Te de anís y la bruja moderna

Chloe se encontraba en el gran salón en el horario de finalizado el horario del té inglés. Tenía puestas unas calzas negras, grandes zapatillas y un buzo que parecía quedarle un poco grande en varias direcciones de rayas azules y grises. En la sala, debido al horario no se encontraban casi alumons y los pasos hacían eco al igual que algunas conversaciones que se iban perdiendo en el transitar de los chicos desde el salón a los pasillos. Chloe se encontraba sentada de una manera algo retorcida: una pierna doblada frente a ella, interponiéndose entre la mesa y su cuerpo, la otra doblada por debajo de la primera con el talón finalizando debajo de la nalga de la pierna contraria. Sus zapatillas eran coloridas: blancas, negras, rojas y amarillas y un poco abultadas. A pesar de su vestimenta había algo en ella que siempre despedía cierta sensualidad.

Las mangas estaban estiradas para poder cubrir sus manos y mordisqueaba con suavidad la derecha mientras su vista estaba concentrada en una revista que estaba desplegada frente a ella: "La Bruja Moderna" en un artículo que rezaba "Acné, verrugas y forúnculos, como no terminar como Cachabacha." bajo del título un pie menor: "Hechizos y embrujos que harán resplandecer tu piel" El fondo amarillo estaba acompañado por la imagen de una bruja que se llenaba de granos por todo el rostro mientras ella enloquecía con cada uno de ellos.

Chloe se veía algo atontada leyendo el artículo. Sus ojos castaños oscuros paseaban con atención sobre cada uno de los renglones absorviendo por completo su atención, mientras a su lado ignoraba por completo la existencia de un té de anís que ya estaba frío de esperar.

Elroy era un bicho nocturno. Para ir a clases, tenía que hacer su mejor esfuerzo para levantarse temprano a pesar de haberse quedado hasta tarde todas las noches escribiendo o leyendo poesía en la sala común de Ravenclaw. Él simplemente nunca se había habituado a los extraños horarios que los Ingleses tenían para todo y tenía el corazón bohemio de los franceses. Por este motivo, solía llegar tarde a la hora del té, apareciendo por el Grán Salón cuando ya nadie estaba comiendo y la gente se había retirado a hacer sus cosas hacía rato. De este modo, para cuando él terminaba de cenar y subía a la sala común, los alumnos más tempraneros estaban ya acostados y él tenía la sala para él solo, para poder escribir y pensar.

Así era como había empezado a pasar tiempo con Agatha, escribiendo hasta tarde en la sala común mientras ella estudiaba. Del frunció el ceño al entrar en el Grán Salón pero no era porque éste estuviera vacío. El haber roto su promesa por enésima vez y estar pensando en ella de nuevo era lo que lo tenía molesto. El no poder cumplir las promesas que se hacía a él mismo lo irritaba de sobremanera. -Ya olvídate de ella- se dijo -y empieza a tomar apuntes en clase antes de que repruebes todas las materias, hombre estúpido- podía escuchar la voz de su conciencia diciéndole eso en su mente y, curiosamente, se parecía demasiado a la voz de su hermano mayor Louis. Eso le robó una sonrisa ladeada y se dirigió a la mesa de Ravenclaw con ésta estampada en la cara.

A mitad de camino, se dio cuenta de que de los pocos alumnos que habia aún allí, ninguno era de su casa. La mesa de Ravenclaw estaba totalmente vacía y los pocos alumnos que aún conversaban estaban eran Puffies o Slytherdorks. Eso lo dejaba con pocas opciones, puesto que no se llevaba demasiado con las serpientes y los huroncitos con los que sí se hablaba no estaban presentes. En ese momento se fijó en Chloe, la chica sentada en la mesa de Gryffindor que estaba en su año. No la había visto en un principio porque tenía la mesa a la espalda, pero al "sentir" a alguien cerca al pasar junto a ella, se había fijado quien era y la había reconocido. Alguien de su año era mil veces mejor que los idiotas en las otras dos mesas y sonrió complacido. Se sentía de ánimo para tener compañía. Lo ayudaría a dejar de pensar tanto.

Todavía con la sonrisota enorme que se le había formado en la cara ante la perspectiva de tener companía, se le acercó a Chloe por la espalda y apoyó ambas manos en los hombros de ella, como para darle un masaje. "Buenasss" la saludó aparentemente de un muy buen humor, lo que con un buen actor como él no era garantía de nada. "Teniendo un momento femenino?" Le preguntó cuando mirando por encima de ella, pudo leer la nota que Chloe estaba leyendo. Mientras dijo eso, comenzó a hacerle masajes en los hombros.

Contestó quitando el puño del buzo de su boca gradualmente. "Shi pero..." dijo dándole un último vistazo a la nota "no encuentro lo que busco" dijo volteándose con cierta gracia hacia él retorciendo apenas el cuerpo, zafándose del masaje de una manera que no dejaba en claro si había sido casual o adrede. "Tantos sentimientos juntos van a matarte, Elroy" dijo con una pequeña sonrisa algo inocente.Se corrió apenas hacia un lado como invitándole a sentarse junto a ella. "¿Gustas?" dijo tomando la taza por la 'manija' ((alias no se el nombre de eso)) y tomando su varita que descansaba frente a la revista. Posicionó la misma a varios centímetros por sobre la taza y comenzó a girarla como si de una cuchara se tratara teniendo el mismo efecto sobre la taza con anís que iba calentándose paulatinamente.

