Tocando un poco el violín.

Sonrió divertida por el repentino brote de hiperactividad y entusiasmo en su profesora y amiga. Era una sonrisa llena de afecto. Se sentía contenta de verla de mejor ánimo después del año complicado que había tenido desde mitades del ciclo lectivo anterior. Ya era hora de que comenzara a suprerar la depresión de su ruptura, pensó. 

"Me compraste con 'Vivaldi'. El resto es accesorio." Bromeó.

Mientras Gispy buscaba las partituras, Adara se volvió a Giselle con una sonrisa leve y la miró con cierta curiosidad. "Espero que estés encontrando Inglaterra de tu agrado. Hogwarts debe ser muy distinto de Durmstrang..." Intentaba darle conversación de manera educada.

Relajó los hombros, y al hacerlo se dio cuenta de que había estado tiesa. Adara se había dirigido a ella con una frase en específico, que era lo que más la ayudaba a conversar.

Asintió repetidas veces, y luego dijo:

_Es muy diferente, me cuesta un poco acostumbrarme -se sinceró, sin dar detalles que la hicieran sentir aun más vulnerable de lo normal-. No solamente el colegio, para mi es todo nuevo -explicó pausadamente.

Después de hablar, analizó si algo de lo que había dicho podía interpretarse como grosería o insulto. No encontró nada malo, pero aguardó la respuesta de Adara.

Gipsy, que como chismosa que era no se perdía palabra de lo que sucedía, dejó de buscar las partituras al oír lo que acababa de suceder. Conocía a Addie lo suficientemente bien como para notar lo que estaba haciendo y se sintió mal. Ella era la prefecto con más experiencia y no se le había ocurrido decirle ese tipo de cosas para hacerla sentirse más cómoda.
Inmediatamente, dejó la búsqueda de lado y se fue a sentar sobre la parte superior de uno de los pupitres que estaban cerca de Sarah. —Me muero de curiosidad —confesó ahora que sentía que tenía permiso para tocar el tema, en vista de que en sus encuentros anteriores no había funcionado eso de intentar hacerla hablar. 
—¿Cómo es Finlandia? —Preguntó abiertamente. —A demás de frío —Añadió con una risita.

Asintió con una sonrisa comprensiva. —Tengo una amiga de Noruega que está teniendo bastantes problemas para sentirse cómoda aquí —dijo con tranquilidad. —Imagino que el sistema de educación debe ser muy distinto. Claro que su amiga era demasiado famosa como para poder encajar normalmente en ningún lado y por eso es que le costaba, pero no iba a decirle eso a alguien tan tímido.  Podía haber sido cualquiera de los estudiantes de intercambio, no solo la campeona de Durmstrang.

RIó brevemente por el último comentario de Gipsy, pero mentalmente aprobó que finalmente viniera con ella a intentar una conversación en vista de que tocando uno no podía conocer gente por más divertido que fuera. Pero ya la agarrarían otro día para exprimirle los dedos y el violín.

"¿Que cómo es Finlandia?" repitió en su cabeza. Era una pregunta de extensa respuesta. Giselle tampoco había visto mucho más que los muros de su habitación, y no era la persona más indicada para hablar del tema.

Decidió delimitarlo un poco para poder organizar mejor sus ideas.

_No conozco mucho de Finlandia en sí, vengo de un pueblo chico, con pocos habitantes -comentó. Sentía que eso justificaba mejor que no fuera una chica de mundo y que además, no fuera su culpa ni la de sus padres-. Pero el trato entre las personas es un poco más distante que aquí. Somos también mucho más reservados.

Pensó contar una situación que se le había hecho extraña, pero luego se preguntó si no habría hablado lo suficiente. Abrió la boca para hablar y la cerró de inmediato, tiesa nuevamente.

Sonrió como si lo que escuchaba le estuviera gustando. 

—¿Sabes qué? Yo también soy de un pueblo chico con muy pocos habitantes, pero si hay algo que lamentablemente no son, es reservados —lo dijo animada, como si fuera un poco una broma también, a demás de una oportunidad de conocerse mejor. 

