En el Boticario

Laura era muy buena en pociones. Siempre lo había sido. Incluso de pequeña solía jugar a preparar cosas en una olla antes de saber incluso que era una bruja. Ahora, de grande, había llegado a convertirse en uno de los nombres prominentes en área de pociones y el puesto que acababa de aceptar ese año como profesora en la flamante universidad de los magos no hacía más que confirmarlo.

A pesar de eso, a Laurie le gustaba hacer sus propias compras y ocuparse de la casa y de su hijo personalmente. El tener uno de los negocios de producción de ingredientes para pociones más grandes del continente no la había convertido en una mujer superficial, aunque sí la tenía un poco aislada socialmente.

Laura entró en el Boticario con una lista de ingredientes. Era irónico, pero aunque su empresa proveyera a la tienda de elementos, aún tenía que ir a comprarlos cuando los necesitaba.

((Hey!! Perdón corazón. No quería dejarte colgada... fue un mes de locos... igual me alegra ver que venís jugando re bien con tus otros personajes No sé si retomar donde habíamos dejado por mail con estos dos porque acá la esposa no está muerta y no sé qué onda con eso... JUSTO es la única mujer a la que no engañó todavía... la quiere en serio))

Matt pasaba mucho tiempo en el boticario. Por un lado, había enseñado pociones muchos años y era un pasatiempo suyo el ponerse a idear nuevas pócimas y brebajes con que hacer más fácil la vida de magos y brujas. Por otro lado, el dueño era conocido suyo y habían estudiado juntos en Hogwarts, así que siempre se quedaba colgado hablando con el hombre.

Uno de sus sueños era el poder inventar una poción que lo hiciera digno de ganar un premio pero, cuando no hacía nada espectacular, su nuevo invento servía al menos para hacerle ganar más plata con la empresa

Ese día, estaba especialmente al pedo y se quedó hablando un rato largo con el tendero, de modo que cuando oyó la campanita que indicaba que había entrado un cliente le dijo "Atendé, atendé." y se puso a mirar con curiosidad los supplies que había a la vista. Un momento después, miró de casualidad quién había entrado y la reconoció de inmediato. Su cara se cambió de inmediato por una de admiración y no pudo evitar acercarse a la mujer que acababa de entrar.

"Are you Laura Foster?" Le preguntó sin vueltas, fan boy mode: on, algo raro en él que no solía admirar a nadie "THE Laura Foster?" Le preguntó incrédulo, mirándola como si estuviera intentando decidir si eso era cierto. No podía creer que la mujer sobre la que había leído fuera a hacer las compras al boticario de la vuelta tan panchamente.

((Hehe no pasa nada. El mío no fue mucho más tranquilo que digamos...)) ((Y por lo de la esposa... bueno, las parejas van y vienen hoy en día y los accidentes ocurren y las mujeres se cansan de los hombres... Y yo tengo paciencia jajajaja veamos a dónde nos lleva esto y de última lo ponemos como antes de lo de la esposa y después que se arme quilombo si querés))

Laura no se fijó si había o no gente en la tienda cuando ella entró, pero al oír que alguien decía 'atendé, atendé', giró la cabeza en esa dirección para ver de quien se trataba. No esperaba que fuera alguien que ella fuera a conocer, pero lo había hecho de modo instintivo.

Se llevó una sorpresa al reconocer a Matthew Rogers, el famoso empresario, más afamado aún por ser un aficionado a las mujeres. Debajo de sus anteojos no se notó el desagrado que le generó verlo. Por más que se tratara de uno de los principales compradores de su propia compañía, por lo que había leído de él en las revistas se trataba de un tipo de lo más desagradable.

Cuando se dirigió a ella, no le quedó más remedio que responderle. "I am." Le dijo seriamente, casi con indiferencia. No iba a darle el gusto de que supiera que lo reconocía. "And you are?" preguntó por placer. El poner en su lugar a la gente engreída era algo que disfrutaba.

((Totalmente de acuerdo. Puede ir antes. Y si no respondí en su momento fue porque la pregunta de ella me dejó totalmente sin palabras XD))

El fanboy en él que admiraba profundamente la carrera de Foster y la manera en que manejaba los negocios al margen de que fuera mujer, se sintió herido ante tal respuesta, pero tenía la suficiente práctica de galán y era lo suficientemente descarado como para que no se le notara en el rostro. Incluso sonrió de manera desfachatada y engreída. "Matthew Rogers. Uno de tus principales compradoes de insumos." Aclaró como si hiciera falta, mientras que se apoyaba en uno de los estantes de la tienda con el codo.

Como sus secretarios, abogados y contadores manejaban todo, en realidad él no había tenido oportunidad de cruzar palabra con ella si bien no era la primera vez que la veía en carne y hueso. Había atendido a cada uno de sus coloquios y simposios desde apenas salido de la escuela.

En vista de que él insistía en seguir haciéndose el lindo, ella reprimió un bufido de frustración y la sonrisa autosuficiente ante la idea que se le acababa de ocurrir, y procedió a continuar la conversación de la manera más desinteresada posible. Tenía que admitir que el millonario le picaba un poco la curiosidad. 

"¿De qué cuenta? Si uno de mis principales compradores se llamara Rogers, lo recordaría." Insistió sabiendo que en realidad la empresa estaba a nombre de su ex esposa. Quería ver hasta dónde llegaba el hombre con su insistencia. Cuando uno está nadando en dinero se tiene que entretener con algo.

Matt se preguntó por un segundo si no se estaría haciendo la tonta para molestarlo, pero no estaba seguro. No la conocía en persona en cuanto a haber hablado cara a cara con ella, por lo que resultaba complicado discernir los motivos de la mujer. Si bien se habían cruzado en varios bailes y eventos de caridad. 

"Dalton Enterprises." Dijo simplemente, aún sonriendo como crío comprador.