Visita inesperada

Era un martes por la noche y Jane finalmente había juntado el coraje necesario para ir a hablar con su hija. Necesitaba desesperadamente un lugar para quedarse ahora que había vuelto al viejo mundo y no se le ocurría a quien más pedirle ayuda. Ya nadie de sus viejos parientes vivía donde había vivido antes y su hermana le había resultado imposible de ubicar por todos los medios, casi como si no quisiera ser ubicada.

Golpeó a la puerta de la casa que había sido de los padres de David y esperó nerviosamente, jugueteando con sus manos. Tenía puesto un pantalón de cuero negro y arriba una camisa negra de seda llena de volados y encima de todo un tapado de cuero... también negro. No sufría el frío, así que no le molestó el llevar poca ropa. De hecho, lo prefería así porque tenía más libertad de movimientos.

Elizabeth estaba en su ropa de entrecasa, un pantalón pijama gris claro y un buzo canguro negro. Estaba descalza y sentada en el sofá frente a la tele, jugando un videojuego mientras que Dave cocinaba la cena.

Al oír golpes en la puerta pausó inmediatamente la consola y giró el rostro sobre su hombro, hacia la cocina. "Esperamos a alguien?" Le preguntó a Dave confundida. Él solía avisarle cuando invitaba gente y no solía hacerlo entre semana de todas maneras. Ante la negativa de él, se puso de pie intrigada y se acercó a la puerta.

Miró por la mirilla y se encontró con una mujer de negro en la puerta. En la oscuridad, no pudo distinguir bien sus rasgos, pero no parecía nadie que ella conociera, más que nada porque se relacionaba en su mayoría con hombres y no con mujeres.

Abrió la puerta con curiosidad, pero en guardia, lista para sacar su varita en cualquier momento en caso que fuera necesario. Observó a la mujer delante suyo y se le revolvió el estómago de manera extraña. No comprendía a qué se debía la sensación. Le tomó un par de segundos el darse cuenta de que la mujer era extremadamente parecida su difunta madre, salvo que ésta tenía el cabello negro y no castaño y lo llevaba corto y lacio en lugar de largo y con bucles.

Un escalofrío la recorrió involuntariamente y se le puso la piel de gallina por el parecido, pero intentó recomponerse enseguida para no parecer una maleducada. Unos segundos después de habérsela quedado mirando con los ojos enormes, reaccionó y le preguntó "En qué puedo ayudarle?"

Los segundos en que Jane esperó frente a la puerta hasta que Elizabeth fue a abrirle, le parecieron eternos. Con su oído agudo, había oído una voz preguntar si esperaban a alguien y reconoció la voz de su hija aunque más grave y cambiada. Ya no parecía la vocecita de una niñita de doce y se le estrujó el corazón en el pecho. Echó una mirada nerviosa en dirección al callejón donde sabía que la esperaba Lucien y volvió a mirar a la puerta enseguida.

Cuando se abrió, ella también se quedó mirando a Elizabeth sorprendida, con curiosidad, recorriéndola con la mirada como si quisiera memorizarla, pero no habló. No porque quisiera dejar que fuera ella quien hablara primero, sino porque estaba demasiado concentrada mirando cada curva de su rostro y de su cabello para poder grabarla en sus retinas. Estaba tan distinta de la niñita que había sido... y ella sin embargo no había envejecido un día.

La pregunta de Elizabeth la trajo de vuelta a la realidad. "Betsy... it's me... Mom." Le dijo con cara de perro mojado, esperando que en esos veinte años se le hubiera pasado el enojo.

A pesar de ser una Auror profesional, su punto débil era su vida personal. Eso siempre la cegaba y sacaba lo peor de ella, haciéndole perder toda la concentración y capacidad de pensar racionalmente. Por eso no se había dado cuenta de la manera en que la mujer la miraba a ella también, porque se había quedado tan extrañada y sorprendida por el parecido que no había atinado a registrar nada más.

Al oír la voz de su madre y esas palabras, Lizzy sintió otro escalofrío, uno mucho más profundo, que la sacudió de manera visible y evidente para todo el mundo. Por un momento no supo cómo reaccionar. Se le pasaron millones de cosas por la cabeza, porque no entendía cómo alguien muerto podía regresar después de tanto tiempo, pero después de unos segundos, su cerebro le recordó que había captado los afilados colmillos cuando Jane había hablado y en ese momento le cayó la ficha que lo explicaba todo.

