La bolsa de chocolates

León era fanático de los chocolates, en especial del chocolate blanco. También tenía un cierto aprecio paternal por Cora, que era la hija de uno de sus amigos más queridos, por lo que siempre que tenía oportunidad se daba una vuelta por la enfermería.

En esa oportunidad, se apareció con una bolsa de papel madera llena de chocolates y otras golosinas de Honeydukes.

Era el primer mes de clases, recién se estaba acomodando la nueva profesora de historia (la vampireza) después del tremendo debate en contra que había ganado por un solo voto, y estaba en el proceso de terminar de ultimar los detalles de la nueva casa para squibbs. La presión lo estaba matando y necesitaba algo con qué distraerse. Pensó en ir a pasar algo de rato con su protegida y golpeó la puerta de la enfermería con su sonrisa beatífica.

Asomó la cabeza y luego entró con la misma sonrisa, buscando a Cora con la vista. "Buenas noches?" Preguntó. El turno de ella debía estar casi terminando.

Se acercaba el fin del turno, eso significaba que se terminaba el horario que la mantenía encerrada en la enfermería esperando que se terminara la hora de encierro y pudiera dar una vuelta por donde quisiera. Se encontraba con las piernas estiradas para relajar la posición en la que se había encontrado todo el día. Estaba sentada con la columna y no con la cola como se debía y eso lo tenía claro (en casa la habría retado su mamá pese a la edad) pero necesitaba distender un poco la postura. Los brazos apoyados sobre la mesita que estaba frente a la ventana por la que usualmente espiaba el exterior y sostenía en sus manos una revista sobre moda y tendencia que miraba concentrada pero algo aburrida ya.

Cuando oyó la puerta no le pareció buena noticia que justo un alumno se viniera a lastimar a sus últimos minutos de turno, aunque por lo general no era buena noticia NUNCA, ahora era peor. Alzó la cabeza de su revista mirando por sobre su hombro sin llegar a tener tiempo a acomodarse en la silla cuando lo vio a León entrar. En seguida se dibujó en su rostro una enorme sonrisa que colmó su rostro, era de las personas a las que se les notaba enseguida los estados de ánimo, salvo cuando trabajaba seriamente. "Leo!" dijo en un tono de voz entusiasta y feliz. Se levantó y fue a su encuentro para darle un abrazo, para ella él era como de su familia. Luego del corto pero cálido abrazo se dio media vuelta y con un rápido movimiento de la varita conjuró una silla para que se posicionara junto a la de ella en la mesa "¡Qué alegría verte! ¿Qué te trae por la enfermería?" preguntó para luego pensar que podía ser una consulta. Hasta ese momento veía lo que hacía con la silla pero entonces volvió rápidamente la vista hacia él haciendo que su cabello la siguiera en el proceso atado en la cola de caballo como estaba "¿No vienes por una consulta o si?" preguntó algo preocupada repentinamente.

Tenía puesta su sobria túnica negra sobre un traje azul claro, a pesar de que su casa había sido Gryffindor. Él no era un fanático. Creía que las casas debían estar unidas y complementarse unas a otras. Por eso había dado más espacio a los clubes y demás actividades que promovieran el intercambio inter-casa.

Él viejo le devolvió una enorme sonrisa afectuosa mientras se acercaba a ella para responder a su gesto con el brazo que tenía libre. Rió con ganas por la pregunta de ella. "No, no. Quédate tranquila. No vengo a hacerte trabajar más de la cuenta." Le aseguró con su sonrisa de hombre sabio que aprecia las pequeñas cosas de la vida y está más allá de los problemas.

"Siempre trabajas tanto. Pensé que te merecías un premio." Explicó el regalo. No fuera cosa que pensara que un viejo chocho como él intentaba hacerle levante con caramelos. Entonces le ofreció la bolsa. "Por todas las noches en que te quedas después de hora."

Alzó las cejas y abrió los ojos al revisar el paquete abriéndolo apenas un poco. Justo era día de antojo de dulces "Justo!!" dijo alegre y sorprendida "Estuve toda la tarde pensando en que tenía ganas de dulces! Gracias, Leo!" dijo contenta y le ofreció el asiento "No es nada" dijo con una amplia sonrisa "Es mi trabajo" dijo modestamente sabiendo que trabajaba a veces de más pero era algo que debía hacer ya que se preocupaba de verdad por los males que aquejaran a sus pacientes.

