Vigilando los terrenos

Sabiendo que Matt estaría adentro con Jenna, la novia del mes, Fanny había arreglado para controlar a los alumnos en los terrenos, de manera de estar bien lejos de donde tuviera que verlos.

De todas maneras, se había obligado a vestirse para la ocasión, sacando de su baúl uno de los tantos vestidos de noche que tenía. Era largo hasta el suelo y con un solo bretel cubierto de piedras en tonos ocre y amarillo oscuro, lo mismo que el resto del vestido. Se había arreglado el cabello en el peinado que tiene en el avatar.

Spoiler:

Su amiga se había ofrecido (por sugerencia del director) a controlar el área junto con ella para hacerle compañía y asegurarse de que no se deprimiera y terminarar lastimada o lastimando a alguien.

Tarja había estado más que contenta de ayudar al director. Después de que él le diera la oportunidad de quedarse dentro del plantel cuando Marduk se marchó del colegio y no solo eso, sino que confiara en ella, una extranjera, al punto de ponerla como cabeza de casa, era lo menos que podía hacer.

Incluso si no fuera el caso, había encontrado las dos conversaciones con la otra profesora bastante agradables y había descubierto que tenían muchas cosas en común dentro de la tranquila timidez que las caracterizaba.

Lo mejor de todo, era que no tenía que estar dentro del salón a la vista de todo el mundo, sino que podía aprovechar la excusa para mantenerse en los terrenos, donde ella tampoco tendría que ver a Jax con Tessa. Si es que llegaban a estar dentro.

Se había puesto lo más sobrio que había encontrado en su guardarropas, un vestido negro con breteles muy finos y una banda clara atada a la cintura. Era el vestido de dama de honor que había llevado en el casamiento de su mejor amiga, la difunta.

Spoiler:

Para ella, que era del norte, el clima de Escocia resultaba casi templado, por lo que no tenía problema en pasearse por los terrenos del brazo de su colega usando sólo el vestido.

"Linda noche." Opinó mirando el cielo, relativamente despejado a excepción de unas pocas nubes.

Steph se sintió agradecida de que Tarja la acompañara. Era alguien tranquilo como ella, con quien no sentía que tuviera que forzar una conversación todo el tiempo, ni que estuvieran intentando hacérselo a ella. Tessa le caía bien y era una buena mujer, pero a veces hablaba tanto que la avasallaba. A demás, no tenían muchas cosas en común ahora que ella no era la mujer de su mejor amigo.

Se sentía bien tener la compañía de otra persona de su edad y género con la que compartir cosas de vez en cuando, algo que ella, educada en su casa, no había tenido demasiada oportunidad de disfrutar. Lo más cercano a una amiga que tenía era su prima Lizzy, con quien no se había vuelto a hablar desde que se enterara que había dormido con su ex marido. Después de eso ya no pudo volver a verla de la misma manera y estaba evitando sus llamadas y cartas deliberadamente.

Tarja, en cambio, era una persona afín a ella y le caía lo suficientemente bien como para querer pasar más tiempo en su compañía y conocer algo más de su vida. Después de todo, era la primera vez que tenía oportunidad de elegir ser amiga de alguien y en lugar de sólo tener que relacionarse con otra mujer porque era su prima o la mejor amiga de su marido o lo que fuere.

Sabía que el director seguramente la habría mandado a pasar tiempo con ella, pero en la torre no había habido más voluntad que la de ellas y así y todo habían elegido juntarse y hablar de libros. Eso, a ella que no se había atrevido a acercarse a sus compañeras enfermeras en el hospital por miedo a lastimarlas, le significaba un montón.

El comentario de Tarja la sacó de su ensimismamiento y ella también miró hacia arriba. "Ciertamente. Parece que se va a despejar. Con suerte, hasta haya luna." Opinó.

Tarja también encontraba a Stephanie agradable, pero era lo suficientemente tímida y sus defensas eran una nuez mucho más dura de romper que ella. Ella había tenido oportunidad de relacionarse con gente y siempre se había encontrado mas cómoda manteniéndose al margen. Había encontrado una amiga con la que se sentía cómoda, sólo para perderla más tarde. Ahora, estaba como quien se quemó con leche y llora al ver la vaca. Tenía todas las defensas mentales posibles para no encariñarse con la gente, a pesar de haberle dicho a su sobrina que uno debía exponerse y arriesgarse para ganar. No es que fuera hipócrita, es que no se daba cuenta de que lo hacía. De que se ponía mentalmente en una posición inferior a Tessa y a Stephanie para mantener distancia y no terminar como después de la muerte de su amiga.