Sin embargo, seguía pareciéndole una pesadilla horrenda e incoherente de la que despertaría en cualquier momento, puesto que nada de eso tenía sentido. Ella había visto a su madre muerta. Estaba segura de que estaba muerta... no podía haberse convertido en vampiro.

"How... why?" Le dijo empezando a preguntar y cambiando de pregunta al final, como si las dos W fueran una. Tenía el ceño fruncido como intentando entender y la pregunta había sido casi un susurro inaudible escapándose de sus labios más por casualidad que otra cosa.

Al ver que ella no le ladraba, Jane se sintió esperanzada de que tal vez la hubiera perdonado y podrían hacer las paces después de tanto tiempo, pero no sabía que Elizabeth sólo estaba en shock. Siempre había sido un poco crédula y eso muchas veces le jugaba en contra. Al igual que Liz, ella también perdía gran parte del profesionalismo que había adquirido en las últimas dos décadas cuando había sentimientos involucrados. Lo bueno para ella es que había aprendido a no sentir nada por nada ni por nadie... casi nadie. Lo malo era que Elizabeth era una de esas pocas personas que aún le importaban.

"I..." No sabía cómo explicárselo. Lo había practicado miles de veces en su mente día tras día, encerrada en el sótano sin dormir, pero no era capaz de repetir las palabras que tantas veces había recitado. Suspiró algo frustrada al no encontrar las palabras y volvió a intentarlo. Estaba muy nerviosa y estaba segura de que había empezado a transpirar sangre. "The man you called from the funerary... he turned me." Explicó también ella en voz baja, como si temiera asustarla si hablaba más fuerte. "I guess I must have still been alive when he arrived in the ambulance. I don't really remember. When I woke up at his place I was like this." Le dijo mirándose para abajo como parte de la explicación. Hablaba lentamente y muy nerviosa, temiendo ser rechazada, con ese tono de mosquita muerta que Liz tanto detestaba.

"You are dead!" Había dicho en voz baja hevementemente, como si Jane no lo supiera o fuera algo que necesitara saber. Retrocedió un paso instintivamente, con la mano aún apoyada en el borde de la puerta, pero sin poder atinar a cerrarla. Le costaba mucho pensar racionalmente a decir verdad. No es que nunca hubiera visto un vampiro, pero que fuera su madre y después de tanto tiempo, era demasiado inverosímil.

Al oírla hablar, no le cupo duda de que realmente se trataba de su madre. Reconocía a la perfección el tono de mosquita muerta que ella siempre había detestado, el que usaba con su padre o cuando pensaba que alguien iba a enojarse con ella o a rechazarla y los viejos sentimientos afloraron dentro de su pecho. Sintió el odio, la ira y el resentimiento agolparse en su interior y sus facciones se endurecieron de inmediato. Su cuerpo se tensó y apretó los dientes sintiendo que el corazón le latía a mil por hora dentro del pecho por los nervios.

"So, you're saying this is my fault?" Le preguntó ultrajada por la manera en que había armado la frase. Lo único que le faltaba era que apareciera después de dos décadas a echarle culpas.

Las palabras de Elizabeth y el tono que había usado le dieron la pauta de lo shockeada que debía estar como para decirle ese tipo de cosas que eran obvias. Ella nunca había sido una chica de andarse con obviedades y desde muy pequeña había dejado en claro lo mucho que las detestaba. Claro que entendía que tenía sentido que se hubiera llevado la sorpresa de su vida. Por otra parte, esas palabras le habían recordado eso que a menudo ella se esforzaba tanto por olvidar... que estaba muerta. No era realmente como el resto de las personas, ya no era como los demás humanos.

"No, no." Se apresuró a desmentirlo con alarma en sus ojos y su tono de voz. "It was nobody's fault but my Sire..." se corrigió para que no hubiera lugar a dudas. Aún hablaba con el tono asustadizo que la había caracterizado en vida y se sintió molesta con ella misma, odiándose por haber vuelto al square one en dos minutos de verla a ella después de tantos años de trabajar para convertirse en una persona más dura... distinta. Alguien autosuficiente, que infundiera respeto.

"I just wanted to see you... to get to know you... you know..." Le dijo esperanzada. "I know it's been a while, but... It's never too late, right?" Preguntó con cara de perro mojado.