"¿Tomas té?" ya estaba preparando su varita para hacer aparecer las tazas, ella al menos se le antojaba un té de frutos para acompañar el chocolate "U otra cosa" agregó luego pensando que quizá él quisiera otra cosa para beber pero ya había acostumbrado a ofrecer solo té a sus invitados.

Rió por lo bajo, complacido de escuchar eso. Era como ver a su bisnieto reír, una de esas cosas que le alegraban el día. Claro que era mucho más fácil que ella riera a que s depresivo nieto esbozara siquiera una sonrisa. "Por nada. Hacía mucho que no me pasaba por acá. Extrañaba nuestras charlas." Confesó sentándose en una de las sillas que estaban junto a la mesa, en la sección de ella de la enfermería, no la de las camas.

"Anduve con mucho trabajo... entre convencer al comité ((de que aceptaran una vampiresa como profesora de historia para que los chicos no perdieran un año de historia)) y organizar la nueva casa..." Se excusó y ya no parecía tan animado sino un poco cansado. Todo el mundo sabía que la oposición a ambas cosas había sido muy pero muy fuerte tanto dentro del colegio en la junta de padres y maestros como afuera. Incluso el profeta había estado publicando artículos y cosas negativas en su contra.

"Sí, por favor. Un té vendría bien." Admitió refregándose las manos. Era viejo y le dolían las articulaciones por la artrosis, la artritis y todo un día de estar escribiendo con la pluma, cartas para pedir favores, para intentar convencer gente, para calmar los ánimos. Su puesto en el castillo peligraba y eso que no llevaba ni tres meses como directivo.

Lo miró con toda la seriedad que podría tener la expresión de un niño de 6 años y se sentó en la otra silla libre, junto él, no le había sacado los ojos de encima y había fruncido levemente el ceño "¿Cómo va eso? Hay mucha tensión con los cambios, uh?". Hizo un movimiento rápido con la muñeca y ambos tes fueron flotando hacia ellos. El de él era negro y el de ella emanaba un fuerte aroma perfumado a frutos del bosque.

Cruzó las piernas y lo miró con atención. Abrió la bolsita que él le había dado, trajo otro plato que se posó frente a ellos rápidamente sobre el que sirvió los chocolates. Miró hacia adentro luego de haber hecho el movimiento para volcarlos y haberlo interrumpido. No quería que ninguna rana de chocolate saliera disparada para ningún lado.

((Me sentí discriminado que solo por ser negro me den te negro...))}

"Gracias, querida." Le dijo de modo paternal. Él había tenido sólo un hijo y estaba muerto. Siempre había querido una hija y si bien adoraba a la esposa de su nieto, no la sentía como una hija, más bien como una compañera de bromas en todo caso. No tenía esa apariencia infantil y vulnerable de Cora y tampoco la conocía de toda la vida.

"Hmm... todavía estoy a cargo, ¿no?" Preguntó en broma aunque sus ojos reflejaban cierta preocupación. "¿Cómo estuvo el día en la enfermería?" Preguntó a su vez.

"También traje brujas fritas." Anunció mientras ella miraba dentro de la bolsa. A él le encantaban.

((Jajajaja yo tmb lo pense!! jajaja Pero el te que toman es negro asi que... anyway xD))

"Si... eso lo veo" dijo sonriéndole de vuelta pero frunciendo el ceño, le preocupaba ese tipo de bromas de parte de él.

"Como es usual. Muy tranquilo. Unos chicos de tercero tuvieron problemas con unas pociones pero nada grave" dijo vertiendo el contenido de la bolsa en el plato. Sonrió al oír lo de las brujas fritas ya que sabía que le encantaban a León y al encontrarlas las sirvió para que pudiera tomar una. Agarró un chocolate y se chupó el dedo pulgar ya que había hago de relleno en la bolsa y lo había tocado.

"¿Recuerdas que hoy iba a hacer unas compras al medio día con mi amiga?" le dijo más por ponerlo en situación antes que por recordárselo. "Bueno, me llamaron de St. Mungo" dijo sacando la mirada del chocolta y mirándolo a los ojos. "Una colega que cursaba conmigo me pidió asistencia en un hechizo complicado que tenía con un paciente." lo miró observando las expresiones de él "¿Recuerdas el auror que hizo las entrevistas por el problema de los inferis en el colegio?"

