Acudiendo a la audiencia

Maureen había recibido una nota del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras Matthew Rogers, Jefe de la casa de Slytherin. Aquello le llamó la atención y la tomó muy por sorpresa. Para empezar, el tipo no era el jefe de su casa, sino de la que menos soportaba a los huroncitos. Para continuar, ella no formaba parte del club de fan del hombre, compuesto por todas aquellas alumnitas babosas que se la pasaban haciéndole ojitos y tirándole indirectas en cada ocasión posible. Por último, no recordaba haberse portado especialmente mal en clase, o haber sido especialmente buena o desastrosa durante las lecciones como para que éste la quisiera llamar y, como frutilla del postre, desde que el año había comenzado su conducta había sido ejemplar a causa de la depresión y la seclusión auto impuesta en que se había sumido, así que tampoco podía tratarse de una audiencia disciplinaria.

En otras palabras, Maureen no tenía ni la más mínima idea de lo que el profesor podía querer, así que se presentó a la entrevista bastante intrigada. Al mismo tiempo, aún le resonaban en la mente las palabras de John respecto del profesor Rogers, así que también tenía un poco de miedo de que pudiera intentar algo con ella. No era que no supiera defenderse, sino que preferiría no tener que pasar por ese tipo de situación con un profesor que tenía que volver a ver todos los días durante otro año más. La manera tan seria en que John había dicho eso y lo mal que había reaccionado cuando ella y Gipsy lo habían tratado de exagerado le daba mala espina. Para que alguien como él reaccionara así de mal debía tener algún motivo en serio para pensar mal de el tipo y se estremeció de sólo pensarlo.

Ya sin ninguna excusa para dilatar la entrevista, golpeó a la puerta de la oficina del profesor con una mano temblorosa. El levantar el brazo le había hecho doler la espalda y al mismo tiempo las muñecas, pero intentó no quejarse. De todas formas, ya se estaba comenzando a acostumbrar al dolor.

Rogers estaba sentado en su despacho corrigiendo unos cuestionarios que había pedido durante la semana. Tenía los anteojos de marco cuadrado y negro puestos y una vistosa pluma de águila en la mano, pero la expresión de su rostro era de concentración total.

Se sobresaltó ligeramente cuando oyó la puerta y se quitó los anteojos de inmediato. Dejó la pluma en el tintero y se acomodó en su silla. "Adelante. Está abierto." Dijo elevanto la voz lo suficiente como para que se lo oyera desde afuera.

"Por favor toma asiento." Le dijo a Maureen cuando entró, señalando la silla al otro lado de su escritorio con un gesto abarcativo de la mano. "Te habrás preguntado por qué te llamé aquí hoy. Quédate tranquila, no es nada que hayas hecho mal." Le dijo de entrada para que no se hiciera problema. Se imaginaba que una citación así de imprevista no podía menos que haberla asustado o al menos sorprendido. "En realidad te llamé porque necesito pedirte un favor personal." Le dijo con tranquilidad, hablando normalmente como si no se tratara de nada importante. Estaba intentando tocar el tema de la manera más leve posible, porque sabía que podía ser algo personal y bastante emotivo para ella, pero estaba desesperado y si ella no lo ayudaba ya no sabía a quién recurrir.

Maurie entró nerviosamente en la oficina y miró adentro con cierta aprensión antes de hacer caso a la invitación a sentarse. Tomó asiento en el borde de la silla y se quedó muy dura frente al escritorio. Tenía un poco de cara de venado a punto de ser atropellado por un auto, temiendo el motivo por el que el profesor podía estarla llamando, pero intentó tranquilizarse diciéndose que seguramente no sería nada grave.

Se sorprendió enormemente cuando él le dijo que tenía que pedirle un favor personal. Esa sí que no se la había visto venir en absoluto y se mostró abiertamente extrañada de oírlo decir eso. Sabía que el profesor era su primo segundo, por lo que podía ser que hubiera una cierta coherencia detrás de que le fuera a pedir un favor personal a ella, pero la verdad era que no recordaba haberlo visto en reuniones familiares y mucho menos haberle hablado antes de que se convirtiera en su profesor. No tenían una relación per se como para que viniera a pedirle favores. Lo único que se le ocurría era el hecho de que eran parte de una de esas familias macabras medio mafiosas donde la gente se hacía favores y debía favores por ser de LA FAMILIA, con mayúsculas.

