Buscando un nuevo prospecto

Después de haber visto lo que había visto, y sin poder todavía contarle a su amigo, el muchacho en las túnicas de gala simplemente negras, se quedó cerca de la mesa de bebidas, esperando a ver si alguna de las chicas interesantes se acercaban como para hacerles conversación.

Él era un tipo despreocupado, pero esa noche estaba de un humor especialmente bueno, así que tenía una enorme sonrisa en el rostro, como si no tuviera un problema en todo el universo y fuera la persona más relajada y feliz.

((Any takers?))

Ella finalmente se había despegado de su ex y perdido sin querer a sus amigas en el proceso. Ahora, las buscaba con cara de perdida hasta que reconoció alguien que había visto mil veces pero solo en fotos. 

—¡Ey! ¡Yo te conozco! —le dijo con el entusiasmo y poco decoro que la caracterizaban. —¡Tu eres Monet, el amigo de Del! —Cóntinuó—. ¿Estás aquí para el torneo? —Preguntó de curiosa.

Recién entonces se le ocurrió recordar que su ex apenas si hablaba inglés cuando había llegado a Inglaterra. —Hablas inglés ¿verdad? —Preguntó de todas formas.

Monet levantó una ceja y la miró de arriba abajo. No la conocía en absoluto. No es que estaba inseguro, ni que le cabía alguna duda. A esa chica no la había visto en su vida. Pero era el campeón de Beauxbatons, así que tenía sentido que lo conocieran. Lo raro es que ella lo dijera como si fuera algo novedoso.

A la mención de Del bajó las cejas y sonrió. —Sí. El mismo —respondió con orgullo. Luego rió. —Veo que no prestas mucha atención a los anuncios del Director: Soy el campeón de Beauxbatons —informó orgulloso. —Y tú, ma belle, ¿cómo te llamas? 


Tal vez la noche no resultara ser un desencanto después de todo.

—Bien por ti. Try not to get killed —le dijo con cierta ironía pero más que nada en broma. Realmente no podía importarle menos si lo habían nombrado el nuevo Ministro de la Magia.

—Rose Taylor, pero nadie quiere escuchar hablar de mí —le cambió de tema descaradamente— cuéntame cómo era Ed de pequeño —preguntó con una sonrisa que daba a entender que apenas lograba contener una risita tonta. Se lo imaginaba, pero quería que alguien que lo había visto se lo dijera con lujo de detalles.

Algo estaba fuera de lugar. Ella no le estaba hablando con toda la reverencia que se le debía a un campeón de Hogwarts, pero aún así, confió en poder encaminar la conversación para donde él quería...

—I won't. I'm a great wizard and I've got my mentor and my friends... —dijo confiado.

Al escuchar el nombre de ella, entendió por qué la cosa no estaba funcionando. En sus últimas cartas, Ed le había comentado que de repente Rose, que lo había dejado de la peor manera dos años atrás, ahora parecía estar arrepentida y acosándolo por todos lados.

—Oh, Tu eres la ex de Edward! —La reconoció al tiempo que la ubicaba un poco en su lugar, con tacto.

Le pareció totalmente desubicado que le saliera con esas preguntas y se puso incómodo. —Eh... creo que eso deberías preguntárselo a él. —Miró a ambos lados buscando alguien que lo hiciera zafar de esa situación incómoda y no le importó siquiera no encontrar a nadie —Eh... disculpa, me tengo que ir. —Dijo y se alejó de ella lo más rápidamente posible. En el camino, vio a Maelie y se le paró al lado, tomándola del brazo con confianza —Por dios, quítame a esa mujer de encima. —Le rogó por lo bajo.

Enarcó las cejas impresionada de que alguien tan engreído pudiera ser del agrado de Ed. —Si tu lo dices... —respondió no muy convencida. De todos modos no era su pellejo el que estaba en juego y, si el chico era así de insoportable como aparentaba, tampoco sería una gran pérdida.

—Supongo que sí. Si —acabó por darle la razón aunque no le gustba mucho ni el término ni que se lo revoleraran por la cara.

No dijo nada cuando él comenzó a poner excusas porque ponerse pesada no entraba en sus planes, pero se sintió frustrada y no se molestó en esconderlo, así como él no se molestó en esconder sus ganas de mandarse a mudar.

Suspiró irritada y frustrada por la poca información que "sus sutilezas" habían logrado sacarle al amigo de su ex. Pobre chica, no sabía lo que era el tacto ni cuando le golpeba a la cara.