Encerrada en el aula de Historia de la Magia

Jane tenía prohibido salir del aula durante el día. Su contrato así lo estipulaba. Debía estar siempre dentro de su aula y dar clases en presencia del preceptor o algún otro profesor que asegurara tanto la seguridad de los alumnos como la suya. Al principio había parecido una buena idea. Todo con tal de tener un lugar donde vivir y permanecer oculta sin que su Sire se enterara de que había sobrevivido a los asesinos que había mandado detrás de ella.

Un par de meses después, sin embargo, la idea de pasársela encerrada ahí hasta la hora en que finalmente podía salir a alimentarse y a visitar a sus amistades y parientes, realmente la irritaba.

Por ejemplo, ese día era un martes por la tarde. El resto de sus colegas tenían tiempo libre, podían hacer lo que quisieran dentro o fuera del colegio. Ella, sin embargo, estaba encerrada ahí dentro matándose de aburrimiento con sus libros llenos de polvo. Para peor, Will estaba ocupado con sus propios asuntos y no tenía tiempo para ella en ese momento. Bufó y pateó su escritorio. No estaba feliz. Su no-vida no era nada de lo que habían prometido que sería y comenzaba a irritarse con Will por hacer promesas que no podía cumplir, por decepcionarla, por ser demasiado joven y volátil para ella.

Golpeó a la puerta. Kitty tenía mucho tiempo libre desde que se había peleado con su hija, así que decidió hacer algo útil de su vida e ir a visitar a su hermana mayor. Ahora que la había recuperado, intentaba pasar todo el tiempo que podía con ella... no fuera cosa que se le diera por volver a suicidarse o alguien la matara y ya no pudiera volver a verla, esta vez en serio.

Se excusó con el cuidador y le dijo que ella se encargaría a partir de ese momento. Entonces entró en el aula con una sonrisa pícara en los labios y miró a su hermana con complicidad. Estirando los labios como una diva que espera un abrazo, porque es más o menos lo que se creía. "Janey!!" La llamó con cariño pero con efusividad también.

((No offense, Kitty, pero dejá de abrir threads y contestá en el de Tessa y mío ya que te (entro)metiste ))

((PALO...))

A pesar de que su vida personal estaba bastante enquilombada en el plano sentimental... si es que alguien como ella podía tener un plano sentimental, al menos estaba contenta de haberse enterado de lo que le había sucedido a su hija y ver que ella y su familia venían por buen camino después de todo, incluso a pesar del daño emocional que su muerte había causado. En cuanto a su propia no-vida de pareja, pasado el primer momento de entusiasmo por la sangre joven, Jane se había sentido bastante apática nuevamente. Había esperado redescubrir todo un mundo de sensaciones y al final se había quedado en lo mismo de siempre: sangre. Más nueva, más vieja, más joven, más anciana, más conocida, más desconocida, pero todo se reducía a sangre y eso la irritaba. Mentalmente, había esperado poder encontrar algo con qué entretenerse, con qué sentirse relizada... quería algo que la absorbiera por completo y la hiciera sentirse tan feliz como una vez había sido... y todos los placeres mundanos le daban más o menos lo mismo al final del día... ¿o debía decir mejor al principio? Era una situación que la frustraba y enojaba, pero que todavía no sabía manejar. Ya aprendería con tiempo a hacer las paces con su nueva naturaleza y a abrazarla. Poco más de veinte años no le habían bastado para ello bajo la bota de un Sire tan demandante y se preguntó cómo había hecho él para encontrar una manera de darle sentido a su extraña existencia.

Enseñar parecía una buena idea, pero nadie la quería ahí. Sus colegas la ignoraban, sus alumnos se mofaban de ella... ¿Qué hacía un vampiro para entretenerse una vez negadas las sensaciones y placeres de la vida? Necesitaba encontrarle un propósito a su vida de manera urgente. En eso andaba pensando cuando apareció su hermana y le robó una sonrisa con su habitual exuberancia.

"Kitty!" Le devolvió el saludo yendo hacia ella para devolverle el abrazo. Olía tan bien... en ese punto dejó de respirar, furiosa con ella misma. Una cosa era la tentación por la calle cuando se iba a cazar por las noches, pero ¿su propia hermana? Realmente era un monstruo, pensó y se alejó de ella más rápido de lo que hubiera querido, dedicándole una mirada elocuente, de disculpa. "¿Qué te trae por este lugar olvidado de la mano de Dios?" Preguntó con una sonrisa ladeada, irónica y amarga mientras pensaba -si dios existe, por qué creó monstruos como nosotros?- refiriéndose a los de su clase.

((Ya pedí perdón en el otro tema... no hacía falta...))

Como le gustaba vivir en su mundo mágico de pedos, Kitty hacía de cuenta que no había nada anormal o perverso en su hermana, que era una persona como cualquier otra y que no se alimentaba de sangre humana para sustentar su existencia. Por eso le frunció levemente el ceño cuando se alejó de su abrazo muy pronto.

"¿Qué va a ser? ¡Mi hermaita querida del alma!" Le dijo con una sonrisa enorme en los labios. A esas alturas estaba acostumbrada a que Jane estuviera siempre con apariencia de deprimida. Ni siquiera de chica había parecido muy animada, pero estaba determinada a seguir intentando, confiada de que podía cambiar.