((Para mí que sos re nazi =P))

Rió por lo bajo. "Pues preocúpate cuando ya no lo veas." Le respondió con su calma habitual. Él no era del tipo que se preocupaba por las cosas antes de tiempo, aunque tenía que admitir que el agua comenzaba a llegarle al pecho y sabía que debía encontrar una solución antes de que le llegara al cuello o sería el director que menos durara en la historia de Hogwarts.

Asintió conforme. Había leído los reportes del accidente que había habido en pociones dos años antes con una de las chicas de Hufflepuff y sabía lo peligroso que podía ser un error en esa clase. De no ser porque la chica en cuestión se había despertado del coma, estaba seguro de que la oposición hubiera encontrado la manera de hacerlo su culpa, por más que eso hubiera sucedido en épocas de su predecesor Marduk.

Levantó las cejas con interés. Se preguntaba qué se habría interpuesto entre ella y su amiga. "¿Sucedió algo grave?" Preguntó con cierta aprensión, pero se relajó al oír la historia. Asintió. "Rubio, alto, con cara de modelo de ropa interior muggle." Bromeó. "¿Qué con él?"

Se rió divertida, ocn esa risa de quinceañera que siempre tenía, había agachado la cabeza como dejándola caer la con risa y haciendo su risita aguda. Levantó la cabeza y lo miró "Lo que menos habría pensado era en un modelo de ropa interior muggle" volvió a reír. "Bueno, él" sentenció luego. "Él era el paciente." Miró el vacío por un instante y frunció el ceño y apretó los labios en un pico, volvió la vista hacia él "Tenía un hechizo muy complicado encima. El tejido del brazo en un estado de completa descomposición" ahora sonaba seria. "Anyway" dijo inhalando para salir del estado de concentración. "Una parte del contrahechizo tengo que hacerlo esta medianoche y enseñarle a la hermana a aplicar una pomada..." dijo con tono algo desinteresado volviendo la vista a los bondadosos ojos de León. "Quería pedirte autorización para salir esta noche"

((para nada, solo creo que los rubios oji-claros deberían dominar el mundo... por eso Cora es una rubia morbosa y compradora ))

((¡Nazi!))

Le sonrió con picardía, de manera acusatoria, como si pensara que eso era precisamente en lo que ella había pensado a pesar de su negativa.

No acotó nada sobre que él fuera el paciente y la dejó elabrar su historia con su calma habitual. Hizo una mueca de desagrado al imaginarse el tipo de hechizo que podía llegar a tener encima un Auror. Su nieto y su mujer eran Aurors y los había visto tener todo tipo de heridas horrendas a lo largo de los años. De hecho, uno de los brazos y una de las piernas de su nieto eran prostéticas, así que era un tema que le tocaba de cerca y por ahí por eso se calló de manera respetuosa.

La miró con intensidad mientras esperaba el resto de la historia, esperando internamente que el muchacho este estuviera bien, por más que no lo conociera. Quería a la gente, a la sociedad y a los jóvenes sobre todo y quería cuidarlos, porque ellos eran el futuro. "Por supuesto, child." Le dijo con seriedad. "Sabes que jamás me interpondría en medio de la salud de alguien."

Tan volada como era no prestó atención a la expresión que le puso Leo sino hubiera aclarado que en realidad le recordaba a un actor muggle, aunque no sabían exactamente a quién. Como no vio la expresión, no se explicó mejor. Le sonrió felizmente, como siempre lo hacía "Lo sé..." dijo en tono comprensivo "Pero de todas maneras tenía que preguntar" dijo sonriendo ampliamente de nuevo "Por eso de que ahora eres mi jefe y todo eso..." dijo divertida molestándolo. Sabía que estaba en Hogwarts más por él que por cualquier otra cosa. Con sus padres viajando todo el tiempo al igual que sus hermanos establecerse sola le resultaba un tanto solitario. No tenía grandes problemas con tener tiempo a solas pero la vida sin ningún familiar la agobiaba y León hacía que eso fuera diferente aunque se viesen poco. Además no iba a mentir que con lo bien acomodada que estaba en la escuela el sueldo era bueno y no tenía que romperse el alma trabajando como sus otros compañeros que pasaban horas y horas trabajando para ganar lo mismo o menos que ella.

"Cuéntame como es esto de la nueva casa" dijo acomodándose hacia adelante, apoyando el antebrazo derecho y el codo izquierdo en la mesa y dejando su mejilla apoyada con comodidad sobre la mano izquierda.

León rió por lo bajo. "Como si alguna vez me hubieras tratado con respeto." Le devolvió la broma.

