La partitura para violín

Gizzy era una persona muy ocupada. No siempre lo había sido. Después de casi un año en coma, sus amistades y pareja habían encontrado cosas mejores que hacer y ella se había llenado la agenda a más no poder en un intento por mantenerse ocupada y no deprimirse. Funcionaba a medias, pero al menos era más productivo que llorar en su cama.

La clase de Historia de la magia acababa de terminar y Gipsy guardó rápidamente sus útiles en su morral de gamuza rosa con un hechizo. Al hacerlo, vio pasar su cuaderno de dibujo y recordó dos cosas. Por un lado, la clase de violín que estaba en su agenda a continuación se había pasado al día siguiente; por otro, el dibujo que Giselle le había entregado tenía una partitura al otro lado. Sacó con cuidado el dibujo de su cuaderno antes de volver a guardar este último y colgarse el morral al hombro.

Escaneó el aula con la mirada para ver si Giselle seguía allí o si tendría que buscarla por los pasillos. La mitad de la clase se había marchado enseguida, la otra mitad aún guardaba sus cosas en sus respectivos bolsos.

((En otro Thread Tarja Veranen, le dijo a Giselle que Gipsy toca el violín, con lo cual el personaje ya lo sabe))

Giselle era una persona difícil de ver en público. Todas sus energías permanecían siempre puestas en pasar completamente desapercibida, y curiosamente, era una de las cosas que mejor hacía. Pero ese día se quedó sentada en su lugar, mirando alrededor a ver qué hacía Gipsy. Se sentía un poco en deuda con ella. Por más que ya se había disculpado y le había hecho un regalo que desde la mente de Giselle era muy especial, creía que le correspondía acercarse esa vez.

No era buena tomando decisiones sociales o emocionales, siempre se basaba en deducciones. Eso la volvía resistente a los comentarios negativos sobre ella que escuchaba a su alrededor. También al rechazo de la gente. Después del altercado con Gipsy y de lo que había hablado con su tía, había pensado: "Como ella se me acercó la primera vez y mostró interés, esta vez es mi turno".

Se levantó, fue hasta el asiento de Gipsy, y dijo:

_Hola... eh... ¿Intentaste tocar la canción?

((Ok =) Creo que Gizzy no tiene forma de saber que Giselle también toca el violín.))

Gizzy siempre vivía en su propio mundo. Todo el mundo se lo había recriminado. Tal vez por eso había buscado a Giselle con la vista en toda el aula, menos la zona en la que habitualmente se sentaba. En clase, ella prestaba atención a los profesores y a sus apuntes. No tenía idea de dónde se acomodaba cada uno de sus compañeros. Ni siquiera sus amigos. Salvo que se le sentaran al lado y estuvieran constantemente en su campo de visión.

Tal vez por eso no la vio venir y se sobresaltó levemente al escuchar su voz. "Ah, Giselle. Jaja. Hola. Jaja. Me asustaste. Jajaja" Intentó respirar de manera honda para calmar el pulso que se le había acelerado por el sobresalto. Las risitas nerviosas la hicieron sentirse idiota, pero después de la manera incómoda en que había terminado la última conversación entre ellas, le habían salido del alma. -Sí, dale, Gizzy. Quedá como una reverenda idiota cuando puedas...- se dijo en su cabeza.

Recién ahí hizo memoria para ver qué le había dicho. "Ah. ¿La partitura?" Volvió a insultarse mentalmente por hacer una pregunta tan obvia. "Justo quería hablarte de eso. No te encontraba. Pensé que ya te habías marchado." Confesó. "¿También tocas el violín?"

Asintió lentamente. Luego dijo:

_Desde los seis años -no añadió nada más. Posiblemente porque su pregunta todavía no había tenido respuesta.

Levantó las cejas impresionada. "Genial." Dijo con una sonrisa. "Debe ser algo digno de ser escuchado si puedes tocar esta partitura." Dijo animada, mostrándole la hoja que todavía tenía en la mano, con el lado de la partitura hacia ella, como si no supiera de lo que estaban hablando.

"Pensé que tal vez la necesitarías." Explicó. Se mordió el labio inferior un momento. "Me tomé la libertad de copiarla, pero no tuve tiempo de probarla." Acabó por responder la pregunta inicial de ella.