"¿A mi?" Preguntó casi sin quererlo. Le costaba realmente mucho creer que hubiera algo que ella pudiera hacer por alguien como él, mucho mayor y con mucho dinero.

Matthew notó que Ashby estaba muy nerviosa, por lo que intentó hablarle en voz suave como para tranquilizarla pero no parecía estar surtiéndole mucho efecto de momento. Tampoco se hizo demasiado problema. Al menos estaba dando lo mejor de sí, si no funcionaba le quedaba la tranquilidad de saber que lo había intentado.

"Sí... es un tema muy delicado que involucra a una de mis alumnas." Explicó intentando mostrarse lo más tranquilo posible a pesar de que el tema le ponía los pelos de punta en más de un sentido. "Verás, a todos los profesores se nos ha puesto al corriente de tu... situación..." dijo por llamarla de alguna manera, intentando ser todo lo delicado que podía. "por una cuestión de seguridad, para que podamos ayudarte en todo lo posible, porque sé que es un tema muy delicado." Explicó en ese tono bajo que la gente habitualmente usa para tratar temas peliagudos como gente enferma o moribunda. "Yo perdí una esposa y una hija, así que entiendo por lo que debes estar pasando." Le dijo seriamente, pero en tono comprensivo. "Perder un hijo, se tenga la edad que se tenga, es algo muy complicado de superar." Admitió demostrando a pesar suyo un poco de emotividad en la voz y la expresión facial.

El oírlo decir aquello dejó a Maureen mucho más tranquila. Si involucraba a una de sus alumnas no podía ser tan malo para ella, fuera lo que fuese. Incluso si le molestaba tener que ir a hablar con una Slytherin desconocida, le pareció que la cosa podría haber sido mucho peor.

Se equivocaba y pudo comprobarlo en cuanto él comenzó a hablar del problemita que ella había tenido el año anterior y de su 'situación' y todas esas cosas.

En un principio había intentado mantenerse fuerte y no perder la compostura, pero a medida que él hablaba notó cómo los ojos de le fueron llenando de lágrimas hasta que un par resbalaron por sus mejillas. Maurie se apresuró a limpiárselas con el puño de las mangas de la manera más discreta que pudo. "Lo siento..." Se disculpó con un hilo de voz, demasiado sumerjida en su propio dolor como para sentirse sorprendida de que su profesor le estuviera comentando los pormenores más íntimos de su vida sentimental, familiar y privada, aunque sí estaba un poco sorprendida.

Asintió para no tener que hablar, porque no quería que él la escuchara hablando en un hilo de voz. Debía pensar que era una idiota, aunque por lo que acababa de decirle, al menos sentía que la comprendía un poco al haber pasado por algo parecido. Ahora recordaba que el accidente de la mujer de él había estado en boca de todo el mundo, incluso antes de que se convirtiera en profesor. Salvo que no había vuelto a pensar en el asunto desde entonces porque ella había sido bastante joven en ese momento como para que le importara demasiado lo que se decía en los diarios.

Sentía que debía decir algo pero la verdad era que no podía conseguir hablar. Estaba muy nerviosa y deprimida como para responderle.

Le dio pena ver la manera en que la había hecho poner, pero no le quedaba otra alternativa si quería que alguien lograra poder hablar con Nicole y sacarla del pozo depresivo en que se había metido por su culpa.

"No tienes nada de qué disculparte, Ashby." Le dijo no atreviéndose a usar el nombre de pila de ella para no invadir aún más su privacidad. "Entiendo que esto es difícil para tí y que probablemente no sea algo de lo que quieras hablar, pero realmente me ayudaría mucho si pudieras conversar con mi alumna." Le dijo abiertamente, aunque de manera comprensiva.