—Te debe resultar muy extraño que la gente por aquí ande cogida de la mano por los pasillos —pensó en voz alta, comprendiendo un poco más de cómo funcionaba Giselle. 

—Disculpa si te hemos hecho sentir incómoda. Uno está acostumbrado a vivir donde vive.

Se sintió estúpida de inmediato por haber dicho algo tan redundante y se puso muy roja.

Adara asintió en aprobación, pero estaba seria. Entendía a qué se refería. Ella venía de la ciudad, pero estaba acostumbrada a que en su familia todo el mundo era distante y tal vez por eso ella andaba por ahí con aires de princesa, ignorando a la gente y juntándose solamente con unas pocas y selectas personas con quienes obviamente no tenía demasiado contacto físico... porque de eso, creciendo no había tenido nada... salvo tal vez con su hermana y hasta ahí.

—Sí, todos los que te conocimos, nos dimos cuenta —se burló de Gipsy.

Asintió nuevamente, con vehemencia, sumándose a la disculpa. —Piensa que la gente no lo hace a propósito. No conocen otra cosa. 

Rió nasalmente por la respuesta tonta de su amiga. —Sí, Giz, uno está acostumbrado a sus costumbres y vive donde vive —se burló. Luego se dirigió a Giselle. —Por ejemplo, ese tipo de bromas, es totalmente normal y todo el mundo las hace, pero no es algo que debas tomarte a mal. Es una manera de jugar y demostrar aprecio por la otra persona, aunque suene raro. 

No sabía si debía estar explicando eso o si la estaba tomando muy por tarada, pero ya se lo diría. En todo caso, preferible que sobrara y no que faltara. Por una sobra se podía disculpar, pero por una falta, no había ni manera de saber que uno la había cometido.

Ladeó levemente la cabeza, pensativamente.

Nunca se había sentido incómoda por cómo eran los demás, sino por su falta de habilidad para tratar con los demás. Sentía que estaba no estaba siendo bien interpretada como persona, y temía un poco estar pasando por intolerante.

Tal vez hubiera sido bueno aclararlo, pero no quiso adentrarse en el tema. Después de todo, reconocer el verdadero motivo, era admitir algo sobre ella que era demasiado personal. Nuevamente, prefirió parecer intolerante antes que parecer vulnerable.

_Lo sé, lo entiendo. Tampoco hace tanto que estoy aquí. Es cuestión de tiempo.

—¡Pero ahora nos tienes a nosotras! —Dijo esperanzada, casi con entusiasmo. Ella también necesitaba un nuevo grupo de pertenencia después de todo lo que había sucedido, y si una Hufflepuff y una Gryffindor se podían llevar así de bien, ¿qué mejor que sumar una Ravenclaw al grupo? De todas maneras ambas chicas eran lo suficientemente responsables para pasar por uno de los cuervos más vagos.

—Si alguien te fastidia le ponemos pocion burbujeante en el desayuno y ¡listo! estará escupiendo pompas de jabón todo el día —puede que no fuera lo más adecuado para que dijera un prefecto, pero Gipsy estaba en su último año, no había ganado el premio anual y había pasado una considerable cantidad de tiempo pegada a Lex como para no tener un cierto cariño por las bromas prácticas, si bien solía convencer a otros de que las llevaran a cabo. Prefería ser la mente maestra antes que ensuciarse las manos.

Rió nasalmente y revoleó los ojos, como si no la creyera capaz de hacer algo así. —No creo que haga falta llegar a esos extremos, pero creo que se entendió el concepto —resumió. 

—Al menos siempre tendremos la música... —dijo con el tono etéreo con que la gente usualmente cita la vieja película muggle en blanco y negro que dice "al menos siempre tendremos París".

—Mi abuela siempre dice que la vida es como el autobús noctámbulo en hora pico... al principio parece todo un caos con tanta gente adentro, pero a medida que van pasando las paradas todo el mundo se acomoda en su lugar aunque en un principio pareciera imposible que todos cupieran cómodamente —comentó medio traído de los pelos, como muchos comentarios de la gente de piscis.

