segundos. Mientras su cerebro intentaba procesar la información, que le resultó muy difícil de digerir dado que toda la vida había crecido pensando que sólo habían sido ellos dos, no que había un tercer hermano desaparecido que había muerto. Pestañeó un par de veces para aclarar la mente.

"¿¡Y nunca se les ocurrió que ya estoy bastante grandecita para que me anden ocultando algo tan importante como eso!?" Les pregunto más dolida que molesta. Que ocultaran estupideces que a ella no le interesaban, no le importaba, pero que le ocultaran que había tenido un hermano le parecía traición.

"¡Cierra la boca, Matt! ¿Qué puedes saber tú sobre cómo soy como madre si no me ves más que en los fines de semana cuando estoy intentando descansar y las chicas no están alrededor mío?" Exlamó molesta. Detestaba que le dijeran o insinuaran que era mala madre porque sabía que era cierto y no le gustaba pensar en sus defectos, prefería distraerse con sus uñas o la novela de la tarde. "¡Vete a dar una vuelta y pon la cabeza en frío antes de agarrártela conmigo por lo que le sucedió a tu familia, que no fue mi culpa y yo tampoco soy la que anda insultando a tu mujer!" Le dijo todavía molesta con él pero siendo todo lo comprensiva que alguien como ella podía ser.

Sabía que para Matt era un tema sensible y a diferencia de su madre, ella no lo tocaba si podía evitarlo porque no era ese tipo de sádica, sólamente era vaga y usaba a la gente, pero no veía motivo para torturar a su hermano porque sí. Para cualquiera que la conociera, se notaba que decirle que se calme y no se la agarre con ella era su manera de decirle que sabía que estaba sufriendo por otra cosa y por eso estaba reaccionando así de mal con ella que no tenía la culpa.

Se sorprendió muchísimo de escuchar que su madre la defendía. No estaba acostumbrada a eso mientras se tratara de una disputa dentro de la familia, donde siempre le daba prioridad a Matt.

"Yo me acabo de enterar. Pensé que sabías." Dijo Matt sinceramente. De haber sido por él o le hubiera borrado la memoria a los dos o a ninguno, aunque entendía por qué su madre se había sentido inclinada a tomar esa decisión.

Cuando su madre lo agarró del brazo se calló pero aún seguía molesto y miró a Anne con enojo. Las palabras de su hermana lo trajeron de vuelta a la realidad y le hicieron darse cuenta de que realmente se la estaba agarrando con ella porque todo ese tema le traía recuerdos de Michael y de Jade y hasta de Stepahanie y cuando se sentía vulnerable o triste, como él era un hombre muy orgulloso, atacaba a los demás para no mostrarse débil. "Tienes razón. Lo siento. Yo sé que no es tu culpa. No sabías." Le dijo calmándose bastante más.

"Tienes razón, mamá. Voy a buscarlas. ¿Sí? Ahora vengo." Anunció preparándose para salir. "Ustedes pongan la mesa y preparen todo. No me tardo." Dijo de camino a la puerta.

((Supongo que pueden seguir el thread solas y después vemos cómo hacemos con todos))