"Es una estudiante de quinto año que tuvo un hijo durante el verano, pero tuvo que darlo en adopción porque obviamente no está en condiciones de criarlo en este momento." Explicó con expresión afligida. "La verdad es que está aterrorizada y muy deprimida y se niega a hablar con ningún adulto. Se pone muy a la defensiva y tengo miedo de que vaya a hacer alguna tontería porque se siente muy culpable." Le explicó aún hablando en voz relativamente baja. "Ella es la hermana menor de un amigo mío y realmente me gustaría poder ayudarla pero no hay nada que yo pueda hacer por ella personalmente. No mientras se niegue a hablar conmigo." Explicó. "Pensé que como tú habías pasado por algo similar, tal vez podrías... no lo sé..." Dijo con un encogimiento de hombros.

La verdad es que ni él sabía qué era lo que esperaba, pero estaba tan desesperado que no tenía ni la más mínima idea de qué hacer ya por ella. Si Nicole acababa suicidándose por lo que había sucedido él se moriría de culpa. Era la hermana de su mejor amigo y no había manera en el universo de que Jackson fuera a entender lo que había pasado. Nadie jamás le creería que ella lo había petrificado y violado después de que él se negara a estar con ella. "Sé que es un favor enorme y no tienes por qué aceptar sólo porque sea tu profesor. Tienes derecho a no hacerlo si no quieres, pero creo que ella de seguro te oiría a tí."

La historia que Rogers le estaba contando la conmovió profundamente. Se sentía muy reflejada en lo que decía sobre la culpa y también en lo de hacer tonterías, puesto que ella había intentado matarse no muchos meses antes... todo por la culpa y eso que no había sido su culpa. No podía ni imaginarse lo que debía sentir esa muchacha mucho menor que ella en una situación en la que sí podía identificársela como culpable verdadera de la situación.

Por otra parte, Maurie todavía sentía una necesidad enorme de hablar de lo que había sucedido, salvo que no quería ser juzgada por ninguno de sus amigos. Con ellos sentía la necesidad de no hablar, de olvidar, pero el no hablar de lo que había pasado la estaba matando por dentro, la volvía loca y no la dejaba dormir de noche ni vivir de día. Sentía que ninguno de sus amigos la comprendería realmente, que no serían capaces de entender lo que había pasado y cómo se sentía, en especial Lex, que a veces se ponía tan en idealista que resultaba imposible hablarle de nada sin que juzgara todo con rigidez extrema.

Tal vez el conversar de lo sucedido con alguien de afuera pudiera ayudarla a sentirse mejor como había sucedido con Gipsy. El hablar con alguien que había pasado por lo mismo y que comprendía cómo ella se sentía sin criticarla por haber intentado quitarse la vida de seguro sería un alivio para ella también.

"No se preocupe. Hablaré con ella." Dijo en un hilo de voz, pero mirándolo a los ojos decidida. No tenía ni idea de cómo hacerlo sin que sonara demasiado descolgado o muy incómodo, pero no quería que esa muchacha pasara por lo que ella había pasado y estaba pasando. Era una clase de infierno que no le deseaba a nadie y el saber que había alguien más ahí afuera padeciendo de lo mismo la hacía sentirse con la necesidad de acercarse a esa persona.

Matthew se sintió inmensamente aliviado de oír que ella lo haría. No la había apresurado ni presionado porque sabía que era un momento muy emocional para ella y un tema delicado, pero realmente había estado muy tenso hasta que Ashby accedió a hablar con Nicole. Luego se mostró mucho más tranquilo, como si le hubieran quitado un peso tremendo de encima y se tranquilizó bastante.

"Gracias. Muchas gracias por acceder a hacer esto. Significa mucho para mí, y probablemente también para ella..." Le dijo sinceramente agradecido y de manera muy evidente. "Aunque probablemene no vaya a admitirlo... lamento decir que es una muchacha algo rebelde desde que su madre adoptiva falleció. Sus padres murieron poco después de que ella nació, así que intento ser comprensivo con ella porque nunca tuvo el apoyo real de una familia para guiarla." Explicó. "No hace falta que hables directamente del tema... tú sabes... a veces es más fácil transmitir un mensaje sin decir las cosas directamente." Le dijo esperando que ella captara lo que quería decirle. No quería tirarle la bomba de que era una alumna problema y malhumorada de entrada, porque no quería hacerla salir corriendo pero si no la ponía sobre aviso podía ser contraproducente.

