Pidiendo permiso

Lex había pedido cita con el director para hablarle de algo muy importante y muy delicado... altamente secreto, por lo que estaba nerviosa. Transpiraba desmedidamente y estaba temblando. Todo muy inusual en ella pero eran cosas importantes y le daba no sé qué hablar de su vida privada y avergonzante con el director de la escuela nada menos. Si hubiera sidol anterior, Marduk, al menos tenía confianza con él, pero Williams era nuevo y a demás estricto. La iba a juzgar y ella se sentía mal por anticipado. 

Esperaba junto a su padre que había venido desde Appleby para la ocasión, en la oficina. El director no tardaría en llegar.

León había estado super ocupado ese día con todos los preparativos de fin de año entre otras cosas. Sueldos de los profesores, el roster, la presión que el board de padres y maestros ejercía para que sacara a la vampiresa que enseñaba historia de la magia y al hombre lobo que cuidaba los terrenos...

Pero llegó a tiempo a su cita con Mr.Moxley y su hija Alexandra. 

"Buenas tardes. Por favor, tomen asiento." Les indicó sentándose a su vez del otro lado del escritorio. 

"Soy todo oidos." Dijo cuando terminó de acomodarse la visita.

Erik Moxley ya había advertido a su hija de que no comentara nada hasta que no se le dirigiera la palabra. Que su presencia en la reunión era meramente un formalismo. Ella insistió en que era mayor de edad e iba a hacer lo que quisiera, pero su padre se puso firme y decidió, de momento, hacerle caso. Así más no fuera para ahorrarse el tener la atención del director en ella, lo cual la avergonzaba bastante. Seguramente pensaría que era una adolescente hormonal y le dolía haber caído tan bajo. Metió las manos en el bolsillo de su túnica y se acomodó en el asiento mientras su padre hacía otro tanto. 

"Verá, señor director. Quería verlo por un tema de naturaleza sensible. No sé si le habrá informado la jefa de Hufflepuff, pero mi hija está embarazada." Comenzó también bastante avergonzado de tener que estar teniendo esa conversación con el tipo que seguramente pensaba que él había hecho todo mal como padre. Algo de lo que ya estaba consciente y no neceistaba que se lo recordaran.

Lex mantuvo la mirada fija en el escritorio todo el tiempo su cuerpo tenso y los dientes rechinando. Sentía que quería golpar algo.

Los ojos del director se abriero levemente en señal de sorpresa pero por lo demás, mantuvo la compostura. 

"No. No estaba al tanto... y estoy seguro de que la profesora Varanen tampoco, o me lo hubiera comunicado." Dijo con tranquilidad. Parecía tan afable como siempre. 

"¿En qué puedo ayudar? Si bien la situación no es la ideal y tampoco es el mejor de los ejemplos para las demás alumnas, hemos tenido otras madres adolescentes en la escuela. No hace falta que Alexandra pierda el año ni nada por el estilo." Explicó impasible.

Erik Moxley miró a su hija de reojo. Ella continuaba con la mirada fija en la mesa pero asintió vagamente. Hubiera deseado estar en cualquier otro lugar y casi que se sintió aliviada de que fuera su padre quien estuviera llevando la conversación. Para todas las bravatas que había echado antes, discutir el asunto con el director le hubiera resultado aún más tortuoso que presenciarlo. 

"Lo sé. Entiendo que es una situación atípica. Cuando uno tiene una hija gay no se espera este tipo de sorpresas." Lex apretó la mandíbula. Tenía las manos hechas puño en los bolsillos. Le hubiera pegado de haber podido. ¿Cómo iba a decir esas cosas de ella? ¿Se suponía que eso 
fuera en su defensa? 

"Wow. Gracias por el tacto, papá." Ironizó ella por lo bajo cuando no pudo soportarlo más. La mirada aún clavada en el escritorio.

"Si hubo algún incidente con otro alumno, me gustaría saberlo, Alexandra." Dijo aún de manera amable. "Este colegio no defiende a los abusadores y tenemos una política de cero tolerancia en ese respecto." Dijo claramente no al tanto del asunto de Mr.Ito y Miss Tailor.

Erik Moxley se mostró escandalizado de la pregunta encubierta y las insinuaciones Williams le hacía a su hija, pero ella reaccionó antes de que él pudiera recuperarse. 

Lex frunció el ceño en una mueca de desagrado ante las implicancias del director, mientras que se ruborizaba como pocas veces en su vida. "Si fuera el caso, ya le habría roto la cara. A mi nadie me pone una mano encima sin mi permiso." Aclaró entre dientes, en un tono glaciar, sin molestarse en levantar la vista.