Ladeó la cabeza. No la necesitaba, pero le daba pena decírselo ahora que sabía que se había tomado la molestia de copiarla. Pensó, siempre de manera lógica, que debía decírselo agregando algo práctico y positivo:

_Fue un regalo, yo la sé de memoria. Pero lo bueno de que la hayas copiado es que no tendrás que usar el dibujo de partitura y no corres riesgo de que se estropeé. Es mi preferido.

Sonrió al escuchar eso. "Es lo que pensé." Confesó. "Si no la necesitas, me aseguro de que no se arruine el dibujo." Explicó.

Le dio cosa que fuera su preferido pero al mismo tiempo la hizo sentir cierta ternura. "Está precioso. Mil gracias." Le dijo con una sonrisa cálida. Aprovechó la oportunidad que tenía de estarle hablando para poder agradecerle como se debía, aunque se la veía sinceramente entusiasmada con el tema de conversación. Dos de sus pasiones combinadas eran suficiente como para ponerla alegre de inmediato. "No sabía si lo habías laqueado, así que por las dudas le puse fijador para que no se corriera. Sería una pena que se arruinara. Un dibujo así tiene que estar enmarcado..." comentó bajando la mirada al mismo, en ese caso particular, por vergüenza.

Giselle rió.

_¡Exageras! Pero te dije que podías hacer lo que quieras con él. Es tuyo -hizo una pausa-. Esto va a sonar un poco extraño, pero no traje mi violín... y realmente necesito dejar que la música salga. ¿Crees que un día podrías prestarme el tuyo? Recuperaré el mío en vacaciones...

Sonrió al verla reír. Le parecía una mejoría desde la vez anterior. "Entonces lo voy a enmarcar." Dijo con seguridad. Hacía rato que había un lugar en su habitación donde quería colgar un lindo cuadro delicado y femenino y ése cumplía con los requisitos.

Le llamó la atención la petición pero no le parecía del todo extraña. Sabía lo difícil que era la vida sin la música, por más que últimamente no estuviera practicando tanto. "Sí, no lo ando usando tanto..." le dijo sinceramente, algo menos animada que antes. "La verdad... estoy usando los del colegio." Confesó de manera levemente sombría. "Quiero decir, me encanta el mío y encajamos a la perfección... pero me lo regaló alguien muy especial que decidió que ya no quería estar a mi lado y..." negó con la cabeza. "Llevo algún tiempo pensando en comprarme otro. No puedo tocar en el mío." Terminó de decir ya no tan desanimada sino con una mueca de costado que tenía mucho de resignación. Se encogió de hombros. "Sería bueno que alguien le diera uso. Es un buen instrumento."

Se sintió algo incómoda pero lo disimuló. Hablar le era difícil, hablar de novios lo era aún más. Gipsy no lo había dicho, pero sus ojos mostraron la angustia que había visto en su tía cuando el tema de su amor frustrado pasaba por la tangente de la conversación, o los de Rose cuando le dijo que el vestido era para reconquistar a un chico que la había cambiado por una chica madura y seria. Conocía esa mirada, ese resentimiento al pasado. No lo había vivido, pero lo conocía.

_Entiendo -dijo simplemente-. Comprar otro suena a una buena idea. Sobretodo porque no te abandonarías a ti misma, y sabes que puede ser un compañero para toda la vida.

Gizzy siempre intentaba poner la mejor cara posible y sonreír a todo el mundo. Por eso no le dijo que "para toda la vida" era una frase que había perdido la eternidad para ella. A lo sumo, podía llegar a querer decir cinco años, si tenía suerte. Sabía que un violín no iba a cambiar de preferencias y dejarla hecha un mar de lágrimas, pero ya no pondría las manos en el fuego por nadie ni por nada.

"Nada motiva a una chica como salir de compras, ¿eh?" Bromeó un poco. "Si no ligo uno para navidad, lo cual dudo mucho, ya veré el año que viene qué llego a comprar. Sería lindo hacer un curso de lutería, pero escuché que lijar por mucho rato saca cayos en las manos..." Dijo hablando bastante rápido, como si no quisiera tener tiempo para pensar en cosas tristes.

"Y dudo que una mano callosa sea muy... em... Okay, momento de dejar de hablar antes de que pienses que soy una total pervertida." Dijo con una risita nerviosa.

