En la plaza

Matt salió apurado de la casa de sus padres y se dirigió a la plaza del pueblo, donde se suponía que su cuñado y sus sobrinitas estaban jugando con las escobas nuevas de ella. Se acercó rápidamente al sector de la plaza que sabía era más espacioso, aquél donde probablemente estarían puesto que había lugar suficiente para que ellas volaran.

Desde lejos pudo ver las figuras pequeñitas de sus sobrinas en las escobas y el corazón le dio un vuelco. Los vehículos se levantaban apenas unos pocos centímetros del suelo pero él le tenía idea a las escobas y para él era peligroso.

Se acercó a ellos y se detuvo a pocos metros de donde su cuñado se encontraba. Lo saludó con una inclinación de cabeza algo seca. La expresión en su rostro era bastante sobria. Estaba anticipando una discusión pero después de lo que acababa de suceder dentro de la casa, quería evitar armar más problemas en la medida de lo posible y resolver las cosas con calma. No que a él no le gustara una buena pelea, pero con su cuñado y frente a las niñas no era el momento.

"Nate. ¿Podemos hablar un momento?" Le preguntó seriamente.

Nate estaba jugando con las niñas en la plaza. O mejor dicho, ellas jugaban en la plaza mientras que él las supervisaba, asegurándose de que no se fueran muy lejos ni chocaran contra los árboles o entre ellas y que no aceleraran demasiado, si bien las escobas de juguete que les había comprado eran relativamente lentas y no se levantaban más que un par de palmos sobre la altura del suelo.

Las seguía con la mirada y caminaba entre ellas con la varita en la mano, siempre listo a actuar si había algún problema, pero de momento venía todo bastante tranquilo. El perro de su suegro corría entre ellos de un lado a otro, alejándose muerto de miedo cuando las escobas se le acercaban.

Concentrado en lo que estaba haciendo, no vio a Matthew hasta que no lo tuvo parado cerca. "Matt." Le devolvió el saludo de la misma manera seca. No porque estuviera molesto con él, sino porque intuía que Laurel debía de haberlo mandado a hacer el trabajo sucio después de haber sido incapaz de convencerlo ella misma de que tirara las escobas nuevas al demonio.

Emmy estaba jugando a perseguir a su hermana en su escoba. Cada tanto, se entretenía persiguiendo al perro en lugar de a Berry y mientras tanto, se reía como una posesa de la sensación tan liberadora del viento volándole el cabello en la cara y fuera de la cara según en qué dirección estuviera yendo. Se sentía tan libre y tan mágico el estarse moviendo levantada del suelo... casi tan divertido como cuando su padre o su tío la sentaban sobre los hombros y la llevaban a caballito... casi.

En un momento se dio cuenta de que su tío favorito de todo el universo estaba ahí con ellos en la plaza y detuvo la escoba como pudo para poder bajarse. "Tío Machew!" Exclamó entusiasmada al verlo. En realidad, hacía rato que podía hablar bien, pero le había empezado a decir así cuando tenía cerca de dos años y el sobrenombre se le había pegado... a ella y su hermana y ya era como una broma interna.

Cuando pudo bajarse de la escoba salió corriendo hacia él con la intención de abrazarlo. Dejó caer la escoba al suelo olvidándola completamente. Mientras corría, iba riendo de la alegría de verlo.

Berry tardó un momento menos en darse cuenta de que su tío había llegado, puesto que estaba en general más atenta a los alrededores que su hermanita. "¡Tío Machew!" Coreó ella también, con toda la intención de correr hacia él. Sin embargo, el bajarse de la escoba se le complicó con el vestido blanco con florcitas amarillas que llevaba puesto y se enredó en los pedales. No se cayó ni nada, pero después de detener la escoba, lo que le había resultado bastante fácil, no había podido bajarse hasta no desenganchar su ropa, porque era así de cuidadosa.

El resultado fue que acabó llegando después que Emmy a abrazar al tío, pero cuando lo hizo lo estrujó con toda su fuerza. "It's so good to see you! You look awesome! Did you see our new brooms? Where's grandma?" Le dijo todo eso una cosa detrás de la otra a una velocidad tremenda y sin darle lugar para responder.