"Su nombre es Nicole Turpin... no sé si la conoces. Es un par de años menor que tú..." Dijo por decir algo. Aunque dudaba que un huroncito de séptimo se fuera a juntar con una serpiente de quinto por motus propio.

"Tal vez pueden decir que van a un taller de algo o que están castigaas o recibiendo clases particulares de alguna materia..." Sugirió para hacerle las cosas más fáciles y así asegurarse de que realmente pudieran hablar sin tener excusas para no hacerlo. No quería cargar con la muerte de Nicole en su consciencia.

"La mandé a llamar para hablar con ella. Debería estar aquí en cualquier momento." Le dijo esperando que no se tardara para que la cosa no se pusiera incómoda.

Nik llegó un poco tarde. Venía arrastrando los pies y de bastante mal humor. No tenía ninguna gana de juntarse con nadie a hacer terapia de grupo, por más que a Matt le pareciera super importante. ¿Qué podía saber él de cómo se sentía ella? Él era un tipo exitoso al que todo le salía bien y ella una pobre adolescente patética que no daba pie con bola y que todo lo que intentaba hacer le salía mal. Para colmo, estaba opacada por la fama de sus padres como revolucionarios y de su hermano como profesor. No había mucho que ella pudiera hacer después de la manera en que Jax se había destacado toda la vida en la escuela con sus notas y con sus amistades por su bondad.

No quería hablar de su vida privada con una extraña y mucho meno con una alumna mayor que ella que de seguro se pondría en papel de madre y le bajaría línea.

Con esa actitud de mierda y mala cara, golpeó a la puerta y luego entró sin esperar respuesta. Fulminó a Matt con la mirada y se sentó en la silla junto a Maureen, pero sin mirarla. No le gustaba eso de tener a una perfecta desconocida sentada al lado y saber de su vida detalles tan íntimos como que había pasado por algo parecido a lo que había pasado ella. La ponía incómoda. "Aquí me tienes. Terminemos con ésto de una vez." Le dijo de mala gana.

Cuando Nicole entró, Matt se tensó nuevamente al ver la actitud con la que venía. Temió lo peor y esperó que no le hiciera una escena en ese momento. No quería que hiciera pasar un mal momento a Ashby que no tenía absolutamente nada que ver con ella, sólo porque estaba cruzada.

"Buenas tardes Nik." La saludó lo más casualmente que pudo, aunque se notó que le clavó una mirada seria de advertencia, como diciéndole que se comportara. "Ella es Nicole Turpin." Le dijo a Maureen. "Nik, ésta es Maureen Ashby, la muchacha de la que te hablé." Las presentó. "Me gustaría que hablaras un rato con ella de lo que sea que te venga a la mente. Probablemente Miss Ashby pueda entenderte mucho mejor que Jax o que yo y sea capaz de sacarte las dudas que tengas." Le dijo lo más tranquilamente que pudo, aunque estaba tremendamente nervioso.

Se puso de pie. "Las dejaré tranquilas un par de horas para que puedan hablar." Informó. "Pueden servirse té y galletas, pero por favor intenten no tocar nada de los estantes. Hay algunos reactivos un poco peligrosos. "Les advirtió."

Asintió con la cabeza cuando Matt hizo las presentaciones y le dirigió una mirada fría a Maureen. "Mucho gusto." Dijo en un tono que le dio a entender a todo el mundo que no tenía ni la menor gana de estar ahí y que mucho menos le daba gusto conocerla.

"La verdad, preferiría que no. No sé por qué te empeñas en hacerme hablar con gente, Matt. No tengo ninguna duda y si la tuviera, me iría a la biblioteca o lo hablaría con un médico." Le dijo de manera tajante. Aún estaba molesta con él, primero por haberla rechazado, luego por no haber reaccionado a su plan de la manera que ella había esperado y, por último, porque ahora encima se hacía el preocupado e intentaba 'ayudarla' con un montón de cosas inútiles que no hacían más que irritarla.

Matt fulminó a Nicole con la mirada cuando trató a su otra alumna de esa manera tan irrespetuosa, aunque sabía que probablemente le importara tres cuernos cómo él la mirara.

"Lamentablemente para tí, no te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando como profesor." Le dijo con firmeza, mirándola de manera dura al ver que no respondía al tacto y los buenos modales. "De lo contrario tendrás que venir a conversar conmigo dos veces por semana durante todo el mes." Le dijo como opción.

