Alimentándose

((Oh, shit O_O))

Jane resbaló al intentar agarrarse de la ventana y cayó todo el camino hasta el fondo del valle. Mientras caía, intentó su mejor esfuerzo por caer bien, rogando poder salir no-viva de esa.

((Ocho?? Pretty please, don't let me die... *Cruza los dedos*))

El miembro 'Jane McFarland' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

((Fuck.))

Aparentemente, la suerte no estaba de su lado esa noche. Por culpa de un mal giro en la caída, acabó cayendo de espaldas en lugar de caer parada y fue a dar sobre el viejo tronco de un árbol caído, atravesándose con una de las ramas en el pecho. Aquello la dejó inmobilizada y, a no ser que alguien expresamente la sacara de allí, moriría al salir el sol.

Tenía muchos huesos rotos y estaba paralizada. No había manera de que pudiera salvarse de esa sin ayuda.

((La frase "meada por los dinosaurios" viene a mi mente XD my symphaties para la difunta))

Luce intentó moverse, pero no pudo. La magia non verbal se le daba muy mal y ni que hablar de la magia sin varitas, de manera que no se sentía muy optimista, pero de todas maneras, intentó desatarse.

((Bueh, a ver cómo termino yo también... dif 9))

El miembro 'Lucien Nash' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Después de iluminar toda la habitación durante un momento largo, para asegurarse de que el vampiro quedara incapacitado, abrió la puerta.

Encontró el camarote vacío y eso lo sorprendió. Volvió sobre sus pasos pero a mitad de camino se le ocurrió una idea loca. Regresó al cuarto y se asomó por la ventana. ((vamos a ver si la vio))

El miembro 'Alguien' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'SÍ/NO' :

Pudo ver una mancha negra allí debajo recortada contra la nieve.

Enterquecido, volvió a intentar. Necesitaba ver si la mujer se encontraba bien. Desde donde estaba tirado, no podía ver lo que el tipo había hecho y por lo que había escuchado no podía estar seguro de lo que había sucedido. El silencio lo despistaba. Asumía que si ella hubiera sufrido alguna herida habría gritado, pero tal vez no era lo mismo con los vampiros. Por otra parte, si el hombre hubiera sido herido él habría sido el que hubiera gritado.

Tal vez ella se había descolgado por la ventana y se había movido de alguna manera al camarote de al lado. No estaba seguro del todo de que eso fuera factible, pero tampoco le dio más vueltas. Volvió a intentar deshechizarse.

El miembro 'Lucien Nash' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Se la quedó mirando un rato. Al ver que la figura allí abajo no se movía, y sabía que de haber podido lo habría hecho, se quedó tranquilo de que ya no se levantaría por un rato. No antes de que ellos pudieran llegar hasta él y asegurarse de que ya no volviera a moverse.

Entonces recordó a su compañero y salió del compartimiento para ir a revivirlo. Un momento después, el otro hombre recobraba la consciencia y lo puso al día de lo que había sucedido.

Entre los dos, regresaron junto al muchacho y se arrodillaron a su lado, a examinarlo. "¿Tú qué crees?" El tipo alto le preguntó al otro, que era gordo y bastante petizo. "Hmm... no lo sé, es muy joven y parecía asustado. " Dijo el otro dubitativamente. "Vamos a interrogarlo." sugirió el primero, sacando su varita para liberar a Lucien.

Ambos le apuntaban con sus varitas, listos a volver a atacarlo si intentaba algo. "¿Para quién trabajas?" Le preguntó el tipo alto. "Y no intentes nada raro con nosotros o aprenderás por qué nadie se mete con la Sociedad de Leopoldo, ni siquiera el Ministerio de la Magia" lo amenazó el gordo.

Lucien sintió cómo el pulso se le aceleraba cuando los tipos se le acercaron y se arrodillaron a su alrededor. Temía por su vida y asumió lo peor sobre la vampireza. Aquello lo hizo sentirse mal, culpable, como si ella hubiera podido zafarse de no ser por su intromisión, por más que no fuera cierto. Sin embargo, tenía que admitir que de momento se sentía más preocupado por él mismo que por nadie más.

