Perdida

"Claro que sí, todos los hombres son distintos, y me imagino que detrás de los estereotípos que se ven a simple vista, a veces cuando llegas a conocerlos no son lo que parecen..." Refexionó un momento al respecto.

"A mi lo que me pasa en realidad es que a lo largo de mi adolecencia, he tenido pocos flachazos, pero con chicos bien distintos. No se cual es el fenómeno, supongo que son lo que necesito en determinado momento, por eso digo que no me encierro en un solo tipo de hombre" Dijo mientras procesaba sus propias palabras.

Abrió el refresco y tomó un trago. Eso le despejó la garganta como para poder seguir engullendo chocolate.

Que buena pregunta. Se tomó unos segundos antes de responder como para desmenuzar aquellas características de Matt que para ella lo definían como tal.

Tenía habilidades sexuales que a ella le parecían por demás importantes y que habían marcado una brecha entre él y Liam, su ex novio, pero claramente no las podía nombrar.

"Alguien maduro, que tenga experiencia, que sepa como cuidar a una mujer, con quien puedas tener cosas en común y charlas interesantes, y a quién le resulten graciosas otras cosas que vayas más allá de colgarse un moco verde falso de la nariz..." La del moco era una broma recurrente de Liam.

Abrió el chocolate y comió un trozo.

"Yo creo que el fantasear en sí, en algún punto mayor o menor involucra los gustos de cada persona" Respondió, mientras se volvía a sentar en la mesada, a su lado. "Nadie fantasea con sexo sadomasoquista si sabe que no le gusta que le den latigazos" Ejemplificó.

Se sorprendió al escuchar a Gipsy comparar a Toff con un perrito con la pata rota. Le sonó tan raro que le dió bastante en que pensar.

"Mmm... Si, yo veo un perrito con la pata rota en la lluvia, me dan ganas de ayudarlo... pero no de estar con él..." Comenzó a hablar mientras armanda la idea en su cabeza.

"Tendrías que replantearte esta comparación, por que no es lo mismo amar a alguien y querer estar con él que querer "Arreglarlo", como bien dijiste, y tal vez en medio de tu intento de hacerlo te das cuenta de que es así, de que solo quieres arreglarlo, pero no estar con él y terminas por dejarlo bajo la lluvia nuevamente y rompiéndole otra patita." Terminó.

Apreció su intención de sacarle de la cabeza al profesor, pero aquella situación de que le presentaran chicos la ponía nerviosa y no le gustaba. La hacía sentir como la tía solterona a la que le buscan novio.

"No, gracias, si en algún momentos nos cruzamos con alguno de casualidad, me lo presentarás, pero no me gustaría que oficies de casamentera a propósito." Le dijo sonriendo, aunque dudaba que su plan de olvidara a Matt diera resultado.

Asintió mientras paladeaba lo último que quedaba de su chocolate. No quiso más que eso. Tampoco quería seguir sumando a los flotadores, siendo que ella nunca había sido flaquita del todo sino más bien del lado carnosito.

Frunció el ceño de manera imperceptible. Adolescencia. Ella se sentía una niña todavía. Distintas necesidades la hacía pensar en cosas que se usaban, satisfacían necesidades y eran dejadas de lado. Imaginó que no era lo que Chloe quería decir. O al menos su mente creyó lo que quiso creer. Se quedó pensativa un rato largo, todavía echada hacia adelante y con las manos en el borde de la mesa a cada lado de su cuerpo.

Iba pensando mientras oía la descripción de su nueva amiga. "Eso podría encajar para una mujer también." Observó aún perdida en sus pensamientos, como si siguiera viendo constelaciones invisibles en el techo de la cocina. El mirar así, sin ver, la ayudaba a imaginarse lo que Chloe iba diciendo, pero de manera más gráfica, como si estuviera viendo una película, por así decirlo.

"¿Qué es lo que define a un hombre?" Volvió a preguntar, ausente, cual si hablara con ella misma. Pestañeó como reenfocando las estrellas invisibles. "Como hombre género masculino y como diferenciándolo de un niño. ¿Qué define a un hombre?" Notó que esa era charla de borracha. Recién el verano que acababa de terminar habíase puesto en pedo por primera vez con Maureen, lo cual resultaba irónico. Ambas nunca se habían caído bien, pero se habían tolerado por ser una la mejor amiga y la otra la novia de Alex. Sin embargo, en el momento de necesidad de Maureen, Gipsy había estado para ella y, a cambio, la otra chica había escuchado sus problemas casi infantiles por comparación, con tal de olvidar sus propias penas. La había llevado por el mal camino por primera vez cuando Gipsy sentía que ya no tenía nada más para perder.