Al ver que sus sobrinitas se bajaban de las escobas, Matt se quedó mucho más tranquilo y sonrió complacido al ver que corrían a su encuentro. Adoraba los chicos en general, pero sus sobrinitas iban más allá, era una adoración ya la relación que tenía con ellas.

Se agachó para poder saludarlas y les devolvió el abrazo de manera afectuosa. Cuando estaba con ellas no podía dejar de sonreír como un estúpido y lo afectaban más que cualquier otra mujer adulta. Probablemente eso se debía a que en alguna parte de su mente tenía que compensar por la pérdida de su hija, puesto que antes de que naciera Jade le importaban bien poco los niños.

"Thanks! Hey, it's good to see you too, beauties!" Las saludó con cariño. "Grandma is back at home. She wants you two to go help her set the table. Would you do that for me, please?" Les pidió con una sonrisa para deshacerse de ellas para poder hablar con Cole. Al mismo tiempo, se aseguraba de que su madre las viera enteras pronto y se quedara tranquila. No quería darle problemas con todo lo que la mujer ya había sufrido por su hermano. De todas formas, la casa quedaba a cincuenta metros del parque y podía versela desde ahí, no había problema en que las niñas volvieran solas en un pueblito tan tranquilo y seguro como ese.

Cole asintió también de manera algo seca. No se llevaba mal con su cuñado, pero le molestaba que fuera un nene de mamá siempre corriendo a hacer el trabajo sucio de la matriarca de la familia. Por otra parte, estaba un poco celoso de Matt porque sus hijas parecían quererlo más que a él, aunque no se le pasaba por la cabeza que eso debía tener algo que ver con el hecho de que él se la pasaba trabajando y las ignoraba la mayor parte del tiempo y su tío vivía sacándolas a pasear y consintiéndolas.

"Girls, please go help your grandma." Les pidió aún algo más seriamente de lo que hubiera querido, si bien lo dijo de buena manera. No era del todo cariñoso porque no le salía, no era demostrativo, pero a veces podía ser bastante payaso y con eso compensaba... al menos con ellas.

Cuando su tío las mandó a ayudar a la abuela, Berry miró instintivamente a su padre en busca de confirmación, porque él era la autoridad. Aún a su corta edad tenía en claro que muchas veces cuando hacía caso a su tío sin preguntar primero a su padre, después terminaban discutiendo como niños por otras cosas o mirándose mal y no le gustaba que retaran a su tío o lo miraran mal.

A decir verdad, tampoco quería hacer caso en ese momento porque estaban esperando a su amiga y no quería tener que irse antes de poder jugar con ella un rato. "But Daddy! We're waiting for Adie!" Protestó con cara de perrito mojado, porque sabía que compraba.

Ella aún no se daba cuenta de ese tipo de cosas, pero como su hermana siempre miraba a su padre por confirmación cuando alguien más les daba una orden en su presencia, Emmy también lo hacía ahora. "We want to show her our new brooms!" Explicó ella también pasada de rosca como si hubiera comido demasiada azúcar. "Can't we wait for her a little longer?" Le preguntó ella también poniendo su mejor cara de angelito.

Matt estaba a punto de decirles a las chicas que mejor le hicieran caso a su padre, cuando escuchó a Berry y Emmy decir eso y decidió esperar. De todas formas ya podría decirles después que hicieran caso. "Who's Adie?" Le preguntó a Berry de manera amable, más por cortesía que por curiosidad. Por más que respaldara las decisiones de Nate, a Matt siempre le gustaba ser el preferido de las niñas y por eso prefirió preguntar por la amiguita de ellas antes que decirles que hicieran caso. Total, para eso estaban los padres, para imponer la ley.

Y tampoco le daba culpa ser el tío malcriador, porque sabía que si Cole quería ser el número uno, de seguro lo único que tenía que hacer era pasar más tiempo con ellas, pero si él decidía que sus negocios eran más importantes, que después se bancara que él fuera el preferido. Punto. Y no por eso se llevaba menos mal con él, aunque claro, tampoco era su mejor amigo.

