Por ladrona

Affy se había perdido nuevamente. Se conocía las torres de memoria, pero cada vez que intentaba ir a robar algo de comida de las cocinas, se encontraba con que no sabía cómo regresar a la planta baja.

Ese día no era la excepción. Había salido de las cocinas con un saquito de arpillera lleno de muffins de limón, pero estaba segura de que era la tercera vez que había pasado por ese mismo pasillo y visto esa misma estatua...

Para peor, Jane la debía estar esperando en el patio interno para su picnic.

Efectivamente, Jane la estaba esperando en el patio interno, sentada en el pedestal de mármol en que se encontraba la estatua central. Tenía las piernas cruzadas y un libro entre las manos, porque se había cansado de esperar a su amiga que jamás llegaba a tiempo a ningún lado. 

Todavía tenía puesto el uniforme del colegio y su bolso con los útiles, pero el libro que leía era sobre psicología muggle.

Cuando Affy logró salir de las mazmorras y llegar a donde su amiga la estaba esperando, más de media hora había pasado del horario en que habían prometido encontrarse. 

Llegó con la respiración agitada y cara de mortificación. 

—Lo siento mucho, Jane... —dijo intentando recuperar el aliento y dejando la bolsa con lo que había conseguido entre ambas antes de sentarse en la esquina opuesta del pedestal. 


—Tu sabes lo que me cuesta salir de las mazmorras... tendría que haber salido con más tiempo, pero el prefecto me empezó a dar lata... realmente lo siento.  No quería hacerte esperar.