_No importa lo que yo piense que eres, sino lo que eres en realidad. Y no importa lo que yo piense acerca de lo que sea que seas en realidad -terció con indiferencia-. Yo buscaré mi violín en vacaciones de Navidad, si logro ir a Kuopi con mi tía Tarja.

Gizzy intentó seguir el tren lógico de Giselle pero se perdió a mitad de camino. Era moderadamente inteligente, pero como la mayoría de los de su casa, jamás llegaría a ser brillante. "Entonces estoy al horno." Dijo a modo de broma. Si de la verdad se trataba, claramente era una tremenda pervertida, pero con un enorme enorme lado tierno.

Frunció el ceño con cara de no entender ni jota y acabó por reír a pesar de la seriedad que le parecía que ella estaba mostrando. "¡Qué trabalengüas!" Sin embargo, creía entender el mensaje principal de que no debía prestarle atención a lo que los demás pensaran de ella. Asintió.

"¿Tarja Tarja? ¿La profe de Adivinación?" Le preguntó pasando del blanco leche al rojo tomate de un segundo al otro. Todavía se acordaba de la predicción que le había hecho ((En el sitio anterior, antes de la mudanza. Aunque podría pedirle que vuelva a armar esa clase. Fue genial. Le predijo que se iba a casar con el primo de la que en ese momento era su novia.)).

_Sí, Tarja Veranen, la jefa de tu casa -le sonrió, le parecía raro que todos mostraran sorpresa de la conexión familiar entre ellas, cuando para Giselle era tan evidente-. Es mi tía, vine aquí en parte por ella. Predijo que vendría, y bueno... si una profecía lo dijo supongo que no puedo negarme.

Ella venía de una familia de granjeros que se remontaba a varias generaciones. Nadie en su familia había hecho nunca nada interesante o vagamente digno como para hacerse una idea de cómo podía llegar a sentirse tener un miembro de la familia que hiciera algo importante como ser profesor, que para ella era muy digno, porque tenía en sus manos el futuro del mundo.

Le devolvió la sonrisa, contenta de ver que estaba tan al tanto de las cosas en Hogwarts a pesar de ser extranjera, como para tener en cuenta quien era el jefe de dónde. El siguiente comentario la dejó pensando. ¿Cómo sabía que el enterarse de con quién se iba a casar no la estaba condicionando a pasar más tiempo con esa persona? ¿No es precisamente lo que le había pasado? "Esas predicciones a veces pueden llegar a ser un poquito intimidantes, ¿no?" Preguntó pensando en lo extraña que se había vuelto su vida después de esa predicción.

_Estaba siendo sarcástica, no existe tal profecía -ladeó la cabeza, le pasaba muy a menudo que su falta de expresión ponía en duda sus comentarios en broma-. Tarja sabe que no me las tiene que decir. Sé que ha visto cosas y le creo. Es posible que ella supiera que vendría antes que yo. Pero no me aconsejo, informó ni manipuló mi voluntad. si tal profecía de verdad hubiera existido, se habría cumplido de manera espontánea.

Comenzó a caminar hacia la salida del aula, mientras decía:

_Si hubiera una profecía sobre el día de tu muerte, ¿te gustaría saber cuando es y como?

"Ah..." Dijo sintiéndose la reina de las idiotas. Bajó la mirada. -Todavía no me queda claro si el futuro es algo fijo o va cambiando...- pensó con cierta preocupación. No se atrevía a preguntar... había visto y oído suficientes cosas extrañas como para saber que algo de cierto había en eso de leer el futuro, pero tampoco quería deprimirse pensando que todo estaba ya escrito.

La siguió hacia la salida, reaccionando un par de segundos tarde, porque había estado perdida en sus pensamientos, que le habían dado a su rostro una expresión sombría y le habían erizado el cabello de la nuca y el vello de los antebrazos.

"No..." dijo impresionada, como si fuera a descomponerse o desmayarse. Dejó de caminar y se apoyó en uno de los primeros pupitres, el más cerca de la puerta. "No. Hubiera preferido no escucharla." Dijo todavía con voz temblorosa. Esos recuerdos extraños que no tenían nada de sentido la volvían loca cada vez que venían a su cabeza. "Igual no se cumplió... o sí... en realidad es difícil de saber." Dijo llevándose una mano a la cara como para despejarse. Luego de unos segundos la bajó.