"Está bien. Entiendo. Simplemente es algo que tenía que dejar por sentado. Pero espero que sepas que siempre puedes venir a hablar conmigo o con los jefes de casa si tienes algún problema. Si alguien se pasa de la raya no hay motivo para protegerlo." Insistió una última vez, aún dirigiéndose a la chica.

"Ya le dije que a mi nadie me toca sin mi consentimiento!" Saltó ella levantando la voz al tiempo que enfocaba sus ojos húmedos de frustración y odio en los del director. "Ese ni siquiera es el motivo por el que estamos aquí, verdad?" Espetó dirigiendo la mirada a su padre al último momento. 

Él se aclaró la garganta. "Eh... si. En realidad Alex se las arregló de alguna manera para esconder su condición del resto del colegio hasta ahora, pero pronto va a ser demasiado evidente para esconderlo incluso abajo de las enormes túnicas del colegio. Quería pedirle permiso para retirarla del colegio por unos días... por lo menos una semana. Ya está cerca de la fecha así que el médico pensó en inducirla. De ese modo Alex podría regresar al colegio de inmediato. Mi pareja y yo criaríamos a la niña hasta que ella esté establecida o tal vez de manera permanente. 

"Papá, ya te dije que eso no va a pasar. Es MI hija y no vas a adoptarla." "Eso es ridícuo. ¡Todavía ni aprendiste a limpiarte el trasero sola! ¡Si tuvieras la mínima responsabilidad moral  esto no hubiera sucedido!" "¡MORAL! Moral dice el señor que se movía al hermano de su mujer a sus espaldas durante años." "No tienes ni idea de lo agotador que es ocuparse de un niño!" "Cuando tengas tetas lo hablamos! La fórmula carece de anticuerpos y nutrientes naturales." La discusión parecía que iba a continuar indefinidamente. Lex se había volteado enseguida olvidando la presencia del director. Simplemente se había puesto como una fiera contra su padre, con quien hasta ese momento se había llevado bien. "Cómo te atreves a levantarme la voz!? No te eduqué para esto!"

El dierctor se aclaró la garganta. "Independientemente del arreglo al que lleguen respecto del bebé, Alexandra está más que autorizada a tomarse una semana o dos de tiempo personal, por supuesto. Se informará a los jefes de casa de su ausencia por Spattergroit y, a su regreso, conectaremos la chimenea de la sala común de Hufflepuff a la red flu durante lo que queda del año para evitar el problema de la fórmula. Alexandra ya es mayor de edad, así que puede salir del colegio... en este caso con mi permiso." Explicó flemático.

"Gracias, señor." Murmuró ella que finalmente había dejado de gritarle a Erik para limitarse a rumiar su enojo por lo bajo. "Lo aprecio mucho. No tengo intención de dejar que nadie adopte a mi hija y no soportaría saber que la están alimentando con fórmula." Insistió con terquedad, hablándole al director pero refiriéndose a su padre. 

"No tienes idea en lo que te estás metiendo." "Afortunadamente para ti, no es tu problema, papá. Ya oiste que soy mayor de edad. En cuanto termine la escuela no tendrás que preocuparte más por Laurel ni por mi." Erik se quedó shockeado. Era la primera vez que escuchaba aquel nombre pero lo comprendió de inmediato. Se preguntó qué la habría hecho elegirlo pero parecía que la cosa no estaba para andar preguntando. "Gipsy y yo nos mudaremos a Hogsmeade." Explicó. 

"Lamento que haya tenido que presenciar esto..." se disculpó él avergonzado ante el director.

"De nada, Alexandra. Me alegra que comprendas la importancia de la leche materna. Las nuevas generaciones suelen olvidar que lo más novedoso no siempre es lo mejor."

Dicho eso, el director se puso a escribir algo en un pergamino mientras continuaba hablando.
"Por favor. No es la primera disputa doméstica que he presenciado. Cuando uno es director de una escuela surgen todo tipo de situaciones tensas. Es lógico que resulte difícil consensuar. Aún así, espero que puedan alcanzar un acuerdo." Williams terminó de escribir y ató el pergamino enrollado a la pata de una lechuza que salió volando por la ventana. 

"Ahora, si me disculpan, tengo una reunión de maestros. La profesora Varanen se encargará del asunto. Pueden aguardarla en su oficina." Informó.  Se había puesto de pie y los acompañó hasta la puerta del despacho. "Que tengan un buen día y suerte con la niña.