"Adie is our friend!" Exclamó Emmy aunque nadie le había preguntado a ella. Tenía la costumbre de meterse en conversaciones ajenas. "She lives across the street from us." Explicó después aún con una sonrisota enorme, porque estaba de un exelente humor.

"We promised to meet her here today to show her our brooms, but she lives with her grandparents and they're slow, so she's always late for playdates." Explicó Berry añadiendo la última parte por lo bajo, como para no quedar tan mal, vio?

"Can't we just stay a little longer? Please." Rogó poniendo cara de pobre cosita.

Nate apretó los labios al oír la súplica. Con Matt en frente, quedaba siempre como el malo pero después si no ponía mano firme, tenía que pagar él las consecuencias en su casa. "I'm sorry girls. You heard your uncle Matthew. We need to go home. Lunch is almost ready and you know your grandma and how she gets when we're late for lunch." Les dijo de la mejor manera que pudo.

"We can come back later and see if she's still around." Ofreció como compensación.

Matt levantó las cejas impresionado y sonrió aprobatoriamente. Luego tuvo que hacer un esfuerzo para no reírse del comentario de Berry, lo que sólo consiguió a medias, ocultando su hilaridad tras una sonrisa divertida mientras lanzaba una mirada a Nate.

"Owwww!" Protestó Emmy haciendo pucheros para mostrar su decepción y ver si así podía convencer a alguien. En especial, dirigió sus caritas hacia su tío, porque sabía que siempre funcionaban con él, pero no era lo suficientemente mayor como para haber notado que eso se daba sólo cuando su padre no estaba presente.

"Not fair!" Protestó cuando su padre terminó de hablar de su abuela.

"Booh! I wanted to show Adie my broom!" Se quejó Berry. "I promised I'd let her ride it." Explicó después, también dedicando sus súplicas a su tío favorito. Los hermanos de su padre no le importaban demasiado y tampoco los veía seguido.

"I'll tell you what. You go help your grandma set the table now, and then we invite Adie over after lunch." Ofreció como opción alternativa, siempre buscando una manera de que las chicas quedaran conformes, porque no soportaba verlas ponerse mal. Era una máquina de consentir niños.

"You go ahead. Uncle Matthew and I will follow you in a moment, al right?" Les dijo a las niñas con una mirada que daba a entender que no quería lugar a discusiones, si bien su tono había sido amable si uno sólo oía sin verlo.

Al espiar y ver que su padre no cedería, Emmy comenzó a dar todos los signos de que se pondría a hacer un berrinche en cualquier momento, pero cuando escuchó que su tío le ofrecía eso, se calmó un poco y asintió, pero todavía con cara de decepcionada, porque no era exactamente lo que ella quería. Sin embargo, era mejor que nada y si lloraba, podía no conseguir nada de nada, así que se guardó las lágrimas y comenzó a caminar lentamente hacia la casa cabizbaja.

"Okay." Accedió ella también con el ánimo un poco desinflado, pero bastante menos irritable que su hermanita. También se marchó arrastrando los piés, aunque a ella al menos se le pasaría antes el enojo.

Nate esperó a que sus hijas se hubieran metido a la casa antes de sentarse en uno de los bancos de la plaza y mirar a su cuñado. "Decías?" Le preguntó simplemente, encendiéndose un cigarrillo que acababa de sacar de un bolsillo de su túnica. Ni le ofreció a Matt porque sabía que no fumaba.

Matt asintió y se sentó más o menos cerca, pero a la vez lejos de su cuñado, en la otra punta del banco. No era muy de hombres que los vieran sentados juntos y tampoco tenía interés en tener a Nate tan cerca.

"Mira, no vine a decirte cómo criar a tus hijas. No es algo que me corresponda y si mi madre cree que a ella sí, se equivoca." Le dijo de entrada para que lo tuviera claro. Nate a menudo lo acusaba de ser el nene de mamá y a él eso lo sacaba totalmente de quicio, así que intentaba evitar las situaciones que pudieran desembocar en eso para no pasarla mal y para no tener que discutir porque no le gustaba cuando se trataba de familia.