Estaba a la mitad del acto de tomar una ranita albina cuando ella le preguntó sobre la nueva casa. Se detuvo un segundo y después continuó con el gesto de atraparla. La retuvo en la mano, con expresión algo seria. La nueva casa le había traído muchos problemas, a pesar de lo cual, él estaba convencido de que era la opción lógica, el mejor próximo paso a seguir.

Suspiró como quien ve venir una explicación larga. "Es un proyecto que comenzó Dumbledore." Intentó explicar. "En realidad, ni siquiera lo comenzó, estaba en sus archivos, en las carpetas de proyectos a futuro, pero supongo que tuvo cosas más importantes de las que ocuparse que la igualdad en la comunidad mágica." Explicó-

Hizo una pausa para comerse la ranita, mientras pensaba cómo seguir la explicación y al mismo tiempo darle a ella oportunidad de hacer preguntas si las tenía.

Le sonrió divertida del comentario y ladeó la cara como si se luciera con su accionar.

Volvió a enseriecerse cuando él empezó a responder su pregunta. No se le escapó el detalle de su reacción cuando le preguntó específicamente sobre la casa en cuestión pero hizo como si nada y pronto lo olvidó. "I get it" dijo cuando él mencionó la imposibilidad de Dumbledore para dedicarse a ese proyecto. Observó la rana que él tomó y volvió a mirarlo. Esperaba que continuara comentándole sobre el proyecto.

Él le devolvió la sonrisa divertida, con cierto cariño reflejado en sus ojos. Nunca había tenido hijas mujeres y le hubiera gustado tener una como ella.

"La idea es crear una quinta casa dedicada únicamente a enseñar a squibbs. Obviamente, la inclusión es en el mejor de los casos parcial, porque, lamentablemente, no todos los niños squibb qualifican para ser aceptados en Hogwarts." Imaginó que ella, como medimaga, debía haber estudiado la teoría, en caso de que un squibb apareciera en San Mungo, que no era del todo raro. Los squibbs eran comparables a los magos jóvenes y todavía no en control de su magia. Juntaban capacidad mágica, poder, sin una vía de escape, hasta que alguna emoción fuerte los hacía "explotar" liberando la magia de manera violenta, a veces buena, a veces mala, a veces triste, según el ánimo de la emoción extrema que había llevado al squibb a soltar la energía acumulada. Eran como pequeños reactores atómicos, que sin regulador de presión, podían explotar en cualquier momento (y de hecho lo hacían) para regular el equilibrio de presiones o en este caso de magia entre ellos y el entorno.

"El problema radica no sólo en elegir los potenciales alumnos que sean más calmos y estén más en control de sus emociones como para minimizar el riesgo de accidente, sino también en que los padres de los demás alumnos no sientan la seguridad de sus hijos amenazada al estar en contacto con chicos con necesidades especiales." Explicó el punto de vista práctico sobre cómo funcionaba el sistema. Todavía no había entrado en discusión sobre por qué era importante educar a los squibbs como parte de la comunidad.

"Dumbledore creía que, con educación apropiada en lugar de ser segregados en sus casas o exiliados a la comunidad mágica, los accidentes lamentables como el ocurrido a Professor Dalton podían ser reducidos prácticamente a cero si los niños practiacban la meditación y autocontrol desde pequeños y se les permitía llevar varitas y utilizarlas para descargar la magia en ellos, por más que se tratara sólo de hechizos simples comparados con los que otros magos pueden realizar." Explicó. "De esa manera y con una educación completa sobre el mundo mágico, podrían conseguir trabajo más fácilmente e insertarse en la sociedad a pesar de sus limitaciones."

((esto lo saqué de que la hna de Dumbledore tenía problemitas para controlar su magia y exabruptos y lo apliqué a todos los squibbs. Me pareció un buen giro.))


También había una teoría que decía que si la madre estaba muy expuesta a magia o recibía demasiados hechizos y pociones en ella durante el embarazo, era probable que tuviera squibbs. A demás, éstos eran de salud frágil y con tendencia a los desmayos y otros males.

