Descanso durante el juicio

Matt había pasado gran parte del verano ocupado con sus asuntos de familia. Había estado con Jax arreglando los detalles para adoptar a Revan, con su madre las condiciones para que le consiguiera la tutela de su hija mayor que estaba a manos de los abuelos de su ex mujer y ocupándose en seducir la que con suerte sería su siguiente esposa.

Había conseguido la tutela de la niña y la promesa de su amigo de adoptar al chico en cuanto naciera, y las cosas marchaban bien empezando a conocer a Jade y a Jenna de manera más profunda hasta que Stephanie había vuelto a aparecer en la escena. Después de haberla dado por muerta durante más de tres años, Matt se había tomado muy mal el descubrir que su primera esposa estaba viva después de todo ((jugado por mail. vamos a intentar subirlo y postearlo pronto)). Lo sentía como una traición de parte de ella el no haberlo buscado de inmediato para decirle la verdad en lugar de hacer mutis por el foro y criar a su segunda hija en el mundo muggle.

Después de mucho caos y discusión con su madre, Matt había llegado a un acuerdo en que ésta no mataría a la mujer y le permitiría a él encargarse de sus propios problemas por su cuenta, siempre y cuando prometiera que tendría acceso ilimitado a su segunda nieta.

Parte del acuerdo al que Matt había llegado con Steph, incluía mantenerla fuera de San Mungo y reinsertarla en la sociedad mágica absuelta de todo cargo por la muerte de los dos mortífagos que había matado sin querer, a cambio de que ella renunciara a la fortuna de su padre y le permitiera ver a su hija.

En medio de una de las muchas sesiones de ese largo juicio tan mediático que tenía en vilo a toda la comunidad mágica, estaban cuando el Wizengamot llamó a tomar un descanso al ver que las negociaciones sobre la tutela de la niña estaban estancadas. Ambos padres parecían convencidos de que el otro debería criarla.

((Avisá si me faltó algo en el resumen de lo que jugamos por mail el año pasado))

En el pasillo, Matt se acercó a Steph y la llevó a parte. "What the hell, Steph!?" Le preguntó indignado y muy visiblemente irritado. Todo el amor incondicional que había sentido por ella a pesar de ser una squibb, se había transformado en un odio y resentimiento profundos al sentirse traicionado por ella, que debería haber confiado en él y decirle que estaba viva en lugar de hacerlo sufrir por ella durante años como un reverendo idiota. Ahora, no la podía ni ver y el que le hubiera ocultado que tenían otra hija sólo empeoraba las cosas. "I'm keeping you out of St.Mungo, restoring your honor, securing you a job that will grant you a place in history forever and I'm letting you raise our daughter. What's the problem with you? What else do you want from me!?" Le exigió sin cuidarse de no levantar la voz de más puesto que se habían encerrado en una oficinita vacía. Parecía un león encerrado, yendo de un lado a otro de la habitación en un estado de agitación enorme.

((Oh, my! Es muchísimo lo que vamos a tener que postear para ponernos al día y que la gente entienda de dónde viene todo esto XD Tenía re abandonado el foro! Me re malacostumbré con el mail... y el resumen está perfecto.))

Steph estaba al borde de un ataque de nervios desde hacía un par de meses, más precisamente, desde que Matt por error hubiera descubierto que seguía con vida. El encuentro, con el que llevaba años soñando, había salido totalmente para el traste y le había roto el corazón de la manera más cruel posible. Lo había encontrado en Diagon Alley haciendo compras para su hija mayor Jade, a quien aparentemente pensaba mandar a una primaria Mágica muy exclusiva. Eso no hubiera sido un problema, de no ser porque lo había encontrado del brazo de otra mujer con la que venían hablando de lo más felices haciendo planes para el futuro.

La manera en que él la había tratado le había roto el corazón y matado cualquier esperanza de recuperarlo. Sabía que había hecho mal en ocultarle a Matt la verdad, pero esperaba que él supiera comprender y que el amor que sentía por ella contrarrestara cualquier resentimiento que pudiera haber sentido por su ocultamiento. Se había equivocado totalmente y desde entonces no sabía qué hacer de su vida. La posibilidad de ser mandada a Azkaban hacía que el que había sido su peor temor toda la vida (ser internada en San Mungo de manera permanente) pareciera sólo un juego de niños y la idea de perder además la custodia de su hija menor la torturaban noche y día.