"Hace un par de años tuve un accidente en clase de pociones..." Explicó. "Fue una cosa rara... Ya no sé en qué creer realmente." Confesó con expresión mortificada.

_¡Cuánto lo siento! ¡No lo sabía! -se apresuró a ayudarla a tenerse en pie, estando casi segura de que no aguantaría mucho más. Había palidecido de golpe-. Ven siéntate -añadió señalándole una de las sillas del aula, mientras miraba alrededor a ver si alguien se había percatado de la repentina descompostura de Gipsy.

Giselle se ponía muy nerviosa cuando debía ocuparse de alguien. No se sentía lo bastante fuerte como para que alguien o algo dependiera de ella. Si encontraba a alguna amiga de Gipsy, podría irse con la tranquilidad de que quedaba en buenas manos, independientemente de que hubiera sido Giselle la causante del malestar.

Nadie alrededor las observaba. Recordó que tenía unos dulces en el bolsillo.

_Debe ser la presión, ten, cómete uno de estos...

"No, no. Está bien..." dijo intentando restarle importancia al asunto. Se apoyó en parte en el banco y en parte en Giselle y se sentó en el banco que tenía a mano. "Gracias." Le dijo con una sonrisa medio cansada pero sincera.

"Sí. Es probable." Dijo recordando que no era la primera vez que le bajaba la presión de los nervios. "Gracias." Repitió aceptando uno de los caramelos que Giselle le ofrecía. Lo desenvolvió y se lo metió en la boca. "Disculpa por preocuparte. A veces me mareo cuando me pongo nerviosa." Explicó algo avergonzada.

"Y esa experiencia todavía... me da impresión." Dijo a falta de una mejor manera de describirlo. "Todos dicen que estaba en coma, pero esa profecía decía... bueno, decía que me iba a morir..." Dijo cabizbaja. Se sentía bastante idiota hablando de eso, por eso no lo había mencionado mucho y había intentado no hablarlo demasiado con nadie. Estaba segura de que sus amigas se iban a reír en su cara. Por alguna razón, Giselle no le daba esa impresión, tal vez porque su tía era la profesora de Adivinación.

"Mi ex dice que intentó comunicarse conmigo con la ouija... y la verdad es que me acuerdo de esa conversación, pero técnicamente sólo fue un accidente... y estoy aquí ahora ¿o no?" Preguntó levantando la mirada hacia ella, confundida. El estar sentada le había dado la seguridad como para no sentir que se iba a caer en cualquier momento.

Giselle permaneció seria durante el relato. Ella creía en espíritus, más allá de los fantasmas que habitaban en Hogwarts. Había investigado sobre la Magia Negra de la Muerte, y experimentado con ouijas. Nunca se tomaría tales historias como un cuento infantil. Simplemente le dijo:

_Yo en tu lugar, no me lo cuestionaría. ¿Qué más da lo que decía pa profecía? Estás a salvo y tienes toda una vida por delante. Yo creo en profecías, pero también creo en un futuro cambiante. Por eso trato de no pensar demasiado en eso. Es innecesariamente agotador. Yo estuve a punto de morir una vez, ¿te lo he contado? Claro que en mi caso fue mi culpa.

La observó a la espera de una respuesta. Era un tema que hacía rato la venía perturbando y que no tenía demasiada gente con quien hablar en serio, pero considerando que ella era la sobrina de la profesora de Adivinación y que en el colegio del que venía tenían una visión diferente respecto de las artes oscuras y la necromancia, era una mucho mejor opción que cualquiera en su colegio para darle un consejo.

Paseó la mirada de un lado a otro pero sin ver, como uno hace cuando está pensando, digiriendo información en su cerebro. Finalmente volvió la vista hacia ella y asintió. "Gracias." Musitó aunque no esperaba que ella entendiera la magnitud de lo que sus palabras habían hecho por ella.

Negó con la cabeza y de inmediato supo que no había sido la idea más brillante si estaba intentando recuperarse de un mareo. "No. No me dijiste." Comentó pensando que tampoco habían hablado tantas veces como para que un tema como ese saliera.