Tomó una bruja frita mientras lo oía y de dos grandes mordiscos la terminó. Lo oyó con atención mientras masticaba los restos que quedaban en su boca. Había olvidado ciertos detalles sobre los squibbs dado que no eran mucho de su interés. No por nada particular sino porque no le resultaban divertidos o interesantes como sí otras áreas de la medimagia. "Todo esto me recuerda..." dijo sacándose lo pastoso de la boca al tragar luego de dichas las primeras palabras "un día hablábamos en la universidad con unos amigos. Mencionaron un arte muggle... terapia creo que se llamaba o psiqueterapia. Me recuerda a esto. Es como si el squibb tuviera una incapacidad mental o emocional para poder lidiar con la magia. Quizá podrías buscar algo de ese arte muggle. No creo que estén equivocados en algunas cosas..." dijo con toda la equidad que podía hablar una chica de altos niveles de pureza de sangre y criada a la antigua aunque con ciertas aperturas mentales.

"¿Cómo haces la selección si son capaces de manejar la magia o no? ¿Con el sombrero?" preguntó frunciendo el ceño aún con la cara apoyada contra la mano salvo que ahora se apoyaba con el mentón haciendo que no se deslizara hacia abajo por peso de la gravedad.

La miró con interés, con curiosidad. Se preguntaba qué podía traerle a colación una conversación como esa. Intentó repasar en su cabeza los artes muggle que podía recordar pero no estaba seguro de ubicar el que ella decía y, en todo caso, le sonaba parecido a una rama de la magia que involucraba alguien metiéndose en la cabeza de la persona para hacerla revivir los recuerdos hasta que éstos dejaran de ser dolorosos. Aún era algo experimental, por lo que tuvo miedo de lo que pudiera oír, pero oyó de todas formas. No iba a juzgar sin antes oírla.

"Cuando te refieres a psicoterapia..." Comenzó inocentemente, porque conocía a Cora y dudaba que fuera a estar a favor de las técnicas mágicas que a él le parecían casi tortura. "¿A qué te refieres precisamente?"

"No, en realidad contratamos a una medimaga especializada en hacer perfiles mentales de los posibles candidatos." Explicó con tranquilidad. "Creo que es lo más cercano que tenemos a tu arte muggle." Comentó al pasar, esperando a ver la reacción de ella a su tirada del hilito.

"Es mediante hablar y asociar situaciones de su vida que el muggle descubre porqué tiene determinadas reacciones. Se supone que el hablar los cura..." Dijo sabiendo que esa era la parte más rara y difícil de creer de ese arte muggle. "No sé muy bien como funciona. Recuerdo algo de eso" dijo alzando los hombros como quién no sabe bien que decir. Alzó una mano extendiendo los dedos como si lo señalara "Quizá algo de eso funcione con los squibs. Podrías probar... o al menos averiguar" dijo sonriendo pensando que quizá le diera pereza hacerlo en un modo de molestarlo un poco.

"Oh" exclamó alzando las cejas "Me parece una buena idea" se sonrió "Quizá no está tan lejos de esta psicoterapia que te mencionaba" sonrió sintiendo que tenía un empate.

Se mostró tan sorprendido como cualquier mago. Aquello no se parecía para nada a lo que él tenía en mente. "Ya veo." Dijo. Quedó pensativo durante unos momentos. "No se parece en nada al tipo de terapia que yo conocía." Explicó. "La mujer que contratamos les hace preguntas y los hace rellenar formularios para averiguar cuáles tienen mejor control sobre su temperamento y emociones. Luego elegimos a los que parezcan menos propensos a exabruptos." Explicó.

"Tengo que verla en la semana. Le preguntaré sobre la psicoterapia que mencionaste. Tal vez esté más familiarizada cone l tema." Pensó en voz alta. "Cualquier cosa que ayude a los chicos a adaptarse mejor y tranquilice a los padres es digna de un intento." Opinó. Pensó que tal vez la opinión de una disciplina muggle no sería bien aceptada siendo que la disidencia estaba compuesta principalmente por gente antimuggles que tampoco simpatizaban con los squibb, pero quizás hubiera una manera de que la terapeuta mágica dijera las cosas de manera que la disciplina muggle no pareciera verse invoucrada.

"¿Y tú qué cuentas?" Le dijo cuando no hubo mucho más que pudiera decir sobre la nueva casa, salvo que empezaran a hablar de la que él había elegido como cabeza y del juicio al que ésta había sido sometida, así como las acusaciones de asesinato de las que había zafado por mera suerte. "¿Algún caso interesante? Preguntó. ((Si se te ocurre algo para aportar a la trama de zombies, robo de cadáveres en las morgues de San Mungo o cualquier otra cosa por el estilo, sería el momento))