Con los hombres le sucedía algo similar, y después de haberse metido con Jax y que la cosa no funcionara, no se había atrevido a volver a intentarlo. Y si hubiera querido, tampoco hubiera podido saber por dónde empezar a buscar un hombre.

"Eso nos haría el trabajo más fácil." Opinó mientras recorrían los terrenos.

La fiesta apenas empezaba, así que de momento, todo estaba tranquilo. Llevaba algo más de tiempo para que las parejitas se fueran formando y comenzaran a buscar lugares más alejados del tumulto.

Resultaba obvio que ninguna de las dos se encargaba de profesiones ni remotamente relacionadas con la astronomía. De lo contrario, no hubieran tenido que conversar sobre las posibilidades de que hubiera luna. Hubieran sabido si habría o no. En todo caso, Fanny caminó con ella lentamente, observando los terrenos aunque no hubiera nada para ver de momento.

"Con suerte, si los profesores que están controlando adentro hacen su parte del trabajo, puede que incluso no haga falta retar a nadie." Dijo hopeful. Sintió que necesitaba dar una explicación a por qué decía eso, para que no pensara que estaba tratando a sus compañeros de poco eficientes. "No me gusta tener que retar gente. Me pone nerviosa y no creo tener el carácter necesario para ello."

Al principio, Tarja se sorprendió, pensando que estaba criticando a sus colegas, pero después que la terminó de escuchar sonrió comprensivamente. "A mí me pasa lo mismo." Admitió sintiendo que conectaba con ella, que tenían una cosa más en común, una cosa importante en común según como ella lo veía. Tessa había intentado ayudarla a encajar entre los profesores, pero se sentía más cómoda con alguien tímido y como ella. La conocía hacía poco, pero sentía que con Stephanie no tenía que forzar las cosas para quedar bien, que por más poco o aburrido que fuera su aporte, sería bien recibido, que no le intentaría meter en la cabeza que con años de práctica llegaría a ser alguien que no era, alguien capaz de defenderse a sí misma de ataques verbales y demás abusos.

"Como jefas de casa, es una responsabilidad inevitable para nosotras." No que su colega no lo supiera, pero necesitaba decirlo como introducción para no sonar self-centered. "Es una de las cosas que más me cuestan, todavía hoy, incluso después de años de estar en este puesto." Confesó. Bajó la mirada y rió levemente, avergonzada. "Sinceramente, no sé por qué me eligieron para este tipo de posición cuando es más que obvio que no tengo la facilidad para tratar con alumnos y situaciones difíciles que otros profesores poseen." Hizo una pausa porque estaba muy avergonzada de estarle diciendo algo tan personal a alguien, pero estaba segura de que ella lo entendería. Por lo poco que había visto de Stephanie, tenían eso en común. El tipo de personalidad. Las dificultades para encajar, por distintos motivos, mientras que los hermanos Nash, las hermanas McFarland y el trío de los otros jefes de casa eran todos un gran grupo feliz de amiguitos.

"En todo caso, el que nos hayan elegido como jefas de casa dadas nuestras circunstancias es un honor." Le recordó no desde un pedestal de superioridad, sino desde la humildad de alguien reflexivo e introvertido que se abre un poco y con miedo.

La respuesta de Tarja le robó una sonrisa que amenazaba con ser seguida de risitas. "¡Vamos a hacer un tan buen trabajo esta noche que nos van a seleccionar para el comité de disciplina!" Le dio un empujoncito con el hombro de manera cómplice y rió brevemente. 

Fanny se enserió un poco y pensó en las palabras de su amiga un momento. "Creo que ser jefe de casa no sólo se trata de saber reprender a los alumnos cuando se portan mal... me parece que también hay una gran parte del tiempo en que una tiene que saber escuchar, contener, aconsejar y ser lo suficientemente sabia como para decidir en qué momento hay que avisar a los padres o al director, o simplemente pedir algún otro tipo de ayuda." Teorizó. 

Tras una breve pausa, Fanny sonrió. "En ese sentido no podrían haber elegido mejor jefa para la casa de Hufflepuff. Por mucho que..." suspiró casi sin hacer una pausa en su relato "respete a Matt, creo que nunca va a llegar a entender del todo la parte en que tiene que bajarse del pedestal, sacarse la coronita de maestro ciruela y entender que del otro lado hay un ser humano vulnerable que está lejos de su familia y tiene un problema... que añora ser comprendido... o quizás simplemente necesita cariño en un mentor." Lamentaba tener que mencionar a Matt pero era el caso más patente. A Jack y a Tessa los veía mejor parados en ese sentido y a demás, Matt no dejaba su mente ni a sol ni a sombra. La torturaba su presencia y más aún sus ausencias, cuando se preguntaba qué estaría haciendo y se horrorizaba de solo imaginar las opciones más probables. 