Vivía en un estado de angustia constante, y le costaba muchísimo mantener sus poderes controlados. En medio de eso, estaban las estresantes sesiones del juicio que decidiría el futuro de su vida y la de sus hijas, y las amenazas de su ex suegra y la tristeza de que Matt le hubiera pedido el divorcio nada más enterarse que estaba viva.

Ahora, encima de todo eso, Matt le estaba gritando cuando nada de lo que estaba pasando en su vida era su culpa. ¡Si no tenía control de absolutamente nada de lo que le estaba pasando! Él y su madre se habían encargado de que así fuera.

Lo miró angustiada al ver la manera en que estaba perdiendo el control, andando por toda la habitación como un gato encerrado. Le partía el alma saber que ella era la causa, cuando siempre había sido la que lo calmara cuando los negocios lo ponían así de mal. Al mismo tiempo, la indignaba que él se hiciera el tonto y la tratara como si fuera la estúpida crédula que había sido cuatro años atrás. "You!?" Le respondió angustiada, con el rostro bañado en lágrimas porque había estado llorando las últimas dos horas durante el juicio. "Have you stopped to think even for a second that I might not want a magic job or a place in history!? That the only thing that I've ever cared about is you and our family!?" Le dijo desesperada.

((Entre esto y lo de Jay vamos a estar a full.))

La respuesta de ella no lo sorprendió para nada. Habían tenido esa discusión media docena de veces ya, pero el que le dijera algo que no respondía su pregunta lo irritó. Él se refería a ese momento, a por qué no quería aceptar la tutela de su hija. Lo demás era accesorio, realmente. La estaba ayudando por una cuestión de honor, de cuidarla porque era la madre de sus hijas, no por una cuestión de afecto. Después de lo que ella le había ocultado, de lo que le había hecho pasar, no podía perdonarla y hacer de cuenta que estaba todo genial entre ellos.

Revoleó los ojos cuando escuchó la respuesta de Steph. A decir verdad. No había pensado en eso porque asumía que todo el mundo quería pasar a la historia por una razón u otra. "Deberías haber pensado en eso antes de desaparecer por cuatro años haciéndote la muerta! Tienes idea de lo que he sufrido por tu culpa!?" Le espetó irritado. Todavía levantando la voz.

"Durante cuatro años me dejaste creer que esa masa de carne informe en el techo y las paredes de casa eran Jade y tu! Ya no tengo más pena ni lágrimas para ti, Steph! Me las gasté todas en tu puto funeral y los tres años que siguieron!" Le dijo acercándose a ella furioso y deteniéndose sin hacer nada violento.

"Te estoy salvando de San Mungo, que según tu siempre fue tu peor pesadilla, te estoy permitiendo ser parte de la vida de tu hija. ¿Por qué no puedes hacer algo tan simple como hacer las negociaciones más fáciles?" le preguntó irritado.

En ese momento entró Lizzy, que había estado buscando a su prima Fanny desde que comenzara el receso. Abrió la puerta y se encontró con la escena de Matt gritándole a su prima e instintivamente se metió entre ellos a fruncirle el ceño a su ex amante.

"Ya basta, Matthew!" Le ordenó con voz de mando, beyond molesta. "Si tienes algo para decirle a Fanny, hazlo en la corte. Ya tiene suficiente estrés en su vida sin que vengas a gritarle como un salvaje!"

"Tal vez si no te hubieras creado una fama de nazi anti squibbs tal vez tu esposa no hubiera estado aterrorizada de que la encerraras en un loquero si te decía la verdad." Era una nasty truth pero conocía a Matt lo suficiente como para saber dónde pegarle.

La aparición de Elizabeth lo distrajo momentáneamente, pero su mente trabajaba rápido y enseguida encontró la manera de presionarla para que no se convirtiera en una inconveniencia.

"Este no es tu matrimonio, Liz. Concéntrate en cuidar del tuyo y no te metas donde no te llaman." Le dijo sécamente, pero sin levantar la voz, porque sabía que con ella ese tipo de intimidación no funcionaba. La insinuación era clara: si seguía hablando, le diría a Steph que habían estado durmiendo juntos durante más de un año. Matt conocía a su ex esposa lo suficiente como para saber que jamás le perdonaría algo así a su prima. Si Liz quería conservar la amistad y el cariño de Steph, cerraría la boca.

Abrió los ojos sorprendido de oír las acusaciones de Liz, que eran tan ciertas como desagradables. El tipo de verdad que él se esforzaba por espantar de su mente con otros placeres que lo entretuvieran. "A ti tampoc0o te dijo nada." Le retrucó sin tener que entrar en detalles sobre que ella era mucho más tolerante que él.

