La familia biológica

Ike había aceptado a regañadientes encontrarse con su madre biológica después del largo e irritante intercambio de correspondencia que habían tenido durante el último par de meses. Él adoraba su vida actual tal y como estaba, y no quería saber nada con que viniera su madre o quien sea, a entrometerse. Ya bastante le había costado sacarse de encima a Mr. Stanton como para ahora tener que andar aireando sus intimidades frente a una desconocida.

Él no era inocente. El criarse básicamente solo lo había hecho desconfiado y muy perceptivo. Conocía la fama de su madre y sabía que seguramente no lo andaba buscando por añoranza maternalosa. Seguro quería algo, necesitaba algún favor o lo que fuera.

Hacía años que Ike sabía quienes eran sus verdaderos padres, pero nunca le había interesado relacionarse con ellos. Asumía que iban a ser tan malas personas como su padre adoptivo y, después de investigarlos un poco, no le cabía duda. Si los Rogers andaban en el tráfico de sustancias mágicas no permitidas y se sospechaba que habían estado relacionados con Voldemort no podían ser buena gente. Y él no necesitaba más sanguijuelas intentando sacarle el jugo.

Sin embargo, le había quedado en claro por las cartas que su madre no desistiría hasta no verlo y pensó que dándole el gusto tal vez lograra quitársela de encima. Por eso entró en Cabeza de Puerco con su mala cara habitual y el uniforme de los Falcons debajo de su túnica blanca de medimago.

Por una vez en la vida, las intenciones de Law eran sinceramente buenas. Había sido muy afectada por la supuesta muerte de su hijo favorito y era demasiado determinada como para que ahora que tenía la posibilidad de recuperarlo se dejara disuadir por un par de cartas. De lo contrario, hubiera sido una pésima traficante y mamá mafia era de las mejores que se pudiera encontrar.

Estaba vestida de negro, como siempre, con un elegante vestido de época venido a menos y restaurado a conciencia. Había esperado en el pub durante un rato. Comenzaba a ponerse nerviosa cuando oyó chirriar la puerta detrás suyo. Giró la cabeza con ansiedad y sintió el subidón de adrenalina al ver a su hijo entrar a Cabeza de Puerco.

Se levantó de inmediato, de manera impulsiva y caminó hacia él para abrazarlo sin importarle si alguien la veía tener un momento de debilidad o si era lo socialmente correcto dado que él era ya un hombre adulto y no lo había visto en años. "Michael..." murmuró temerosa, cual si hubiera visto un fantasma. Se aferró a él con fiereza, temiendo que la ilusión fuera a desaparecer si la dejaba ir. Tenía la voz quebrada de la emoción pero no estaba llorando. Era demasiado fuerte y orgullosa para eso.

La ubicó con la vista enseguida. Clavó una mirada irritada en ella. ¡Así que esa era la dama más mafiosa de toda Inglaterra en carne y hueso! Parecía más frágil que en las fotografías, casi una vieja aburrida. Podía ver la emoción en su rostro arrugado, pero su debilidad no hizo más que generarle asco, como el odio que se siente al ver la tristeza en la cara de la persona que se ha dejado de amar una vez pasado el capricho momentáneo. Estaba convencido de que era todo una actuación para manipularlo y eso hizo que aumentara su repulsión por la supuesta emoción de ella.

Frunció el ceño cuando ella se le vino encima y se quedó rígido esperando que su falta de aliciente la hiciera desistir de las demostraciones de cariño. "Let go of me, Madam." Le pidió con fría cortesía. Hizo un paso a un lado y miró con gesto altivo la mesa en que ella había estado esperando. Buscó contacto visual por un segundo y prosiguió a la mesa, donde se sentó como macho orgulloso.

Ciertamente tenía el porte de su padre y hermano, aunque había una dureza, una arrogancia mezclada con odio en sus facciones que ninguno de los dos poseía. Sólo aquellos resentidos con la vida por los maltratos prolongados podían llevar esa marca.