Luego se marchó sin decir una palabra.

Maurie había permanecido en silencio la mayor parte del tiempo. Primero, no se había atrevido a responderle al profesor nada para que no se le volviera a quebrar la voz, pero ya había aceptado a ayudarlo y no le parecía que tuviera mucho más para hacer salvo oír los consejos de él que le dieron mala espina. Le sonó un poco como que la estaba mandando a hacer el trabajo sucio por él tratando con una de las alumnas difíciles de manejar y que ésta probablemente se desquitaría con ella por no poder hacerlo con él.

Sus temores se vieron confirmados cuando Nicole llegó con esa actitud y comenzó a repartir mala onda a diestra y siniestra.

Maurie comenzó a arrepentirse de haber aceptado el encargo en el momento en que la otra muchacha la saludó de esa manera. Ella le devolvió una mirada fría, como de advertencia y repitió el saludo "Encantada." De la misma manera, dándole a entender que tampoco tenía la menor gana de estar allí. Le había parecido la mejor manera de protegerse contra posibles abusos de parte de la pequeña serpientecita, el mostrarse como dura ella también y así ganarse un poco de respeto. Sabía por experiencia propia que los Slytherins no respetaban a las mosquitas muertas.

-Bueno, creo que ya me siento mejor...- Ironizó mentalmente. -Mi situación podría ser inmensamente pero... a demás de todo lo que me pasó podría ser tan insoportable como ella!- Bromeó en su cabeza, el comentario cargado de sarcasmo refiriéndose a la actitud de mierda que tenía Nicole.

Le lanzó una mirada de súplica al profesor para que no se fuera, pero acabó por verlo marcharse de todas maneras y reprimió un suspiro al verse a solas con la muchacha.

"Lo siento, Turpin." Le dijo con un tono que sonaba más a desafío que a una disculpa real. "El profesor Rogers no me dijo para qué me había citado. Si hubiera sabido que me iba a hacer perder el tiempo al menos me hubiera traído un libro." Opinó con una mueca de lado. Acto seguido, tomó una galleta de la pila que había dejado el profesor ahí y comenzó a mordisquearle el borde. En realidad no tenía hambre, pero necesitaba algo para mantenerse ocupada o se iba a volver loca encerrada ahí durante lo que sea que él considerara 'un par de horas'.

Aunque no se mostró sorprendida, Nicole no se había esperado que una huroncita fuera a devolverle la actitud y eso la sacudió un poco del libreto que había preparado para esa tarde.

Continuó dedicándole a Matthew miradas asesinas, en particular después de que él le hubiera dejado en claro que aquello era un castigo y que era obligatorio... pero sobre todo, lo miró mal después de que le dijo que si no padecía aquella entrevista, tendría que ponerse a hablar con él de lo que había hecho y de las consecuencias de los actos y ser adulto maduro y responsable y quien sabe cuántas estupideces más que no soportaba.

Cuando el profesor se marchó, Nicole se volvió hacia Maureen. La miró un momento, estudiándola y pensando cómo reaccionar ante ella, qué decirle y cómo darle a entender que ella no pensaba ponerse a hablar de su vida privada y de los rincones más oscuros y sensibles de su ser con una completa desconocida.

Sin embargo, antes de que pudiera hablar, la otra muchacha se le adelantó diciéndole eso que la sorprendió tanto. No tanto por lo que había dicho, sino por la manera de desenvolverse. Sonaba como una compañera Slytherin, no como un a estúpida Hufflepuff y casi que hasta tuvo que empezar a creer un poco lo que Matthew le había dicho sobre ella, que era 'material de Slytherin' y que no entendía cómo podía haber terminado en Puffyland. Los comentarios de Maureen hicieron que Nicole le tuviera un poco de respeto y se le notó por la manera en que la miró un poco sorprendida. Se había quedado sin libreto, pero estaba lista a improvisar.

Para empezar, se sintió un poco tonta porque no se le había ocurrido a ella primero eso de haberse traído un libro para demostrar que lo que suecedía a su alrededor le importaba poco y tuvo que admirar el wit de la muchacha para salirle con eso. "Lo hace para vengarse de mí, para castigarme." Dijo con firmeza, el brillo desafiante aún presente en sus ojos. "Tú sólo eres el instrumento de tortura." Le dejó bien en claro.