"Sólo quiero pedirte un favor." Le dijo aún hablando con tranquilidad pero serio. "Yo tenía un hermano gemelo, Michael. Mi padre lo adoraba y para nuestro octavo cumpleaños nos regaló una escoba. No una escoba de juguete como las que tienen las niñas. Una escoba hecha y derecha." Le comentó en tono de conversación. Había pasado hacía tanto tiempo que a estas alturas ya no se ponía mal por Chael.

"Como es natural los dos estábamos entusiasmados y quisimos salir a probarla. A mí me tocaba ir primero, pero como Michael era quien siempre llevaba la voz cantante, lo dejé subir a él... la escoba estaba defectuosa y fue imposible controlarla. Apenas subió los pies al estribo, Michael salió disparado, volando sin control. La escoba subió en un ángulo de 45 grados subiendo a la altura de un edificio de varios pisos hasta que finalmente chocó contra un árbol y Chael cayó al suelo." Explicó con esa expresión algo seria y algo mortificada que pone la gente cuando habla de una tragedia no muy reciente pero igualmente horrible.

"Mi padre, como es natural, se sintió culpable y se volcó a la bebida y se volvió violento y mamá tampoco se recuperó nunca del todo. Le borraron la memoria a Annie para que no se traumara. Por eso no recuerda ni a Michael ni nada de lo sucedido. Mi madre le acaba de contar." Explicó. Hablaba en un tono bastante bajo para lo que era habitualmente. "Por eso quiero pedirte que no le cuentes a mi madre de las escobas. Hay millones de plazas donde pueden ir a jugar. No tiene que ser precisamente ésta. Sólo eso." Le dijo poniéndose de pie y haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la casa.

Nate asintió seriamente cuando Matt le dijo eso, conforme de que no fuera el caso, porque realmente no estaba de humor para tener que soportar que más gente viniera a decirle cómo vivir su vida y criar a sus hijas. Le sorprendió que dijera eso de su madre, pero no se mostró sorprendido. Aún se veía bastante serio, porque si no era de eso, no tenía idea de con qué podía llegar a salirle.

Levantó las cejas con cierto interés cuando Matt mencionó lo del favor y escuchó con atención para ver qué cosa le iba a pedir, más por curiosidad que por otra cosa. Su cuñado nunca le había pedido ningún favor. A lo sumo le había exigido que no hiciera sufrir a la perra de su hermana y punto, pero eso había sido años atrás, antes de que Berry naciera.

Se sorprendió de enterarse de que Matthew tenía un hermano gemelo, pero asintió varias veces a lo largo de la historia porque ahora le parecía que todo tenía más sentido. Casi que hasta perdonaba a su suegra por romper tanto las pelotas dentro de ese contexto que tenía sentido. Él se había pensado que nada más era una paranoia de vieja chota y punto. No se había imaginado que hubiera un fundamento para su miedo a las escobas. "That explains a lot." Le dijo sinceramente, casi con un esbozo de sonrisa en los labios.

"Thanks for the explanation, Matt." Le dijo sinceramente, aunque de manera algo seria, porque era un tema que merecía seriedad. "Realmente necesitan dejar de guardar tantos secretos en esta familia." Comentó con una mueca ladeada. "Intentaré llevar a las niñas a otro parque y haré lo posible por que las historias de escobas no alcancen los oídos de Laurel." Le dijo asintiendo con seriedad. Él también se puso de pie, tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó con el pie sin pensarlo demasiado. Entonces agitó la varita y las escobas de las niñas desaparecieron, para reaparecer en la casa de la familia Cole, a salvo de causar problemas a la abuela.

Luego comenzó a caminar de vuelta a la casa de su suegra.

Matt sonrió de manera levemente cómplice cuando Nate le dijo que eso explicaba muchas cosas y después, nuevamente cuando opinó que necesitaban tener menos secretos de familia. "I know. I wish it was up to me." Comentó con una mueca de desagrado y resignación en el rostro y los hombros levemente encogidos.

"Thanks, Nate. That will save us all a lot of trouble. You know how my Mom gets when she's upset..." comentó de nuevo con esa mueca de resignado desagrado. Matt también comenzó a caminar hacia la casa de su madre en cuanto Nate terminó de apagar su cigarrillo.