Medio descompensada

Hacía días que Nick se venía sintiendo mal, pero se negaba a ir a la enfermería. Le tenías demasiada vergüenza a la enfermera y a lo que pudiera pensar si le decía la verdad de lo que le había pasado como para animarse a ir. También sabía que si no le decía lo que le había pasado, seguramente la mujer no iba a poder diagnosticarla bien, así que se había limitado a no ir y rogar que todo se le pasara pronto.

No era hora de ninguna comida. Nick estaba simplemente sentada en la mesa de Slytherin intentando concentrarse en su tarea. Le dolía demasiado el estómago y estaba temblando un poco así que no lograba concentrarse bien en sus estudios, pero hacía un esfuerzo. No tenía nada mejor que hacer en ese momento y el gran salón estaba desierto así que tampoco tenía una excusa para entretenerse y no hacer su tarea. Después de un rato, sin embargo, se rindió y dejó el lápiz de lado con un suspiro para apoyarse sobre el pergamino con la intención de dormitar un rato a ver si después se sentía mejor.

Maurie había estado un rato largo intentando concentrarse en su tarea en la sala común, pero el ruido era demasiado. Molesta, empacó sus cosas y se mudó al gran salón con la esperanza de poder adelantar un poco sus quehaceres. El último año era muy exigente y se le complicaba seguir todas las cosas que la mandaban a hacer de cada materia.

Entró al gran salón con su mochila al hombro, pero al escanear el lugar con una mirada, enseguida se fijó en la única otra persona allí dentro: Nicole, la chica Slytherin con la que el profesor la había obligado a hablar sobre sus asuntos privados y que había sido la única que la había ayudado y defendido durante el incidente con el hermano de John.

Apretó los labios en una mueca de disgusto, puesto que sabía lo que debía hacer pero no por ello le resultaba más agradable o se le antojaba menos incómodo como situación. Caminó hacia ella y se le detuvo al lado, justo cuando se acomodaba sobre el banco. Había pensado en marcharse al verla recostarse, pero finalmente decidió que si ya estaba ahí no le quedaba otra. "Hey..." dijo en voz muy baja.

Había suspirado apenas apoyar la cabeza sobre el pergamino con gesto cansado, pero al oír la voz de alguien un momento después, se reincorporó en su asiento y giró para ver de quien se trataba, puesto que no conocía demasiado a Maureen como para reconocerle la voz por un simple saludo. Por otra parte, le salió de manera automática el darse vuelta a averiguar.

"Oh..." dijo al ver de quien se trataba. Se ruborizó de inmediato, poniéndose un poco incómoda. "Eres tú..." fue lo único que se le ocurrió decir. Un momento después, se arrepintió de haber dicho algo tan estúpido. "¿Estás mejor?" Le preguntó como para desviar la atención de su reciente desliz. No podía decir que estuviera feliz de encontrarse con ella, pero al menos era una distracción y, después de haberse enterado de los detalles de lo que le había sucedido, sentía lástima por ella.

Respondió a la pregunta de Nicole, que le pareció sorprendentemente sincera, con una de esas sonrisas tristes y resignadas. Esas que aparecen un segundo y desaparecen al siguiente sin siquiera mostrar dientes. Después se encogió de hombros y su postura cambió a una más "desinflada". "Qué sé yo..." le dijo sinceramente, por lo bajo.

Miró por encima del hombro de Nicole para ver en qué estaba trabajando y ver si podía conseguir un tema de conversación más safe. "¿Problemas con la tarea?" Preguntó dándose cuenta un segundo demasiado tarde de que una Slytherin jamás lo admitiría, sobre todo por lo poco que había visto de ésta en particular y se arrepintió de inmediato de haber dicho eso.

Le devolvió una sonrisa desinflada, ladeada y llena de resignación. Sentía simpatía por ella porque la chica realmente parecía alterada por la pérdida de su hijo. Claro que eran casos diferentes, pero entendía que si alguien lo quería y se le moría, era lógico que estuviera mal, no como ella que no había visto la hora de poder sacarse al chico de encima... y sin embargo... a veces extrañaba poder sentirlo adentro. Era una de esas cosas raras que jamás le admitiría a nadie estando en plena posesión de sus facultades.

"Eh... si considerás mantenerse despierta como un problema, entonces sí." Dijo con una sonrisa cómplice y ladeada que daba a entender que no era una cuestión de intelecto que un alumno mayor pudiera solucionar sino más bien que tenía sueño, aunque en realidad lo que le pasaba era que se sentía mal.