_Nadie aquí me ha molestado -se apresuró a decir.

Era cierto. En el primario si la habían dejado de lado, pero en el secundario siempre se había aislado sola. Oculta en los dibujos, la escritura o los libros. En Hogwarts no se había sentido cómoda por su forma de ser y su escaso sentido de la sociabilidad, pero no culpaba a nadie por eso.

Su tía le había hablado de algunos alumnos con los que podría juntarse, y también sabia que algunos con fama de traviesos de los que tal vez le convenía alejarse.

_Es decir, no digo que aquí sea malo. Es diferente nada más. No creo que nada malo pase, pero... -se trabó, le costaba decir lo que quería decir sin explicar demasiado de sí. Decidió arriesgar- estoy acostumbrada a más o menos saber qué esperar de mi entorno. Estando aquí, me veo obligada a dejar esa costumbre de lado. Es difícil.

((¿Y de todos esos se le ocurrió juntarse con Laz? ¡Qué mal gusto! ¡Es in sufrible!))

Rió por lo bajo al ver que obviamente ninguna de las otras dos chicas querían verse involucradas en cualquier tipo de problemas. —Era una sugerencia nada más. No hacía falta ponerla en práctica... —se defendió todavía con un brillito en los ojos. 

—También puede ser una oportunidad para descubrir cosas nuevas, ¿no? Es lo que el director de Durmstrangs le anda diciendo a todos los alumnos... "el intercambio es una buena oportunidad para conocer nueva gente y aprender de sus costumbres" hizo una imitación bastante decente del tono de voz del hombre. No pensó que alguien fuera a tomárselo mal, siendo que uno siempre se burla de sus profesores, por más homesick que esté.

—Hablando de Durmstrangs, ¿has probado socializar con alguno de los estudiantes de intercambio? Tal vez con ellos te sientas más a gusto. Quiero decir, comparten el mismo entorno, ¿no?  Tal vez con ellos puedas saber qué esperar y llevarte mejor más fácilmente —sugirió. 

Ella solía ver ese tipo de situaciones de manera distinta a Gipsy, que se tomaba todo por la línea oficialista de lo que le decían en las reuniones de prefectos. Ella, sin embargo, iba más por una línea de pensamiento lateral que la hacía ver otros lados de lo mismo, al menos, comparada con Gipsy. Lo bueno era que no diera lugar a discusiones entre ellas.

Supo de inmediato que si no había quedado como una loca hasta ese momento, lo haría a continuación. Pero decidió arriesgarse, pensando que lo más grave que pasaría sería que se rieran. No quería que ocurra, pero tampoco sería tan grave. Nada que no se arregle con una salida dramática, en todo caso.

_En realidad estoy tratando de no pensar al respecto. Siempre he pensado demasiado, y dejar de pensar sería mi manera de probar algo diferente.

Gipsy la miró pensativa, como si estuviera intentando imaginarse de qué le hablaba o cómo se sentiría estar en esa posición. 

Probó varios ángulos, varias personas; comparó con lo que conocía, pero nada le terminaba de cerrar como ella quería como para decir "sí, entiendo a qué te refieres".

—Sigue siendo probar algo nuevo, ¿no? —Preguntó al final.  Eso le recordó algo que le iluminó el rostro.

—Hablando de probar... compré estos caramelos nuevos en Honeydukes en la última salida —había sido para su cumpleños y había aprovechado para festejar con varias amistades en el pueblo— pero aún no los he probado ¿Alguien tiene hambre? —Preguntó sacando un paquetito de papel madera de su morral.

—Se supone que tienen el gusto de tu sabor preferido... o alguno de tus preferidos, pero no sé si tengo que pensarlo o qué. No me animé porque tenía miedo de que me saliera pollo con papas o algo así —bromeó tomando uno y mirándolo. Eran rosados. Probablemente, la razón por la que los había comprado.