"Nadie. No trabajo para nadie." Dijo cuando finalmente lo liberaron. Estaba temblando de miedo y tenía los ojos bien abiertos y el rostro demostraba el utter terror que sentía. "Ella... ¡ella me obligó a hacerlo!" fue lo primero que se le ocurrió y pudo ver cómo se sacudía aún más violentamente a causa de lo mal que se sentía por estar mintiendo así, utilizándola como excusa para zafar. "Ella me dijo que si no los detenía acabaría conmigo." Chilloteó.

Los matones miraron la manera en que el muchacho se sacudía mientras les daba aquella explicación y parecieron creerle. Luego cruzaron una mirada inquisitiva. "Parece estar diciendo la verdad" opinó el que había sido puesto fuera de combate por él. "Así parece" concordó el otro al ver que el muchacho aún temblaba como una hoja.

"No te preocupes, chico. Ese vampiro está fuera de combate." Explicó el gordo. "La caída debe haber roto algo importante. No está muerto, pero de seguro está paralizado o ya hubiera corrido a esconderse." Continuó diciendo mientras sacaba su reloj del bolsillo para mirar la hora. "Ahora es cuestión de dejar que el sol haga su trabajo." Añadió el flaco. "En menos de tres horas esa sanguijuela asquerosa será historia."

Lucien oyó la conversación entre los dos hombres como si fuera un sueño. Estaba seguro de estar despierto, pero había tenido tantas emociones fuertes en el día, que estaba seguro de que sería incapaz de tolerar ninguna otra.

En algú lugar de su mente, estaba convencido de que los tipos pensaban matarlo para silenciarlo o algo por el estilo. Estaba tan asustado que casi se le pasó por alto lo que el tipo había dicho sobre la mujer. 'Estaba paralizada, no muerta.' Eso lo hizo sentirse mejor, a pesar de que de no haber sido por ella, estaría tranquilamente de camino a su casa. Entonces, tal vez había esperanza para ella. Tal vez si conseguía salir con vida podía encontrar una manera de ayudarla. Tenía que encontrar una manera de ayudarla. Si no hacía algo, los rayos del sol acabarían con esa figura delicada y rostro de facciones perfectas. Lucien no podría dormir tranquilo sabiendo que podría haber hecho algo para salvar a un ser pensante, que a pesar de estar muerto hablaba y pensaba como una persona viva.

"¿Entonces ya estoy a salvo?" Preguntó inocentemente, mirándolos todavía con miedo pero intentando hacer un esfuerzo por calmarse. "Mi familia me está esperando en casa. Con todo lo que se demoró el tren... deben estar preocupados...¡Pensé que no iba a salir vivo!" dijo y aquella última parte era totalmente cierta, salvo que había teindo miedo de ellos.

"Tan a salvo como se puede estar a bordo de un tren, chico." le dijo el gordo. Ambos asintieron al oírlo hablar de su familia. El que viajara en tren ya les daba la pauta de que no podía desappararse y eso hablaba de lo joven que era. También su mala puntería tenía que ser indicio de que no era un mago hecho y derecho aún.

"Bueno, parece que nuestro trabajo aquí ha terminado. Ya no tenemos motivo para mantener el tren detenido" Dijo el tipo alto poniéndose de pie. El gordo hizo lo mismo y ambos guardaron sus varitas.

"Vamos." El gordo le dijo al alto. "La mujer de los bocadillos está con el maquinista y Dios sabe que necesito un café." Añadió repentinamente en un buen humor. Ahora que la amenaza estaba acabada, podían descansar tranquilos. "Yo voy a necesitar bastante más que un café." Respondió el que Lucien había nockeado.

Cuando finalmente logró recuperarse, Lucien llamó a los tipos cuando se estaban yendo, para poder disculparse con ellos por el malentendido. Se disculppó por haberse lanzado hechizos con el gordo y por haber puesto inconsciente al alto y, ahora que ellos estaban convencidos de que el muchacho sólo había actuado por miedo, lo dejaron pasar sin ningún problema. Finalmente, le dijeron que volviera a su camarote e intentara descansar.

Lucien se metió en el primer compartimiento que encontró y se asomó por la ventana mientras que el tren comenzaba lentamente a moverse. También él pudo distinguir la forma de la mujer allí debajo, caída y rota sobre la nieve blanca. Resaltaba mucho y era fácilmente visible. Aquél espectáculo le dio una puntada de culpa en el estómago, pero se repitió que aún no estaba muerta. Sólo paralizada. El que ella fuera consumida por los rayos del sol o viviera para ver otra noche dependía ahora enteramente de él.