Maurie levantó las cejas y dejó escapar un 'je' nasal al oírle decir eso. "Sehh, porque a mí me encanta estar aquí encerrada con una pendeja malhumorada." Le dijo con una mueca ladeada. No pensaba tolerarle ni un centímetro de actitud. Había estado dispuesta a ayudarla si ella realmente necesitaba ayuda, pero lo único que esa niñata malcriada parecía necesitar era una buena paliza para que se le quitara lo engreído.

Por un segundo intentó meterse en los zapatos de ella pero no logró que le calzaran. Ella también había perdido a sus padres y había tenido una fase rebelde, pero no hacía que los demás tuvieran que padecerla a ella como consecuencia y realmente dudaba que alguien con semejante actitud de perra recalcitrante estuviera sufriendo demasiado por un niño cuando no parecía capaz de tener sentimientos de ninguna clase más allá del odio y el desprecio.

Sin embargo, estaba tan atrapada allí como ella, así que tendría que encontrar alguna manera de entretenerse, pensó. Algo con qué pasar el rato. "Así que Turpin, ¿eh?" Preguntó de manera retórica. Le costaba creer que esa niñata malcriada fuera la hija de los Aurors que habían peleado junto con sus padres por hacer del mundo un lugar mejor.

"Pues tal vez no estaría malhumorada si no tuviera que estar aquí encerrada bajo la consigna de que una madre adolescente me de consejos sobre sexo seguro." Le dijo con una expresión de desprecio, cruzándose de brazos.

"Sehh, mi estúpido hermano es el profesor de Runas Antiguas... descubriste América... felicitaciones..." Le dijo en tono burlón, sin tomarse la molestia de verla. Ella también agarró una galleta que empezó a comer de a pedacitos para poder descargar algo de furia masticando. "¿Quieres que te de un premio?"

Maurie apretó los dientes y convirtió sus manos en puños al oír cómo Nicole acababa de llamarla. Le dieron ganas de agarrarla y sacudirla para que se le quitara lo insolente y después estrellarle la cabeza contra la pared reiteradas veces por haber minimizado su situación de esa manera sin siquiera conocerla. No tenía derecho a juzgarla, pero intentó que sus palabras no le llegaran y tomarlas como de quien venían. Claro que no le resultó del todo fácil.

"No, claro. Me imagino que actuar bajo la consigna de insultar gratuitamente a una mujer que tuvo que ver morir a su hijo recién nacido debe ser mucho más divertido." Le espetó demasiado furiosa como para ponerse triste más allá de que se le hubieran puesto un poco húmedos los ojos. Pero al menos la cosa no pasó de ahí y no cayeron lágrimas, sólo le dedico una mirada asesina a Nicole.

Ignoró los comentarios de ella, porque no iban por el camino en que Maurie quería llevar la conversación y estaba segura de que la única manera de salir indemne de ahí era no ceder terreno y demostrarle a la pequeña serpiente que era ella quien tenía control de la situación, que no permitiría que jodiera con ella.

"Uno esperaría una actitud un poco más altruísta y solidaria de la hija de George y Jackeline Turpin..." Le dijo sécamente, dándole a entender que la cosa no venía por la mano de su hermano sino por la de sus padres, que eran conocidos dentro de la comunidad mágica aunque no por la gente de su edad, pero ella siempre se había interesado por ese tipo de información, de la generación de sus padres. La hacían sentirse más cerca de ellos. "... que no dudaron en sacrificar sus vidas para que todos vivamos en un mundo mejor. Me imagino que deben estar muy orgullosos de que su hija tenga la actitud del tipo de gente que los asesinó sabiendo que una recién nacida los esperaba en casa." Opinó con una mueca de desprecio. Así como podía ser de dulce, podía ser de venenosa cuando la provocaban y esa niña claramente la había provocado.