Se puso a llorar copiosamente cuando Matt comenzó a acusarla de esa manera. Le dolía terriblemente que le dijera eso cuando todo lo había hecho por él y por Jade, lo había soportado todo por ellos, para protegerlos. "You're so unfair with me..." murmuró de manera medio ininteligible entre su llanto. "Everything I've done I've done for you and Addie... After what happened, it was obvious that I was a danger to you both. The guilt of what had happened that night was killing me..." dijo aún entre llantos. "And not being able to see you was a torture, but I endured it because I knew it was for the best. As long as I had this problem to control my magic, I was a danger to you and to her. What if I lot my temper during an argument or a tantrum, Matt?" Le rogó comprensión mirándolo a los ojos. "What if I hurt you or Jade by mistake? How can I live after something like that!? Can't you see I was protecting you!?"

"Por favor, Matthew. No me tomes por idiota. Ya no soy la jovencita estúpida e inocente que era antes. Sabes tan bien como yo que tu madre me matará si acepto la tutela de Ruby. ¿Es que acaso ya no queda nada entre nosotros para que me quieras ver muerta?"

"Por favor, Matt. No me tomes por estúpida." Le pidió ahora mostrándose algo irritada a pesar de su tristeza. "Ya no soy la muchacha inocente que era. Sabes perfectamente bien que tu madre me matará si acepto la tutela de Ruby. ¿¡Qué quieres que haga!? ¿Acaso ya no queda absolutamente nada entre nosotros de todo lo que compartimos para que quieras verme muerta? ¿Tanto te corrompió el poder que tu hambre de dinero te hace querer quitarme del medio? Si es la compañía lo que quieres, puedes quedártela. Sin ti a mi lado para administrarla no tiene valor alguno para mi." Le dijo aún llorando en silencio.

Fanny también se sorprendió de la apareición de su prima y la miró totalmente pasmada. "Lizzy." Dijo por decir algo. Escuchó el intercambio entre ellos medio perdida. No supo qué hacer para que no se pusieran a discutir ellos entonces, pero para no agitarse de más, prefirió no intervenir.

Como mujer inteligente que era, y versada en el arte de la trampa, entendió perfectamente el mensaje de Matt y cerro la boca de inmediato. Apretó los labios en frustración porque lo odiaba profundamente en ese momento por amenazarla ahora que las cosas con Dave estaban finalmente encaminadas. No quería perder la buena relación con su prima a quien amaba como a una hermana, así que no le quedaba otra que hacer caso. ¿Podía crearle problemas a él también con su nueva pareja? Sí, pero corría el riesgo de que él la metiera en problemas por venganza y no estaba dispuesta a arriesgar su matrimonio por nada del mundo. No ahora que finalmente se llevaban bien.

Miró a Fanny de reojo, temiendo que pudiera sospechar algo, pero no parecía darse cuenta y se sintió aliviada. "Es verdad, Matt. Tu madre vino a amenazarla. Fanny terminó tan estresada que vino a verme en medio de la noche." Dijo con suavidad, de manera conciliatoria. Era la única manera en que podía ayudar sin arriesgar la tranquilidad de su propia familia. "No es culpa de Fanny." Le aseguró.

El llanto y las declaraciones de Steph lo desconcertaron por un momento, haciéndolo dudar en cuanto a qué hacer o decir. Era sabido que Matt no era muy bueno tratando con mujeres que lloraban, que eran su debilidad y por un momento los sentimientos que una vez había sentido por ella amenazaron con aflorar. Apretó la mandíbula y se obligó a recordar los sentimientos amargos que había pasado todos esos últimos años sintiéndose miserable y solo y buscando entre las piernas de otras muchas mujeres olvidarse de lo que era llegar a casa y encontrar una mesa servida, una mujer feliz de verlo y una nena casi dormida en sus brazos. Eso trajo de vuelta la furia que sentía hacia ella y todo el resentimiento y su mundo volvió a ser controlado por él y no por un factor de caos poco lógico como eran las emociones blandengues y los afectos. "Maybe." Concedió a medias, con seriedad. "But I still can't go back to the way things were. You betrayed my trust and hid important information from me for years. Me privaste de conocer a mi hija... y eso es algo que no te podría perdonar... incluso si no amara a Jenna." Al menos ahora hablaba con más calma y ya no parecía a punto de convertirse en ex esposo golpeador en cualquier momento.

