Alimentándose

Se sintió atrapado y finalmente tuvo que confesar. Podía haber mentido o haberse escabullido, pero en alguna parte de su cerebro, así como estaba la necesidad de nunca hablar de ello, también estaba la necesidad de contarle a todo el mundo. Asumió que hablar con su hermano era un sano termino medio.

"I..." comenzó visiblemente avergonzado. "Just don't laugh at me, ok?" Le pidió seriamente. "I sort of... slept with Tessa..." confesó avergonzado. Ahora que estaba más solo se dio cuenta de las miles de razones por las que eso podía ser un problema. Para empezar, ella era su amiga y ahora esa amistad iba a quedar rara. Para continuar ella había estado tomando, lo que hacía la situación mucho más incómoda. También estaba el factor Jax, a quien no quería enojar y con quien no quería tener problemas. Él tampoco estaba buscando una novia en ese momento. Y el resto de las ramificaciones, que se sentían como muchas, estaba demasiado cansado como para siquiera pensar en ellas.

Sabía que su hermano era más cercano con Jackson que él, pero no estaba seguro de qué posición tomaría.

"You did what!?" Le preguntó abriendo mucho los ojos. Aquello le parecía tan inverosímil como lo que le había sucedido a él esa noche. "How could that even happen? I thought she was all about Jax." Confesó abiertamente sorprendido.

"Please don't make me repeat myself." Le rogó ya bastante incómodo con la situación como estaba. Le dolía un poco la cabeza, probablemente de todo lo que había tomado.

"I don't know, Luce, we were drunk. Maybe she has decided to try something new for a change..." respondió vagamente. Sólo quería irse a dormir de una vez. "Can we discuss it in the morning? I'm beaten." Protestó tirándose en la cama.

Sonrió de lado y dejó escapar una risa nasal. Le hacía más gracia lo loco que era que Will se hubiera movido a Tessa que el hecho de haber conocido una vampiresa. "Fine, fine." Respondió acostándose finalmente.

"It is the morning." Le dejó saber con una risa leve. "Night Will." Lo saludó antes de darse vuelta y dormirse.

Ella dio unas cuantas vueltas por el cuarto antes de lograr calmarse. Antes que nada, le servía memorizarse la configuración de aquél lugar en caso de que debiera salir corriendo o esconderse si alguien bajaba. Siempre cabía la posibilidad de que el Crup la delatara cuando el hechizo de Lucien se debilitara.

Por otra parte, tenía demasiadas cosas en la cabeza y quería ordenar un poco sus pensamientos antes de acostarse. Su maestro la había traicionado. La había mandado a matar y ella se había salvado de pura casualidad gracias a la ayuda de Lucien. La sociedad de Leopoldo de seguro la había dado por muerta y lo mismo sucedía con su amo, por lo que no esperaba que ninguno de los dos fuera a buscarla. En ese sentido, era una mujer libre como no lo había sido en su vida. Antes, siempre había dependido de sus padres o luego de su esposo y por último de su tirano amo. De ahora en adelante, ella podría ser su propia ama y nadie tendría derecho a llevarle la contra.

El único inconveniente era el detalle de que no tenía dinero ni trabajo ni un escondite y las pocas pertenencias que había acumulado en los últimos veinte años se encontraban en los estados unidos, en la casa de su amo.

Estaba segura de que él habría vuelto allí ahora que había logrado deshacerse de ella. Se había mostrado asustado ante la posibilidad de visitar el viejo continente, lo que le daba la pauta de que debía tener enemigos poderosos allí. Tanto mejor para ella. Eso quería decir que ya no volvería a buscarla. El lado negativo era que ahora ya no podría regresar a los estados unidos a buscar a su hija. Había sido una de las primeras cosas que su maestro le había prohibido hacer: visitar a su familia mortal, y se había asegurado de que ella no lo hiciera diciéndole que si lo hacía, él mismo mataría a su esposo e hija.

Después de un rato, logró calmarse y se acostó en el sofá a dormir un sueño intranquilo.