Encuentro inesperado.

((A ver tus cualidades roleras, pequeña de mi corazón))

Giselle salía del aula, cabizbaja como de costumbre y ensimismada en sus pensamientos. Levantó la cabeza para corroborar que seguía bien su camino, cuando le pareció ver a alguien. No, no podía ser.

Bajó la cabeza y siguió caminando. Esa voz la conocía bien. Volvió a mirar a su alrededor, y sus ojos se cruzaron con unos grisáceos que conocía muy bien.

_Oh, no... -murmuró para sí-, no puede ser.

Lyra estaba charlando con una amiga de Slytherin, como siempre riendo a carcajadas. Algunos alumnos de otras casas que pasaban por allí miraban con curiosidad el ruido que provocaban las dos chicas. Los demás de Sly, ya se había acostumbrado y se limitaban a continuar con sus cosas.

De pronto, se sintió algo observada (más de lo normal) por una presencia algo lúgubre, pero que conocía. Dio media vuelta y se sorprendió un poco al ver a su prima Sarah mirándola unos metros mas lejos. Le dedicó una media sonrisa. Lyra sabía muy bien que no tenía nada en común con Sarah, cualquier persona creería que bromeaban si decían que eran familia, pero no dejaba de ser su prima. Caminó hacia ella luego de despedirse de su amiga.

_¡Hola S... Giselle! -saludó ampliando un poco más la sonrisa- ¿Feliz de verme? -bromeó.

Entre la familia siempre la llamaba Sarah, pero estaba muy al tanto de que no le gustaba su nombre y quería que la llamaran Giselle. Le costaría recordar siempre que tenía que llamarla así y no por su verdadero nombre, pero trataría de no meter la pata.

Siempre que intentaba hablaba con ella, trataba de ser agradable, aunque después de que Sarah le cortara la cara varias veces cuando pasaba las vacaciones en su casa, había aprendido un poco más como tratarla, pero le costaba llegar a ella siendo tan diferente.

((Me morí en el wow por escribir JAJAJAJA. Nota mental: desconectarse si entro al foro))

((Volvés a poner "Sly" y te surto una patada))

_En éxtasis -respondió con su habitual monotonía. Nadie podría estar seguro de que fuera o no sarcasmo.

Sabía que Lyra no era mala, a pesar de ciertas eventualidades y peleas que tuvieron al crecer, durante las vacaciones. Sentía que su prima a veces abusaba de su capacidad de relacionarse con la gente para, a costas de hacerla quedar mal, lograr lo que se proponía. No admitiría nunca que era una cualidad de su prima que envidiaba muchísimo.

Enarcó una ceja, pensativa. Evaluaba un poco las pocas posibilidades de que estuvieran ambas ahí, y las posibles repercusiones que eso podía tener en sus patéticos intentos de vida social. Lyra era completamente empática, le caía bien a la gente sin esfuerzo. Siempre estaba haciendo chistes y llamando la atención con sus sonoras carcajadas. En todos los eventos familiares, ella tenía que ser la estrella...

Sarah terminaba escuchando una y otra vez cosas como "Lyra es un encanto, y es tan divertida..." o "deberías aprender de Lyra".

((O... enternar el skill de Multitasking...))

Se quedó unos segundos en silencio, mirándola.

_¿Alguna vez te han dicho que cuando piensas parece que fuiste absorbida por tu propia mente? -preguntó riendo pausadamente, tratando de sacar a Sarah de su ensimismamiento. Al no lograrlo, añadió:- Miras un punto fijo y te pierdes para siempre.

Si... se lo debían haber dicho muchísimas veces, pero le resultaba divertido recalcarlo de vez en cuando. Aún así a veces se sentía un poco cruel, y lo era, es verdad, porque intuía que su prima no la pasaba tan bien siendo como era. Pero Sarah tampoco se lo iba a decir o dar a entender, por lo que siempre fue inútil charlarlo con ella y confirmar su suposición.

Nunca un gesto, una mueca, a veces parecía que se olvidaba de que tenía más cuerdas vocales, siempre hablaba con el mismo tono. No podía deducir muchas cosas de ella, y las pocas que lograba, nunca las podrían hablar. Al menos no en una conversación continua.

_¿Te gusta el colegio? -preguntó, tratando de sacar algún tema de conversación.

_Lo que me hayan dicho, es asunto mío. Lo que interpretes sobre lo que parezco, no me interesa. Si me gusta o no el colegio, de nuevo, asunto mío -respondió, y curvó su rumbo un poco para seguir su camino. No le pareció que hiciera falta decir mucho más.

La vio alejarse. "Y con esta son... 234". Claramente no enumeraba las veces que Sarah le había cortado la cara, tendría que usar una agenda completa, pero al pasar los años se lo empezó a tomar con soda, como de quien viene. Ya no le resultaba tan chocante.

Camino a su clase se puso a recordar los veranos que había pasado con ella. Su prima no había tenido una vida como cualquier otra chica, y Lyra de pequeña no había ayudado mucho con su situación. Bromas, peleas, enojos. No, no había ayudado para nada. No podía culpar a Sarah por tratarla mal, pero tampoco se dejaría insultar ni dejar pisar, Lyra también tenía su orgullo. Si así quería jugar... Siguió caminando con una disimulada sonrisa en su rostro.

FIN.

((Después abrimos otro... si es que logramos juntarlas en el mismo lugar del castillo!))