Las palabras de Maureen dejaron a Nicole totalmente helada. Matthew le había comentado que la situación de ella era más o menos similar a la suya, pero no había entrado en detalles y ella había asumido que su compañera habría estado de joda con su novio de turno y había acabado embarazada. No tenía modo de saber que el hijo de ella había muerto y mucho menos de la situación trágica en la que había nacido. "I didn't know that." Dijo sécamente. No era una disculpa, pero era lo más cercano a una que Maureen iba a obtener de ella de momento. Pero sí cabe decir que el comentario de la huroncita la había hecho sentir bastante culpable.

Su expresión volvió a endurecerse al oírla hablar así de sus padres, aunque comprendía que era lo lógico después de la manera en que ella la había insultado sin saberlo. "¿Qué puedes saber tú sobre mis padres?" Le espetó molesta, pero sin atreverse a insultarla nuevamente ahora que era tan consciente de su situación. No era que se hubiera ablandado del todo, pero sabía que ella misma tenía problemas para aceptar lo que le había pasado por culpa de su propia estupidez y comprendía que para Maureen debía ser aún peor. Aunque más no fuera por respeto a eso había saltado a la defensiva cuando en cualquier otra ocasión se hubiera puesto a atacarla de la peor manera posible. "Que hayas leído sobre ellos en un libro no te da derecho a creerte una experta." Le dijo secamente. Sin embargo, parecía tratarla con un poco más de respeto que antes. Le hablaba secamente pero sin odio. Había pasado de atacarla a simplemente defenderse. No quería cargar con la culpa de haber insultado a una mujer en la situación de Maureen. Muchas cosas le importaban bien poco y no era muy propensa a sentir culpa, pero había una línea en algún lado porque era mujer y más sensible que los hombres, a pesar de ser Serpientecita.

El saber que Nicole no sabía lo que le había sucedido la calmó un poco. Si ese era el caso podía disculpar un poco más su actitud aunque podía ser que estuviera mintiendo, si bien no le pareció que así fuera. Le había sonado bastante sincera la manera en que no se había disculpado, muy natural. "Claro que no, si abres la bocota antes de escuchar o preguntar." Le dijo también sécamente. "Hay una razón por la que tenemos dos oídos y sólo una boca, ¿sabes?" Le espetó todavía molesta. Las palabras de ella realmente le habían dolido porque le pegaban en un punto sensible. Sentía que si ella se hubiera cuidado más no hubiera quedado embarazada y entonces no hubiera tenido que condernar a su hijo a morir a manos de la familia de John.

"Yo podría asumir una docena de cosas en base a lo poco que sé de tí y a los prejuicios que tengo, y podría insultarte de miles de formas distintas en función de todo eso, pero como realmente no te conozco y no tengo idea de lo que piensas o sientes o de los motivos detrás de tus acciones, no ando diciendo lo primero que me viene a la mente sólo para mantener a los demás a distancia y parecer muy cool... porque cuando tratas a alguien así no pareces cool, simplemente pareces una perra descorazonada que acabará sola en el mundo cuando necesite a alguien que le de una mano." Le dijo ya menos furiosamente y de manera más seria. Realmente le molestaban las pendejas malagradecidas con ese tipo de actitud.

"Mis padres eran los Aurors Ashby. Pelearon codo a codo con los tuyos y murieron un par de años después que ellos por la misma causa." Le dijo fríamente. "Sé de lo que estoy hablando." Le avisó para que no intentara rebelársele de nuevo.

Apretó los labios y la miró mal, pero no con odio. Ahora que conocía los detalles de su situación le daba cierta cosa gritarle. Era como patear a un lisiado... estaba un poco mal. La miró con el resentimiento del nene caprichoso hacia la madre que la reta con motivo. No se le ocurrió nada para decirle que no fuera a empezar una pelea física, de manera que prefirió no decir nada. No quería tener que soportar a Matthew dos veces por semana.

En el fondo, Nicole sabía que ella tenía razón, pero obviamente jamás iba a admitir eso. Se limitó a mirar al frente y a apretar su pollera con un puño. En la otra mano todavía tenía media galleta. "Si hubiera querido la opinión de un hurón apestoso la hubiera pedido. ¿No te parece?" Le espetó cuando no aguantó más que le dijera todo eso. Continuó comiendo el resto de su galleta en silencio.