Sintió que necesitaba un trago de algo fuerte. Volver a sentir esa liviandad de pensamiento para poder encontrar la respuesta a las preguntas filosóficas que se planteaba, porque era imposible responder a tales planteos sin alcohol de por medio. Sin embargo, no movió un dedo por ir a buscar nada por el estilo. No era esa clase de chica. No quería dar un espectáculo de pateticidad humana poniéndose ebria en la primera vez que hablaba con Chloe.

Gipsy frunció el ceño y olvidó las estrellas imaginarias para mirar a Chloe con reprobación al escucharla hablar de sexo sadomasoquista. ¿Con qué clase de persona se había cruzado? Antes de eso, estaba a punto de llevarle la contra, pero ahora ya ni se acordaba de qué estaban hablando, demasiado consternada con la desagradable imagen en su cabeza. Ella era perversa a su modo, pero le parecía tonta la gente que asociaba el placer con el dolor.

"Eso sería zoofilia." La corrigió algo secamente. No le gustaba para dónde estaba yendo esa conversación. Estaban a centímetros de decir que cogerse un hombre lobo era zoofilia y ese era terreno donde ella prefería no pisar, ni siquiera hipotéticamente hablando.

Se quedó en silencio mirándose las patas que se movían hacia adelante y atrás desde el borde de la mesa, de manera infantil. Sabía que la alusión del perrito con la pata rota aplicaba a Lex también, y todos sabían cómo había acabado la cosa. "¿Y qué si es el único tipo de amor que soy capaz de sentir?" Preguntó de manera filosófica, volviendo a mirar al techo, pero había un dejo de estar a la defensiva en esa pregunta. Porque sabía que a Lex le había roto bastante más que sólo la otra patita y no una vez, sino dos veces aunque, en su defensa, la primera había sido un accidente de pociones y eso no era culpa de nadie. Volvió a sentir que necesitaba tomar algo fuerte, pero no quería compartir eso con nadie y tampoco le gustaba tomar sola.

Por alguna razón, tal vez porque era el tipo de cosa que había compartido con Maureen, sintió que la extrañaba. Una sonrisa irónica cruzó sus labios. ¿Quién le iba a decir que algún día iba a extrañar a la zorra esa? pensó. Pero su amiga tenía demasiados problemas importantes como para andar filosofando sobre qué hacía o no a un hombre y si ella era capaz de amar de otras maneras que no tuvieran que ver con arreglar gente rota.

Chloe masticó un trozo más de chocolate. Ahora que tenía un refresco en sus manos y no corría más riesgo de empálagarse, seguramente se lo comería entero.

A cada minuto se alegraba más de haberse encontrado con Gipsy en aquel pasillo. Su mirada se perdió en las lejanías de la cocina mientras la escuchaba y a la par iba procesando los conceptos que estaban tocando.

"Si seguramente" respondió cuando su amiga sugirió que lo mismo se aplicaba a las mujeres. "Se aplica a los dos sexos e incluso se puede manifestar en todo tipo de relaciónes, más de una vez me privé de conocer cierta gente desde un principio por lo que parecían ser, y más tarde terminaron sorprendiéndome y conviertiéndose en grandes amigos" Se quedó unos segundos tildada pensando en que Giselle era la muestra más reciente de lo que acababa de decir.

"Son las lecciones que te enseña la vida, por eso hace tiempo que intento librarme de los prejuicios" Aseguró.

Dejó que Gipsy filosofara a cerca de la definición de hombre mientras lo meditaba a su vez.

"Por lo general cuando pienso en el término "hombre" me refiero a aquellas cosas que creo que lo diferencian de un niño, o de un adolescente, ¿A qué te referís cuando hablás del género?" Le pidió que se extendiera un poco más en su explicación. La conversación estaba de lo más interesante, pero se había perdido un poco.

Tomó otro trago de refresco mientras observaba a su compañera. Se había quedado unos segundos tildada y era fácil notar que estaba visualizando ideas a mil por hora.