"¿Cómo te tratan los enanos malditos?" Preguntó en broma mientras se sentaba sobre el escritorio de Jane como si fuera lo más normal del mundo.

((Tar, no te dijeron ya que la cortes que ésta se trauma? Tengo que hablar con Ash o la vas a cortar? Acá cada uno hace lo que puede cuando puede. Tenemos una vida que viene primero y se mete en el medio del juego siempre porque no estamos más en la secundaria. Además, vos también colgás de lo lindo y nadie te dice nada.))

A pesar del mal humor en el que se encontraba, el comentario de Kitty la hizo sonreír con cierta amargura, pero sonreír al fin. En una persona tan amarga como Jane, era todo un logro de cualquier manera. "¿Qué me vas a pedir?" Preguntó en broma, con una sonrisa más ladeada ahora.

Siguió a Kitty con la mirada hasta su escritorio y ahí exhló una risa nasal mientras revoleaba los ojos para arriba. "¿Ya a esta altura no vas a madurar, no?"

((¿Aunque me borre meses? No me mates *se esconde*))

Kitty se mostró ofendida. —¿Por qué tienes que ser tan mal pensada, Jay? ¿No puede acaso tu hermana querer aprovechar que te tiene de vuelta para disfrutar un rato de conversación familiar? —Protestó.

Enarcó las cejas con pretendida inocencia y miró hacia abajo. —No sé por qué lo dices. Creo que soy lo suficientemente madura para mi edad —opinó orgullosa— lo que sucede es que tu eres demasiado amarga para cincuenta y dos —terció con una sonrisa.

((Aunque te borraras años. *abrazo*))

—Podría... si tuviera un corazón capaz de albergar sentimientos tales como amor filial y la capacidad para disfrutar de las cosas simples de la vida, pero las dos sabemos que ambas somos incapaces de esas cosas, así que dime en qué puedo ayudarte —dijo yendo directamente al grano. Aún así, no se mostraba enojada ni ofendida. Entre estar sola y amargada y amargarse con alguien, que fuera su hermana lo hacía casi un momento especial. ((Ahora empieza a tener más sentido de dónde Lizzy sacó ese carácter que tiene XD ¡y yo que le echaba la culpa al padre!))


—¿Qué se le va a hacer? Le echaría la culpa a Richard, pero la verdad es que no sirve de nada enojarse con los muertos. Ahora nada más me queda aprender a vivir con el monstruo en que me convirtió —habló con cierto resentimiento en la voz, como la mayoría de las veces en que su ex esposo estaba involucrado. —Y no me refiero a ser un vampiro. ¡Esto es una bendición comparado con estar casada con un Auror! —Ironizó. 



—Tú, en cambio eres amarga sin ayuda de ningún hombre —bromeó riendo de su propio chiste. Ella no solía tener tan mal ánimo pero el encierro le había agriado el humor como si de aire viciado se tratara... lo que en las mazmorras no era del todo descartable. Estaba irritable, irascible, impaciente, gruñona... tan insoportable como en los últimos tiempos de su matrimonio. ¡Y pensar que al entrar allí se había sentido tan joven y llena de vida! Se preguntó qué le estaría sucediendo.

((¡Qué lindo que te quieran así de incondicionalmente!)) ((¡Y yo siempre dije que te salió igualita a vos la nena!))

—¿En realidad? Nada —le djijo con cierto fastidio—. Realmente venía a pasar un rato contigo y conversar de cosas poco trascendentales, pero si prefieres aburrirte sola y amargada puedo ir a dar una vuelta por los terrenos. El sol está divino... —sonrió con picardía.

Rió nasalmente, como siempre que su hermana se la agarraba con el ex. Para ella, la Jane amargada había existido siempre, pero lo que no entendía era cómo había hecho Richard en el primer tiempo para enamorarla y convertirla en alguien tratable, simpático y lleno de esperanzas para la vida. Recién después de desilusionarse con el tipo había vuelto a "reconocer" a su hermana. 

—No he tenido el placer ni pienso tenerlo —respondió al pasar. Dándole al tema muchísima menos importancia que su hermana. 

Volvió a reír; esta vez una risa falsa. Sus ojos denotaban el enojo reprimido. Siempre le había quedado pendiente eso de encontrar el hombre correcto. Había estado demasiado obsesionada con tener la hija perfecta... por medios ilegales. —Hablando de hombres —planeó su venganza— ¿cómo andan las cosas entre tú y ese muchachito con el que estás saliendo? El que es más joven que tu hija —especificó innecesariamente.

((Siempre. Y sí, Lizzy se parece a Jane más de lo que le gustaría admitir... mejor que no lea esto...))

Revoleó los ojos al escuchar el comentario. Le había parecido estúpido e inmaduro, como la mayoría de los comentarios de Kathy, pero igual la quería, porque era su hermana. Aunque a veces quisiera matarla. —Haz lo que te venga en gana —le dijo con cara de ogt.

—No porque tengas elección en el asunto... —ironizó con una media sonrisa. Si su hermana podía ser mala onda, ella podía serlo tres veces más.

Apretó los dientes y tuvo que hacer uso de su autocontrol para no ponerse violenta. Ahora que tenía tanto poder y sed de sangre era mucho más peligrosa que cuando sólo era una mujer con mal carácter y algo de magia a su disposición.

—Eso no es asnto tuyo —le dijo de mal humor.