Sonrió levemente pero de manera satisfecha al ver que Liz se iba al mazo como correspondía. Si ella tenía experiencia en meter los cuernos, él había escrito los libros con los que ella había estudiado.

Se mostró levemente impresionado de escuchar eso aunque no le sorprendía. Conocía lo suficiente a su madre como para que algo así lo tomara por sorpresa. La dama no era ninguna santa. Eso lo tenía en claro. Incluso durante años había sospechado que ella había estado detrás de la muerte de su esposa sin poder confirmarlo hasta recientemente. "I swear I did not know that." Le aseguró seriamente, sosteniéndole la mirada a Steph para que supiera que era sincero. "Pero no me sorprende." Aclaró por las dudas, antes de que volviera a decirle que no la tomara de idiota.

Se tomó un momento para pensar qué hacer antes de hablar. "Mi madre está equivocada." Dijo finalmente. "Ruby no me conoce, no tiene ni idea de quien soy más allá de lo que le hayas podido decir en este último tiempo. Para ella, tú eres su madre y su mundo. No voy a arruinarle la vida por un capricho mío o de Laurel." Le aseguró seriamente. "She belongs with you. Don't worry about my mother. I'll talk to her; make sure she doesn't bother you again." Le prometió con seriedad. Había elegido ignorar a Liz abiertamente de manera consciente, para que entendiera que la conversación no era con ella, incluso si se negaba a marcharse.

Se puso a llorar de manera mucho más copiosa y desesperada cuando Matt le dijo que no podía volver a la manera en que las cosas habían sido y encima había mencionado a la otra mujer, esa con la que estaba ahora. "I'm so sorry, Matt..." dijo en voz de súplica mientras lloraba mucho. "I'm so very sorry..."

A Fanny le llamó un poco la atención que su fogosa prima hubiera decidido mantenerse al margen de repente, solo por una pequeña amenaza cuando nunca se amedrentaba ante nadie, pero lo atribuyó a que no quería generarle a ella más problemas con el ex marido y no a otra cosa... porque era lo que quería creer y prefería ser ciega antes que seguirse lastimando con la vida. Su prima era una de las pocas cosas que le quedaban, así que su inconsciente no quiso arriesgarse a perderla e hizo la vista ciega a eso.

A él también le creyó porque deseaba hacerlo. Sin embargo, el que él no supiera de lo de Laurel no quería decir que la mujer no fuera un peligro para su vida. "I believe you." Le dijo también con seriedad.

"¿Desde cuando Laurel Rogers reponde ante persona alguna?" Lo desafió no por llevarle la contra sino porque era un tema que le preocupaba. "Todos sabemos que no hay manera de controlar a esa mujer, Matt. Por mucha voluntad que le pongas y por mucho que me mate tener que separarme de Ruby..." negó con la cabeza, mortificada. "Nadie puede entrometerse entre tu madre y lo que se le mete entre ceja y ceja."

Apretó los labios con más fuerza y las manos se le convirtieron en puños por el esfuerzo de controlarse y dejar pasar aquello. De todas las mujeres que lloraban, Steph siempre había sido una por la que él tenía muchísima debilidad, tal vez porque era inocente, tal vez por su condición física. En cualquier caso, tuvo que recordarse nuevamente de todas las heridas que le había causado para no mandar a mudar a Jenna y consolarla aunque estuviera Lizzy ahí. De hecho, de no haber estado la pelirroja en el medio, seguramente hubiera perdido la batalla interna con él mismo.

Sin embargo, cuando Steph empezó a pedirle perdon de esa manera, Matt comenzó a perder determinación y dirigió una mirada mortificada a Elizabeth en busca de consejo, tal vez? "Could you please give us a moment?" Le pidió con suavidad y una mirada de súplica, acercándose un par de pasos hacia Steph para apoyar una mano en su hombro como si fuera a decirle algo en privado.

La respuesta de ella lo hizo desinflarse un poco. Sabía que ella tenía razón y se humedeció el labio inferior nerviosamente. "Independientemente de lo que parezca, ya no maneja mi vida, Steph. Las decisiones sobre mi vida y la de mis hijos recaen sobre mí, le guste a ella o no y te juro que no le voy a permitir que te ponga un dedo encima. Precisamente por eso te quiero en el castillo, donde puedo ptoregerte." Explicó. "¿Alguna vez te mentí?" Le preguntó mirándola a los ojos. A pesar de que era el tipo menos confiable del mundo y había engañado a medio país con la otra mitad, a la única mujer que le había sido totalmente fiel toda su vida era a ella.

