Mandando una carta

Roy llevaba mucho tiempo pensando en mandarle una carta a Agatha. Había deseado hacerlo desde que el año había comenzado e incluso antes, cuando durante las vacaciones se había aburrido a muerte en la casa y había estado extrañándola. Incluso extrañaba los maltratos de ella y las malas caras que le hacía cuando había más gente con ellos en la habitación o cuando él hacía alguna estupidez inmadura.

Sin embargo, había logrado contenerse hasta ese momento recordando la manera en que ella le había dicho terminantemente que no podían volver a verse. Eso lo había destrozado anímicamente y lo había desanimado, de manera que no se atrevía a escribirse. En cambio ahora, inmerso en su rutina escolar habitual y con sus amigos de por medio, había recobrado parte de la confianza y tenacidad que siempre lo había caracterizado y había juntado el coraje para escribirle una carta. Era de lo más seria y sobria, explicándole que no había motivo por el que debieran dejar de escribirse sólo porque ella estuviera muy ocupada como para salir con él o lo que fuera. También le decía que esperaba que ella supiera que podía contar con él si lo necesitaba para algo, que sabía que ahora no servía de mucho pero que algún día tal vez sí pudiera darle una mano y que no se olvidara de eso.

Entró en la lechucería y suspiró pesadamente. Ahora le faltaba coraje. Miró por la ventana y se quedó un rato largo mirando el cielo y preguntándose qué estaría haciendo ella.

Gipsy solía escribirle a sus padres una o dos veces a la semana. Algunas veces incluso más seguido. En realidad, le escribía primariamente a su madre, porque la relación con su padre no estaba en los mejores términos, pero de todas maneras siempre le mandaba saludos y preguntaba por él.

Ese día llevaba una carta especialmente jugosa, ya que le comentaba a su mamá que las cosas con Alex venían mejorando, aunque más no fuera como amigas. Su madre había tenido un hard time accepting la relación de su hija con Alexandra y su orientación sexual en general, pero desde que ella despertara del coma se había vuelto más tolerante y todo lo que Gipsy dijera le parecía bien... con tal de tenerla viva de vuelta.

Al entrar en la lechucería, notó a Roy de pie junto a la ventana y se preocupó. Lo había notado bastante más desanimado últimamente que el año anterior y se le acercó lentamente. "Hey, Roy. ¿Esperando un correo?" Le preguntó pensando que por ahí estaba mirando el horizonte a la espera de que le llegara una carta. "Sabes que las lechuzas pueden encontrarte donde sea que estés, ¿verdad?" Le preguntó medio en broma para ver si lo hacía reaccionar un poco.

La voz de Gipsy sacó a Roy de sus cavilaciones y se dio vuelta hacia ella con una sonrisa amistosa. "Bon Jour Gizzí." La saludó de buen humor. En general Roy guardaba sus depresiones para cuando estaba solo y en público se mostraba super amistoso y sociable, como si no pasara nada. Después se sentía solo e incomprendido por culpa del aislamiento que sus propias acciones le causaban, pero ese ya era otro tema.

"No, no. En realidad estaba a punto de mandar una carta, pero no me decido." Confesó con una sonrisa algo pícara. "No me gusta meterme donde no me llaman y preferiría evitar un rechazo directo." Explicó a la ligera, como si fuera algo poco importante para él. "Nada del otro mundo." Le restó importancia.

La verdad es que para él era muy importante el que Agatha no lo rechazara, pero incluso si lo hacía, pensaba continuar escribiéndole. No era del tipo que se rendía cuando se obsesionaba con algo, y en este caso estaba bastante obsesionado con su ex compañera. "¿Tú?" Preguntó para cambiar de tema.

Gipsy le sonrió cuando la saludó. Siempre le había resultado simpático el acento de él y le gustaba cómo sonaba su nombre cuando Roy lo pronunciaba. También estaba alegre de que se le hubiera pasado el crush que había tenido con ella en un momento, porque ahora sentía que podía volver a disfrutar de su amigo sin tener que estarse preocupando por cómo él se tomaba cada cosa que ella hacía y decía, si bien no le parecía del todo sano que siguiera haciéndose tanto problema por una mujer que ya no veía a diario y que, para peor, no parecía corresponderle.

"¿Todo bien?" Le preguntó de buen humor. Escribirle a su madre siempre le levantaba el ánimo, en especial cuando las noticias eran buenas y, para ella, el estar hablando nuevamente con Lex eran óptimas noticias.

Sonrió comprensivamente. Entendía el dilema de Roy porque a ella le había pasado algo similar con Lex, pero para Gipsy, Agatha no valía la pena. Era demasiado responsable y amarga como para poder hacer feliz a alguien como Roy que era un tiro al aire, pero de todas formas lo trató de manera comprensiva. La gente en general tampoco entendía qué le veía ella a Lex así que estaban en la misma. "Bueno, siempre dicen que es peor arrepentirse de no hacer algo que de hacerlo ¿no?" Le dijo porque era lo que sabía que él necesitaba escuchar, a pesar de que ella no estaba de acuerdo con la relación. Pero quién era ella para imponersele a él?

"Vine a mandarle esta carta a mi madre." Respondió mostrándole el sobre con una sonrisa.

"Sep... peleándo con las materias del último año... como todo el mundo." Dijo con resignación, ya no tan sonriente como antes. La verdad era que ese año le estaba costando mucho concentrarse en el estudio y encontraba cualquier excusa super distractiva como para no prestarle atención a lo que debía. Se la pasaba hueveando en clases y después no entendía nada cuando tenía que hacer la tarea... un verdadero problema. Y tenía intención de arreglarlo, porque se daba cuenta de que le estaba pasando, pero no conseguía hacerlo del todo. Se había acostumbrado tanto a hacer la tarea y estudiar con Aggy que ahora no podía hacerlo sin pensar en ella y ponerse mal y entonces distraerse.

Se le iluminó el rostro con una sonrisa cuando Gipsy le dio ese consejo y asintió mirándola de manera cómplice. "Tienes razón. El que no arriesga, no gana, ¿verdad?" Le preguntó ahora envalentonado nuevamente. "¿Dónde están esas lechuzas del colegio cuando uno las necesita?" Preguntó retóricamente mientras miraba alrededor, en busca de alguna que pudiera usar.

"Ahh, ¿buenas noticias?" Le preguntó al ver la sonrisa en el rostro de ella.