Con esa responsabilidad sobre sus hombros, Lucien asomó la cabeza fuera del compartimiento y miró hacia los costados. No había nadie en los pasillos. Aparentemente, los hombres se habían ido ya hacia la locomotora. Salió al pasillo y se acercó a la puerta del vagón, agarróandose fuerte de los barrotes a los costados. Podía ver el precipicio moviéndose a un metro bajo sus piés y sintió un escalofrío pero no podía echarse atrás ahora.

Esperó así agarrado hasta que el tren salió del puente. Para ese momento ya estaba comenzando a tomar una velocidad considerable que le erizó el vello de la nuca, pero no podía echarse atrás. El tren aún no iba lo suficientemente rápido como para matarlo y si él no hacía algo ella iba a morir de manera definitiva. Una inocente... no podía permitirlo. Tragó saliva y se arrojó del tren conteniendo la respiración.

((Como no va tan rápido, supongo que un siete estará bien?))

El miembro 'Lucien Nash' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

((Uff eso estuvo cerca!))

Lucien cayó sorprendentemente bien sobre una mata de pasto bastante espesa que estaba al costado de la vía. Por un momento, simplemente se quedó ahí quieto, haciendo un chequeo para asegurarse de estar entero y de no haberse lastimado nada. En el escaneo mental le salieron un par de dolores en la cara, el cuello y el pecho: heridas de los vidrios rotos, pero nada demasiado grave, pensó.

Se puso de pie y se encaminó al borde del abismo. Miró hacia abajo. Era demasiado empinado para bajar a pie y el convocar su escoba con lo lejos que estaba de su casa, le llevaría por lo menos media hora. Aún tenía tiempo para hacerlo, pero quería probar otras opciones más fáciles antes.

Intentó, recordando dónde había guardado su escoba, desaparecerla de allá y aparecerla donde él se encontraba. ((Como cuando Dumbledore aparece esa silla en el salón de juicios del Wizangamot... porque como no se puede hacer APARECER cosas de la nada, lo que queda por deducir es que la sacó de algún lado y la trajo con magia)) ((dif 8 porque él no entiende un corno de ese tipo de magia compleja))

El miembro 'Lucien Nash' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Después de un par de intentos, consiguió su escoba. Con una enorme sonrisa de orgullo en su rostro, se subió a la misma y despegó de inmediato. Se elevó un poco para pasar por sobre las vías del tren y después bajó en picada en la dirección en que le pareció que la había visto a ella. No podía estar seguro después de haber cambiado de ángulo y de posición, pero tras buscar durante unos minutos finalmente la encontró.

Se bajó de la escoba y corrió a su lado. Le tocó el rostro de manera instintivo. Estaba helada, como si estuviera muerta. -Está muerta...- se dijo a sí mismo intentando tranquilizarse, pero la idea no hizo más que ponerlo más nervioso. Casi había conseguido que lo mataran y después, como si eso no le hubiera alcanzado, se había tirado de un tren en movimiento... todo por una mujer que ya estaba muerta. Mentalmente, culpó las varias cervezas que se había tomado en la casa del amigo, aprovechando a culparlas también por la mala puntería que había tenido cuando estaba peleando con el tipo gordo.

Intentó recordar lo que decía su libro de quinto año sobre vampiros. 'criaturas de la noche... inmortales... bebedores de sangre...' de momento nada que le fuera a servir. Recordaba que el tipo había mencionado que ella estaba paralizada. Volvió a mirarla, su cuerpo como el de una muñeca rota. ¡Claro! ¡Vampiros! ¡Estacas! Era un libro muggle lo que había recordado, un clásico sobre vampiros, no su libro de texto.

Deslizó un brazo por debajo de la cabeza de ella y el otro por su cintura, luego intentó levantarla. Le costó trabajo, pero finalmente pudo sacarla de la rama de árbol donde se había incrustado y la depositó en el suelo, exhausto.