Así como era de despistada con algunas cosas, las intenciones románticas de la gente era algo que no se le escapaban y notó el debate interno de Matt. Tambián sabía cómo se sentía su prima sobre él y estaba justo considerando la idea de marcharse y darle a ella una oportunidad de pegarle donde él tenía el punto débil, cuando Matt le pidió que se fuera.

Le sostuvo un momento la mirada como para advertirle que no hiciera nada por lo que ella tuviera que castigarlo y después asintió y se fue de camino a la puerta. "I'll be outside if you need me." Prometió antes de salir.

Fanny sabía que Matt tenía debilidad por las mujeres que lloraban y por ella en particular, pero no era por eso que estaba hecha un mar de lágrimas, sino porque sentía que había perdido la esperanza. Esos años en soledad, lo único que la había mantenido más o menos en una pieza había sido la esperanza de poder mejorarse en algún momento y poder recuperar a su marido y a su otra hija. Ahora, sentía que estaba perdiendo todos los motivos que tenía para vivir y se sentía totalmente desolada, por eso lloraba con todo lo que tenía, como nena chiquita sin importarle quien pudiera verla u oírla.

Se sorprendió de que Matt se le acercara y le pidiera eso a Lizzy, porque no es esperaba que su llanto tuviera ningún efecto en él, realmente. Sin embargo, agradeció mentalmente que su prima decidiera marcharse y le diera una oportunidad de hablar con Matt a solas.

Por alguna razón, eso sí que no se lo creyó. Le costaba creer que alguien pudiera oponérsele a Laurel, ni siquiera su hijo adorado. Se sorprendió de escuchar que era por eso que la quería trabajando en el castillo, algo que a ella no se le hubiera ocurrido nunca como deducción lógica, porque no era muy buena analizando situaciones. Era de mente simple. "No es que no crea que eres sincero..." le explicó. "Pero dudo que tengas el poder para oponerte a ella cuando se le mete algo en la cabeza." Explicó.

Le sostuvo la mirada largamente, deseando poder encontrar amor en esos ojos grises. Negó con la cabeza amargamente, mientras que dos lágrimas más caían de sus ojos. "No, nunca." Admitió cabizbaja y volvió a sollozar de manera sonora. "Y yo tampoco quería mentirte, Matt... en serio..." dijo entre llantos. "Es sólo que me asusté tanto de lo que pasó... de lo que hice... que la sola idea de que esos pudieran ser tú y Jade..." Se puso tan histérica que por unos momentos largos lo único que pudo hacer fue llorar desconsoladamente. "Por eso entiendo cómo te debes haber sentido estos años y aunque no signifique nada para tí, te pido disculpas... por todo lo que te hice pasar. Realmente me pareció que era lo mejor para protegerte... porque antes prefiero morirme que lastimarte, mi amor." Dijo en tono de súplica, todavía llorando con la cara escondida en las manos.

Le sostuvo la mirada a Liz con seriedad, para que supiera que no iba a mandarse ninguna. Después ablandó la expresión por una agradecida cuando fue evidente que ella se marcharía y después de eso se había acercado más aún a decirle a Steph, todo eso de que iba a protegerla en voz más baja y ya parado en frente de ella, entrando en su espacio personal porque tenían esa clase de confianza después de todo.

Frunció el ceño sorprendido de que Steph le dijera eso. "Yo también crecí y maduré mucho en los últimos cuatro años. Estoy a una materia de recibirme de Auror. Creo que puedo protegerte de mi madre en un castillo al que no tiene acceso." Explicó con seguridad, no con tono de orgullo como quien diría eso sobre su carrera, sino como quien intenta que la otra persona entienda las razones por las que dice algo.

Contuvo un suspiro cuando la vio volver a llorar, pensando en que no sabía cómo iba a hacer para salir de esa oficina con la misma convicción con la que había entrado. Se sintió apenado de que ella estuviera diciéndole eso. Sabía que ella también debía haber sufrido mucho y después de todo, ella seguía sufriendo con todo ese caos mientras que él tenía una casa, dos hijos y una pareja a la que volver al final del día. Entre esa idea y la manera en que Steph estaba llorando le ganaron a su ira contenida y resentimiento (al menos momentáneamente) y Matt la abrazó contra él para que se calmara.