Casi escupe todo cuando escuchó a Gipsy decir que en todo caso sería zoofilia. Tragó velozmente y soltó una risa prolongada. Por la cara y el tono de su amiga se imaginaba que había mal entendido su reciente comentario.

"¿Cómo va a ser zoofilia?, que ocurrente eres, jamás me hubiera imaginado algo así" Dijo aún entre risas.

"Lo del sadomasoquismo era un mero ejemplo" Le aclaró por las dudas esbozando una sonrisa más controlada.

A continuación le pareció que Gipsy había dicho lo primero que le había llegado a la mente, casi sin pensar.

"No creo que sea así. Tenemos la capacidad de sentir muchos tipos de amor. Que tengas un alma caritativa que te lleve a vincularte con las personas que tienen problemas y "te necesitan", está bien, y si eso te lleva a sentir amor del tipo que sea por esas personas, también está bien. Creo que el secreto está en que no confundas "el tipo de amor" por que podés acercarte a reparar a alguien y amarlo como pareja, o como amigo, o como lo que sea."

Terminó la frase y tuvo la necesidad de decir algo más como para aportar más de claridad.

"Digo que no está mal que ames a Toff y quieras ayudarlo, pero que es importante que aprendas a distinguir "como" lo amás, para que no salga más lastmado aún" Fué lo más clara que pudo, como para que Gipsy no volviera a mal interpretarla.

Escuchó a Loe con atención. Tenía el rostro vuelto hacia ella. Asintió. Entendía a qué se refería. Sus amigas le habían hablado de eso a menudo, pero ella siempre había sido una persona intuitiva y sus primeras impresiones solían ser acertadas. Venía con un alto costo, lo mismo que sus sueños proféticos. Nada de eso había sido su elección o hubiera preferido ser normal. "Es bueno que hayas podido descubrir esas joyas escondidas. Hubiera sido una lástima perdérselas." Dedujo de lo que ella había dicho. Le resultaba fácil empatizar con los demás. Volvió a asentir. Todo el mundo decía que los prejuicios no eran buenos. Ella era bastante prejuiciosa, pero estaba conforme con su persona y no pensaba abrir un debate para explicar que estaba convencida de que la habían nombrado prefecto para que aprendiera a relacionarse mejor con la gente.

"A aquellas cosas que diferencian a un hombre de una mujer." Explicó con calma. Un momento después, un atisbo de sonrisa se le asomó en los labios. "A demás de lo obvio." Añadió con complicidad. Aún movía los pies de manera rítmica y pensó un momento antes de volver a hablar. "¿Qué es lo que diferencia la mente y personalidad de un hombre de la de una mujer? ¡Y no vale decir su horrible afición a las bromas prácticas más estúpidas!" Protestó y después se quedó seria de repente. "Aunque puede que eso sea parte de la diferencia." Añadió pensativa, a media voz. Nuevamente, tenía la mirada perdida en el techo. "El amor enfermizo por los deportes y el peligro en general, los juegos bruscos..." Se encogió de hombros. Seguramente había mejores ejemplos.

Ella no se rió ni un poco. Permaneció mirando al frente de manera sombría y de repente sus pies se quedaron quietos tras un par de vaivenes más lentos. "¡Oh, Chloe! ¡Deberías haberlo visto!" Sonaba mortificada y se mordió el labio inferior. Ella había visto al enorme perro marrón tirado en la cama rota con cara de la combinación más desoladora de tristeza, soledad y aburrimiento. Las horas que había pasado leyéndole libros de piratas, o contándole anécdotas sin importancia no eran tan graves, pero el que sintiera amor por él aún en esa forma, el que pudiera ver al muchacho detrás de los ojos del lobo y aún así lo deseara... se estremeció. "No me hace gracia." Dijo desanimada más que enojada.

La miró con cierta desconfianza, intentando decidir si le creería o no. No llegó a ninguna conclusión.

Tampoco pudo arribar a ninguna cuando intentó pensar en alguna vez en que hubiera sentido amor sin intentar reparar a la otra persona. No recordaba demasiado bien su pasado inmediato antes del accidente pero sólo había estado con Lex. ¿Con qué iba a comprar? Incluso las pocas veces que se había tentado, se debía a vulnerabilidad de la otra persona.

"¡Si yo supiera!" Protestó nuevamente, pero con una sonrisa algo resignada.