Rellenando la receta

Su hermanito querido había sido herido durante la última misión en su trabajo, de manera que ella había estado cuidándolo día y noche desde entonces. Tenía la paciencia más que por el piso y se la desquitaba con los pobres empleados de la librería.

Ahora, se había hecho una escapada al hospital para poder conseguir que algún médico le rellenara la receta de las escamas de dragón que Nate necesitaba masticar para poder aliviar su dolor.

—Disculpe —dijo en mesa de entrada de San Mungo— vengo a hacer repetir una receta para mi hermano, que no se puede mover de la cama. ¿A dónde tengo que ir? —se había puesto roja de tener que hablar con una desconocida pero la mujer le dio indicaciones y pronto estaba esperando en una sala de espera del tercer piso a que la llamaran.

Las directivas de la mujer en mesa de ayuda llevaban a una oficina discreta y llena de diplomas en el tercer subsuelo. La puerta tenía un cartel que leía "Dr. Bramson Rose - Medicina general" en letras ornamentadas. 

Adentro, la doctora estaba sentada detrás de su despacho poniendo a un paciente al día de su desdichado diagnóstico y lo refería a otro médico para que lo tratara.

Cuando se levantó para despacharlo y lo acompañó a la puerta, miró afuera a ver si tenía más gente esperando. Se le estaba haciendo tarde para irse a una juntada del club. 

"Adelante." Dijo sin saber si alguno de los humanos que estaban esperando afuera estaban para su consultorio en lugar de los demás que había a ambos lados del pasillo.

Jewel leyó el cartel y frunció el ceño mientras que se le caía el ánimo por los pies. "No, no Bramson!" Pensó frustrada. Parecía que últimamente el mundo mágico era demasiado pequeño para ella y no paraba de cruzarse con gente desagradable a diestra y siniestra. En este caso, se trataba de la chica con la que Matt había empezado a salir en la secundaria, inmediatamente después de dejarla a ella porque alguien en la redacción del diario estudiantil tuvo la brillante idea de decir que eran novios. Para peor, también era la mujer que había estado saliendo con Jens mientras éste se hospedaba en casa de sus padres adoptivos gracias a un programa de intercambio en que se había anotado su hermano. En otras palabras... Jewel no la podía ver, así como tampoco podía ver a Jenna ni a Elizabeth ni a todas las demás que habían estado oficialmente con Matt en el último tiempo... antes y después de su fallido matrimonio. El problema es que la lista del rubio era larguísima y eso la dejaba con muy pocas opciones a la hora de las amistades. 

De todas maneras, necesitaba la medicación para su hermano, por lo que suspiró irritada y se puso de pie para luego entrar en el consultorio. "Buenas tardes." Dijo sin hacer siquiera ademán de sentarse. Tenía un brazo en jarra en la cintura pero enseguida los cruzó sobre su pecho para realzar los atributos que la otra mujer no tenía de manera tan desmediad. Quería dejar en claro que pensaba pasar allí el menor tiempo posible. Si tan solo Jens no fuera tan terco sobre no regresar jamás a su país natal... Ella sentía que empezar de cero en el norte le vendría como anillo al dedo... si es que el muchacho se decidía a ponerle el anillo definitivo en el dedo en lugar de dar vueltas.