De repente su ánimo se volvió sombrío. Tal vez era el hecho de haber nacido en cuna de oro, pero su humildad llegaba hasta cierto punto y, aunque era muy tímida, tenía bastante amor propio. ¡Con solo imaginar que se había propuesto conquistar al inconquistable y lo había logrado cuando nadie más pudo antes o después de ella! Así que sabía que era un honor su posición pero estaba segura de que, aunque la había conseguido por acomodo y no por mérito, era más que merecedora. Simplemente, hubiera preferido un puesto de trabajo más tranquilo.

La única duda patente que tenía sobre sus cualificaciones para el puesto derivaban de su inestabilidad y la posibilidad de lastimar a algún alumno por accidente más que todo lo demás, que eran simples ramificaciones de este mismo miedo, porque si podía manejar enfermos, podía manejar niños con problemas, eso era seguro.

Rió por la broma de Fanny y, tras una pausa breve, agregó: "¡Creo que hasta van a tener que crear un comité de disciplina en nuestro nombre!" Y rió otro poco. Había bebido un poco para no tener frío afuera, por lo que estaba un poco más animada que de costumbre.

Arqueó las cejas intrigada por lo que ella tuviera para decir sobre un tema que hasta hacía poco no formaba parte de su vida en absoluto, pero tuvo que admitir que la versión de Stephanie era más que válida. Sonrió complacida, si bien se sentía turbada internamente por el cambio que la mención de Matthew siempre traía en Stephanie. "Tal vez tengas razón y yo sea incapaz de ver eso en mí." Concedió.

Intentó pensar en algún otro tema que pudieran tocar para distraerla. "¿Sabías que me compré una gatita?" Comentó medio de la nada. Los gatitos nunca fallaban para animar a la gente en especial a las mujeres. Ella lo sabía bien.

—Otros posibles miembros del mismo incluyen a la enfermera Cora, Jax Turpin, los gemelos Nash y el mismísimo director —bromeó. Se sabía que esos profesores eran los menos estrictos del colegio, así como Tessa, las hemanas McFarland, Cole y James eran de lo más estrictos. Cosas que uno se enteraba por radiopasillo, incluso siendo una antisocial como ella. Al menos contaba con todos los chismes que Matt tanto amaba en comentar como ella en oír. En cierto modo, se sintió feliz de que aún tuvieran ese tipo de relación, de que se hablaran sin sacarse los ojos, si bien el pensar en él la entristeció nuevamente. Lo sabía dentro del castillo con su novia... intentó quitar ese asunto de su mente, que por algo había pedido cuidar afuera junto con Tarja.

—Es probable. Siempre cuesta ser objetivo acerca de uno mismo —opinó. 

—¿En serio? ¡Que delicia! Adoro las mascotas. Si no fuera alérgica tendría todo un escuadrón de ellas —admitió. Aunque con sus dos hijas tenía bastante con qué entretenerse, incluso si no se ocupara de toda una casa y sus clases correspondientes. 

—¿Cómo es? ¿Cómo se llama? —Preguntó con interés.

Sintió un no sé qué en el estómago al escuchar nombrar a Jax, pero el contexto en que se lo ponía era tan cómico y verídico que no pudo evitar reír a pesar de eso. Intentó que no fuera una carcajada, por lo que acabó siendo una risa reprimida, pero rió al fin. Hubiera quedado mal que las profesoras estuvieran riéndose a los gritos, así fuera en los terrenos. —¡Qué mala eres! —La acusó— ¡Pero es tan cierto! —Volvió a tener que hacer un esfuerzo por contener la risa. 


—¿Cómo puedes esconder esa maldad irónica tras una carita de ángel inocente? —Preguntó también en tono acusatorio, dentro de la misma broma. 


Suspiró y asintió. —Es cierto.


Sonrió al recordar a Kuu y la cantidad de pequeños desastres que ya había hecho. Sintió un poco de pena por su colega y sus alergias. —Tengo entendido que hay pociones contra la alergia... aunque mi tío que se niega a tomar pociones dice que después de un mes con su perro, se le pasaron las alergias... a ese perro en particular. 


—Es una mitad-kneazle blanca de ojos celestes llamada Kuu. Tiene cuatro semanas. Se la pasa haciendo desastre.

Fanny no era especialmente propensa a la risa, salvo que Matt estuviera contando una anécdota especialmente buena o se juntara con su prima, la que la convertía en una colegiala adolescente y entonce sí no podía parar de reírse. Igualmente, encontró la risa de Tarja contagiosa y sonrió divertida. Se le escaparon un par de risitas pero no pasó a mayores. —¡Por supuesto que es cierto! —Se defendió.