Elizabeth se calmó un poco al oír la negativa, pero a la palabra 'Sire' volvió a fruncir el ceño claramente enfurecida. Racionalmente, sabía que era el término que utilizaban los vampiros para referirse a quien los había convertido, pero emocionalmente, le molestaba muchísimo que después de tanto tiempo no hubiera cambiado, que siguiera siendo una blandengue dependiente de un hombre y que para peor no fuera su padre. Sabía que eran sentimientos egoístas, ilógicos y altamente inmaduros/infantiles, pero no pensaba reprimirlos por ello. Estaba furiosa con su madre y eso la cegaba.

"So, you changed Dad for a dead man?" La increpó molesta, dispuesta a encontrar algo cuestionable o irritante en cualquier cosa que ella dijera, por más inofensiva que pudiera parecer. "You've got some nerve showing at my door like this twenty... no... twenty two years after you abandoned Dad and me!!" Le espetó furiosa, hablando entre dientes con los ojos entrecerrados, como una tigresa a punto de saltar sobre su presa en cualquier momento. Sabía que su madre tenía fuerza suficiente como para partirla al medio si quería, pero le importó tres cuernos. Ya había demostrado tener la misma falta de personalidad en la muerte como la había tenido en vida y no se sentía amenazada por ella. No lo hubiera hecho ni aunque hubiera estado hissing.

"Well, you've already seen me and yes, I'm sorry to inform you it is too late!" Le dijo molesta, ahora levantando un poco la voz. "You have no idea... no idea what I've had to go through!" Le espetó mirándola con furia a través de unos ojos que acababan de anegarse en lágrimas. "When you left us Dad got so depressed he could barely focus on his job... he almost got sacked..." Le dijo mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas. "And when they murdered him..." negó con la cabeza, con la voz quebrada en ese punto, casi incapaz de proseguir sin pausar para encontrar fuerzas en algún lado. "in front of me... and he sacrificed himself to save me... I needed you so much... so much after that... and you weren't there for me. You were never there for me... not even when you were alive!" Le espetó furiosa como una niña recriminando estupideces de hacía veinte años atrás.

"All you cared about was him! I was just another piece of furniture in the house... and now... now you wanna come and get to know me!?" Le dijo casi histérica, levantando mucho la voz. "No. No, it's too late for that, mother. I've suffered enough for you. I won't let you hurt me anymore." Le dijo antes de cerrarle la puerta en la cara y ponerse a llorar contra David.

Dave había estado cocinando en la cocina, pensando en sus propias cosas sin prestarle demasiada atención al asunto de la puerta después de decirle a Liz que no esperaban a nadie. Era curioso, sí, pero asumió que debía tratarse de un vendedor ambulante o alguno de sus compañeros de trabajo dejándoles algún dato para el día siguiente. Por otra parte, lo que estaba cocinando requería mucha atención así que no podía distraerse demasiado y ya con la música que sonaba de fondo del videojuego en pausa le bastaba.

Sin embargo, al empezar a oír la voz de Liz molesta por sobre la música del juego empezó a intentar prestar atención. Sí, definitivamente le estaba gritando a alguien y, por el tipo de recriminación le había sonado a ex-novio. Se preguntó si sería Albert y rogó que no fuera el caso... no se lo hubiera estado cogiendo mientras ellos estaban separados y ahora estuviera haciéndole una escena en la puerta de la casa, porque sería más de lo que él podría tolerar. Era demasiado celoso y tenía poca autoestima, lo que era muy mala combinación.

Preocupado, dejó lo que estaba haciendo, apagó el fuego, se secó las manos en el delantal que tenía puesto y se encaminó a la puerta. No parecía que fuera necesario sacar la varita por la postura en que ella estaba sosteniendo el borde de la puerta con una mano. De lo contrario hubiera sacado ella misma la suya.

Se paró detrás de Liz como para hacerle de apoyo y miró a su interlocutora. Se sorprendió muchísimo de ver que se trataba de una mujer, pero no había visto fotos de Jane como para reconocerla e incluso si las hubiera visto, tal vez no la hubiera reconocido por lo distinta que estaba. Liz no hablaba mucho de su madre y sólo sabía que estaba muerta y que no se llevaban bien como para poder hacer la conexión.

Por lo que la oía decir de que ella no había estado ahí para Liz cuando la había necesitado tras la muerte de su padre, asumió que debía tratarse de una tía o prima de parte materna de la familia, que era la que ella no mencionaba nunca. "Everything all right, love?" Le preguntó preocupado, apoyando una mano en el hombro de ella después de que dijera 'and you weren't there for me'.

Le resultaba claro que no estaba todo bien, pero era una forma de decir.