En cuanto la estaca estuvo fuera de su cuerpo, Jane abrió los ojos e intentó moverse, pero su cuerpo no respondió como ella esperaba. Debía tener unos cuantos huesos rotos.

Lo último que recordaba era haber intentado salvarse del caza vampiros colgándose del tren. Debía haberse caído y habría quedado paralizada. Sentía un vacío enorme en el pecho y eso no podía ser bueno. Tenía sed. Mucha sed. El daño debía haber sido grave, pensó.

Percibió la presencia de Lucien. Antes de verlo lo olió. Olía a sangre y a sudor, pero sobre todo a sangre... el hambre se hizo más intenso al sentir el alimento así de cerca, pero no quería lastimarlo. "Get... away from me... you're bleeding." Ordenó débilmente. Él había peleado por ella, se había arriesgado por ella, había sangrado por ella y la había venido a buscar después de que los cazadores la hubieran dejado allí para que el sol la abrazara. Definitivamente no quería matarlo, pero si la bestia tomaba el control
no podría evitarlo por más autocontrol que tuviera. ((Tirada de auto-control para ver que no le salga la bestia: dif 7??))

El miembro 'Jane McFarland' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Logró resistir la sed momentáneamente. Su necesidad de controlar la bestia en ese momento era grande y más aún lo era su determinación. No quería lastimar a aquél mortal que había arriesgado su vida por ella, que ni siquiera respiraba anymore. "Go away..." le ordenó débilmente. Lo miraba intensamente, sus ojos llenos de deseo. Casi que podía saborar su sangre con sólo olerla y la deseaba con cada fibra de su ser.

Luce se sorprendió cuando ella se movió en sus brazos y se austó un poco. Había estado tan quieta un segundo antes, que hasta había creído que ya no se movería más. Sin embargo, una vez que la rama hubo sido removida ella había vuelto a la vida milagrosamente. El tronco sobre el que había caído debía haberle roto la columna, el cuello, los brazos y quien sabe qué más (o menos), y sin embargo allí estaba, todavía viva como una criatura de una pelicula de terror muggle.

Las palabras de ella lo asustaron. Podía ver la manera en que ella lo miraba y eso lo asustó mucho más que sus palabras, por lo que decidió obedecer, al menos momentáneamente, hasta que decidiera qué hacer con ella. Sabía que necesitaría alimentarse para poder moverse, pero él no podía cazar por ella y no estaba seguro de querer convertirse en su presa. ¿Y si no podía frenar a tiempo? ¿Y si acababa por matarlo? Por otra parte, jamás había donado sangre porque le daba impresión. ¿Cómo se comportaría alguien impresionable como él si veía que lo estaban desangrando?

Por un momento sintió la necesidad de salir corriendo y no mirar atrás, pero resistió el impulso. ¿Qué sentido tenía salvarla a medias? Pero ¿hubiera hecho ella lo mismo por él? Claro que no. Eran desconocidos y él un simple humano. Para ella hubiera sido como arriesgar su vida para salvar una vaca. Ridículo.

Entonces recordó las palabras de su hermano, años atrás. Chasen le había dicho que no necesitaba esperar algo a cambio al ayudar a otros. No si quería ser una buena persona.

Regresó junto a ella y se arrodilló a su lado una vez más. Se subió la manga del tapado y luego la de la camisa. "Here." Le dijo tendiéndole el brazo, incapaz de esconder el miedo y la impresión que sentía en ese momento. "You need to drink, right? In order to heal?" Preguntó apartando la cabeza como cuando uno va al médico a que le saquen sangre y no quiere ver para no impresionarse. Tenía los ojos cerrados y apretados muy fuerte.

La bestia se había calmado un poco cuando él se alejó, pero podía sentirla aún retorciéndose en su interior, esperando para salir. Como primera medida, había dejado de respirar, pero incluso si no lo necesitaba, se había acostumbrado a hacerlo para poder mezclarse más fácilmente con los muggles y para captar aromas, de manera que se sentía raro no hacerlo.

Entonces lo vio regresar y lo maldijo mentalmente. -¿Are you stupid or what?- le preguntó mentalmente. La situación le resultaba frustrante. Sabía que si él se volvía a acercar no podría refrenar a la bestia. Incluso sin oler su sangre, sabía que estaba ahí, sería una tentación a nivel psicológico y el hecho de que le doliera cada centímetro de su cuerpo no ayudaba. Estaba muerta, sí, pero aún podía sentir dolor y el que sentía en ese momento era excruciante, lo que hacía la sed mucho peor.