Sarah tenía poca labia, pero temas como muerte, dolor y oscuridad, los podía manejar con inmensa tranquilidad y naturalidad. Apeló a esa capacidad para ver si podía hacer que Gipsy se relajara un poco al hablar de la muerte. Le dio la sensación de que le había dado a la agonía un trago amargo, y no lo había tragado, pero no podía escupirlo tampoco. Y ahí estaba ella, amargándose poco a poco, sin poder solucionarlo.

_Hace n par de años se pusieron de moda unos caramelos redondos bastante grandes. Mi mamá no me dejaba comerlos porque decía que eran peligrosos. Decidí comprarme uno a escondidas mientras mi padre trabajaba y mi madre tenía su curso de cocina oriental. Llegué a casa y dichosa me metí el caramelo en la boca. Cuando pasé por la sala de estar, mi mamá me dijo "¿Qué estás comiendo?"... su clase de cocina se había suspendido. Me dio tal susto que casi trago el caramelo, pero era tan grande que quedó a mitad de camino -lo comentaba como si fuera una anécdota común, con tono casual-. Entonces, me empecé a ahogar. No podía decirle a mi mamá lo que ocurría, y las señas que le hacía eran confusas. Obviamente el color que tomó mi cara, delató la situación. Mamá me hizo la Maniobra de Heimlich y me salvó. Así que le debo la vida, dos veces -le sonrió.

((QUIETUSSSSSSSSSS!! Esta casa es un quilombo. No puedo escuchar ni lo que pienso ¬¬))

La escuchó con toda su atención, dejando de lado todo lo demás salvo el caramelo, que aún paseaba en su boca de un lado para el otro. Frunció el ceño con cara de impresión cuando Giselle llegó a la parte en que se estaba asfixiando. "¡Que horror! Debe haber sido tan feo..." pensó en voz alta, todavía impresionada por la idea mental que se había hecho.

Después de eso se controló un poco más. "Lamento que hayas tenido que pasar por algo así." Dijo sinceramente apenada. "Al menos en mi caso no sentí nada." Se animó ella misma. "¿Te castigaron mucho?" Preguntó de manera casi infantil. Por más que muchas veces pudiera tener una mente pervertida, en la mayoría de las demás cosas Gizzy era una nena inocente de cabo a rabo. Así se comía la pared a 200 por hora también.

((Ohh! Si fuera tan fácil de solucionar!))

El rostro de Giselle se ensombreció con la pregunta sobre el castigo. ¡Claro que la habían castigado! ¡Y cómo! Por alguna razón recordaba con mucha más amargura el castigo, que la cercanía a la muerte. Le había pasado en varias ocasiones, tener pesadillas en las que se ahogaba. La sensación del sueño era tan vívida que se despertaba a mita de la noche respirando agitadamente, llenando sus pulmones hasta que estuvieran a punto de explotar. A pesar de eso, la sensación de ahogo la acompañaba durante varios segundos. Y eso sentía, que sus pulmones explotarían de tanto aire, pero que aún así se estaba ahogando.

Pero eso solo había pasado algunas noches. Incluso, seguía comiendo caramelos sin ningún tipo de problema. Pero la relación con sus padres no había tenido arreglo, y había dejado dolorosas huellas mucho peores que el susto de morir.

_Yo no sé si lo lamento del todo. Hay veces que tengo pesadillas -admitió en un susurro-, pero no he vuelto a tener ese tipo de distracciones. Supongo que de algún modo me volví una persona más precavida.

((Totalmente...))

Ella, por el contrario, no tenía sueños respecto a lo que le había pasado porque no recordaba nada... salvo esas conversaciones con su ex a través de la ouija y la angustia que le generaba saber que Alexandra estaba sufriendo por ella... que se culpaba por lo sucedido, aunque Gizzy era muy consicente de que el error al hacer la poción había sido todo suyo.

Frunció el ceño sin comprender cómo podía no lamentarlo. Luego puso cara de pobre cosa empatizando con lo que Giselle le contaba. "Es bueno que lo puedas ver como algo positivo, o al menos útil. No mucha gente puede ante una situación así, eso seguro." Le dijo todavía compenetrada en la historia.

Giselle lo tomó como un cumplido a su fortaleza. Porque si quiera ella podía ver el funcionamiento de su propia mente con tanta claridad.