Se ve que se había olvidado de lo que se sentía tenerla así de cerca, porque cuando la abrazó y pudo sentir el sutil perfume de su cabello se sintió totalmente transportado a varios años antes y le volvieron a inundar todas esas sensaciones que pensaba ya perdidas para siempre, que nunca más sentiría. Claro que adoraba a Jenna, pero la conocía hacía poco, antes de eso siempre lo había odiado y a demás, era un amor muy mental y lógico el que tenían, totalmente intelectual más que afectivo. Con Steph se sentía distinto, como una buena persona capaz de hacer el bien y dejar de lado el egoísmo para hacer lo correcto. La manera tan inocente en que Steph lo había idealizado en el tiempo que habían compartido juntos, lo había salvado de su naturaleza levemente sádica y egoísta, lo habían hecho querer ser mejor y más bueno para poder estar a la altura de lo que ella pensaba de él y así lo había convertido temporalmente en una mejor persona, había sacado lo mejor de él.

Ahora, se sentía sucio y malo, indigno de abrazarla, porque sabía que si ella supiera todas las cosas que había hecho en su ausencia jamás podría volver a idealizarlo. Eso le dolió tremendamente en el ego, pero al mismo tiempo sentía la necesidad de hacer que ella lo odiara como para expiar sus pecados... por así decirlo. No tenía sentido, claro está. Llevaba días maltratando a Jenna inconscientemente y lo mismo con todas las demás personas que lo querían o apreciaban, porque estaba furioso con la vida y con Steph y con él mismo y necesitaba descargarse, tocar fondo. Necesitaba empujar a los demás fuera de su vida para ver si realmente les importaba lo suficiente como para que se quedaran a su lado de todas formas.

"Lo sé. Deja de disculparte como si yo fuera San Matthew y tú María Magdalena. ¿Quieres?" Le dijo algo más secamente de lo que hubiera querido, pero estaba molesto con él mismo. "Si supieras las cosas que hice en estos últimos tres años serías tú quien me estuviera pidiendo el divorcio a mí." Le dijo con seriedad.

La convicción con la que él hablaba no era suficiente, pero el argumento de estar por convertirse en Auror sumado a la explicación de por qué insistía con que ella estuviera trabajando en el castillo la convencieron de que tenía razón, que era la mejor opción para ella y para Ruby. Bajó la mirada y asintió cabizbaja, acostumbrada de tantos años de ser la esposa sumisa. "You're right." Murmuró en ese plan.

Levantó la vista hacia él, sorprendida y mortificada a la vez. "Entonces dímelo." Le rogó con vehemencia, mirándolo fijamente a los ojos con actitud desesperada. "Dímelo y rompe mi corazón de una vez, ayúdame a olvidarte ya que no puedo tenerte..." le rogó todavía entre lágrimas.

"Then, let me help you, Steph." Le respondió en tono preocupado cuando ella le dio la razón. Ahora que estaba molesto pero no ciego de ira, era más fácil volver a caer aunque fuera de manera momentánea en los viejos roles de cada uno.

La expresión le pareció exagerada, poética al extremo para ser que se trataba de la vida real, pero Steph siempre había sido una persona particular. Criada en su casa, sin contacto con niños de su edad, era lógico que se guiara por lo que decían los libros principalmente.

Le sostuvo la mirada, sopesando las posibilidades. No, no podía. No quería hacerlo. Que ella siguiera pensando que él era una buena persona era algo que necesitaba. Si no había nadie en el universo que pensara bien de él y lo obligara a ser mejor para estar a la altura de las circunstancias, estaría perdido, daría rienda suelta al desenfreno y después tendría que pagar las consecuencias. "No." Le dijo con firmeza. "Estás mucho mejor sin saberlo." Le aseguró. "Prefiero que no me odies de por vida." Se sinceró.

Asintió cabizbaja, bastante alterada y desanimada por toda la situación en general, que la tenía muy estresada desde hacía un par de meses ya.

Su mirada se endureció con terquedad. No entendía por qué él podría querer ocultarle cosas después de decir que existían. Uno no tiraba la piedra y ocultaba la mano, pensó.

"Tell me." Demandó. "I need to know." Insistió y después se le ablandó un poco la expresión. "You're a good man, Matthew. What could you possibly have done to justify you saying that? You know I've always loved you despite all your flaws and problems." Le recordó no porque estuviera intentando levantárselo, sino para convencerlo, porque ahora necesitaba saber.