Le sorprendió verlo subirse la ropa y ofrecerle el brazo. Le hubiera gustado poder rehusarse o al menos agradecerle, o tal vez incluso disculparse dado que la mueca en la cara de él le daba la pauta de que la idea de convertirse en su cena no le hacía gracia. Sin embargo, estaba tan lastimada y tenía tanta sed, que lo único que atinó a hacer fue asentir y agarrar el brazo de él con firmeza.

Aún estaba tendida en la nieve. Tenía algunas de las articulaciones en cualquier dirección y demás, pero aunque le dolía todo, podía moverse por pura fuerza de voluntad. Acercó el brazo de él a sus labios y utilizó sus colmillos para rasgar la piel antes de empezar a beber la sangre de Lucien.

Inmediatamente, se olvidó del dolor. La sensación de alimentarse era muy placentera como para recordar el dolor. Por otra parte, su cuerpo comenzó a reorganizarse y a arreglarse a sí mismo y eso también hizo que dejara de sentir dolor. Era como poder beber agua después de una larga sequía.

Lucien estaba completamente aterrado, pero tenía las palabras de su hermano en mente. Él quería ser una buena persona y sabía que si quería ayudarla era la cosa correcta para hacer. Sólo esperaba que no le resultara doloroso. Eso era de lo que más tenía miedo: el dolor. Se había puesto un par de palos feos en su vida y no quería imaginarse lo que debía sentirse el tener la muñeca abierta y la sangre saliendo.

El sólo pensar eso lo hizo sentirse mareado. Afortunadamente para él, ya estaba arrodillado en el suelo junto a ella, así que no podía caerse más allá de donde ya estaba. Durante un momento, abrió los ojos y la observó, justo antes de que aceptara su oferta, monitoreando cada movimiento con temor y cuando ella tomó su brazo y se lo acercó a la boca, sintió cómo su corazón comenzaba a latir a mil por hora a causa del miedo. Cerró los ojos nuevamente, tan fuerte como pudo. Podía sentir las manos de ella frías y fuertes en su brazo.

Esperó con los sentidos aguzados para sentir el dolor, pero el dolor no llegó. En lugar de eso, sintió una oleada de placer recorrer su cuerpo desde su brazo hacia el resto de él, contrario a lo que estaba acostumbrado a sentir donde la sensación de extendía desde su pélvis. Era una sensación extraña y completamente intoxicante. No lo dejaba pensar y lo dejaba más allá del bien y del mal. Era como poder prolongar el mejor momento del mejor sexo que hubiera tenido y aún mejor. No era algo concentrado, podía sentirlo con cada célula de su cuerpo. Estaba respirando de manera agitada y estaba más excitado de lo que había estado en su vida y se sentía tan bien que no quería que se terminara.

Ahora que se había alimentado un poco, podía comenzar a pensar racionalmente de nuevo. Aún sentía sed, mucha sed, pero sabía que para saciarse necesitaría mucho más de lo que él le podía dar. Eso le recordaba que no quería matarlo. No quería lastimar a la persona que acababa de salvarle el pellejo... pero aún tenía tanta sed...

Hizo un esfuerzo consciente para dejar de alimentarse. Sabía que aún no había llegado al punto crítico en que podía matarlo, pero quería asegurarse de poder parar a tiempo, antes de que fuera peligroso. ((dif 8?))

El miembro 'Jane McFarland' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Sin embargo no lo logró. Necesitaba la sangre para curarse y lo estaba disfrutando.

Lucien aún estaba perdido en las sensaciones totalmente desconocidas y a la vez vagamente familiares que el estar sirviéndole de víctima le reportaban. No estaba pensando en absoluto. Ni en su seguridad, ni en las extrañas circunstancias ni en nada. Ya ni siquiera tenía miedo. Sólo quería que la sensación continuara ad infinitum.