Levantó la cabeza y le sostuvo la mirada con el ceño fruncido de indignación. "I am your mother." Protestó como si nadie hubiera osado ofenderla tanto en toda su vida. "You will not give me a hug after all these years!?" Lo miró zorada por el trato que estaba recibiendo. Aquello no se parecía en absoluto a lo que ella había esperado. Lo vio dirigirse a la mesa, demasiado paralizada por la sorpresa y el desagradable sentimiento de anticlima como para seguirlo de inmediato.

Se reunió con el un momento después, con los labios apretados en un rictus desaprobatorio que persistió en ella bastante después de que se sentara frente a él a observarlo en silencio. "You would really rather go along with your life without getting to know your family!?" Increpó incrédula. La vieja dama estaba evidentemente molesta, de ese modo particular en que las madres gallardas disfrazan su dolor trocándolo en furia fría. Para alguien que ponía a La Familia por encima de todo, aquella actitud tan detestable le parecía ultrajante viniendo de su propia carne y sangre.

Ike no pareció afectado por la indignación de su madre. Se consideraba un tipo grande como para andar dejando que su mami lo manipulara a conveniencia poniéndole caritas. Había perdido ese privilegio al darlo por muerto y dejar que Mr. Stanton lo condenara a una vida como conejillo de indias y cómplice de sus crímenes.

Por otra parte, la había investigado; sabía lo suficiente sobre ella como para no caer en sus trampas. "Yes. You are." Concedió con arrogancia. "But I barely know you, madam, and what little information I have about you is not flattering." Por consideración, le ahorró la humillación de mencionar abiertamente su negocio paralelo, pero estaba segura de que era un buen entendedor. Tenía que serlo por la fuerza.

"I am a healer." Era su turno de mostrarse indignado. "I've sworn to help people." Explicó como si ella fuera tan tonta que no comprendiera algo así de básico. "I live to heal the very people you work so hard to poison with your garbage so, I don't think that we are compatible despite our genetic link." Explicó con la misma calma arrogante con la que había venido hablando.

Abrió la boca e inhaló totalmente indignada por el comentario, por no decir lastimada internamente, algo que no iba a dejar entrever jamás. Una mujer de hierro como ella no podía darse esos lujos. En lugar de eso, le frunció el ceño y lo fulminó con la mirada. "All right. Have it your way." Dijo en un tono que prometía una venganza acorde a la ofensa. "But you never will if you put so little effort in trying." Lo retó con tono de madre enojada, porque tenía razón.

Si lo anterior la había dejado boquiabierta, las siguientes declaraciones de Michael, la hicieron sentir una furia ácida en el estómago y la necesidad de ponerlo en su lugar de alguna manera. Sin embargo, el hace escenas no era su estilo (salvo que estuviera demasiado emocionalente exhaltada como unos momentos antes. Ahora que había logrado calmarse, volvía a ser la serpiente hábil y sutil que maneja los hilos desde las sombras. "Is that so?" Le preguntó desafiante, sosteniéndole la mirada. Asumía que él también era buen entendedor. Por otra parte, le parecía hipócrita de parte de él decir algo así cuando ella sabía tanto de su pasado como Ike de su presente. Lo había investigado en cuanto se había dado cuenta de que estaba vivio y la parte que había jugado en las investigaciones dell Dr. Stanton eran algo que sabía, podía usar para su ventaja.

"Trying to make up for the damage you've done? Interesting." Comentó al pasar y después se levantó como para marcharse, con el mentón bien en alto y el pecho hacia afuera, orgullosa como toda su familia. "Think the Hospital will find it interesting as well?" Preguntó antes de darse vuelta como para marcharse. Por dentro, ya no se sentía mal, porque volvía a sentirse en control de la situación.

"Disappointing as it may sound, I've no interest in trying, madam. I'm sorry." Le dijo secamente.

Su expresión se endureció al oír la amenaza y su cuerpo se tensó de furia. Odiaba profundamente al hombre que lo había involucrado en esos asuntos turbios que ahora lo perseguirían por siempre, a pesar de que él intentara llevar a cabo una existencia pacífica. Lo de la firma no le parecía ilegal ni comparable a lo que su madre biológica le hacía a los muggles y squibbs, porque era consensuado. Ambas partes estaban de acuerdo con agarrarse a las piñas para matar el rato y defender su pasión por el deporte. "What do you want from me?" Le preguntó de una, yendo al grano con cara de pocos amigos.