Sarah Adams era una persona extremadamente racionalista. Había crecido de esa manera, porque era lo que funcionaba para bloquear sentimientos que de otro modo no podría tolerar. A todo le encontraba un lado lógico. Anteponía su intelecto y raciocinio a cualquier sentimiento o emotividad. De este modo filtraba y aislaba el dolor, dejando sólo conclusiones y aprendizaje.

Por lo cual tenía la madurez y mentalidad de un adulto, pero aunque no lo supiera, conservaba la emotividad de una niñita asustada. Incapaz de socializar, incapaz de sentir.

_Creo que necesitas dejar la muerte de lado, y simplemente vivir -concluyó rotundamente, y ojalá Giselle pudiera hacer caso a sus propios consejos.

En el extremo completamente opuesto del espectro se encontraba Gipsy. Totalmente inocente e inconsciente de lo que pasaba tanto a su alrededor como en su interior. Con la misma inteligencia emocional de niña que Giselle, sí, pero sin su capacidad de análisis.

Por un momento, se quedó pensando en la frase de Giselle con seriedad, pero después sonrió algo más animada, con cierta calidez. "Tienes mucha razón. Es una linda forma de ponerlo... muy poética." Continuó diciendo aún con una sonrisa en los labios. "Supongo que no tiene mucho sentido darle vueltas a algo que ya pasó y que... bueno, supongo que no salió tan mal después de todo..." Dijo un poquitititito más desinflada que antes, pero haciendo un muy buen intento por ocultarlo. Lo único que no había salido como ella quería era que sus amigas de siempre la ignoraban y se había tenido que buscar amigas nuevas, casualmente entre las compañeras de casa de Giselle, y también que su pareja la había cambiado por un tipo desagradable, pero no se podía tener la vida y a demás disfrutarla, no?

_Si te enfrentaste a la muerte y saliste con vida, creo que debes ser un poco más generosa con el hecho. Decir "no salió tan mal" es algo mezquino. Estás viva, tienes amigos, no perdiste ninguna parte del cuerpo, y tienes todo lo que se necesita para tener una buena vida. Creo que deberías empezar tu reconciliación con el hecho, diciendo "salió todo bien".

Trató de ser bastante clara con lo que decía. Porque para Giselle ya lo había sido y aún así la respuesta de Gipsy no le fue satisfactoria. Para animarla un poco decidió cambiar el tema y dijo:

_¿Irás al baile de inicio de curso?

La manera en que Giselle le estaba diciendo eso la hizo sentir como una nenita siendo retada por su madre por no apreciar la suerte que tiene. Detestaba ese tipo de bajadas de línea, pero no se sentía con fuerzas para discutir y dudaba que de todas maneras pudiera hacerle entender a ella como se sentía. Porque si algo es importante para uno y otra cosa no, el tener eso poco importante y no lo que sí lo es, por más que objetivamente los valores estuvieran alterados de lo normal, uno lo sufre mucho más que lo que sería lógico.

Agradeció mentalmente el cambio de tema, aunque ése era otro que también la hacía sentirse mal. Sin Lex, no tenía sentido ir a un baile y no había otro motivo por el que ir. No tenía ganas de estar ahí y verla babosearse con el idiota que ahora tenía por novio. Incluso si los chicos no se hubieran cansado ya de que los mandara a mudar y la invitaran a ir con ellos, no quería ir. No le interesaba ir con sus amigas y tampoco con sus amigos... de los cuales tenía solo dos y uno iba a ir con su novia. Pensó en el que quedaba... en Christopher. No, no quería ir al baile, ni siquiera si él estaba ahí para hacerle compañía y sufrir con ella.

"Hmm... no lo creo. No hay nada ahí que pueda darme placer en este momento." Comentó con una sonrisa pequeña. "¿Tu?" Preguntó más animada que al principio de la frase.

((Perdón por la tardanza, me estaban comiendo el bandwith en la otra pc))

Giselle no percibió ni un poco del disgusto de Gipsy. No era buena para adivinar los estados de ánimo de la gente, así como no se daba cuenta de cuando un tema de conversación era "delicado".

_No hay nada que pueda generarme placer, pero prometí que iría. Mi tía considera que haré amigos y me adaptaré mejor a este colegio si creo situaciones forzadas para relacionarme con la gente con pactos sociales convencionales. Uno de ellos sería aburrirme en un baile lleno de gente que no me interesa. La idea de que fueras me animaba un poco. Pero entiendo que no tengas ganas. Yo faltaría si pudiera.