Cuando ella cerró la puerta y se le tiró a llorar encima, él la abrazó con cara apenada, sintiendo pena de que Liz hubiera tenido que pasar por un mal momento y estuviera sufriendo. Porque estaba tan acostumbrado a verla ser fuerte, que cada vez que la veía ponerse mal lo destrozaba. La abrazó con fuerza y le acarició el cabello con una mano mientras que le susurraba al oído que todo estaría bien.

Jane apretó los labios y la miró con tristeza cuando ella la acusó primero de cambiar a su padre por un muerto, y después de tener descaro para aparecerse ahí. Intentó pensar en algo para decirle, para defenderse, pero llegó a la conclusión de que no había nada que pudiera decirle porque ella tenía razón y se le cayeron un poco los hombros en una actitud derrotada. "Tienes razón... hice todo mal." Admitió ella mientras que dos lagrimones de sangre resbalaban por sus mejillas, manchándole la cara pálida pero maquillada. Nunca había sido buena para defenderse cuando la gente empezaba a gritarle y Liz y su ex marido habían sido especialistas en ésto, así que en lugar de decirle que su Sire no la había dejado acercarse antes y todo lo demás, se quedó parada con cara de pobre cosa, llorando en silencio.

"Vine a disculparme..." Le dijo en voz muy baja. Sabía que los argumentos de ella eran válidos y que se había equivocado pero había esperado poder disculparse, aunque ahora sabía que sería imposible, que ella no escucharía, que, como siempre, creería lo que quería creer.

Se había shockeado mucho, de manera visible, al enterarse de que su ex marido estaba muerto, que había sido asesinado como ella siempre había sabido que eventualmente ocurriría desde que había tomado ese trabajo tan peligroso. Era la causa por la que siempre habían discutido y se lamentaba mucho ahora el poder decir 'te lo dije' a una estúpida lápida. El saber eso la entristeció de manera obvia, porque ella había amado profundamente a su marido a pesar de las discusiones y esperaba poder disculparse con él (aunque no volver, nunca volver) con él ahora que estaba haciendo las pases con su pasado, finalmente librada de su tiránico Sire. Eso le aplastaba un poco más aún los sueños, en vista de que su ex marido estaba muerto y su hija no la quería ni ver.

Desvió su mirada de ella al hombre que acababa de aparecer, que obviamente debía ser el novio o marido y se sorprendió muchísimo de ver que era de color. Su mirada viajó automáticamente a las manos, buscando alguna que estuviera visible. -Marido- dijo en su mente al encontrar los anillos. Así que su hija se había casado... con un hombre de color. Eso era algo inesperado, pensó. No le molestaba, pero ciertamente no se lo había visto venir para nada. Se preguntó si tendrían hijos, pero no le pareció el momento para preguntar. Pensó que no, porque de lo contrario hubieran sido los primeros en venir a ver por qué el escándalo. No se le ocurrió que pudieran estar en edad escolar y en Hogwarts. Estaba demasiado alterada para pensar bien.

Oyó el resto de las recriminaciones en silencio, llorando y cuando le cerró la puerta en la cara salió corriendo hacia el callejón donde se encontraba Lucien.

El que ella le dijera que había hecho todo mal la dejó un poco más contenta aunque no lo demostró. Al menos tenía la sensatez de no negarlo, de aceptar que había hecho todo mal y de intentar disculparse. Claro que a esta altura de su vida y después de todo lo que había tenido que pasar sola, por culpa de su abandono, le importaban tres cuernos sus disculpas y apretó la mano furiosa.

No se volteó al oír la voz de Dave, ni siquiera al sentir su mano en el hombro. Estaba demasiado concentrada fulminando a su madre con la mirada a través de las lágrimas que caían por sus ojos como para prestarle atención a él, que lo conocía de memoria. "No. Everything is not fine." Le dijo sécamente, pero no estaba molesta con él. Simplemente alterada.

"This is my mother." Le dijo aún sin molestarse en darse la vuelta. "The woman who abandoned me and Dad killing herself when I was twelve." Le dijo con tono murderous, todavía clavándole a ella la mirada asesina. "...and who apparently got turned into a vampire and was so busy she never had the time to stop and say hi in over twenty years." Continuó diciendo furiosa, más bien histérica.

Ahí fue cuando siguió con lo de "You were never there for me."

Se quedó un rato largo abrazada a Dave llorando histéricamente como una niña, como no lo había hecho desde el funeral de Gabe.