Jane volvió a intentar dejar de alimentarse, esta vez más consciente de que debía parar. Quería detenerse. No quería cargar con la muerte de él en su consciencia y era un vástago con la suficiente humanidad left como para preocuparse por esas cosas allí donde para los antiguos los humanos eran sólo un churrasco. ((idem))

El miembro 'Jane McFarland' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'10 Caras' :

Esta vez logró juntar la suficiente fuerza de voluntad para dejar de alimentarse. Aún sosteniendo su brazo, lo lamió lentamente y de manera concienzuda para que la herida cerrara sin dejar marca. Luego soltó el brazo de Lucien y se incorporó lentamente hasta quedar sentada. Su espalda ya no le dolía y parecía estar en buena forma. Sus brazos también. Las costillas y la herida del pecho allí donde la rama la había atravesado, se habían sanado. Solo sus ropas continuaban rotas.

Sintió que aún tenía sangre en el labio y la barbilla y utilizó su índice derecho para limpiársela. Luego se lo lamió. No porque aquella pequeña cantidad de sangre fuera a servirle de algo, sino porque estaba rico y se había quedado con hambre. Algo así como lamerse los dedos para aprovechar hasta la última miguita de galleta.

Giró la cabeza para sonarse el cuello. Hizo bastante ruido pero luego se acomodó y ella se puso de pie, ya recuperada. Miró hacia el cielo. Aún era de noche, pero podía ver el alba acercándose cada vez más y se preguntó dónde podría encontrar un refugio. Se quedó mirando el cielo pensativa un rato.

Después de que todo terminó, él estaba demasiado confundido como para prestarle atención a nada. Ni siquiera se dio cuenta de lo que ella había hecho para cerrarle la herida. Le zumbaban los oídos y se sentía más allá del bien y del mal, en un estado de maravillosa embriaguez de los sentidos. Le tomó un momento calmarse y volver a sentirse como él mismo. De lo único que llegó a darse cuenta es de ella lamiéndose los remanentes de sangre de una manera que él encontró altamente sensual. Inmediatamente se avergonzó de ello y se volvió introspectivo.

Se quedó sentado en el suelo durante un rato, mirándose el brazo con curiosidad a pesar de que allí no había nada para ver. Ahora que podía pensar más claramente, se sentía avergonzado de la manera en que había actuado. Se sentía como un tonto por haberse excitado tanto y ahora no sabía dónde meterse. Deseó que la tierra se lo tragara.

Cuando se acordó de ella, la buscó con la mirada y la encontró mirando al cielo. "Falta poco para el amanecer." Anunció bajando la cabeza y la vista al suelo, aún demasiado avergonzado para enfrentar una conversación con ella, pero demasiado consciente de la cercanía del amanecer como para quedarse allí sentado hasta que se le pasaran. "No soy bueno apparándome..." admitió extremadamente avergonzado, mirando en otra dirección y permitiendo que el cabello se le cayera sobre el rostro y lo tapara, escondiéndolo. Después de lo que acababa de pasar, lo último que quería era quedar como un estúpido que ni siquiera podía appararse. "You were a witch once, weren't you?" Le preguntó aún sin mirarla. "I live in Hogsmeade. We have a cellar. I can get you there if you guide me." Le dejó saber.

Las palabras de Lucien la sacaron de su ensimismamiento. Lo buscó con la mirada y lo encontró detrás de una cortina de pelo. -El pobre muchacho...- pensó tras notar lo incómodo que parecía. No se parecía a ningún hombre que había conocido, todos orgullosos y demasiado seguros de sí mismos, creyendo que el mundo debía arrodillarse a sus pies. Lucien, en cambio, parecía cálido y de buen corazón, incluso hasta vulnerable así como lo veía ahora. Eso le hacía sentir cierta simpatía hacia él, como quien se apiada de un perrito perdido. Eso sin contar la gratitud que sentía hacia el joven que, aún estando claramente aterrorizado, le había ofrecido su sangre para salvarla.

"I was..." admitió ella de manera pensativa, como si estuviera recordando algo muy lejano. Luego salió de su ensimismamiento. "I can guide you. Let's go." Propuso al ver que el cielo iba cambiando de color más rápidamente, aclarándose a cada minuto.

Se acercó a él y lo tomó del brazo con firmeza. Luego se concentró en Hogsmeade. Hacía años que no estaba allí y no recordaba del todo bien el camino, pero se propuso hacer su mejor esfuerzo.