((Asperger's syndrome, anyone?? XD Te estoy cargando =P))

La sorpresa en el rostro de Gizzy fue evidente. ¿Nada que pueda generarle placer? ¿Se refería al baile o a la vida en general? Se dijo que era algo demasiado personal como para andar indagando y prefirió dejar el tema de lado en su cabeza al menos.

Terminó de escuchar lo que Giselle decía y volvió a sorprenderse de escuchar que su presencia la animaría, aunque de manera menos marcada. El comentario la hizo sentir mal. No quería decepcionar a nadie y sabía que Giselle no debía tener muchos amigos en ese colegio como para que ella se pudiera dar el lujo de encerrarse a llorar en su cuarto cuando alguien la necesitaba.

"Fine, fine. I'll go." Prometió como si la otra chica le hubiera estado rogando un rato, aunque no fuera el caso. "But as your friend, of course." Añadió ya con más tono de broma.

((JAJAJAJA, claaaaaaaaro, exacto XD))

Más allá de que no lo demostrara, Giselle se sorprendió. Como su comentario no había sido intencionado, no comprendía el cambio de parecer. Pero le fue agradable. Simplemente se recordó a si misma que jamás entendería a las personas, y continuó con la conversación.

Decidió que primero sería bueno que mostrara aprecio por el cambio de planes, aunque no lo relacionara con sí misma.

_Sería genial que vinieras.

Dejó una pausa de unos segundos y luego preguntó algo que la inquietaba bastante, y que sabía que Gipsy le sería útil.

_Necesitaría preguntarte algo... -se la notaba avergonzada por lo que estaba a punto de decir- ¿Cómo se vistes las chicas para estos eventos?

Sonrió de manera sincera, algo cálida por el comentario. "I will." Le aseguró aunque no pensaba ponerse ni un super vestido nuevo ni tomarse demasiado trabajo en arreglarse. Después de todo, no iba de levante, iba a hacerle compañía a alguien que no quería estar sola. Usaría ese vestido verde que aún no había podido terminar. No quería estrenar nada para la ocasión pero tampoco quería ponerse el vestido rosa... le traía malos recuerdos... y en el celeste ya no entraba. No tenía suficiente tiempo de ponerse a dieta y estirar el vestido con magia debilitaba la tela.

"¿Qué cosa?" Preguntó inquisitiva. Temió lo que pudiera llegar a preguntarle aunque se sintió aliviada al escuchar de qué se trataba. Rió un poquito por lo colgada que era. -Are you a robot?- pensó aún divertida. "Bueno, generalmente un vestido largo de noche, tacos altos, un peinado complicado y tres quilos de maquillaje lo arreglan todo." Resumió de manera conveniente.

Giselle abrió los ojos sorprendida. Era la respuesta que esperaba, pero el tema del peinado y el maquillaje era una complicación. No sabía hacer ninguna de las dos cosas. Los tacos y el vestido, sí, era más de lo mismo. Supuso que podría pedir ayuda a su tía.

_No tengo idea de cómo maquillarme -soltó. Fue un pensamiento en voz alta, como si repentinamente hubiera olvidado que Gipsy estaba allí.

Ahora sí Gizzy la miró como si estuviera frente a un extraterrestre, pero enseguida rió divertida. En algún momento había que empezar, no? Pensó. Y a demás, Alex nunca había tenido la más mínima idea de maquillaje... tampoco lo necesitaba. "Me ofrecería a ayudarte, pero es difícil estando en una sala común diferente." Comentó levemente desanimada, intentando pensar si conocía a alguien. Addie era buenísima con esas cosas y sabía que tenía montón de cosméticos, pero era de Gryffindor. Eso le recordó que ambas eran violinistas. Tal vez debería presentarlas, aunque no estaba segura de que eso fuera en pos de los mejores intereses de Giselle. Si se empezaba a juntar con "raritas" como ellas, los chicos ya no se le acercarían. "No conozco a nadie de Ravenclaw que ande en esa..." Admitió. "Tal vez deberías prestar atención en tu sala común, ver quienes están hablando del tema." Sugirió. Era la mejor apuesta.