Por un momento, pensó que tal vez fuera verdad, que el amor de ella quizás fuera realmente ciego y perdonaría sus pecados. ¿No se sentiría mejor si ella siguiera viéndolo con buenos ojos a pesar de todo lo que había hecho? Pero dudaba que nadie tuviera un amor tan incondicional, sobre todo después de las discusiones que habían tenido desde su reencuentro.

De cualquier manera, sentía que estaba en deuda con ella por el juicio que le estaba haciendo, incluso si era para protegerla, y que le debía decirle la verdad aunque en realidad no quisiera hablar de eso. Pero cuando se habían conocido, él le había contado casi todas sus aventuras y ella había sabido quererlo igual... claro que una cosa era contar aventuras pasadas y otras las ocurridas mientras ella estaba viva... por más que él hubiera pensado lo contrario.

Estaba tan estresado que cedió ante la presión cuando en otro momento tal vez no lo hubiera hecho, pero se notaba que era algo que hacía con reticencia. "All right, I'll tell you what you want to know... and if you still want to stay married to me afterwards, I'll cancel the divorce and leave Jenna." Le prometió mirándola con seriedad. "I swear."

Si todavía había algo capaz de asustarla a esas alturas del partido, eso era definitivamente lo que Matt acababa de jurarle. "Oh, god..." musitó preocupada, bastante muerta de miedo. Pero su curiosidad era demasiado fuerte y accedió de todas formas. Se secó un par de lágrimas con la mano y sorbió por la nariz. "All right." Volvió a respirar para calmarse. "All right. Tell me." Le pidió de todas maneras.

Suspiró porque no tenía ninguna gana de hablar de eso, pero le empezó a contar cómo después del tremando shock de su muerte se había olvidado de tomar su medicación y había terminado confundiendo a la mujer escapada de San Mungo con ella. Después le contó de las visitas que le hacía en el hospital, las promesas...

Le contó de cómo se había volcado a la bebida como su padre, pero manteniéndose lo suficientemente sobrio durante el día para estar totalmente adicto al trabajo, tanto en la empresa como en la escuela y cómo los fines de semana se iba a levantar a cualquier chica que se dejara como para volver a sentirse como antes de conocerla a ella, para olvidarla, para sentirse nuevamente como una persona entera y completa, no una sombra de lo que solía ser. No porque ella lo convirtiera en una sombra estando a su lado, sino porque la vida sin ella después de haber estado con ella era tan inconcebible como concepto, que la única manera en que sentía que podía volver a reponerse era si volvía al estado anterior a conocerla a ella, porque no se puede extrañar lo que no se tiene. Así, la regresión lo llevó a los brazos de incontables desconocidas que le crearon la fama de millonario playboy.

Despues le describió su reencuentro con Jewel y cómo se la había movido en la alfombra de su oficina en la primera noche en que ella había trabajado en el castillo, de cómo habían pasado casi medio año discutiendo y después habían intentado salir un par de veces. Le dijo cómo habían discutido porque él sentía que con ella todo era sexo y los sentimientos no le importaban (algo irónico viniendo de él, en realidad) y que no quería que lo usara, de que ella lo había pateado y de cómo se tomó esa poción de desamor para olvidarse de Jewel de manera permanente.

También le informó de que después de dos semanas se la había vuelto a cruzar en la facultad, a la que había ido a estudiar aurismo para poder ser capaz de, en lo sucesivo, proteger a sus seres amados, y de que habían reanudado la relación después de que Jewel se disculpara. Le contó del tiempo en que salieron, de las vacaciones que tomaron juntos y de que estaban comprometidos pero que las constantes idas y venidas de ella habían terminado por cansarlo porque Jewel no era ella y no podía dejar de compararlas.

A continuación, le contó cómo la dejó y después terminó sintiéndose tan solo como al principio y cómo sin querer había terminado durmiendo con Leah, esa estudiante tan remilgada en clase que arreglada y escapada del castillo y colada en la fiesta de fin de año de la universidad no la había reconocido. Le describió cómo su madre le había ocultado que Jade estaba viva y cómo lo había presionado y chantajeado para que volviera a unirse al club (el que había dejado después de su muerte) diciéndole que esa era la única manera en que podría conseguirle la tutela de la niña. Después le contó lo que Nicole le había hecho y por qué había decidido adoptar al hijo de ésta a pesar de todo y de cómo se reencontró con Jenna después de tanto tiempo y las cosas que habían hecho juntos como empresarios y de los beneficios que la sociedad le redituaría a Dalton Enterprisese.