Ese comentario no afectó a Maureen. Era un insulto vacío, sin lógica de respaldo, signo claro de que la muchacha se había quedado acorralada, sin ningún otro argumento lógico con que rebatir lo que le estaba diciendo. No estaba segura de poder hacerla sentir mejor, pero al menos se aseguraría de que bajara la actitud un poco y dejara de torturar a aquellos alrededor de ella intentando abrirle los ojos. Le había dado un poco de pena el profesor de DADA, que siempre le había caído bien. Tal vez si la sacudía un poco verbalmente, la muchacha dejara de ponerle las cosas tan complicadas, porque de triste y deprimida no tenía nada. Seguramente era un acto para torturar a los adultos alrededor de ella y llamar la atención.

"No creo que seas una mala persona, Nicole." Le dijo sin levantar la voz, pero todavía de manera seca. "Elegiste tener a tu hijo cuando había opciones más fáciles disponibles. Lo que no entiendo es por qué eliges comportarte como una niña caprichosa cuando tienes potencial para hacer cosas geniales si quisieras." Le dijo seriamente. "No tienes por qué salvar el mundo para honrar la manera en que tus padres vivieron y murieron, pero podrías comenzar por no hacerle la vida imposible a aquellos que te quieren y se preocupan por ti. Elegir convertirte voluntariamente en una carga para ellos sólo hará que a la larga te terminen odiando, cuando podrías llamar la atención de una manera más productiva." Dijo con un encogimiento de hombros que le hizo doler la espalda al hacerle tirante las cicatrices.

Las palabras de Maureen, por ser ciertas, la hicieron lagrimear un poco pero logró contener las lágrimas para que ninguna cayera. Tenía la cabeza vuelta hacia el escritorio y algo baja, de manera que no le viera la cara, por el cabello y el ángulo.

Cuando mencionó a su hijo le ganó la culpa y ya no pudo contener las lágrimas. Se había metido en un tremendo quilombo, le había salido todo mal y ahora no sabía cómo solucionarlo y no tenía a nadie a quien acudir por ayuda... y para peor ahora sentía que Matthew la odiaba, lo cual era entendible si uno tenía en cuenta lo que ella le había hecho.

Lo que la muchacha le estaba diciendo metía justo el dedo en la llaga y la revolvía, por lo que terminó quebrándose a pesar de su resolución. "¿Quién te crees que eres para hablarme así?" Le espetó molesta. "¡No tienes derecho a hablarme de esa manera sin saber una mierda sobre mí!" Le dijo levantando la voz mientras que las lágrimas le caían por las mejillas. "¡A ti tampoco te ha ido mucho mejor como para que me vengas a dar cátedra!" Le espetó antes de cubrirse el rostro con las manos mientras sollozaba.

Maureen no se esperaba que la terca muchacha se quebrara, pero al menos eso le dio la pauta de que en alguna parte tenía sentimientos y que después de todo no era tan insensible como parecía. Le dio un poco de culpa, pero también pensó que le estaba haciendo un favor a todos los que ella tenía alrededor abriéndole los ojos y que incluso ella misma podría beneficiarse de oír algo así para poder mejorar su personalidad antes que fuera demasiado tarde y tuviera que terminar sufriendo por eso el resto de su vida.

No supo qué decir. No quería meter más la pata y tampoco quería disculparse después de la manera en que Nicole le había hablado a ella un rato antes, así que se limitó a quedarse callada. De seguro la muchacha prefería tener su espacio a que ella se le acercara a intentar consolarla. Maureen no quería que la otra la sacara cagando, así que se quedó en el molde y continuó comiendo su galleta.

Nicole deseó no haber ido para nada a la cita. Deseó hacer explotar el mundo y a todas las personas en él y así poder dejar de sufrir. Al menos se sintió afortunada de que ella había dejado de hablar finalmente y se había dedicado a comer.

Ella se quedó en silencio intentando calmarse y, luego de haberse calmado, se le comenzaron a ocurrir las cosas que tendría que haberle respondido antes pero que ahora ya era demasiado tarde para decir. Se maldijo internamente por no haber tenido la creatividad y la mente fría en ese momento pero ya no había nada que pudiera hacer para cambiar el pasado.

Se quedó en silencio el resto de la hora hasta que Matt regresó.