Enarcó las cejas, pero no parecía estar sobreactuando. —¿Y quien dijo que yo fuera un ángel? —Casi que le daba curiosidad saberlo. Era consciente de sus episodios de infantilismo, pero de ahí a ser un ángel... había matado a dos personas. En defensa propia, pero aún así... Su rostro se ensombreció notablemente.


—Lo sé, pero no todas las pociones son compatibles conmigo —mintió con naturalidad. Aún recordaba lo que le había pasado a su mascota de la infancia porque ella no pudo controlar su temperamento, pero no quería hablar de eso con nadie.



—¡Ay! ¡Debe ser bien bonita! Me imagino que debe haber hecho su buena cantidad de travesuras...

Rió nuevamente por lo bajo cuando Fanny se defendió. —No lo ponía en duda —dijo entre risas. 


La pregunta de Stephanie mató toda hilaridad en ella. Conocía la historia tan bien como cualquiera que leyera los periódicos y entendía por qué su colega le podía estar saliendo con algo así. Asintió con los labios apretados pero no comentó nada más por un rato. Luego dijo. —Espero que sepas que a mí no me cambia nada de lo que haya sucedido. —Sentía que era algo que necesitaba ser dicho.


Se mostró sorprendida. No sabía eso pero tampoco era un tema en que hubiera incursionado mucho. —Ya veo... 
Se quedó pensando en eso un rato.


Sonrió babosa por su gatita. —¡Es de lo más tierna! —Concordó— Si no fueras alérgica te la mostraría.

—¡Más te vale! —La amenazó en broma, como si realmente tuviera alguna manera de vengarse si eso sucedía. 

La miró entre sorprendida y desconfiada, buscando el menor atisbo de que le estuviera mintiendo, pero no pareció encontrarlo y se conformó con lo que oyó y vio. Asintió, luego puso una mirada triste y suspiró. —Pues han sido unos meses difíciles, pero aprecio que no me tengas prejuicio por lo que pasó. Aunque seguramente hayas leído mis declaraciones como el resto del mundo, quiero que sepas que nada de lo que sucedió fue intencional. Me sentí amenazada y no pude controlarlo... pero no es algo que vaya a repetirse porque alguien me haga rabiar, de lo contrario jamás hubiera sido tan inconsciente como para meterme en un colegio lleno de niños inocentes. Ese tipo de situaciones las provoca una situación de vida o muerte. Si no, solo me lastimo a mi misma —explicó. 

Era la vez que más había hablado de sí misma y de lo que había pasado desde que le habían tomado declaración frente al Wizengamot, pero realmente sentía que necesitaba la aprobación de Tarja si iban a ser amigas, y que ella comprendiera bien cómo eran las cosas, no por oírlas de segunda mano o leerlas en el diario, sino por boca de ella. 

—Oh, ¡pero eso no quiere decir que no pueda admirarla! ¿Qué es un poco de alergia cuando uno puede ver algo tan tierno? Después de todo tampoco voy a dormir con ella en mi cama —bromeó.

En otra ocasión hubiera preguntado "o si no qué", pero considerando la situación de Fanny, no quiso parecer descortés y lo dejó pasar.  —Me porto bien, me porto bien —dijo para cerrar el tema. 

Ella también se mostró más sobria cuando salió ese tema. Asintió comprensiva. —Por supuesto que no. ¡Nada de eso! Incluso si no fueras una persona tan considerada, las autoridades no lo hubieran permitido —comentó parcialmente en defensa de su colega. —Pero no te preocupes. En ningún momento pensé que fueras un peligro —le aseguró. Tal vez eso se debía a que era muy inocente en varios aspectos. 

Bajó la mirada. —Lamento que te hagas daño a ti misma —le dijo de manera sincera, con tono de voz apenado. 

—Entonces la llevaré a la sala común uno de estos días para que puedas verla. De paso bajaré un par de libros que tengo para ti, que creo que te pueden interesar —prometió.

—¡Más te vale! —Continuó bromeando, también para cerrar el tema.


Asintió con cara de que acaba de ser informada de algo obvio que no se le hubiera ocurrido de no ser por la intervención de alguien más. —Tienes razón —dijo algo desinflada, lo que mejoró cuando Tarja le dijo que no la consideraba un peligro. El comentario le robó una sonrisa algo triste, pero sonrisa al fin. —Gracias —dijo sinceramente. 


Hizo una mueca de resignación. —No es algo que pueda manejar, pero al menos sucede con menos frecuencia que antes —explicó.

—Please do. Me gustaría mucho verla.