Por último, el contó cómo se había enganchado con ella y, hacia el final, le confesó que después de desencantarse con Jewel, había pasado un año y medio durmiendo con su prima Elizabeth cuando ella había venido a trabajar al castillo para protegerlo de unos ataques que había habido en la zona. Le aseguró que había sido todo culpa de él y que ella estaba pasando un mal momento, separada temporalmente de su marido, pero que habían cortado la relación cuando ella volvió con Dave. Le rogó que no se enojara con Liz porque nada de eso había sido culpa de ella sino de él, que buscaba cualquier cosa que pudiera hacerlo sentirse más cerca a ella y la miró con expresión preocupada y lastimosa, temiendo la reacción que Steph pudiera tener.

Fanny escuchó el relato de Matt con atención y temor por lo que éste pudiera contener. Lo miraba con cara de pobre cosita lastimada y durante casi toda la pirimer mitad, se sintió bastante apenada por él, culpable de que por las malas deciciones que había tomado ella de no confiar en su marido, hubiera terminado sintiéndose tan mal y teniendo que buscar maneras de seguir adelante. Sentía que era culpa de ella que él hubiera decidido acostarse con media Inglaterra y no de él por no elegir otras maneras de canalizar su tristeza.

Se sintió muy herida cuando escuchó la parte de Jewel, porque si bien la halagaba que buscara a alguien parecido a ella, porque quería decir que en realidad la quería a ella, el que le hubiera prometido casamiento le lastimaba demasiado, incluso si después le contó cómo había terminado la cosa.

Después se sorprendió más allá de lo posible de enterarse de lo de Nicole, a quien ella tenía por una niña adorable y muy simpática, y la hizo sentirse mejor respecto del hecho que él ahora tuviera un hijo. Al menos tenía sentido si era adoptado porque la madre había cometido un error, le parecía un buen acto el adoptarlo, pero no quitaba el horror de que tuviera un hijo con otra mujer, incluso si no era culpa de él y estaba agradecida que no se tratara de Jenna como originalmente había pensado. Era menos grave, pero igualmente horrible, aunque no fuera culpa de él.

Por último, se sintió tremendamente traicionada por su prima al escuchar la noticia y, aunque no tenía intención de hablar el asunto con ella porque sabía que no era una traición real, le dolía muchísimo que su mejor amiga y pariente se hubiera liado con su marido en lugar de tratar de arreglar las cosas con el de ella. Liz, que siempre le había dicho que Matt no le convenía, en la primera de cambios se acostaba con él como si siempre hubiera sido ese su plan. Le parecía horrible. Incluso peor que lo de Revan, porque ahí eran dos adultos haciendo cagadas, no una adolescente que no sabía lo que hacía.

En varias partes de la narración de él se había puesto a llorar en silencio, las lágrimas cayendo mientras ella tenía la mirada fija en la de él, pero al terminar, retrocedió varios pasos para alejarse de él con expresión de nerviosismo, shock, decepción y desagrado. "You're right..." murmuró de modo apenas audible, como un autómata con la mirada perdida. "I do want a divorce." Volvió a musitar antes de salir de la habitación. De todas formas, seguro ya no quedaba demasiado tiempo antes de que se terminara el break del juicio y hubiera que volver a la corte.

Una enorme parte de él había estado deseando que ella no lo viera con malos ojos por los motivos ya mencionados, pero otra más pequeñita, había deseado que no dijera eso, que eligiera quedarse con él y forzarlo a volver a ser la buena persona que no se sentía en condiciones de ser solo o con alguien más a su lado.

Eso explicaba el dolor y el vacío que sintió en la boca del estómago al escucharla decirle eso. Se quedó mirándola como perdido, sorprendido y un poco hasta vulnerable. La vio caminar hacia la puerta y su mente iba a mil pensando alguna manera de retenerla, aunque otra parte de él se preguntaba para qué. Con qué fin, si todavía estaba muy molesto con ella. Todo era tan horrible y confuso que ya no sabía ni qué quería de la vida anymore.

"¡Steph!" La llamó con un tono que imploraba y la siguió hacia la puerta, alcanzándola cuando ella ya estaba en el pasillo porque había tardado mucho en salir de su trance. La miró a los ojos largamente, sabiendo que no le podía decir lo que pensaba, porque no tenía ningún sentido. "How about conjoined custody?" Le preguntó finalmente. 

Cualquiera que los hubiera visto salir habría pensado que había sido ella quien le había estado gritando a él y no a la inversa.