El que ella hablara con la ropa todavía en la boca le había resultado levemente gracioso, pero no dijo nada. No tenía humor para bromas, si bien no parecía estar abiertamente de malas. Simplemente no se había comido un payaso para desayunar esa mañana. Instintivamente, paseó la vista por la nota sin realmente detenerse a leer nada de ésta y se encogió de hombros levemente sin que quedara en claro si era por lo de la nota o por la manera sutil en que ella se había zafado de su masaje.

Cuando ella mencionó lo de los sentimientos él se la quedó mirando un momento, con cara de no comprender en absoluto de lo que le estaban hablando, pero tampoco preguntó. Simplemente se limitó a dar un par de pasos para luego pasar una pierna por encima del banco en que estaba ella y sentarse a horcajadas del mismo, sin importarle que fuera la mesa de otra casa. ¿Quién iba a enojarse? Tampoco iba a pedir permiso. Apoyó el codo en la mesa que tenía al lado y se la quedó mirando como a la espera de que le contara algo copado o que lo entretuviera de alguna manera.

Miró el contenido de la taza con cierta desconfianza un momento. "¿Qué es?" Preguntó a la vez que hacía un paneo visual por tooda la mesa para ver qué más tenía para ofrecerle. En realidad, la hora de las comidas se había convertido en algo altamente frustrante desde que le diagnosticaran diabetes el año anterior y ahora ya no le entusiasmaba mucho todo el asunto.

(( MIAAAAWWW Digo... NOOOOOOOOOOO, pobre santo diabetes!!! Para mejor el que es tan fan de lo dulce))

Dado que él no negó no le molestó su reacción. Solía molestarle que le tratasen como tonta al negarle cosas que ella sabía ((no porque él se lo hubiese dicho por cierto)). Giró hacia él cruzando las dos piernas flexionadas a la altura de su mentón a las cuales abrazó con la izquierda. "Infusión de anís" dijo tranquilamente. "¿Has dormido siesta?" le preguntó mirándole con un relax digno de ella. Dejó de revolver y le dió un sorbo al té mirándole a la espera de una respuesta.

(( Para peor que se enteró casi para la misma fecha que Agy se enteró de sus noticias y le cortó el rostro de repente... XD todas juntas))

Al oír su respuesta hizo una cara de manera involuntaria. "No, gracias." Dijo educadamente. "Creo que prefiero el café." Eso de las infusiones mucho a él no le gustaban. El café con mucha leche y super dulce, ésa era otra historia. Se decidió por el café y tomó la jarra que contenía el líquido negro. Se sirvió en una taza y le agregó algo de leche. Después, miró la azucarera con ganas pero apretó los labios y no le agregó nada. Le estaba costando horrores adaptarse al cambio. Aún así, intentaba cuidar su salud en la medida de lo posible, aún si cada tanto se daba un atracón de cosas que no debía y terminaba en la enfermería.

"No mamá." Respondió con una sonrisa leve, que delataba que la pregunta de ella le había hecho cierta gracia. "¿Por qué?" Quiso saber ahora que le había picado la curiosidad. "¿Tengo cara de dormido?" Preguntó refregándose la cara con las palmas de las manos. En realidad, andaba teniendo muchos problemas para dormir y se pasaba las noches escribiendo poesía y después haciendo bollito las hojas por no conseguir hacerle justicia a su musa. En definitiva, la mayor parte del tiempo estaba de un humor de perros y, cuando no, estaba fingiendo estar de buen humor y al menos su actuación era buena.

Apretó los labios y llevó las comisuras de sus labios hacia abajo en una demostración de desinterés. Su té de anís le resultaba genial, tenía gusto a casa.

Se rió ante las palabras de él, hubiese jurado que acababa de levantarse. "Si, mucho" dijo con una gran sonrisa. Bajó la taza, juntó ambas manos hechas un puño envuelto con el pullover y apoyó el mentón sobre los mismos "Además que aún tienes una lagaña" dijo dijo apenas separando una de las manos para marcarle en que ojo. "Ahí" Lo contempló un instante "Pareciera que te acabas de levantar" dijo sonriente. "Yo no puedo quedarme hasta tarde. Me duermo" explicó volviendo a agarrar la taza. "Además que me gusta levantarme temprano."

También él apretó los labios un segundo al ver la reacción de ella. Tenía la costumbre de quedar bien con todo el mundo y no le gustaba cuando no era así, pero después al ver que ella cambiaba de humor se quedó tranquilo.

Se sorprendió de oír esa respuesta. "¿Enserio?" Era una pregunta retórica. Se refregó los ojos como para asegurarse de quitarse cualquier lagaña que pudiera tener. "Qué tonto. Lo siento" se disculpó cuando hubo terminado de revolverse los ojos. "Supongo que siempre tengo esta cara de zombie" confesó con una sonrisa despreocupada. "No consigo irme a la cama antes de las tres" explicó. Era lo cierto y se quedaría más tarde si no fuera porque tenía que madrugar al otro día para ir a clases. Cuando era pequeño e iba a la escuela muggle por la tarde, era mil veces más fácil para él. "Tal vez no tomas suficiente café" observó él medio en broma antes de sorber un poco del suyo.